(337) San Pío X, los liberales y la opción política -II- (por Antonio Caponnetto)

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“¿Qué sería de mí si me resignara al papel de tantos católicos, preocupados tan sólo del conservadurismo social (es decir, en resumen, de su propia conservación)? ¡Oh…! No es que les acuse de hipocresía. Los creo, por el contrario, sinceros. ¿Cuánta gente que se pretende ligada al orden no defiende más que sus hábitos y a veces tan sólo un simple vocabulario cuyos términos son tan corteses y se hallan moldeados por el uso hasta el punto de justificarlo todo sin que jamás se someta nada a discusión?” (Bernanos, Diario de un cura rural)

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“El liberalismo es un error. ¿Puedo elegir el liberalismo para alejar al comunismo? No. Debo rechazarlos a ambos. El error es el mal más grande del hombre. El liberalismo es pecado, escribió Sardá y Salvany, un librito muy útil para la Argentina que habría que proponerle a Emecé.

Si hay una discusión entre siete hombres, uno de los cuales dice que dos más dos son cuatro, otros tres dicen que dos más dos son cinco, y los tres restantes que dos y dos son cuatrocientos, ¿deberá el primero ponerse de parte de los del cinco porque es un error menor? Aquí en la Argentina muchísimos se pondrían de inmediato, sobre todo si les dan a ellos 5 por cada 2 y 2”. (R.P. Leonardo Castellani, “El mal menor”, febrero de 1958).

A fin de dar una visión más completa sobre la posición de S. Pío X acerca del liberalismo, publicamos aquí el segundo escrito de A. Caponnetto con referencia a ello. Aunque puede repetirse algún concepto, es complementario del post anterior, y lo exponemos íntegramente con la esperanza de que constituya un interesante aporte para el discernimiento sobre una posible participación de los católicos en política al margen del sistema hoy vigente.

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 San Pío X, los liberales y la opción política -II- (por Antonio Caponnetto)

-En el capítulo tercero de nuestro libro “La perversión democrática” (cfr. reciente reedición ampliada, Buenos Aires, Santiago Apóstol, 2023, p. 329 y ss), hay un subtema denominado “El mal menor”. Ese tema, a su vez, se subdivide en varias cuestiones, siendo la 5º la llamada “Propuesta de votar al candidato menos indigno”.

Dicha “Propuesta” fue el fruto de un intenso y acalorado debate entre católicos españoles integristas y no integristas, ocurrido a principios del siglo XX, concretamente en 1905, sobre todo a través de las páginas de la publicación La Razón Española. La polémica fue tan caldeada y resonante que obligó a la intervención de la Jerarquía Eclesiástica, y obligó en última instancia a una participación mediadora del mismo Pío X. Este es el primer contexto que no puede omitirse. No existe un San Pío X pidiendo “votopartidar”, o eximiendo de culpas al sufragio universal y a la partidocracia. Existe, sí, un Papa que se ve obligado a mediar en un conflicto local, de carácter regionalista, y que, como veremos, falla con prudencia y cautela.

-La noticia de este debate entre integristas y no integristas españoles, fue dada a conocer en la Argentina en el año 2007, por laicos y sacerdotes prestigiosos vinculados a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X.  Aclararon ellos, entonces, y de un modo tan expreso cuanto rotundo, que de ningún modo, al anoticiar sobre este punto, se quería “alentar la participación de los católicos en la farsa electoral, porque si hay algo que fue llevando a los Estados cristianos a la catástrofe en que nos hallamos, fue creer imposible la resistencia a los dogmas republicanos de la Revolución”.

Este es el segundo contexto que no puede omitirse; y se comprende que haya quienes lo omitan. Pues si hay un sayo que penosamente les cabe es el de creer imposible, en la práctica, la resistencia a los dogmas democratistas. Antes bien, sus propuestas y sus conductas operativas se encolumnan entre quienes optan por aceptar las reglas de juego del sistema, participando del mismo.

-El debate entre los españoles, concretamente entre los sacerdotes Minteguiaga y Villada, tuvo, por un lado, cierta cuota exasperante de casuística, que no hacía sino enredar y enredar el objeto de análisis, hasta tornar difícil cualquier esclarecimiento. Y tuvo asimismo el transfondo urgido y urgente de quienes deseaban hacer algo para frenar el avance de las fuerzas masónicas en la propia patria. Intervino Nocedal, exasperado y con cien buenas razones en su cabeza, para quejarse amargamente de las maniobras malminoristas. Y gritó a los cuatro vientos lo que toda persona sensata ya sabía; esto es, que el mal menor sigue siendo un mal; y que si de participar se trata en la vida política para prestar un servicio al bien común, lo ideal sería “unir a los católicos en el amor de la verdad íntegra, en el odio a todo mal y en la lucha contra todos los partidos liberales, hasta vencerlos y exterminarlos. ¡Jamás puede ser lícito favorecer a ningún partido liberal, por manso, hipócrita y pérfido que sea”.SPX y MerrydelVal

Este es el tercer contexto que suele omitirse. La pugna era alrededor de la cuestión del mal menor; más detalladamente, alrededor de un aspecto singular del mismo, sobre si es posible discernir un candidato menos indigno que otros, y en ese caso, darle o no algún apoyo. Contexto relevante según analizamos en su momento, porque la verdad es que la casuística no alcanzó ni alcanza para este discernimiento, dejando sus aportes un marco espacioso para la duda, el error y las equivocaciones prácticas. A diferencia de aquellos a los que hemos visto expedirse a favor del masomenismo y del facticismo de sesgo maquiavélico, este debate y sus implicancias conceptuales y prácticas ponía de relieve la cantidad de cuidados morales que había que sopesar a la hora de participar en la vida política.

-Sirva recordar, además, complementariamente, que cuando San Pío X tuvo esta mediación sobre la elección del mal menor, las elecciones municipales o provinciales a las que se aludían en el debate, solían ceñirse a mandatos administrativos, sin compromisos partidocráticos definidos, prevaleciendo en ellas los juegos de sectores de influencia, no las competencias que hoy conocemos como electoralistas y partidistas. Son, a todas luces, situaciones diferentes.

-A todo eso, ¿qué es lo que ha dicho San Pío X en el debate en el que se vio inmiscuido y tuvo que terciar con todo el peso de su autoridad? San Pío X, el 20 de febrero de 1906, remitió una carta sobre el tema al Obispo de Madrid, la cual a nuestro juicio -y a pesar de que fue usada por aquellos aludidos mitigadores profesionales de la verdad- es el aporte más aprovechable que nos deja este episodio. San Pío X campea por encima de la disputa suscitada por las notas de Razón Española. No se inclina por la doctrina del mal menor ni por el principio del doble efecto, sino por un consejo prudencial aplicable a un tiempo y a un espacio determinado. Afirma que la doctrina del mal menor comunicada por Minteguiaga y Villada nada contiene ‘que no sea enseñado actualmente por la mayor parte de los Doctores de Moral’, y llama a los católicos a deponer ‘las antiguas discordias de partido’ para luchar en beneficio material y espiritual del país. Ninguna casuística asoma en su carta al Obispo, ni preceptiva que cueste descifrar, ni longitud de palabras innecesaria. Ninguna táctica malminorista ni tibieza de procederes. “Tengan todos presente –dice- que ante el peligro de la religión o del bien público, a nadie es lícito permanecer ocioso. Es menester que los católicos […] dejados a un lado los intereses de partido, trabajen con denuedo por la incolumidad de la religión y de la patria”.

-Es decir, no al abstencionismo o neutralismo político, y no al partisanismo disociador. En consecuencia -y condescendiendo a un terreno más acotado y operativo, puesto que para eso había sido consultado- será aceptable y deseable, sostiene, que “tanto a las asambleas administrativas como a las políticas o del reino vayan aquellos que, consideradas las condiciones de cada elección y las circunstancias de los tiempos y de los lugares,[…] parezca que han de mirar mejor por los intereses de la religión y de la patria en el ejercicio de su cargo público”. Si hay que elegir, pues, en ámbitos municipales o locales, a quienes tengan que desempeñarse en asambleas administrativas o políticas, el consejo prudencial del Pontífice es muy claro. No a los males menores ni a los menos indignos, sino a aquellos que “han de mirar mejor por los intereses de la religión y de la patria en el ejercicio de su cargo público”.

-La verdad es que en buena hora se nos vengan encima todos los textos del pontificado de San Pío X; incluso este que volvemos a reproducir y que en nada contradice lo que venimos enseñando. Sencillamente porque el Papa no está llamando al mundo católico a una campaña política demoliberal y sufragista, partidocrática y electoralera, sino que le está diciendo a los católicos españoles que viven un conflicto determinado, en una región determinada, que traten de solucionarlo del mejor modo posible: velando por los intereses de la Religión y de la Patria.

