(308) Llamado de católicos perseguidos de Alemania, Austria y Suiza...

“Y la mujer huyó al desierto, a un lugar que Dios le había preparado para que allí la sustentaran…"(Ap.12, 6)

En medio de muchas otras preocupaciones eclesiales, no escapa a los lectores el gravísimo “tumor” que representa en la Iglesia la rebeldía de la jerarquía de Alemania contra todo lo que es católico, y que aunque no sea una novedad sus dimensiones no permiten ya soslayarla.

Aquí y allá nos enteramos de declaraciones y medidas escandalosas, pero probablemente queda en un involuntario cono de sombra la consideración de los fieles que todavía pretenden conservar la fe y vida católica en medio de aquel panorama, y que probablemente constituye un claro ejemplo de martirio incruento. Y el dolor agravado es que la persecución no proviene ya desde el exterior sino desde el seno de la propia Iglesia, en un notorio reinado de lo que podríamos llamar el “Iscariotismo” traidor y apóstata, que se extiende cada vez más en otras comunidades, como manchas de humedad en las paredes, provocando serias enfermedades.

Por eso nos parece necesario contribuir a su difusión de la carta que recibimos hace un par de días, publicada originalmente en el Blog de Costanza Miriano el 26 abril 202, para que quienes aún tenemos un espacio –aunque sea cada vez más reducido- para vivir nuestra fe, no olvidemos sostener a estos hermanos nuestros con nuestra oración y penitencia, para que logren perseverar, a pesar de los lobos.  Y para que abramos los ojos, advirtiendo el “contagio” que cunde como verdadera peste amenazando a toda la Iglesia; entronizando a la ramera y haciendo que la Esposa huya al desierto…

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UN LLAMADO DE NUESTROS HERMANOS CATÓLICOS DE ALEMANIA, AUSTRIA Y SUIZA

Querida Costanza y queridos amigos, por favor, difundan este llamamiento nuestro…

A los católicos que vivimos en Austria nos resulta muy difícil vivir nuestra fe, pero no por el ateísmo u otras creencias religiosas… es la iglesia “pseudocatólica” la que nos persigue. Creo que no te das cuenta del problema de la “nueva iglesia” que está creciendo dentro de la Iglesia Católica en Alemania, Austria y Suiza. No es sólo un problema doctrinal o moral: es un problema humano muy grave.

Durante 17 años, mi marido y yo (junto con un par de familias más) hemos intentado sobrevivir, incluso pidiendo ayuda a las altas esferas de la Iglesia católica (hasta el Papa). Todo en vano. A estas alturas, incluso los sacerdotes que solían proclamar la Palabra de Cristo se están “convirtiendo” a lo que llaman (orgullosamente, por desgracia) la “iglesia media", que incluye movimientos como María 2. 0, María Magdalena, Iniciativa Parroquial (orgullosamente desobediente a Roma), Juventud Católica, Movimiento Femenino Católico… todos bien publicitados por las diócesis y sostenidos económicamente por el impuesto simoníaco del Kirchenbeitrag (pagas y puedes recibir los sacramentos; no pagas, estás excomulgado y como si no te hubieras bautizado).

Todas estas realidades son apoyadas por los obispos y promueven ideologías peligrosas: matrimonios entre personas del mismo sexo (incluidas las adopciones), mujeres sacerdotes, abortos permitidos bajo ciertas circunstancias, eucaristía para los divorciados, menos misas, abolición del sacramento de la confesión, etc…. Hablar con esta “iglesia media” (repito, fuertemente apoyada por los obispos y sacerdotes, que en cambio detestan literalmente el rito antiguo, que poco a poco va creciendo aquí) pone la piel de gallina. El dolor que siento cada vez que los escucho es indescriptible.

