(342) Consideraciones necesarias sobre el Sufragio universal (por Jordán Abud)

urnas“Sin duda, existe actualmente una confederación del mal, que recluta sus tropas de todas partes del mundo, organizándose a sí misma, tomando sus medidas para encerrar a la Iglesia de Cristo como en una red, y preparando el camino para una Apostasía general. (…)  ¡Dios nos guarde de contarnos entre aquellos ingenuos que caen en la trampa que se está tendiendo a nuestro alrededor! ¡Dios nos libre de ser seducidos por las bellas promesas en las cuales Satán ha ocultado seguramente su ponzoña! (…)  ¿Consentiremos nosotros los cristianos en tener parte en este asunto? ¿Ayudaremos, aun con nuestro dedo meñique, al Misterio de Iniquidad que lucha por nacer, y que convulsiona al mundo con sus dolores? ‘¡Alma mía, no entres en su consejo; no te unas a su asamblea, honra mía’ (Génesis 49,6). ‘¿Qué relación hay entre la justicia y la iniquidad? ¿Qué unión entre la luz y las tinieblas? […] Por tanto, salid de entre ellos y apartaos’ (2 Corintios 6,14.17), de otro modo seréis cooperadores de los enemigos de Dios, y estaréis abriendo el camino para el Hombre de Pecado, el hijo de perdición.” (Beato Card. J. H. Newmann)

Luego de las últimas elecciones (¿serán las últimas…?), que siguen profundizando la confusión y la impostura (un comentarista sostenía muy suelto de cuerpo ayer, que esta elección “sirve para alternar el Poder entre más personas que no las de siempre, es beneficioso. En el revuelo del cambio, siempre aumenta la Libertad.") y quisiéramos decir muchísimas cosas todavía más allá de las actualizaciones del último post, pero nos parece que si otros las dicen mejor y más ordenadamente, es un honor ceder el paso, y dar gracias por ello. Agradecemos entonces a Jordán Abud (*), que nos ofrece estas claras líneas sobre el tema que, en última instancia, es absolutamente central en todo este debate que nos ha ocupado en los últimos artículos. 

Lo publicamos suscribiendo cada línea, y agradeciendo también a la Providencia, por seguir dándonos católicos lúcidos e íntegros en esta pobre patria hija de España, tan apaleada como su madre, pero que ruega todavía a Cristo Rey, aquella oración de Mons. Bonamín:

“…si prefieres para nosotros
la noche oscura de una pasión nacional,
Te pedimos, Rey de los Reyes,
no permitas que tu pueblo sea traidor:
Antes prepáranos y danos el triunfar en el martirio,
para la Gloria de Tu Divina Majestad,
en reparación por tanta historia laica,
y para que, bajo el Manto de la Virgen Soberana,
Te adoremos en la Patria Eterna,
con los que lucharon por Ti.”

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Pasó el sufragio universal, volvamos al deber cívico (por Jordán Abud)

Posiblemente ya estemos todos más tranquilos. Pasó la euforia, la expectativa y la propaganda. De manera que ahora, tal vez, se podrá pensar mejor. Que nadie nos acuse entonces de poner palos en la rueda, porque lo planteamos en el plazo más distante posible de la próxima ficción democrática, es decir a horas de la última quiniela electoralera.

No es tan complejo el planteo: que tengamos un concepto positivo de los malos, que aprobemos moralmente a los ineptos para gobernar es preocupante.

Pero el nacionalismo católico siempre denunció algo anterior que está en la base de la elección de este o aquel candidato. Y es que hacerlo bajo la forma de sufragio universal es una farsa intrínseca y un engaño en sí mismo. Nos referimos, en expresión de Genta, a la expresión de la democrática voluntad general que se concreta en la despótica voluntad de una mayoría accidental, consagrada por el sufragio en este día de hoy y que mañana será revocada por otra mayoría accidental. A esta forma contrahecha de participación es que no le reconocemos ninguna legitimada moral ni entidad como modo de involucramiento genuino en la cosa pública.

Concentremos pues el punto en la denuncia del sufragio universal, insistiendo una vez más: lo que parece no entenderse es que no sólo descreemos, desaconsejamos, huimos de la posibilidad de que personajes con nombre propio gobiernen la Argentina. En rigor, la objeción es de otro orden.

No se trata sólo de votar o no a un candidato que aparece, para sorpresa y espanto, como una solución política para estos tiempos de ruina y anarquía. Se trata de una incorrección política mayor aún, que el mundo no perdona y que constituye un pecado denunciado por laicos y prelados: atreverse a repudiar el dogma democrático en sus constitutivos esenciales.

En el marco de las reglas que el mismo sistema impone, el “deber cívico” consiste en concurrir a los comicios domingueros, elegir la papeleta correcta, depositarla cuidadosamente en la urna y que tal acto patriótico quede debidamente documentado para posteriores trámites o movimientos civiles. Haciendo esto, damos por satisfecho el compromiso con la Patria. Y además, con el deseo profundo y sincero de parte de los organizadores de que el ciudadano sienta orgullo por tal solemne acto y en lo posible recuerde la fecha de su primera votación, más que la de su bautismo. Que no falten fotos y suspiros de satisfacción.