-En cuanto a la molesta prevención estampada entonces, volvemos a reiterarla. Porque no es posible que –como han hecho algunos, y no sólo de orientación progresista- este buen consejo pastoral ofrecido para dirimir una reyerta de circunstancias, sea tomado como un dogma, según el cual, y poniendo en contradicción consigo mismo al Papa San Pío X, éste aparezca justificando y santificando a la democracia liberal.

-San Pío X, en los textos fundantes de su pontificado, expresa reiteradamente las admoniciones y las reprobaciones contra el pecaminoso y maldito sistema liberal y democrático, y en especial contra aquellos católicos modernistas que manifiestamente optan por calificarse como demócratas y cristianos. E supremi apostolatus, Gravissimo officii, Lamentabili sane, Notre charge apostolique, Vehementer nos, y tantos otros documentos eximios están frente a nosotros, para que nos dejemos de estupideces votopartidizantes, y nos dispongamos a la lucha para Instaurar todo en Cristo.Tal, por si alguien lo ha olvidado, el lema pontifical de San Pío X.

Pero debemos decir otras cosas al respecto.

-San Pío X es el autor de una encíclica titulada Il fermo proposito, dada en Roma, el 11 de junio de 1905. En rigor es una carta dirigida a los obispos de toda Italia, que sienta un precedente válido para el resto de los países. El Papa se muestra especialmente preocupado por los caminos que deberían seguir los católicos dedicados a la acción social y política. Y propone tres cursos de acción, precisamente para que esa acción social y política tenga fisonomía propia y se diferencie de la de aquellos que no son hijos fieles de la Iglesia, o la de aquellos a quienes nada les importa aliarse con el inicuo sistema.

Bto Toniolo- El primer camino es el de constituir una Unión Popular, bajo la presidencia de un noble: el conde Medolago Albani. La Unión Popular no era un partido político ni cosa parecida, sino una escuela de formación, de adoctrinamiento y de militancia apostólica en pro del bien común.

- El segundo camino fue la creación de una Unión Económico-Social, bajo los auspicios de otra figura patricia, el Comendador Paolo Pericoli. Al igual que la Unión Popular, esta asociación no tenía ni los caracteres ni los fines de los partidos políticos.

- Y el tercer camino era la constitución de una Unión Electoral, al mando de Giuseppe Toniolo, personalidad relevante beatificada por Benedicto XVI, el 29 de abril de 2012. Toniolo, habrá que recordarlo,tampoco era un partidócrata ni un puntero electoral. Padre de siete hijos e intelectual de cierto fuste, su mayor preocupación política estuvo puesta en la vigencia y en la utilidad de los cuerpos intermedios, y en el testimonio docente de la Doctrina Social de la Iglesia. Valdría la pena sopesar y evaluar su figura, próxima al pensamiento tomista, a la espiritualidad teresiana y amigo personal de San Juan Bosco (Cfr. vg. Rita María Cancio, José Toniolo. Discípulo de Santa Teresa de Jesús,apóstol de la Acción Católica, México,Botas, 1956)..

Si se lee con detenimiento este proyecto socio-político de San Pío X estampado en Il fermo proposito, se advertirá de modo claro que el Pontífice, continuaba y prolongaba la decisión del Non Expedit, tomada por sus antecesores. Hace una expresa referencia diciendo:

“Gravísimas razones Nos disuaden, Venerables Hermanos, de seguir la norma decretada por Nuestro Antecesor de feliz memoria Pío IX, y continuada después por el otro Predecesor Nuestro, de feliz memoria León XIII, en su largo pontificado, en virtud de la cual queda, generalmente, prohibida a los católicos en Italia la participación en el poder legislativo”(Pío X, Il fermo proposito, 17).

Pero también es cierto que, en el mismo punto, el Papa no descarta la posibilidad futura de que ciertos católicos quieran o deban “tener parte directa en la vida política del país por medio de la representación popular en las cámaras legislativas”; lo cual puede suceder “en casos particulares” y pidiendo [los interesados] “la oportuna dispensa”, si es que está en juego “el supremo bien de la sociedad” (Ibidem).

Lo interesante es que, para esos casos futuros que prevé el Pontífice, se establecen algunas condiciones, pero una muy particular que no debe pasar inadvertida:  

“Pero la posibilidad de esta benigna concesión Nuestra ha de poner  a los católicos en la obligación de prepararse cuerda y seriamente, para la vida política, cuando a ella fueren llamados. Por eso, importa mucho que aquella misma actividad, loablemente ejercitada ya por los católicos en prepararse con buen régimen electoral a la vida administrativa de los Municipios y Concejos provinciales, se extienda por igual a prepararse convenientemente y a organizarse para la vida política, según que lo recomendó con oportunidad en su Circular del 3 de diciembre de 1904 la Presidencia general de las Obras económicas en Italia. Al mismo tiempo se tendrán que inculcar y seguir en la práctica los demás principios que regulan la conciencia del verdadero católico. Porque el verdadero católico ha de tener presente, ante todas las cosas y en cualquier coyuntura, que ha de portarse como tal acercándose a los empleos públicos y desempeñándolos con el firme y constante propósito de promover, según su posibilidad, el bien social y económico de la patria, particularmente del pueblo, conforme a las máximas de la civilización puramente cristiana, y de defender al mismo tiempo los intereses supremos de la Iglesia, que son los de la religión y de la justicia”(Ibidem, 18. Las negritas son nuestras)..

-Como según parece esta encíclica Il fermo proposito no fue todo lo acatada que el Santo Padre hubiera deseado,promulgó otra, el 28 de julio de 1906, titulada Pieni l’animo di salutare timor. Se prescribe en la misma:

“Por lo demás, Venerables Hermanos, a fin de poner un dique eficaz a esta desviación de las ideas, y a esta propagación del espíritu de independencia, con Nuestra autoridad prohibirnos de hoy en adelante a todos los clérigos y sacerdotes dar su nombre a cualquier asociación que no dependa de los Obispos. De modo especial y nominalmente prohibimos a los mismos, bajo pena para los clérigos de inhabilidad para las Sagradas Ordenes y para los sacerdotes de suspensión en el acto de las cosas divinas, inscribirse en la Liga Democrática Nacional, cuyo programa es el de  Roma-Torrette del 20 Octubre de 1905, y el Estatuto, sin nombre de autor, fue impreso en Bolonia a la vera de la Comisión Provisoria[…] Prevenid el mal, en donde afortunadamente aún no se muestra; extinguidlo con rapidez allí donde recién ha nacido; y donde por desventura es ya adulto, extirpadlo con mano enérgica y resuelta”(Pío X, Pieni l’animo di salutare timor, 22-23)..

Se nos permitirá glosar lo necesario, pues los textos precedentes se comentan solos:

a) San Pío X diseña una opción política para los católicos. Mientras en el plano teórico o conceptual sostiene dicha opción en el firme rechazo del liberalismo, del socialismo, de la masonería y de la democracia cristiana; en el plano práctico encarrila esa opción mediante instituciones o asociaciones que nada tienen que ver con los partidos políticos, y que más bien están muy cerca de los tradicionales cuerpos intermedios.

b) San Pío X no cree en el sufragio universal y mantiene la consigna de no votar ni ser votado, válida para los italianos, mientras durase el conflicto entre el poder temporal y la autoridad petrina. Pero previendo que dicho conflicto llegaria un día a su fin, decidió preparar a los católicos con la mejor formación posible, y aún con las mejores medidas de alcance práctico. Es entonces que habla de “prepararse con un buen régimen electoral”. La fórmula textual no abriga lugar a dudas. No es bueno el régimen electoral vigente del sufragio universal. Es necesario buscar otro modo para que los ciudadanos puedan designar y ser designados. Algo que encaja perfectamente en la doctrina clásica de la Iglesia al respecto. No al sufragio universal. Sí a un buen régimen electoral.

c) San Pío X (y en esto, si se nos permite la comparación, coincidiendo sin saberlo con Rodolfo Irazusta), pensaba que el único modo de mitigar los males inherentes del sufragio universal -cuya extinción no podía ejecutar- era que resultase lo menos universal posible. Esto es, que se transformara en algo distinto de lo que es. Por ejemplo, que se acotara a elecciones comarcales, aldeanas o regionales, en las cuales los vínculos entre electores y elegidos respetaran más la escala humana o corporativa, o atenuaran en algo los males del cuantitativismo anónimo y disoluto. Por eso, entre otros motivos, terció en el famoso debate entre Minteguiaga y Villada, que incidía en una porción determinada de ciudadanos con un problema lugareño por resolver; y por eso, a la hora de plantear la posibilidad de hacer excepciones o de conceder permisos especiales en materia de representación popular, recomienda que sea en municipios o en consejos provinciales; y pauta las condiciones de esos eventuales representantes de manera muy firme. Las repetimos:

“el verdadero católico ha de tener presente, ante todas las cosas y en cualquier coyuntura, que ha de portarse como tal acercándose a los empleos públicos y desempeñándolos con el firme y constante propósito de promover, según su posibilidad, el bien social y económico de la patria, particularmente del pueblo, conforme a las máximas de la civilización puramente cristiana, y de defender al mismo tiempo los intereses supremos de la Iglesia, que son los de la religión y de la justicia”.

d) San Pío X condenó sin atenuantes, y con severas penas, a los católicos democráticos y partidocráticos liberales y modernistas. Sean los de Le Sillon, los de la Liga Democrática Nacional, los seguidores de Rómolo Murri, George Tyrrel, Lucien Laberthonnière, Le Roy, Fogazzaro o Bureau. Es decir, no solamente a los italianos que tenían vedado involucrarse en el Régimen por el motivo agregado de las tensiones entre el mismo y el Papado, sino a todos aquellos que adhirieran a posiciones heterodoxas. En diciembre de 1903, incluso, publicó el Motu Proprio Fin dalla prima nostra en el cual delineaba una normativa fundamental para la acción social de los católicos, en contraste neto con las llamadas ideas o corrientes católico-democráticas.