La mayoría son personas frustradas, llenas de ira y resentimiento hacia la Madre Iglesia, convencidas de que siguen a un Jesús al que despojan de todo. Las mujeres están furiosas: exigen puestos importantes, reconocimiento, incluso económico, e incluso aquí, en Innsbruck, organizan huelgas “eclesiales". Sí, parece absurdo, pero es así: invitan a todos, incluso a los sacerdotes, a no celebrar la misa en la Iglesia, sino sólo a rezar en silencio fuera de ella; a abstenerse de cualquier “trabajo” (porque para ellos seguir a Cristo es un trabajo como cualquier otro) en la Iglesia durante varias semanas al año y a protestar en las plazas para obtener reconocimiento y agradecimiento mundano. La ira en sus gestos y palabras recuerda a la de las películas sobre el nazismo.

Después de 17 años de luchas y lágrimas, empezamos a pensar que estas personas siguen pagando en sus almas los errores cometidos por Lutero y Hitler… Es inquietante la dureza de las miradas de algunos sacerdotes y consagradas, a los que tenemos por amigos, mientras intentamos recordarles suavemente (literalmente de rodillas y con lágrimas en los ojos) el maravilloso mensaje del Evangelio. Esta “iglesia media” es una iglesia profundamente infeliz y moribunda. Además de ser agresiva y de corazón petrificado.

Lo sentimos increíblemente por ellos. Os rogamos que os unáis a nosotros para rezar por ellos, porque al igual que Lutero provocó un terremoto hace 500 años, ahora está ocurriendo algo peor y que afectará a toda la Iglesia Universal, precisamente por el silencio de quienes deberían corregir (y lo saben, porque os aseguramos que lo saben… hemos escrito cartas a cardenales, sacerdotes, al propio Papa…). Esta “iglesia media", mezclada con los valores de este mundo, está destruyendo el Reino de Dios más que los ateos o los creyentes de otras confesiones. La situación es grave. Llevamos años gritándolo, pero todo el mundo sigue alabando a cardenales como Schönborn, que es uno de los líderes de esta nueva iglesia protestante que se llama católica. Hablando con ellos entiendes que tienen un objetivo preciso: vaciar la doctrina desde dentro.

Un sacerdote me dijo estas palabras exactas, gritándomelas en la cara sin demasiados cumplidos: “el cisma ya está ahí, pero NUNCA será oficial”. Es un no me voy. “No queremos ni podemos dejar la Iglesia de Roma". Las ideas de los teólogos alemanes (porque todos los movimientos mencionados están en manos de teólogos, hijos de Küng y Rahner, enterrado en la iglesia jesuita de Innsbruck) ya han sustituido a las de la Tradición, pero no se dice abiertamente, precisamente porque quieren llamarse católicos: quieren una Iglesia católica diferente. Con ellos me refiero a la inmensa mayoría de los creyentes de habla alemana, dirigidos por sacerdotes, obispos y cardenales que ahora han abandonado el camino de la fe y sólo creen en sí mismos. En los colegios católicos ya se enseña que los homosexuales tienen derecho a casarse (al fin y al cabo, hay banderas arcoíris ondeando en las fachadas de las iglesias), incluso se afirma que la Iglesia de Roma es retrógrada, mala, dura… Mi hijo fue testigo de esto a su pesar y llegó a casa molesto.

No solo eso, promueven el uso del condón a partir de los 12 años y llevan a cabo una contundente campaña de vacunación contra el virus del papiloma (olvidando por completo la prevención, incluidas todas las demás enfermedades de transmisión sexual).  Ya no se enseña el catecismo oficial; han lanzado otros más de moda. No se recomienda la confesión personal (especialmente para niños y jóvenes); se promueve una especie de chat comunitario en el que todos se arrepienten de lo que no saben, ya que, según un sacerdote, aquí ya no se puede nombrar el pecado. La nueva iglesia habla solo de debilidad y fragilidad, de las cuales los pobres niños no tienen ninguna culpa. Solo se organizan muchos desfiles de mujeres (incluidas muchas mujeres consagradas con velos y pancartas) que hablan en medio de la ciudad de las santas mujeres del pasado con el EXPLÍCITO propósito de ser consideradas iguales (o mejores) que los hombres, queriendo llegar a ser sacerdotisas a sueldo y otorgar a sus eventuales maridos el mismo privilegio … Y que los sacerdotes se casen (quizás con las que aún son solteronas o las que están consagradas).