Enmarquemos un tanto la cuestión. Hace bien Vittorio Messori en recordar que

“la ´Declaración universal de derechos humanos´ de las Naciones Unidas, en 1948, confirma y hace explícito en el artículo 21: ´la voluntad del pueblo es el fundamento de la autoridad de los poderes públicos. Esta voluntad tiene su expresión en elecciones honestas que deben realizarse periódicamente, con sufragio universal y voto secreto´” (…) “Se considera ilegítima y arbitraria cualquier autoridad que no derive expresamente del pueblo a través del voto”. Sirva al menos de pincelada histórica para imaginar de qué raíces brota este curioso “dogma”.

Pero vamos al punto, para quien pueda interesarle. Hay motivos de orden antropológico y moral, de orden sociológico y comportamental, pedagógicos, de explicación estratégico-revolucionaria para descubrir detrás del sufragio universal su intrínseca contradicción e incompatibilidad con la búsqueda del bien común. A tal punto que la consigna bien podría ser: cumpla con su deber cívico, denuncie el sufragio universal. O bien: el verdadero fraude electoral es el sufragio universal.

Podríamos extendernos en este análisis, pero reparemos simplemente en un puñado de consideraciones, enseñadas una y mil veces por nuestros maestros.

A efectos didácticos, podríamos agruparlas en cuatro:

1- El sufragio universal es una caricatura del patriotismo.

De orden pedagógico, decíamos, porque ¿cuál sería el patriotismo y la participación cívica que se propone al pedir que se ponga un papelito, en un cuarto oscuro y de modo anónimo, con el supuesto candidato a quien además, por razones obvias no se conoce más que por alguna publicidad provisoria y generalmente ficticia? ¿No es demasiado equiparar el deber ciudadano con un acto tan circunstancial y ajeno a lo propiamente humano? Porque convengamos que no se sabe qué y a quién se vota, ni constituye como tal un acto voluntario sino compulisvo. Ignorancia y coacción son dos notas del sufragio universal obligatorio, que poco hacen por sacar del ciudadano lo mejor de sí en pos del bien común. Todo lo contrario a la noción de virtud está contenido en el acto del sufragio universal (deliberación y voluntariedad, esencialmente) ¿No es verdadera convocatoria patria poner más bien los brazos y la voluntad, la inteligencia y los esfuerzos al servicio de la Nación desangrada? ¿No conlleva una subestimación intrínseca reducir a todo argentino a la cualidad de votante eventual según calendario electoral?

¿No es decadente reducir el acto de justicia filial con nuestra patria a una fila improvisada entremezclada de truculencias y aguardando por encontrarse en un “cuarto oscuro” con una lista que desconoce casi en su totalidad y que llaman “lista sábana”?  Imposible pensar en algo más reñido con la épica y la poesía.

2- El sufragio universal propone e incentiva la masificación

Razones sociológicas decíamos, porque la masa despierta las más bajas pasiones, el hombre indiferenciado y en montones es rehén de lo inferior y en la medida que el individuo sea rebajado a un número y sumergido en una totalidad sin rostro e indistinta, no es posible esperar de él más que pérdida de señorío ymanipulacion nobleza.

El sufragio universal promueve el anonimato, la anulación de las diferencias, el comportamiento en rebaño y tantos fenómenos más, no estudiados en primer lugar por la doctrina social de la Iglesia sino por la misma sociología. No lo dice sólo el nacionalismo católico, también lo dice el mundo:

“En política, el liberalismo cree que el votante sabe lo que le conviene. Por tanto, defiende las elecciones democráticas (…) Los referéndums y las elecciones tienen siempre que ver con los sentimientos humanos, no con la racionalidad humana. Si la democracia fuera un asunto de toma de decisiones racionales, no habría ninguna razón para conceder a todas las personas los mismos derechos de voto o quizá ningún derecho de voto. Existe evidencia sobrada de que algunas personas están más informadas y son más racionales que otras, y en especial cuando se trata de cuestiones económicas y políticas específicas”.

Lo dice el mismísimo Yuval Harari, tributario y símbolo de lo peor de nuestros tiempos. La demagogia, por definición, apela a lo más bajo y animalesco para lograr la captación de adhesión y consenso. Es lógico que si la Verdad es destronada por la mayoría, la política será mutada en demagogia.

Parte de la clave está aquí: cruzado este modo falaz de participación con el mito de la voluntad popular como vox Dei -lo cual es una afrenta a la potestad divina-, se afianza la pesadilla. Genta también lo denunciaba como parte de la gran farsa liberal: resulta que el hombre individual es falible, pero en masa no yerra. En “El asalto terrorista al poder”, que es, como sabemos, una cuidadosa recopilación de sus postrimeras clases, se extrañaba irónicamente: aún aquellos que admiten que cada hombre personalmente es un pecador, cuando consideran el conjunto de los hombres que integran, pongamos así, un pueblo, una noción, ese conjunto ya es inmaculado. Y todo lo que ese conjunto obra numéricamente, como expresión de la mayoría, como voluntad de la mayoría, es infalible.