Nos dice allí el Papa:

“la Democracia Cristiana no debe tener nada que ver con la política, y nunca debe ser capaz de servir a tales fines o a los partidos políticos; este no es su campo; pero debe ser un movimiento benéfico para el pueblo, y se basa en la ley de la naturaleza y los preceptos del Evangelio.  La Democracia Cristiana en Italia debe abstenerse de participar en cualquier acción política, pues está en las actuales circunstancias prohibidas a todos los católicos, por razones de orden más elevado”(Pío X, Fin dalla prima nostra, XIII).. “Los  escritores demócrata-cristianos deben, como todos los otros escritores católicos, presentar a examen todos los escritos que se refieren a la religión, la moral cristiana y la ética natural, en virtud de la Constitución Officiorum et munerum (Art. 41)[…].Deben obtener el consentimiento previo para la publicación de los escritos de carácter meramente técnico” (Ibidem, XVII)..

Conste que los condenados, lejos de rectificar sus yerros, le declararon una guerra sórdida al Santo Padre, como sucedió precisamente con la Liga Democrática Nacional.

e) San Pío X -y es el juicio descalificador de un modernista el que sin querer lo pondera de modo excelso- representaba

“una Iglesia demasiado anclada en un pasado que no volvería, y en un talante intransigente incapaz de dialogar con una sociedad cada día más plural y secularizada[…]. No estaba dispuesto a que los más intelectuales escandalizaran a los más sencillos […]. Tomó el nombre de Pío en recuerdo de los pontífices de tal nombre ‘que en el último siglo se opusieron con coraje al multiplicarse de las sectas y de los errores’. El filósofo francés Blondel señaló que la elección del nombre ya era una indicación de la dirección del pontificado y, de hecho, da la impresión de que se sentía más identificado con el talante de Pío IX que con el de su inmediato predecesor, de quien pensaba que había sido demasiado contemporizador[…].

No era un optimista con relación al tiempo que le tocó vivir. ‘Nuestro mundo sufre un mal: la lejanía de Dios. Los hombres se han alejado de Dios, han prescindido de Él en el ordenamiento político y social. Todo lo demás son claras consecuencias de esa postura’ escribió en su primera encíclica[…]. Creía que no se podía separar lo que pertenecía a la Fe y las costumbres de lo que era propio de la política. Esto llevaba naturalmente a preferir las asociaciones de tipo confesional y a rechazar las tendencias más autónomas o los intentos interconfesionales[…]. Condenó con determinación [a los modernistas] y rechazó el cristianismo democrático que ellos defendían[…]. En mayo de 1911, con la encíclica Iamdudum in Lusitania, denunció en la legislación de la Nueva República Portuguesa la voluntad ‘de despreciar a Dios, repudiar la fe católica, injuriar al romano pontífice, dividir a la Iglesia’[…]. No tembló su pulso y condenó, desterró, reprendió y modificó organigramas, personas, libros y situaciones con absoluto desparpajo”(Juan María Laboa, Los Papas del siglo XX, Madrid, BAC, 1998, p.16-24. Bastardillas nuestras)..

-No habrá solución ninguna votando con la mentira universal del sufragio universal, único vigente en el país; y participando de esas estructuras de pecado que son los partidos, insertos formalmente en la canallesca partidocracia. Lo grave, claro está, no es la incongruencia brutal e hiriente de esos católicos ignorantes y confundidos, sino la de quienes los han llevado a justificar lo injustificable, haciéndoles creer que puede ser virtuoso defender la Argentina y la Religión votando o participando de los partidos políticos, cuando lo que están haciendo es volverse cómplices directos y activos de los enemigos de la Fe Católica y de la Patria.

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29 comentarios

  
Mn. Jaime Mercant Simó
Como en el anterior post, reitero mi valoración positiva. Gracias por ser tan claros en esta hora de tinieblas!

La Iglesia debería condenar el «sistema democrático» contemporáneo, esto es, sus principios, sus conclusiones y su desarrollo, que se imponen de modo despótico, anulando la institución natural de la familia, por ejemplo, o coartando la libertad de la Iglesia e incluso pretendiendo «fiscalizar» nuestras conciencias.

El Estado moderno democrático tiene un carácter «criminoso», y los católicos no deberíamos jugar a su «juego», porque «jugando» en él, aunque sea con el tramposo pretexto del «mal menor», como pedigüeños ingenuos, estamos aceptando implícitamente ―y muchas veces explícitamente― sus «reglas de juego» democráticas, especialmente aquélla que substituye la soberanía de Dios por la soberanía popular.
Pese a la existencia de antecedentes, que fueron su «condición de posibilidad», en la Revolución francesa encontramos el «pecado original» de todas las hodiernas aberraciones políticas, en concreto en la «Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano», aprobada en 1789 y promulgada por la Asamblea Nacional en 1791. En dicha declaración se proclama que la ley es una expresión de la «voluntad general». Todo lo demás en la historia posterior no ha sido otra cosa que la evolución de este «non serviam», con la consecuente hipertrofia del Estado totalitario-democrático y su «furor antidivino».

En tiempos, se enseñaba que toda ley civil, para ser verdadera ley y no iniquidad, debía concordar con la ley natural, y que ésta no era otra cosa que una «participación de la ley eterna en la creatura racional». Ahora vemos cómo incluso obispos y sacerdotes invocan la atea e impía Constitución Española, por ejemplo, para preconizar una falsa «paz social», con «espíritu democrático», etc. ¿Cómo puede haber verdadera «paz social» habiendo destronado al «Príncipe de la paz»?

Finalmente, y perdón por ser reiterativo, lo que todavía más me cuesta entender es cómo muchos pretenden que el «espíritu democrático», con sus «reglas», termine por reestructurar la constitución de la Iglesia, «inspirados» en por el actual «fervorín» sinodal, que aspira a «invertir» la pirámide eclesial. «O tempora, o mores!».

In Christo.
29/10/23 10:59 AM
  
Javier B.
Permítame continuar por aquí.
Por ahora, sumo dos observaciones.
1) Solicité honestidad al responder. No se trata de la horca o la guillotina. Se trata de escoger un destino a un deportado (o a una masa de deportados), destino que tiene alguna cosa buena, al menos un suelo en donde apoyar los pies. Las opciones son tres: Venezuela, una democracia como la de Bolsonaro (o la que propone Milei) o no elección (que implicaría, en el supuesto caso, Venezuela). Según parece por lo que dijo, usted elegiría no elegir, lo cual implicaría para los deportados Venezuela. Pues no sé si se ha perdido el sentido común: espontáneamente parece mucho más sensato el que elige el Brasil de Bolsonaro.

2) Mientras el señor Caponnetto rechaza el votar como pecaminoso cuando dice: "mientras rija el sistema del sufragio universal –y muchísimo más mientras se lo consienta expresamente– no sólo no existe la obligación moral de votar, sino que votar en tales condiciones es un pecado", mientras el tal esto dice, sostiene al contrario el Sumo Pontífice Pío XII: "Che, nelle presenti circostanze, è stretto obbligo per quanti ne hanno il diritto, uomini e donne, di prender parte alle elezioni. Chi se ne astiene, specialmente per indolenza o per viltà, commette in sé un peccato grave, una colpa mortale". Traducido por Google: "Que, en las presentes circunstancias, es una obligación estricta para quienes tienen derecho a ello, hombres y mujeres, participar en las elecciones. Quien se abstiene de ello, especialmente por indolencia o cobardía, comete un pecado grave, una falta mortal". Aquí está todo el discurso: https://www.vatican.va/content/pius-xii/it/speeches/1948/documents/hf_p-xii_spe_19480310_intima-gioia.html.
En cuanto a la licitud y necesidad de la participación en política, hay que ver Christifideles Laici 42.
Parece que Mn. Mercan Simó también preferiría ir a Venezuela.