Algunos de nosotros incluso fuimos invitados calurosamente a participar, ya que entre los organizadores hay diferentes “diaconisas” (no lo sabías?, ya llevan un tiempo aquí) feligresas y teólogas (muy frustrados, son sus palabras, por tener que contentarse con ser sólo teólogas, a causa de la iglesia machista). El obispo de nuestra Diócesis las apoya con mucha fuerza, tanto que ha colgado una pancarta gigante en la fachada de la catedral con estas palabras “Mientras Dios tenga barba seré feminista". No solo eso, estaba tan orgulloso de ello que tuvo una entrevista para explicar su gesto aún mejor. Podríamos continuar durante mucho tiempo … Pero no nos falta esperanza, porque sabemos que los afligidos serán consolados y Cristo ha conquistado el mundo.

Pero la Madre Iglesia no puede seguir fingiendo que no pasa nada. Cristo sufre amargamente por estos hombres de Dios que lo traicionan cada día más, invitando a tantos de sus hijos al pecado, incluso al pecado mortal. Lo que nos hace sentir mal son las almas… que están visiblemente frustradas, infelices, enojadas con todo. Y esta ira se está extendiendo como la pólvora. Te rogamos, en el nombre de María Santísima, de Su Inmaculado Corazón que sufre inmensamente, únete a nosotros en una cruzada de oración para evitar que más y más almas sean engañadas por los ministros de Cristo. Orar por estos ministros que se han convertido en mercenarios, porque han abandonado su vocación de seguir a Cristo. ¡Rechazan la Cruz! Y así no podrán disfrutar de la Resurrección.

Rezad para que la Misericordia infinita que brotó de la Cruz se derrame sobre ellos y, como el centurión, puedan volver a ver. Nosotras, ovejas, estamos exhaustas … Luchar contra ideologías abiertamente anticlericales es duro, pero te aseguramos que resistir las mismas ideologías cuando los amigos (en el sentido que usa Jesús con Judas) intentan imponértelas con una dureza que no te imaginas, es realmente agotador. Necesitamos que la Madre Iglesia venga en nuestra ayuda y se una a nosotros en esta resistencia, que nos suministre alimentos (aquí ahora es muy difícil encontrar una liturgia sana; hemos vuelto al antiguo rito de comunidades como San Pío X y la Fraternidad de San Pedro para asistir a la Misa) y nos muestre su cariño maternal, en lugar de seguir repitiéndonos que “la Iglesia alemana está bien así, que es chisme, que la Iglesia no puede ser criticada …".

Hacemos nuestro el ruego de santa Catalina de Siena a un gran prelado:

“Abre tu ojo y mira la perversidad de la muerte que ha venido al mundo, y singularmente en el cuerpo de la Santa Iglesia. ¡Oh, deja que tu corazón y tu alma estallen al ver tantas ofensas de Dios! … ¡Ay de ti si quedas callado! Grita con cien mil lenguas. Veo que, callando, el mundo se echa a perder, la Esposa de Cristo palidece”.

¡Tómennos en serio, por favor! ¡Apóyennos con palabras y oraciones! ¡Que el Señor nos dé sacerdotes santos! ¡Que el Señor no permita que nosotros, nuestros hijos, caigamos en la tentación, sino que nos libere del Mal! El aire que sopla aquí no promete nada bueno … está realmente envenenado y es el presagio de una tormenta que promete ser terrible, a todos los niveles. Y eso se extenderá por toda Europa.

Elena junto con Martina, Miriam, Federica, Enrico, Günther, Philipp, Mauro, David, Gabriel, Samuel, Eric, Matilda, Elena…

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