Castellani también lo resumía al señalar los tres mitos del liberalismo: la soberanía del pueblo, la infalibilidad de la voluntad general, y el gobierno por asambleas, cámaras y constituciones inventadas o artificiales.

3- El sufragio universal es el modo tiránico de enmarcar cuantitativamente la participación en la cosa pública.

Dice Antonio Caponnetto que

masn“el sufragio universal es la creencia en la infalible soberanía de las multitudes omniabarcadoras, informes y heterogéneas, que otorgarían su poder al ungido por mayoría cuántica. Visión según la cual todos poseen iguales derechos participativos y representativos, sin más exigencias prácticas para erigirse en gobernantes, que la de alzarse con el favor de las masivas papeletas electorales, cifra y epítome de toda legitimidad política” **.

Por el sufragio universal rige la ley lisa y llana del quantum, no hay distinción cualitativa de ningún tipo, y las voluntades se cuentan y amontonan como quien se dedica a las matemáticas o, peor aún, a la suerte quinielera. De hecho, hoy la política no se vincula a la virtud sino a los algoritmos y las estadísticas. Y cuando llegan los tiempos electorales, en lugar de evocar gestas y héroes todos arriesgan porcentajes y pronósticos como si fueran a apostar por el número ganador probando suerte. Es que quien acepta las reglas de juego del sistema deberá conceder que el valor de la verdad lo dé el recuento fríamente matemático de votos y los cálculos aritméticos. Como si el valor de verdad en las redes lo diera la cantidad de seguidores, lo cual, como casi todos sabemos, es ridículo.

El sufragio universal (en rigor, todo el dogma democrático) está erigido sobre el reino de la cantidad, que es radicalmente subversivo e indigno de la condición humana. Si hay algo que desborda y trasciende las estadísticas y los pronósticos matemáticos es la libertad humana, sobre la que asientan las grandes decisiones de la vida.

Otro logro descomunal de la revolución es convertir lo que constituye una afrenta al honor en un motivo de orgullo patrio y personal. Nada más deplorable que ver al argentino bienintencionado salir orgulloso del cuarto oscuro, cuando lo que acaba de suceder es más bien una vejación a la propia honra. El hombre es convertido en dígito, y agradece por ello.

No podemos conceder que se mute la soberanía política por la soberanía popular. Aquella es una conquista del sacrificio y de la sangre, pero -dice Genta- la hemos cambiado, a pesar de que la historia documenta que esa soberanía política ha sido conquistada por la sangre de los soldados, de las generaciones que han dado su esfuerzo, su vida, su sangre, para lograrla. ¡Y todo a cambio de la falsa soberanía que surge de las urnas y de los votos!

4- Por lo anterior, el sufragio universal anula toda distinción, consolidando el triunfo masónico en su ideario antinatural de igualdad.

Que todos tienen derecho a opinar y decidir sobre todo es una demagogia descomunal. No resiste el menor análisis y repugna a cualquier organización social sensata. No a la democracia, claro. Nadie sensato aceptaría que indistintamente todos se inmiscuyan en todo.

Para construir un puente se recurrirá a los ingenieros, para armar planes educativos a los pedagogos, cuánto más para lo atinente a la conducción de los pueblos. Decía Castellani que los gobiernos democráticos fingen que hacen opinar de grandes cuestiones nacionales para que no opinen del precio de las papas. Cada uno a lo suyo. En su Esencia del liberalismo, el cura recuerda que el gobierno es más suave y más feliz -según enseña el Aquinate- cuando todos tienen alguna parte en él en la medida de su capacidad. Pues bien, se nos ocurren pocas cosas que contraríen más a esa diferencia de dones y limitaciones que el sufragio universal.

Y recordaba el querido Genta:

“El Estado anula aparentemente en el plano político todas estas diferencias de nacimiento, de fortuna, de condición, de cultura, de profesión, de conducta; considera al hombre como un ente abstracto y lo hace miembro imaginario de una imaginaria soberanía, copartícipe por igual de la soberanía popular; esto es, lo reduce al uno vacío e indiferente del sufragio universal, secreto y obligatorio”.

Y en otra oportunidad protestaba diciendo:

“todos somos o nos suponemos, en cuanto ciudadanos de una democracia, con autoridad suficiente para juzgar o decidir sobre los asuntos de Estado, en el gobierno de la República, sin haber estudiado ni aprendido especialmente el arte de la política y sin haber tenido jamás maestros de prudencia”.

Por el sufragio universal, son arrastradas como por un huracán todas las distinciones que conforman un pueblo: ni dones, ni proporción, ni capacidad, ni mérito, ni responsabilidad. Todo es amputado por la guillotina dulce del sufragio universal y su modo amorfo, indiferenciado y anónimo de participación.