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V.G: Javier, de su punto 1 deduzco que me considera insensata y deshonesta, por lo que no tiene mucho sentido seguir conversando.
En el punto 2, quien comprende lo expuesto en este post, puede advertir que no se alienta la abstención per se, y mucho menos por indolencia o cobardía. Pero si no hay buena voluntad, uno puede pensar lo que le plazca.
Y si seguimos arrojándonos flores, llegará el invierno.
Así que le deseo paz y bien, hasta otro post.
29/10/23 3:47 PM
  
Millan
Una cosa que los católicos hemos olvidado fue "El Concordato de 1801" fue el Concordato entre la Francia revolucionaria (dirigida en ese momento por Napoleón Bonaparte) y la Santa Sede (ocupada por el papa Pío VII). Donde la Iglesia acepta a medias algunas medidas revolucionarios y se podria decir que el modernismo comienza a tomar forma luego la separación de Roma y el Vaticano en el "risorgimento italiano" por Mazzini y demás iluminados donde Roma y se fue perdiendo lo de Roma centro del mundo y ya el Papa no coronaba a los reyes de este mundo secular (demostrado por el masón de Napoleón) y luego la gradual aceptación de la democracia del nuevo orden mundial por Leon XIII y demás Pontifices como tambien los graves errores de Maritain y de Pablo VI ...
29/10/23 4:07 PM
  
Rosario
No creo en la democracia tampoco, pero es lo que tenemos, y no veo plan B, menos como estamos los católicos en este momento.
El que no vota lo entiendo, ahora el que vota tampoco lo voy a matar... Y creo que se le pega a Milei con justa razón, pero no creo que sea el mal menor, sino simple y llanamente la ilusión o (tal vez ser iluso) de pensar de que quite el aborto de Argentina.
No es por el dólar ni por el perro ni por la peluca, menos por el espantoso sionismo, sino porque se opone al aborto con bastante firmeza.
Ahora bien, teniendo un candidato, anti aborto, anti Esi y anti faminazismo me parece que muchos católicos se indignan por los que votan a Milei, cuando no le veo tanta indignidad en tanta decadencia política. Por otro lado, una Vice que sea practicante, y mucha gente detrás de Milei que son católicos "conservadores" o como quieran llamarse, podría ser talvez una luz es la oscuridad.
De nuevo, repito, dentro del espanto que tenemos, creo que pegamos en demasía a lo más "potable" que hay dentro del agua envenenada. No por Milei, sino por la gente que tiene atrás o ciertos sectores...
Ahora bien, que haga lo que prometió no se... Pero si existe esa posibilidad, no creo que esté mal votarlo sinceramente, cuasi manotazo de ahogado.
Pudiendo votar al único candidato pro vida no hacerlo por otros motivos ( importantes sin duda ) me parece que no es la mejor opción en este caso.
Mi humilde opinión.
Saludos!


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V.G.: Rosario, este planteo ha sido respondido ya en los comentarios de los dos últimos posts. Él mismo ha dicho que el tema del plebiscito (porque no sería una derogación) "no es prioridad por el momento", y ya hasta el periodismo mundano se ríe de cómo está ahora en "plan camaleón", haciendo acuerdos con sus supuestos enemigos.
Es el anzuelo perfecto, y lo sabía, como lo sabía Macri y todos los demás. El aborto no lo derogará porque se lo impiden los tratados y componendas internacionales con los que de verdad tienen el poder, y que le suben o bajan el pulgar a él.
Entiendo su buena voluntad, pero lo que planteamos es -por favor- el realismo de admitir cómo funcionan las cosas en el sistema que transitamos.
29/10/23 7:00 PM
  
Lic. Juan Carlos Monedero
Sobre la licitud moral de votar, en el sistema del sufragio universal, en un sistema que niega la soberanía de Dios y que afirma la soberanía popular, les dejo esta carta del Padre Christian Ferraro.

https://jcmonedero.com/licitud-moral-sufragio-universal-christian-ferraro-antonio-caponnetto/

Los invito a todos a leerla, es muy interesante, e ilumina como nadie el asunto desde su enfoque moral-filosófico.

Saludos
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VG: Muchas gracias Juan Carlos!
29/10/23 9:51 PM
  
Lic. Juan Carlos Monedero
PASO 2023

- Abstención: 11 millones de personas.
- Impugnados y Blancos: 2.700.000 de personas
- Total: el 40% del padrón no votó por ningún candidato. Más de 14 millones de personas.

Evidentemente, hay un gran cansancio. La gente está cansada del sistema. Incluso gente que votó a Milei nos lo ha dicho. El sistema no tiene ninguna credibilidad.
Votar es ofrecerse como rehén voluntario. Luego de 40 años de democracia, eligiendo mediante el sufragio popular a los “representantes del pueblo”, el pueblo no deja de sufrir. Más miseria, más delincuencia, más inflación, más inseguridad, más desempleo, más trabajo informal, más déficit fiscal.

Votar es seguir dando tu consentimiento a los políticos para que apliquen la agenda que se dicta desde arriba. No seas cómplice de tus propios verdugos.

No creemos en este sistema. Como dijo Meinvielle, la democracia bien pudiera se llamada SATANOCRACIA. Sin dudas este sistema es diabólico: te obliga a elegir entre demonios.

Por eso, rechazamos elegir y procuramos trabajar para erosionar la legitimidad de este sistema, hasta destruirlo y derrocarlo. El mal menor es no votar.

Para los casos de tiranías como las presentes, la ley natural y la doctrina católica habilita a los laicos mediante una serie de acciones. Estas acciones van escaladamente de menor a mayor:
1) resistencia legal pasiva
2) resistencia legal activa
3) resistencia ilegal pasiva
4) resistencia ilegal activa
5) y sigue...

El problema es que nosotros NO conocemos esa doctrina y nuestros profesores en las universidades nos las esconden: si nosotros supiésemos esa doctrina, ellos quedarían en evidencia.
29/10/23 10:10 PM
  
Néstor
"Gravísimas razones Nos disuaden, Venerables Hermanos, de seguir la norma decretada por Nuestro Antecesor de feliz memoria Pío IX, y continuada después por el otro Predecesor Nuestro, de feliz memoria León XIII, en su largo pontificado, en virtud de la cual queda, generalmente, prohibida a los católicos en Italia la participación en el poder legislativo”"
Puede ser un problema de redacción o transcripción. Ahí parece decir que Pio IX y León XIII habían dado una norma que prohibía a los católicos en Italia la participación en el poder legislativo, y que graves razones apartan a San Pio X de continuar con esa política, de lo que se seguiría entonces que San Pio X habría autorizado esa participación de los católicos italianos en el poder legislativo.
No sé si es correcta esta lectura que sin embargo parece imponerse dada esa redacción del texto.

Otra versión dice:
"Graves razones Nos disuaden, Venerables Hermanos, de apartarnos de aquella norma decretada por Nuestro Antecesor de feliz memoria Pío IX y seguida luego por Nuestro Antecesor de feliz memoria León XIII durante todo su pontificado, según la cual está generalmente prohibida en Italia la participación de los católicos en el poder legislativo."
Ahí parece que queda más claro.
En todo caso se trataba de una norma para Italia. Recordar que León XIII había dado a los católicos franceses la norma contraria: participar en la política de la república.

Copio de otro lugar, donde habla del "ralliement":
"Nombre con que se designó la célebre cuestión suscitada, a fines del siglo XIX, entre los católicos franceses, acerca de la aceptación de la república como régimen gubernamental. León XIII, ante la persecución de que eran víctimas el clero y la Iglesia en Francia por parte de los gobernantes republicanos, quienes justificaban su conducta laicizante so pretexto de que los católicos eran contrarios a la Tercera República, creyó que, en bien de la religión, los católicos franceses debían renunciar a las miras políticas y reconocer la República. Al efecto, en 1884 publicó la Encíclica Nobilissima gallorum gens, por la que recomendaba la táctica del “ralliement” o aceptación de la república como régimen gubernamental. Y en su Encíclica Immortale Dei afirmaba que la autoridad no está ligada a forma alguna determinada de gobierno."

Saludos cordiales.
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V.G.: Claro, Néstor, pero también es claro el motivo:
"Graves razones Nos disuaden, Venerables Hermanos, de apartarnos de aquella norma..." vos mismo lo aclarás en la cita siguiente, por lo que creo, de Enciclopedia Católica: "ante la persecución de que eran víctimas el clero y la Iglesia en Francia por parte de los gobernantes republicanos...".
Sobre esta medida, de tipo práctico, cada uno ha de juzgar en conciencia sus frutos históricos. Al respecto creo que es iluminador un breve artículo del prof. De Mattei (mucho más autorizado que nosotros en historia) de 2015, en que se refiere al fracaso del "ralliement".
Copiamos algunos párrafos disculpándonos por su extensión, a fin de servir a la mejor comprensión y contextualización de nuestros lectores:

"...la Tercera República no era una república abstracta, sino la república centralizada y jacobina hija de la Revolución Francesa, y el programa de laicización de Francia no era un elemento accesorio, sino la propia razón de ser del régimen republicano. Eran republicanos porque eran anticatólicos.(...)

