(122) Frutos amargos de "Amoris Laetitia": recomendación de "sacrilegios discretos", o la perversión de las conciencias
Hay quienes consideran que cuando uno se topa con un documento como Amoris Laetitia, plagado con numerosas ideas equívocas, lo mejor es mirar para otro lado, creyendo así contribuir a que se lo “lleve el viento”, sobre todo teniendo en cuenta que un considerable porcentaje del texto no constituye propiamente Magisterio, como claramente han señalado ya muchas voces autorizadas.
Antes de que algunos suspicaces pregunten si no reconozco los bellos y elocuentes pasajes de la exhortación que celebran la alegría del amor, les digo que sí, claro. Reconozco también lo delicioso que es un gran pastel de chocolate y frutilla, pero si tiene “sólo una pequeña dosis” de cianuro, les respondo “paso, gracias, prefiero fruta".
Desde su aparición, en efecto, se han advertido numerosos puntos que requieren una cuidadosa y urgente rectificación, ya sea por expresiones de una terrible ambigüedad y errores, como por las graves consecuencias que se siguen de su aplicación. Sobre una de las más alarmantes, nos interesaría reflexionar hoy.