Cuánta razón tenía Meinvielle cuando decía:

“Nada más deplorable y opuesto al bien común de la nación, que la representación a base del sufragio universal. Porque el sufragio universal es injusto, incompetente, corruptor”.

Aquello de que un buen político es un hombre ético, parece hoy de una sutileza filosófica por la cual se quiebran lanzas. Al igual que su contracara: hay que salir a recordar que un mentiroso, un ladrón, un perverso, un avaro, no está en condiciones de gobernar a los demás pues no lo hace ni en su propia vida.

No se confunda el argentino, la causa de la ruina en la que estamos y nos hundimos cada día no es el caponnettismo, es este sistema perverso ante el cual no queremos abrir los ojos. La artificialidad representativa no tiene su raíz en el nacionalismo católico sino en los partidos políticos, la denigración de los argentinos que se ven humillados una y otra vez mientras ven pasar cíclicamente a los mismos saqueadores disfrazados de políticos no se debe a los “escupeasados” de siempre, se explica básicamente por la farsa del sufragio universal.

La causa por la cual las leyes que azotan nuestra patria nos condenan como nación, se denomina soberanía popular, no negacionismo. A veces se trata de seguir en la línea de la denuncia porque sólo es cuestión de animarse a llegar a las conclusiones que cuadren. La hipocresía es no acabar el silogismo que se impone con el envión de las evidencias. Parece que el veneno de la revolución cultural es tan letal que intoxica en su inteligencia aún al propio denunciante.

El mismo Castellani calificaba a la democracia como

“la más triste de las mentiras, la mentira que ya no engaña a nadie”.

Y tal vez esto sea lo penoso. Sí, sigue engañando, con necedad culpable.

Nos doblegamos ante la farsa con sumisión intelectual, y en definitiva es lo que se nos pide: ser honestos ante la luz.

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** Aprovechamos aquí para la siguiente sugerencia: en cuanto al sufragio universal, quien quiera encontrar el desarrollo de los fundamentos, la documentación pertinente, la contextualización histórica, las distinciones necesarias y el magisterio respectivo tiene a disposición los libros de nuestro querido amigo y maestro Antonio Caponnetto: La perversión democrática (recientemente reeditada), La democracia. Un debate pendiente. Tomos I y II, y Democracia y Providismo. Se podrá compartir o no, discrepar o no, apreciar o no, incluso entender o no. Pero todo supone una medida anterior: leerlos.

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(*) Jordán Abud es Licenciado y Doctor en Psicología por la Universidad del Salvador. Docente, consultor académico y conferencista. Ha publicado, entre otros - Aproximación a los escrúpulos. Un estudio del trastorno obsesivo compulsivo en la vida moral. Ediciones Buen Combate, Buenos Aires. 2014. - Psicología de la Niñez. Misterios y Falacias. Editorial Katejon, Buenos Aires, 2015. - Tres ensayos de psicología. Editorial Katejon, Buenos Aires, 2017. - Educación real en un mundo virtual. ¿Desafío técnico o dilema moral? Katejon, Buenos Aires, 2019. - Nosotros, los discapacitados. Una aproximación clínica, antropológica y ética a la discapacidad”. Katejon, Buenos Aires, 2021. Disponibles en Librería y Ed. Santiago Apóstol - (+54911 59909239)

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14 comentarios

  
Luisfer
Hasta cierto punto, podría asumir ciertas conclusiones sobre el sufragio. Otras, son delirantes. Pero, como conclusión, en todos estos artículos sólo se critica ferozmente el sistema de sufragio y elección de representantes en un parlamento, pero no propone nada.
La pregunta es clara:
Que proponen? Qué alternativa dan? Están abogando por una dictadura?

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V.G.: Ante todo reconozcamos que la democracia se puede convertir muy bien (y es el camino preferido del enemigo) en totalitarismo.
Aquí se aboga ante todo, por el fortalecimiento real de los cuerpos intermedios, debilitados como la inteligencia misma de la masa, que considera que no puede haber vida política sin la democracia, lo cual es una barbaridad. No se trata de un régimen específico, sino de robustecer la verdadera responsabilidad de cada uno en lo suyo, empezando por ejemplo, por la familia. Si se ha acostumbrado a delegar desde la cuna la mismísima educación de cuidado de nuestros hijos, no puede hablarse de responsabilidad ciudadana. Mire la inmensa mayoría de los colegios de Argentina, en que los padres son los grandes ausentes, y luego nos quejamos!
22/11/23 12:28 PM
  