La encíclica Au milieu des sollicitudes, de 1891, con la que León XIII introdujo el ralliement, no pedía a los católicos que se hicieran republicanos, pero las instrucciones de la Santa Sede al nuncio y a los obispos, provenientes del Pontífice mismo, interpretaban la encíclica en este sentido. Se ejerció sobre los fieles una presión sin precedentes, hasta el punto de hacerles creer que quien seguía sosteniendo públicamente la monarquía cometía un pecado grave. Los católicos se dividieron en dos corrientes: la de los ralliés y la de los refractarios, como ya había sucedido en 1791 con la Constitución Civil del Clero. Los que se adhirieron al ralliement acogieron de buen grado las indicaciones pastorales del Papa porque le atribuían infalibilidad en todos los ámbitos, incluso en el terreno político y el pastoral. Los refractarios, que eran católicos con más formación teológica y espiritual, opusieron por el contrario resistencia a la política de ralliement, sosteniendo que por ser un acto pastoral no podía considerarse infalible, y podía tratarse por tanto de una política errónea. Jean Madiran, que ha desarrollado una lúcida crítica del ralliement (en Les deux démocraties, NEL, Paris 1977), ha observado que León XIII exigía a los monárquicos que abandonasen la monarquía en nombre de la religión a fin de librar con más eficacia la batalla en defensa de la fe. Pero lejos de librar dicha batalla, llevó a cabo con el ralliement una ruinosa política de distensión con los enemigos de la Iglesia.

A pesar del empeño de León XIII y de su Secretario de Estado Mariano Rampolla del Tindaro, esta política de diálogo fracasó estrepitosamente, no logró los objetivos que se proponía. La actitud anticristiana de la Tercera República se volvió más vehemente, culminando en la Ley de Separación de Iglesia y Estado del 9 de diciembre de 1905, conocida como Ley Combes, la cual suprimió toda financiación y reconocimiento públicos de la Iglesia; consideraba a la religión apenas en su dimensión privada y no en la social; y declaraba la incautación de los bienes eclesiásticos por parte del Estado, mientras los edificios de culto eran transferidos gratuitamente a «asociaciones de culto» elegidas por los fieles sin aprobación de la Iglesia. El Concordato de 1801, que había regulado durante un siglo las relaciones entre Francia y la Santa Sede, y que León XIII había querido preservar a toda costa, se hacía miserablemente pedazos.

A la batalla republicana contra la Iglesia le salió al paso, sin embargo, el nuevo papa Pío X, elegido al solio pontificio el 4 de agosto de 1903. Con las encíclicas Vehementer nos del 11 de febrero de 1906, Gravissimo officii del 10 de agosto del mismo año y Une fois encore del 6 de enero de 1907, Pío X, ayudado por su Secretario de Estado Rafael Merry del Val, protestó enérgicamente contra las leyes laicistas y exhortó a los católicos a oponerse por todos los medios legales a fin de preservar la tradición y los valores de la Francia cristiana. Ante esta firmeza, la Tercera República no se atrevió a llevar a cabo la persecución con todas sus consecuencias, a fin de evitar mártires, y renunció a cerrar las iglesias y encarcelar a los sacerdotes.

La política sin concesiones de Pío X resultó prudente y sagaz. La ley de separación no se aplicó jamás con rigor, y la exhortación papal contribuyó a un gran renacimiento del catolicismo en Francia en vísperas de la Primera Guerra Mundial. La política eclesiástica de san Pío X, contraria a la de su predecesor, supone una condena histórica e inapelable al ralliement.

León XIII no profesó jamás los errores liberales. Al contrario, los condenó explícitamente. No obstante, el historiador no puede dejar de ver una contradicción entre el Magisterio del papa Pecci y su actitud política y pastoral. En las encíclicas Diuturnum illud, Immortale Dei y Libertas, reitera y desarrolla la doctrina política de Gregorio XVI y Pío IX, pero la política del ralliement contradecía sus premisas doctrinales. Más alla de cuáles fueran sus intenciones, León XIII alentó en la práctica las mismas ideas y tendencias que condenaba en el plano doctrinal.

(...) las consecuencias principales del ralliement fueron, más que de orden político, de orden psicológico y cultural. Esta estrategia fue la que adoptó el Tercer Partido eclesiástico que a lo largo del siglo XIX trató de asumir una postura intermedia en la contienda entre modernistas y antimodernistas.

El espíritu de ralliement o adhesión al mundo moderno persistió durante más de un siglo, y sigue constituyendo la gran tentación a la que está expuesta la Iglesia. En este aspecto, un Papa de sana doctrina como León XIII cometió un grave error de estrategia pastoral.(...)"


A propósito de esto, resulta interesante la cita que en un post de este año (27-4-23) da Francisco de la Cigoña de Carlos M. García Nieto (El cardenal Sancha y la unidad de los católicos españoles, I. Madrid-Toledo, 2009, pg. 499), en el cual señala el reconocimiento del propio León XIII del fracaso del ralliement, en una conversación con el embajador de España ante la Santa Sede.
29/10/23 11:25 PM
  
Luis Fernando
Los carlistas españoles rezaban por la conversión de León XIII. Y Leon Bloy también.
Ahí lo dejo...
30/10/23 2:04 AM
  
Federico Ma.
Es importante notar que, conforme enseña el Catecismo de la Iglesia Católica, el ejercicio del voto o sufragio no es en sí mismo ilícito, al contrario. En efecto, en el n. 2240 dice lo siguiente:

«La sumisión a la autoridad y la corresponsabilidad en el bien común exigen moralmente el pago de los impuestos, el ejercicio del derecho al voto, la defensa del país...» [«Submissio auctoritati et corresponsabilitas boni communis moraliter exigunt tributorum solutionem, exercitium iuris suffragii, defensionem nationis...»].
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V.G.: Gracias por la cita, Federico. Pero el ejercicio de un derecho no implica la obligatoriedad de ejercer ese derecho, cuando se considera que de su ejercicio puedan seguirse males mayores, ya que como dice antes, en el nro. 2238,
"Su colaboración leal entraña el derecho, a veces el deber, de ejercer una justa crítica de lo que les parece perjudicial para la dignidad de las personas o el bien de la comunidad."
Por eso escribimos estos post, creyéndonos obligados a criticar un sistema que consideramos perverso.

Y más adelante (2242),
"El rechazo de la obediencia a las autoridades civiles, cuando sus exigencias son contrarias a las de la recta conciencia, tiene su justificación en la distinción entre el servicio de Dios y el servicio de la comunidad política."
30/10/23 2:29 AM
  
Lic. Juan Carlos Monedero
En el Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2240 dice lo siguiente: «La sumisión a la autoridad y la corresponsabilidad en el bien común exigen moralmente el pago de los impuestos, el ejercicio del derecho al voto, la defensa del país...». Este punto está dentro de un tema titulado "Deberes de los ciudadanos".

Ante todo, es interesante notar que tal cita CONTRASTA DE MANERA FRONTAL con la prédica abierta de Javier Milei, según el cual todo impuesto es un robo.
Aquí se dice que el pago de impuestos es, conceptualmente, es un deber.
Pero Milei dice que el impuesto es conceptualmente un robo. No pueden tener razón ambos.

Entonces, primero, tengamos en cuenta que estamos debatiendo sobre este tema a la vista de si es lícito apoyar o no a Milei. Y aquí encontramos algo que es totalmente incompatible con la prédica principal del anarco libertario: "los impuestos son un robo".
30/10/23 3:13 AM
  
Lic. Juan Carlos Monedero
En otro orden de cosas, el fragmento citado por Federico Ma. (Catecismo 2240) forma parte de un apartado más grande, titulado "Deberes de los ciudadanos".
Este apartado comienza incluye los puntos 2238 a 2243. Destaco algunos puntos

2238: Los que están sometidos a la autoridad... Su colaboración leal entraña el derecho, a veces el deber, de ejercer una JUSTA CRÍTICA de lo que les parece perjudicial...
2242 El ciudadano tiene obligación en conciencia de NO SEGUIR las prescripciones de las autoridades civiles cuando estos preceptos son contrarios a las exigencias del orden moral, a los derechos fundamentales de las personas o a las enseñanzas del Evangelio. El RECHAZO de la obediencia a las autoridades civiles, cuando sus exigencias son contrarias a las de la recta conciencia, tiene su justificación en la distinción entre el servicio de Dios y el servicio de la comunidad política. (...) “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hch 5, 29):

«Cuando la autoridad pública, excediéndose en sus competencias, OPRIME a los ciudadanos, éstos no deben rechazar las exigencias objetivas del bien común; pero les es lícito defender sus derechos y los de sus conciudadanos contra el ABUSO de esta autoridad, guardando los límites que señala la ley natural y evangélica» (GS 74, 5).

2243 La resistencia a la OPRESIÓN de quienes gobiernan no podrá recurrir legítimamente a las armas sino cuando se reúnan las condiciones siguientes: 1) en caso de violaciones ciertas, graves y prolongadas de los derechos fundamentales; 2) después de haber agotado todos los otros recursos; 3) sin provocar desórdenes peores; 4) que haya esperanza fundada de éxito; 5) si es imposible prever razonablemente soluciones mejores.