JDominguez
Quizá me adelanto y falta una segunda parte que se publicará en unos días..., desde el punto de vista racional no tengo discrepancia alguna con el artículo, y lejos de mi suponer, que la verdad se fundamenta en la mayoría o que el gobierno elegido por sufragio universal es el mejor gobierno de los posibles; dicho lo cual, queda esa segunda parte que, salvo despiste mío, no veo, ¿De que forma se eligen a las personas que deben encargarse del gobierno de una nación?, ¿son nombrados por un grupo de sabios?, si es así ¿que baremos o que criterios se utilizan para establecer quien es sabio y que sabios son a los que se les concede esa misión?, ¿Quizá el que gobierna tiene que hacer previamente un examen-oposición para acceder al cargo? o a lo mejor no hay que elegirlos, sino que el que tenga más fuerza -no me refiero sólo a fuerza física o militar, sino económica o de presión, etc.- es el que si impone y el que se arroga el derecho a gobernar. Y más cuestiones, una vez nombrado si no hace un ejercicio correcto de buen gobierno ¿quien lo separa del poder?, ¿los mismo sabios que lo han nombrado?, pero claro si esos sabios que lo han nombrado no han ejercido correctamente su función, -son sabios que no han tenido sabiduria- ¿quien los cesa? ¿quien nombra a los otros sabios que los sustituyen?. Los problemas y errores teóricos y prácticos del liberalismo, -su relativismo, su conflicto con la verdad, el riesgo de un individualismo absoluto, y de absolutizar el mercado o al individuo -(idolatria)-, los veo y los entiendo, comprendo a su vez, que tiene aspectos positivos, por ejemplo y para no alargarme, en el ámbito pólitico, la separación de poderes...
Sea como sea, ahora queda construir alternativas racionales y buenas, lo más universales posibles, en el ámbito político, si no el discurso me queda corto: el liberalismo es muy malo...pero ¿que alternativa propongo? -ya ha habido algunas (leáse comunismo, y no parece que sea una alternativa humana)
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V.G.: La primera alternativa urgente, imperiosa, es fortalecer los cuerpos intermedios, y entre ellos, en todo el país, establecer redes fluidas de comunicación. No ser inmediatistas, y no desconfiar del grano de mostaza...
22/11/23 3:07 PM
  
Néstor
O hay sufragio universal, o sufragio particular, o no hay sufragio. Si hay sufragio particular, de todos modos lo que se impondrá será el dictamen de la mayoría, sólo que será una mayoría menor. Si no hay sufragio, no se ve que subsista la República, que sin embargo es uno de los regímenes admitidos por la Iglesia.
Por otra parte, el sufragio particular supone determinar quiénes son los que pueden votar. Si el criterio es que sólo pueden votar los que tienen conocimientos e inteligencia, la pregunta es quién certifica eso.
Por otra parte, todo régimen humano es imperfecto. El hijo primogénito del rey puede ser un perfecto incapaz. El diploma de experto de alguien puede ser comprado. De nuevo, si el criterio es que sólo pueden votar los que tengan una buena posición económica, ésa no necesariamente ha sido adquirida de modo ético. Tampoco el ser padre de familia convierte a nadie en experto en temas políticos y sociales.
Pero la persona que vive donde los ingenieros quieren hacer el puente puede que tenga algo que decir y que sea importante, por ejemplo, que hubo plata de por medio para que el puente se hiciese precisamente donde ella vive, ignorando temas de seguridad.
Saludos cordiales.
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V.G: Claro, Néstor; por lo menos un criterio geográfico más acotado, es más razonable. La votación "inter pares" tiene mucho más lógica que el adefesio que padecemos, y hasta pienso que sería mucho más controlable. Claro que todo régimen es imperfecto, pero está en el hombre buscar opciones lo mejor posibles, y no conformarse con lo que se tiene adelante cuando es evidente que está muy lejos de ser lo mejor, como corrupto y corruptor, y hace agua por todas partes...
22/11/23 3:43 PM
  
JSP
1. El único sistema democrático que conocía es el de EE.UU., pero el voto digital y la no ficalización del voto manual presencial o por correo deriva en pucherazo.
La democracia en América. Alexis de Tocqueville.
2. Todo depende del nivel de corrupción en el país, de la falta de virtud de la justicia.
3. De momento Milei no va mal:

- Provida:
https://www.eldebate.com/internacional/20231123/argentina-abre-etapa-provida-eliminara-milei-ley-abortonbsp_155569.html

- Bien común:
Reducción de 20 ministerios a 8 para combatir la inflación. Recordemos que la inflación es el impuesto de los pobres. El señor Milei les va a dar mayor prosperidad, dignidad de la persona.
De momento, todo católico a pesar de los incrédulos.
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V.G.:
De momento, entre los nombres que el Gobierno electo tiene en carpeta está el de Ivana Bloch que se manifestó a favor de despenalizar el aborto, y el filicidio -durante el período puerperal-.
Fuente: https://www.notivida.org/boletines/1342_.html

La futura canciller Diana Mondino está abocada al diálogo con embajadores y líderes exteriores con la asesoría del exministro de Relaciones Exteriores del macrismo Jorge Faurie, abogado y diplomático argentino, ex ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación Argentina con Macri. Anteriormente fue embajador de la República Argentina en Francia. Es la primera persona abiertamente gay en ser elegida ministro en la historia argentina.
Desde este cargo firmó una serie de acuerdos ratificados con el entonces canciller británico Boris Johnson, en la reunión del G20; que deja en manos de los kelpers y el gobierno británico el manejo de más de 3 millones de km² de plataforma marítima argentina. El acuerdo de Faurie transfirió al gobierno colonial de las islas Malvinas la propiedad y el control de los recursos desde el paralelo 48.3 al paralelo 60. Ellos van a tener el control pesquero, manejar las licencias y empezar a buscar nuevas especies; desde el norte del archipiélago hasta el límite antártico.
Una pinturita.
23/11/23 10:11 AM
  
Centurión Cornelio
Excelente, es mucho lo que se puede decir sobre el tema.
El sufragio universal parte de la idea más fuerte de la ideología democrática (pues la democracia es ante todo una ideología), idea que comparte con el comunismo, con el que tanto tiene en común: el igualitarismo.
Esta forma en la que las democracias encuentran su justificación (una supuesta voluntad popular que ellas mismas se encargan de construir), necesita fomentar por cualquier medio la división interna de los países, encrespar los ánimos, avivar rencores, dividir a la población en bandos o partidos irreconciliables, incapacitando a las naciones para grandes proyectos y es la situación idónea para el gobierno mundial del dinero.
Además, la democracia precisa de un tipo humano por mil modos degenerado y aquí también va de la mano con el capitalismo, en quien tiene un aliado.
En fin, que el tema se podría desarrollar ad aeternum, y desde Sócrates se han dicho mil cosas ingeniosas y muy ciertas para ridiculizar un sistema que puede llegar a ser aceptable según el carácter de los pueblos y las circunstancias históricas, pero difícilmente justificable como fundamento del gobierno.
23/11/23 7:38 PM
  
Masivo
La opinión de Néstor de las 3.43 es impecable.

Yo añadiría que si alguien se siente excluido de toda participación en decisiones que le afectan, tiende a desvincularse de esas decisiones, a evadirlas, o a buscar vías de hecho.
23/11/23 7:41 PM
  
Argia
Quizás para los de de su grupo de pensamiento, la mejor sugerencia sería que le monten el pollo a Nuestro Señor, porque a pesar de su catolicidad, parece que no estan contentos con lo que permite el Señor del Universo. Podrian decirle: ¿ pero como es posible que hayas permitido dos políticos de esta calaña para gobernar Argentina ? y el ¿ Sufragio Universal ? pero que escandalo, nunca vamos a saber si nos gobierna un cretino o un sabio. Asi pueden ir y presentarle todas sus quejas.
Claro que su situación, parece mejor que la de los católicos de muchas épocas y lugares.
Quizás se les olvide dar gracias, porque no les ha tocado vivir en la dictadura nor coreana donde hay catolicos, que tienen unas durísimas circunstancias de vida, o en Afganistan, sobre todo siendo mujer, o en China etc.
No creo que se trate de quejarse, porque no se dan las circunstancias que me parecen, e increpar a los que han votado.
" No te pido que los saques del mundo, sino que los preserves del maligno"
Todo lo que permite Dios es para nuestro bien.
San Pablo dice con quien no debemos mezclarnos, pero entre ellos no estan los votan en una Democracia.
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V.G.: Argia, si Dios permite todo para nuestro bien, no se queje tampoco de Afganistán o China, ¿o allí no está también Dios providente? En medio de ello, nuestro deber es siempre buscar el mayor bien posible, y no el mal menor, ¿me comprende?...
Su pensamiento es muy simplista, así que no voy a extenderme en respuestas.
Paz y bien.
23/11/23 8:25 PM
  
Anastasia
La propuesta, contestando a Luisfer , es que el sufragio NO SEA universal. Eso implicaría que se estructure de otra manera el entramado político social. Por ejemplo, los gremios que representan a cada profesión u oficio podrían tener su representante y obviamente ser elegido por sus pares. Se supone que habría más conocimiento sobre los candidatos. A su vez , los gremios formarían los cuerpos intermedios entre la base social y el gobierno general. O sea, el destierro de los partidos políticos, sectarios y artificiales.
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V.G.: Exactamente. Gracias Anastasia.
24/11/23 3:07 AM
  