En otras palabras, una cosa es el derecho a voto en condiciones de un sistema político no vicioso, y otra es el derecho a voto en un sistema político vicioso, viciado y corruptor, como el nuestro.
30/10/23 3:20 AM
  
Federico Ma.
Bien, Virginia. Igualmente, no dije más que, conforme a tal pasaje, no puede calificarse el voto o sufragio como ilícito en sí mismo o intrínsecamente malo o perverso. Más bien al contrario.
Y si se dice que el ejercicio no conviene en una determinada circunstancia por algunos males que puedan llegar a seguirse del mismo, es claro que eso no torna ilícito el ejercicio del voto en sí mismo considerado.

Asimismo, eso supone un enjuiciamiento de las circunstancias o consecuencias que, como tal, no parece que pueda atribuirse al Magisterio mismo eclesiástico, cuya expresión habla incluso de una exigencia moral del ejercicio del voto. Y nada indica que no se refiera al sistema de sufragio que rige actualmente en las democracias occidentales, como la que tenemos en la Argentina.
En cuanto a lo que agrega Monedero sobre la afirmación de Milei sobre los impuestos (como asimismo, agrego yo, sobre la justicia social), parece que Milei se está refiriendo a lo que de facto ocurre en nuestra Estatolatría de inspiración peronista.
Bien lo explicó eso Fernando Romero Moreno en la entrevista que le hizo el p. Javier Olivera.
Me parece muy poco serio "agarrarse" de eso para pretender fundamentar la ilicitud moral de votar la fórmula Milei-Villaruel. Basta leer su plataforma y lo que propone para darse cuenta de que es insostenible su propuesta sin la recaudación de impuestos. Así que si se pretende fundamentar la ilicitud, sinceramente escucho argumentos, pero, por favor, que lo sean verdaderamente, i.e., expónganse argumentos de peso.

En cuanto a los números de las PASO, encuentro esto en Wikipedia (wikipedia.org/wiki/Elecciones_primarias_de_Argentina_de_2023):

Abstenciones: 10.469.430.- [Monedero pone 11 millones].
Votos en blanco: 1.356.480.-
Votos nulos: 309.807.-
Total de votos blancos y nulos: 1.966.287.- [Monedero pone 2.700.000].
Se nota que alguna de las fuentes está errada (o quizá las dos).

En las elecciones presidenciales disminuyeron las abstenciones y los votos en blanco y nulos. Nuevamente, según Wikipedia (wikipedia.org/wiki/Elecciones_presidenciales_de_Argentina_de_2023):

Abstenciones: 8.812.166.-
Votos en blanco: 554.161.-
Votos nulos: 224.864.-
Total de votos blancos y nulos: 779.025.-

Nuevamente, no emito valoración. Me limito a transcribir datos.
30/10/23 3:57 AM
  
Federico Ma.
Añado otro texto, estimada Virginia.

Es del padre Antonio Royo Marín, O.P., a quien ambos reconocemos como autoridad, en su Teología moral para seglares, tom. I, n. 869 (p. 689 de la ed. de 1964).

«En los países donde funcione el sufragio universal es gravísimo deber de los católicos votar a los candidatos que ofrezcan toda clase de garantías sobre la defensa de los derechos de Dios y de la Iglesia, y cometerían fácilmente un verdadero pecado mortal votando a los indignos o absteniéndose simplemente de emitir su voto, con peligro de contribuir al triunfo de los candidatos anticatólicos».

Nuevamente, no pretendo sino mostrar cómo el voto o sufragio no es, en este caso para un gran teólogo tomista, algo intrínsecamente ilícito o malo per se, antes al contrario. Lo dice con mucha claridad, con demasiada... Si luego se dice que esto no aplicaría al voto por Milei, por ser indigno, eso es otra cuestión, posterior. Además de que nadie sensato diría que Milei es digno simpliciter: eso no es lo que está en discusión.
Pero, de nuevo, no se trata ahora de eso. Se trata de algo previo. En fin, es lo mismo que refiere el numeral del CEC que cité. Y lo mismo que está en el discurso de Pío XII citado más arriba por otro comentarista.
Hemos de ser celosos en la fidelidad a la verdad y al auténtico Magisterio de la Iglesia.
Cordial saludo.
In Domino.
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V.G: Federico, Royo Marín circunscribe explícitamente la obligación de prestar el voto a "candidatos que ofrezcan toda clase de garantías sobre la defensa de los derechos de Dios y de la Iglesia", y esto nunca se objetó. Incluso se habla de modos alternativos de voto y participación, que no tienen por qué pasar necesariamente por el sistema partidocrático. Si no existe candidato que ofrezca esas garantías, antes bien todo lo contrario, creo que podemos acordar en lo fundamental. Nunca sostuvimos que per se todo voto sea ilícito, sino dentro del sistema demoliberal, tal como se ha venido demostrando.
30/10/23 4:11 AM
  
Federico Ma.
Por eso (y con esto termino por hoy, estimada Virginia), parece insostenible la conclusión del artículo al que se enlaza en un comentario, del p. Ferraro, en cuanto referido al ejercicio del sufragio o voto en sí mismo considerado, a saber: «el ejercicio del sufragio universal y obligatorio no es cosa moralmente lícita».

Pío XII hasta hablaba de estricta obligación de tal voto o sufragio, cuyo incumplimiento constituiría pecado grave o mortal (servatis servandis).
Luego vendrá, en concreto, la conveniencia o no del ejercicio actual de tal voto: eso es otra cuestión. Pero, conforme a los dos testimonios aducidos (y al de Pío XII), tal conclusión es errónea.
Un cordial saludo.

In Domino.
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V.G. Perdón, Federico, pero yo veo claridad en la argumentación y razonabilidad en la conclusión al p. Ferraro.
30/10/23 4:32 AM
  
mercedes
Me considero una argentina con pilas, soy lo necesariamente apasionada como para agarrar la bandera y salir corriendo detrás de un candidato interesante y contagiar mi entusiasmo!!
Lamentablemente no lo puedo hacer, lo cual me produce una gran impotencia .
Cuando veo las distintas notas que se les hicieron a Milei y a Villaruel, escuchando cada palabra atentamente, se puede descubrir una tibieza espeluznante, frases como _aborto no es un tema inmediato, hay problemas urgentes, yo no le voy a imponer mi agenda a la gente, ..........(Milei con Chiche Gelblung),
Esi _hay temas muy urgentes, los que quieran pueden elegirla, no se van a perder derechos adquiridos .....(Villaruel con Fantino),etc,etc..

Botones de muestra, de la mediocridad de estos candidatos.

Para que sepan los ingenuos, un presidente electo, puede jurar odiar la ESI y por abajo, crear organismos que la promuevan, es lo que hizo Macri, que se autoproclamaba provida y a través de la Secretaria de la Mujer, con Fabiana Túnez a la cabeza, una de las mujeres más influyentes del mundo en temas de género, inyectaba cifras millonarias para dichas políticas, hagan la prueba de googlear Fabiana Tuñez y Juliana Aguada, imágenes y verán el protagonismo que Macri y Juliana Aguada le dieron a esta mujer.

CONCLUSIÖN, la ingenuidad nuestra, a partir de cierta edad, ya no está permitida, deberíamos haber aprendido.
La bandera de Milei era terminar con la casta y lo primero que hizo fue convocar a la casta.
A mí, no me gusta que me tomen de tonta y a vos? sobre todo, porque me siento responsable por mi familia y compatriotas, especialmente los más débiles.
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V.G: Sentido común, purito y sin soda. Muchas gracias Mercedes.
30/10/23 4:58 AM
  
DG
Estimado Federico Ma.:

Usted cita al Catecismo de la Iglesia Católica, pero en el texto que usted provee, se puede leer que el pago de los impuestos es una exigencia moral, lo cual contradice a la idea liberal de que los impuestos son ilegítimos.

No es la única contradicción entre el Catecismo y el liberalismo. Por citar algunos ejemplos:

2404: «El derecho a la propiedad privada, adquirida o recibida de modo justo, no anula la donación original de la tierra al conjunto de la humanidad. El destino universal de los bienes continúa siendo primordial, aunque la promoción del bien común exija el respeto de la propiedad privada, de su derecho y de su ejercicio.»

2404: «“El hombre, al servirse de esos bienes, debe considerar las cosas externas que posee legítimamente no sólo como suyas, sino también como comunes, en el sentido de que puedan aprovechar no sólo a él, sino también a los demás” (GS 69, 1). La propiedad de un bien hace de su dueño un administrador de la providencia para hacerlo fructificar y comunicar sus beneficios a otros, ante todo a sus próximos.»

2406: «La autoridad política tiene el derecho y el deber de regular en función del bien común el ejercicio legítimo del derecho de propiedad (cf GS 71, 4; SRS 42; CA 40; 48).»

2423: «Todo sistema según el cual las relaciones sociales deben estar determinadas enteramente por los factores económicos, resulta contrario a la naturaleza de la persona humana y de sus actos (cf CA 24).»

2424: «Una teoría que hace del lucro la norma exclusiva y el fin último de la actividad económica es moralmente inaceptable. El apetito desordenado de dinero no deja de producir efectos perniciosos. Es una de las causas de los numerosos conflictos que perturban el orden social (cf GS 63, 3; LE 7; CA 35).»

2425: «La Iglesia ha rechazado las ideologías totalitarias y ateas asociadas en los tiempos modernos al “comunismo” o “socialismo”. Por otra parte, ha rechazado en la práctica del “capitalismo” el individualismo y la primacía absoluta de la ley de mercado sobre el trabajo humano (cf CA 10. 13. 44).»

2426: «La vida económica no tiende solamente a multiplicar los bienes producidos y a aumentar el lucro o el poder; está ordenada ante todo al servicio de las personas, del hombre entero y de toda la comunidad humana. La actividad económica dirigida según sus propios métodos, debe moverse no obstante dentro de los límites del orden moral, según la justicia social, a fin de responder al plan de Dios sobre el hombre.»

Saludos.
30/10/23 5:39 AM
  
DG
A veces se menciona o se sugiere que la condena al liberalismo se limita exclusivamente a la encíclica «Libertas».

Ante esto, hay que señalar que todas las encíclicas de la Doctrina Social de la Iglesia que analizan cuestiones económicas se oponen al liberalismo:

«Rerum novarum» (León XIII, 1891).
«Quadragesimo Anno» (Pío XI, 1931).
«Populorum Progressio» (San Pablo VI, 1967).
«Octogesima adveniens» (San Pablo VI, 1971).
«Laborem Exercens» (San Juan Pablo II, 1981).
«Sollicitudo Rei Socialis» (San Juan Pablo II, 1987).
«Centesimus Annus» (San Juan Pablo II, 1991).
«Caritas in veritate» (Benedicto XVI, 2009).
«Laudato si'» (Francisco, 2015).
«Fratelli tutti» (Francisco, 2020).

Saludos.
30/10/23 5:49 AM
  
JSP
1. Es necesario recordar que es obligatorio, deber moral, para un católico, participar en voto democrático por el reinado social de Cristo. Primero, con partido político propio, y segundo por el bien mayor posible, no mal menor, en los principios innegociables católicos: vida, familia, libertad enseñanza hijos, bien común nacional e internacional (Economía de mercado). La obligatoriedad queda anulada si el programa de cada opción politica es anticristiana: contra la vida, contra la familia, contra la libertad de enseñanza (ideología de género, ...), contra el bien común nacional e internacional (inflación, deuda, guerra, ...).
2. Es necesario recordar que la fe católica no se puede imponer a través del Estado, pues la función y misión del Estado no es la función y misión de la Iglesia de evangelizar y salvar almas. La función del Estado católicos es positivar leyes en base al gobierno supremo de la Iglesia, desde la fe y la razón, no yendo contra le fe católica ni contra la ciencia. Y la misión del Estado católico es salvaguardar el orden moral de la Cristiandad mediante la justicia general, conmutativa y distributiva.
3. En el contexto de un Estado con sistema de gobierno de democracia, es evidente que si la sociedad, la interrelación entre los individuos, está secularizada (separación leyes humanas de la Ley divina, natural y moral católica) y descristianizada (mayoría apóstata), es un ERROR pedir al Estado un poder absoluto para imponer la fe católica. No, el fracaso ha sido de la Iglesia que ha dejado de evangelizar y misionar en la salvación de las almas, dejando como actor protagonista al Estado.
4. Las revoluciones inglesa, francesa y rusa son directrices que marcan Estados liberales mediante herejía, poder absoluto y apostasía en los excesos estatales y complicidades eclesiales (Liberalismo de Iglesia y Estado). Por supuesto, no se ha de obviar el misterio de iniquidad.
5. El misterio de iniquidad hace de las suyas, las hizo con los reyes Saúl, David y Salomón, el mismo Señor Jesús es tentado con el poder temporal caído.
6. El error anterior es caer en la tentación y la cerrazón de usar la política, al Estado, como un medio para salvar almas, y no como fin a la justicia y el orden cristiano.
7. En definitiva, no mirarse el ombligo y echar pelotas fuera al Estado como solucionador, justicia social, del pecado de los hombres, a modo del Islam, de un Estado teocrático de integrismo y fundamentalismo religioso.
-------------------------------
V.G.:
1. "participar en voto democrático" NO ES OBLIGATORIO. Participación no es votocracia. "La obligatoriedad queda anulada si el programa de cada opción politica es anticristiana: contra la vida, contra la familia, contra la libertad de enseñanza , contra el bien común nacional e internacional". Por lo tanto, NO HAY BIEN. SON ENEMIGOS TODOS, todos TITERES y algunos mejor disfrazados que otros. Ignorar esto es simplemente no querer ver la realidad, y el verla es una exigencia del amor y servicio a la verdad.

Sobre el resto. De acuerdo con que tenemos una enorme cantidad de apóstatas que han contaminado el mundo, pero su prédica contra el Estado "como medio para salvar almas" es inconsistente, ya que bien ha servido y sirve actualmente para condenarlas y repodrirlas con políticas provenientes de sujetos corruptos.
El resto es cháchara. Que le vaya bien.
30/10/23 10:48 AM
  
Luis Fernando
El pontificado de León XIII fue el que más claramente empezó a bajar por una pendiente muy resbaladiza que, de no rectificarse a tiempo, solo puede llevar a millones de almas al abismo de la condenación.
Se trata de mantener una doctrina impecable pero proponer una pastoral nefasta. Pero al final, la pastoral acaba afectando a la doctrina. Puede tardar más o tardar menos, pero ocurre.

Luego está la cuestión del absolutismo monárquico llevado al papado ("la Tradición soy yo", dijo Pío IX). Ni es conforme a la Tradición ni puede ser otra cosa que una puerta abierta hacia el desastre, tal y como estamos comprobando con el actual pontificado.

A Dios gracias tenemos la profecía de Cristo sobre la Iglesia y las Puertas del Hades. Pero también tenemos la de San Pablo sobre la apostasía final. Y las advertencias de San Pedro sobre los falsos maestros.
30/10/23 12:09 PM
  
LJ
En este momento, lo que divide las aguas es si se está a favor del nom y de la agenda 2030, o si se está en contra.
No si se es liberal o no. Porque se viene.
Si estamos en contra de esta agenda plenamente anticatólica tenemos que ser consecuentes.
Masa es esbirro declarado del nom, pero Milei también los sirve, además es judío, o sea, la banca internacional y concentrada, que compran y dominan políticos y medios masivos, en todos los países.
Como decían los liberales, quizá este señor fue una forma de sacarle fuerza al liberalismo y al ausentismo, como candidato de falsa bandera y puro blablabla.
30/10/23 12:45 PM
  
Lic. Juan Carlos Monedero
Estimado Federico Ma

A diferencia de los promotores de la Nueva Derecha Liberal, que nunca responden directamente a las críticas, que las tergiversan, o que mandan a sus trolls a responder, me dirijo a vos directamente. Le pediría que tome nota respecto de esta diferencia.

Me imagino que si usted le disculpa a Milei su anarco libertarianismo procapitalista, me podrá disculpar a mí alguna "imprecisión" en los números, especialmente cuando las diferencias en los votos se pueden explicar por las mesas escrutadas. Descuento su benevolencia.

En cuanto a la ilicitud del apoyo, por medio del voto, de los errores anticristianos que promueve Milei (o cualquier otro), me permito invitarlo a leer el material que he publicado y/o difundido al respecto. Como verá usted mismo, se trata de algo que trasciende el tema de los impuestos:

ARTÍCULO DEL DR. SERGIO CASTAÑO
Link: https://jcmonedero.com/razones-rechazo-milei-cristiano-iusnaturalista-sergio-castano/

ARTÍCULO DEL DR. ANTONIO CAPONNETTO
Link: https://jcmonedero.com/milei-ultimo-aviso-antonio-caponnetto/

ENTREVISTA INFOCATÓLICA
https://www.infocatolica.com/blog/caballeropilar.php/2309190228-juan-carlos-monedero-analiza

Milei y la eliminación de la ley del aborto: “es una discusión para otro momento”
Link: https://jcmonedero.com/milei-eliminacion-ley-aborto-otro-momento/

ENTREVISTA DE ÑTV ESPAÑA SOBRE LA NUEVA DERECHA LIBERAL
https://jcmonedero.com/la-nueva-derecha-liberal/

Comentarios a la entrevista de Tucker Carlson
Link: https://youtu.be/a7HHzm-5kLk

¿LIBERALISMO O CATOLICISMO? (Canal Padre Pío)
Link: https://youtu.be/78DXMbKY-xc?si=yNDL3Wd4J8051PRT

Saludo cordial,
30/10/23 3:59 PM
  
Eduardo G.
Estoy leyendo la fase de G Lagrage

«En los países donde funcione el sufragio universal es gravísimo deber de los católicos votar a los candidatos que ofrezcan toda clase de garantías sobre la defensa de los derechos de Dios y de la Iglesia, y cometerían fácilmente un verdadero pecado mortal votando a los indignos o absteniéndose simplemente de emitir su voto, con peligro de contribuir al triunfo de los candidatos anticatólicos».