JDominguez
En respuesta a Anastasia, puedo entender desde un punto de vista racional lo de que el sufragio no sea universal, -no lo comparto, pero entiendo perfectamente ese punto de vista- pero lo que hay que concretar es como se estructura de otra manera el entramado político-social. Soy español, y no conozco a fondo la realidad Argentina, a pesar de que tengo familia alli, pero tengo la desgracia de no haber estado nunca en ese maravilloso pais... Habla de gremios que representan a cada profesión, vale, pero estamos en el S.XXI, no en el s.XIII, o en la primera mitad del siglo XX, donde o bien teníamos una sociedad estratificada o bien una sociedad industrial, con obreros y empresarios muy definidos, hoy en una sociedad post industrial, muchos jóvenes se incorporan al mercado laboral a los 23-25 años, despues de sus estudios, postgrados.... en esos años de formación ¿quien los representa?.
Cuando habla de gremios y sus representantes, se ¿refiere a los sindicatos, que al menos en España están totalmente politizados?, y en España tenemos mas de 2,5 millones de desempleados ¿quien los representa?. Y hoy hay mucha movilidad laboral y funcional, y tres millones de funcionarios -que en peso relativo, podrían suponer una verdadera dictadura burócrata-... Repito la idea de mi comentario anterior, no se trata de simplemente decir el Sufragio universal es muy malo, sino de construir una alternativa razonable y fundamentada.
Tengo un amigo, muy buen amigo, vamos a llamarlo tradicionalista -no me gusta el término, porque huyo de encasillar a nadie- pero para simplificar; me dice siempre, el liberalismo es pecado, y aunque no estoy de acuerdo del todo, le digo Ok y ¿la alternativa?: Dios, Patria y tradición, me constesta; vale... pero tendrás que desarrollarlo un poquito, porque sólo con eso, bajo del piso tercero donde vivo y llego hasta el portal, pero de ahi no paso porque no da para más, y en mis lecturas sobre el tema, me pasa siempre esto, los males del liberalismo los entiendo, las alternativas, -cristianas, me refiero, no a una dictadura comunista -muy poco desarrolladas y fundamentadas.
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V.G: Obviamente un cambio de sistema político no se da de la noche a la mañana (ni siquiera mediante guillotina...), y considero que una de las primerísimas tareas para un cambio es el fortalecimiento de los cuerpos intermedios, entre los más allegados y entre personas concretas con intereses comunes.
Es también una tarea de reconstrucción del sentido común, no creo que haya que inventar la pólvora, pero estamos tan automatizados por la ideología, que lo más natural (por ejemplo, que los padres eduquen a los hijos, o que se privilegien las relaciones personales, sin tanta mediación virtual) termina resultando algo extraño, obsoleto, desactualizado.
¿Es realmente imposible despolitizar los sindicatos o restaurar los gremios, añadiendo nuevas asociaciones adaptadas a la movilidad social actual? En los años de estudio, ¿cree imposible la constitución de asociaciones de estudiantes regidas según principios de orden natural y católico, sosteniendo la formación profesional, resistiendo a las corrientes ideológicas que todo lo tuercen en muchas universidades, "formateando" las mentes al estilo demoniocrático?...
24/11/23 1:21 PM
  
Cos
"Yo añadiría que si alguien se siente excluido de toda participación en decisiones que le afectan, tiende a desvincularse de esas decisiones, a evadirlas, o a buscar vías de hecho".

Creo que la palabra clave aquí es "siente". Actualmente en Argentina o en España la gente no participa en la toma de decisiones y no parece tan desvinculada. De igual manera, la gente tampoco participa en la toma de decisiones de los clubes de futbol e igualmente no parece sentirse del todo desvinculada de éstos.
Es mas, yo diría que gran cantidad de personas que no han participado en absoluto en la toma de decisiones que le afectan luego las defienden a éstas con verdadero furor futbolístico. Iría mas lejos: muchísimas personas que no participan en absoluto en la toma de decisiones que le afectan defienden estas decisiones con tanto furor futbolístico como las decisiones en sentido exactamente inverso que son tomadas poco tiempo después sin tener en ello participación alguna. Incluso se da que mucha gente defiende con furor futbolístico decisiones que se toman sin tomar en cuenta su participación creyendo antes que se iban a tomar las contrarias.
Porque la idea de que el sistema democrático realmente existente es un sistema participativo es otro de los grandes mitos. ¿Ustedes saben de alguien que le haya preguntado a alguien si se debe de construir un puente? Generalmente la forma de actuar de la mafia política realmente existente es la de justificar todas sus acciones bajo el argumento de que el voto electivo les faculta y legitima para hacer todo aquello que les venga en gana.

En general, la participación del ciudadano medio en política, en cualquier sistema que sea medianamente civilizado, se hace a través de iniciativas populares e interlocución directa con las autoridades públicas. Y eso ya se hacía en el Antiguo Régimen. En el Antiguo Régimen muchas leyes o decisiones políticas se adoptaban a través de algo parecido a la iniciativa popular. Por ejemplo, varios municipios pobres se unían, contrataban a un representante con poderes y éste viajaba hasta la corte o a la instancia correspondiente para presentar su solicitud. Es importante entender que la participación se hace a través de asociaciones donde se integran las personas afectadas y que el mandato que asuma esta asociación sea la defensa específica de estos intereses particulares, no ideas generales.
No defiendo con ello el antiguo régimen, el cual solo puede ser comprendido desde la perspectiva de una sociedad estamental que hoy en día no tiene sentido, pero lo pongo como ejemplo de los tantos mitos que se utilizan a la hora de legitimar el actual sistema.
También existe el modelo de democracia que en España defienden algunos grupos de opinión -por supuesto, minoritarios y silenciados por el sistema-, basado en el diputado de distrito. Aspirante a diputado, representante de un distrito con un tamaño de unos 200000 habitantes -tamaño asumible-, con oficina abierta, que atienda a los problemas concretos de sus representados, con mandato imperativo.
Como ha dicho Virginia, la cercanía o la materia de discusión son criterios buenos y razonables a la hora de ejercer el voto responsable. Siempre con mandato imperativo y sobre cuestiones moralmente lícitas. Añadiría ciertos estándares de merito, tanto técnico como moral, exigibles a las autoridades políticas.
Lo que es un contrasentido y ejemplo de barbarie moderna es la idea del sufragio universal, sustentada sobre el mito del pueblo. Abstracción sobre abstracción.
Otra consideración específicamente española es la de que en España ni si quiera la toma de decisiones la hacen los políticos españoles, sino que se toman en Bruselas. A veces en la ONU, otras veces ... quién sabe donde, en la City de Londres o en el consejo de alguna corporación ...
Y este es el camino que parece que están tomando los tiempos: la soberanía de las naciones anulada, mientras el "pueblo" se "siente" partícipe a través del sufragio universal y malgasta sus energías en batallas inútiles cuando no inicuas.
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V.G.:"ni si quiera la toma de decisiones la hacen los políticos (DE CUALQUIER PAÍS), sino que se toman en Bruselas. A veces en la ONU, otras veces ... quién sabe donde, en la City de Londres o en el consejo de alguna corporación ..."

Creo que por allí va el eje del problema. Muchas gracias por su comentario, Cos!
24/11/23 11:57 PM
  
Cos
Por cierto, los partido políticos no solo son sectarios y artificiales, como dice Anastasia, sino que también son ORGANIZACIONES PRIVADAS que defienden sus intereses particulares. Si, ya se que en la Constitución Española los describe como algo parecido a instituciones públicas abiertas a todo el mundo y democráticamente participativas, instrumento de la acción política popular ... Jeje.
25/11/23 12:01 AM
  
Federico Ma.
En realidad, toda votación o sufragio según el cual queda determinado como gobernante el que obtiene la mayor cantidad de votos parece que estaría, según el autor, "erigido sobre el reino de la cantidad, que es radicalmente subversivo e indigno de la condición humana".

Ahora bien, tanto algunas Órdenes religiosas como el mismísimo Colegio cardenalicio de la Iglesia Católica se valen, para elegir al superior y al Sumo Pontífice, como medios lícitos, del sufragio, que es universal y obligatorio respecto de ese acotado universo, en el sentido de que han de votar todos los que conforman esos cuerpos (entre los cuales miembros suele haber notables diferencias cualitativas): en algunas Órdenes religiosas, la totalidad de los capitulares; en el Colegio cardenalicio, la totalidad de los cardenales hasta cierta edad. Entonces, ¿cuál sería la objeción respecto de este mecanismo de elección?
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V.G.: No, Federico, la objeción no es contra toda votación per se; en los casos mencionados, justamente al ser "inter pares" tiene lógica, porque nadie elige lo que no conoce, y podemos decir que precisamente eso sería lo "natural", cosa que se desvirtúa completamente en el sistema político democrático, en el que nadie sabe en realidad, qué es lo que está "eligiendo".
27/11/23 2:55 AM
  
Cos
Bienvenidos al sufragio universal:

"ella pensó que en las elecciones se votaba con el sistema de 'Gran Hermano' donde los candidatos eran 'nominados' a abandonar, lo que sucedía en diferentes eliminatorias.
Por eso votó por Milei que era el que quería eliminar. Y ahora está estresada..."

twitter.com/marcvidal/status/1729913608589512731
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V.G.: Si no fuera para llorar, sería para reírnos un mes...!
30/11/23 2:52 AM
  
Farias
Virginia:

Todos los sistemas de gobierno tienen sus agujeros.
Las peores herejías ocurrieron en Imperios y Monarquías.
Nuestro Señor fue ejecutado en el Imperio .
El sistemático ataque a la democracia en sí no es Católico.
Con todo, así como las monarquías terminaron decrépitas, hoy las democracias están padeciendo ese mal.
Estamos tendiendo a entronizar reyezuelos, tiránicos, y en varios lados llenos de depravaciones.
Hoy en nuestro país, asume una persona con más tintes de payaso que de gobernante, sin la menor experiencia de nada.
Dios dirá.

Saludos
Buena Navidad y buen año. Dios nos perdone y tenga misericordia.

Farías

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V.G.: Así es, Farías, aquí no hay posada permanente, ni régimen santísimo hecho por hombres, desde ya. Pero el ataque a la democracia en sí es muy católico, cuando se ve en ella un conglomerado de ataques al ser cristiano en general, consagrados por un principio que no es ni siquiera lógico, como es el mito de la voluntad popular.
Muy santa Navidad, de corazón. Dios nos perdone, nos fortalezca y nos otorgue fidelidad.
10/12/23 10:33 PM

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