Comparto esta reflexion:

- ¿Milei ofrece "toda clase de garantías" de "la defensa de los derechos de Dios y de la iglesia"?

- ¿Alguna vez Milei ha hablado de los derechos de Dios?

- ¿Alguna vez Milei ha hablado de los derechos de la Iglesia?

- El ideario y los actos de Milei y Massa, ¿no los constituyen a ambos en "candidatos anticatólicos"?

NO VOTO
30/10/23 4:02 PM
  
Juan argentino
El argumento de los abstencionistas, imparciales, impugnadores. Etc son bobos utiles a favor del sistema que tanto detestan. Hace 25 años Chávez ganó elecciones por debajo del voto en blanco. Y ahora? 95 % de pobreza, delincuencia desatada, venezolanos desplazados, etc. Dentro de 8 años de gobierno de Massa hablamos. Tanto libro les quema las ideas! Y aclaró que el sistema es denigrante pero de ahí a quedarse indiferente? Es doctrina católica transformada en ideología.
30/10/23 4:21 PM
  
Federico Ma.
Estimado Juan Carlos:

Insistí en la licitud del votar, rechazando la posición que califica el mismo ejercicio del voto o sufragio como algo intrínsecamente desordenado o moralmente malo por sí mismo, porque eso es un presupuesto. Entiendo que esto iría contra lo que dice el p. Ferraro, a cuyo artículo Ud. remitió. En cuanto a A. Caponnetto, sin negar sus méritos, si él sostiene dicha ilicitud, ya no tiene sentido continuar con él o sus escritos ningún diálogo o fundamentación, como bien comprenderá.

En cuanto buenamente pueda, trataré de echarle un vistazo a lo que me refiere, si bien creo que algo ya lo he visto y, si no me equivoco, no me parece que modifique substancialmente la cuestión. Claro que no se trata de apoyar con el voto los errores anticristianos de Milei. Eso es básico. El voto, en todo caso, siempre ha de estar dirigido a un determinado candidato por los bienes que implica (que podrían ser, a lo menos, la no promoción de algunos males). Cuando el candidato comporta además algunos males, en ese caso la cuestión sería si hay o no proporcionalidad como para justificar el voto por él. Ahí está la cuestión. Porque nadie sensato negará que Milei, en cuanto gobernante, implica tanto bienes como males. Esto está expresado en un lúcido pasaje del p. Garrigou-Lagrange que ya puse en algún comentario y calculo que habrá visto.

Le refiero dos numerales interesantes de un documento de los obispos católicos de Estados Unidos, "Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles. Llamado de los obispos católicos de los Estados Unidos a la responsabilidad política" (https://www.usccb.org/resources/forming-consciences-for-faithful-citizenship-spanish.pdf).

35. Puede haber ocasiones en que un católico que rechaza una posición inaceptable de un candidato incluso sobre políticas que promueven un acto intrínsecamente malo decida razonablemente votar a favor de ese candidato por otras razones moralmente graves. Votar de esta manera sería solamente aceptable si verdaderamente existen razones morales graves, y no para promover intereses mezquinos o las preferencias de un partido político o para ignorar un mal moral fundamental.

36. Cuando todos los candidatos tienen una posición que favorece un mal intrínseco, el votante concienzudo afronta un dilema. El votante puede decidir tomar el extraordinario paso de no votar por ningún candidato o, tras deliberar cuidadosamente, puede decidir votar por el candidato que piense que sea quien probablemente menos promueva tal posición moralmente defectuosa y que sea quien probablemente más apoye otros bienes humanos auténticos.

Un cordial saludo.

In Domino.
31/10/23 2:03 AM
  
Federico Ma.
En cuanto a algún otro comentario, respondo en general que no se trata de defender los errores que implican Milei y el liberalismo, de ningún modo. Eso todos los católicos lo condenamos firmemente, al menos eso debemos hacer. De lo que se trataría es de si hay proporcionalidad como para votarlo a pesar de dichos males y errores, por los bienes que implica, siempre en correlación o comparación con los otros (ahora, el otro) candidatos (el otro, i.e., Massa). Eso es lo que está en cuestión. Entonces las diferencias son de orden más bien práctico, y tienen que ver con la aplicación del principio moral del doble efecto y la cuestión de la cooperación material al mal.

Las citas del CEC y de Royo Marín se dirigían a fundar la licitud del ejercicio del voto o sufragio en sí mismo, lo cual pienso que ha quedado fundamentado. En particular podrá verse si conviene o no, en cada caso.

DG: sobre lo de los impuestos ya dije algo. Ningún político podría considerarlo en un sentido absoluto, a no ser que quisiera morir de inanición. Parece lógico, como lo de la justicia social, que se refiere a los excesos, como los que en efecto padecemos, para darle de comer al Leviatán (además hay que tener en cuenta el estilo hiperbólico de Milei y su táctica de captar la atención con ese tipo de afirmaciones).
31/10/23 2:18 AM
  
Luis Fernando
Argentina se enfrenta hoy a un grave dilema. Si caer enferma de lepra o de peste bubónica. Milei Massa, Massa Milei.

Bueno, en realidad lleva enferma desde hace mucho tiempo, pero se me entiende.
31/10/23 4:54 AM
  
JSP
1. Virginia, en democracia un católico tiene su deber moral, puesto por Dios providente. En democracia, cada católico tiene la obligación moral de promover el bien común al ejercer su privilegio del voto (cf. CIC 2240).
2. Las autoridades civiles no son las únicas responsables de un pueblo o nación. Pues, “El servicio del bien común exige de los ciudadanos que cumplan con su responsabilidad en la vida de la comunidad política” (CIC 2239). Esto significa que los ciudadanos deben participar del proceso político en la urna de votación.
3. Pero, esa votación no puede ser arbitraria. “La conciencia cristiana bien formada no permite a nadie favorecer con el propio voto la realización de un programa político o la aprobación de una ley particular que contengan propuestas alternativas o contrarias a los contenidos fundamentales de la fe y la moral” (Católicos en la Vida Pública, CVP 4). Lo mínimo es el bien mayor posible de los principios innegociables católicos.
4. No me entendió bien: "La obligatoriedad queda anulada si el programa de cada opción politica es anticristiana: contra la vida, contra la familia, contra la libertad de enseñanza , contra el bien común nacional e internacional." Esto es, no se da siquiera ningún bien posible y el católico queda en las manos de Dios providente. Y con respecto a que el Estado como medio para salvar almas, me refiero a que la Iglesia Católica cedió el protagonismo al Estado, y ese no es el objetivo del Estado.
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V.G.: Por favor no manipule textos.
1. En el 2240 se habla del "derecho al voto", y un derecho no puede ser obligatorio.
2. 2239: nunca estuvo en discusión esto, pero la adoración de las Urnas no es el único modo de participar responsablemente, esto es lo que -no entiendo por qué- ud. no logra comprender.
3. De acuerdo. No sé por qué me repite aquello en que no disentimos.
4. De acuerdo en casi todo. La Iglesia (su Jerarquía) ha cedido terreno hasta decir basta, por supuesto, sobre todo gracias al liberalismo que la relegó a la sacristía, y ellos dejaron que se la relegue. Le ruego que no reitere conceptos. Si quiere, podemos seguir discutiendo en un próximo post. Paz y bien!
01/11/23 3:19 AM
  
JSP
Virginia le dejo este enlace de Doctrina de la Fe:

https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20021124_politica_sp.html#_ftn1

Siempre en Cristo, que la Paz del Señor sea con usted.
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V.G: Gracias JSP; la conozco y ya echaba de menos que no la traigan a este debate. De paso entonces le recuerdo que cada documento debe ser leído a la luz de toda la Tradición y Magisterio precedente, porque si no, terminamos como en las discusiones bíblicas, en que las sectas se oponen entre sí enfrentando cita contra cita. ¿¿Ud. sugiere que una Nota Doctrinal borra de un plumazo una enorme lista de encíclicas que defenestran el liberalismo?...
Por favor, sigamos discutiendo en otro post. Dios lo bendiga.
02/11/23 11:35 AM
  
Anastasia
El gran problema de Federico Ma es que como liberal , no ve los errores de Milei, que son tan malos como los de Massa. Tampoco distingue entre el derecho al voto y sufragio universal, por eso insiste.
Ahora...lo increíble es que todavía piensen que votan a un candidato que los va a representar. Acaso no aprendieron que ellos, todos, representan los intereses de otros. Parece que habláramos con niños o adolescentes.
09/11/23 2:02 PM

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