(177) Sí: los "Encuentros de Mujeres Autoconvocadas" son parte de una Guerra social y espiritual
Ya se sabe muy bien que en Argentina tenemos hoy uno de los episcopados más claudicantes y vergonzosos del orbe, y que hay obispos y que hacen maravillosamente mejor el papel de lobos que de pastores, pero uno igual no se resigna fácilmente, y hay que admitir que no dejamos de sorprendernos.
La alternativa que surge ante ciertas declaraciones de sus miembros es inmediata: ¿son tontos “en grado heroico” o se trata, en realidad, de enemigos infiltrados para corromper a la Iglesia y desmoralizar a los fieles? … La respuesta es “Ambas cosas”, a veces en la misma persona, y otras veces en sujetos diferentes, pero hay maravillosas excepciones, gracias a Dios y su infinita misericordia.


Algunas veces nos hemos lamentado de que ciertas diócesis –al menos en Argentina- funcionen como feudos, pero hay que decir que en ocasiones, se convierten incluso en verdaderos bastiones de resistencia y combate, pero no del “buen combate” paulino -contra el mundo, demonio y carne-, como sería de esperar, sino a favor de estos enemigos del alma. Y los que militan en estas posiciones, tienen el “estilo” que revelaba Mons. Casaldáliga cuando -al lamentarse por la elección de Benedicto XVI-, le preguntaron qué haría, y él respondió: “Seguiremos luchando desde las sombras, desde abajo, hasta que lleguen tiempos más propicios”.
“Las iniciativas exteriores sólo tienen sentido en la medida que son expresiones de un profundo compromiso que nace en el corazón de las personas.(…) Lo digo sobre todo a los jóvenes, ante los cuales la vida se abre como un camino rico de sorpresas y de promesas. Lo digo a todos: ¡Vayamos tras las huellas de Cristo!” (Juan Pablo II, 29-6-1999)
A medida que pasa el tiempo, se hace cada vez más patente el martirio que representa para cualquier católico el querer permanecer fiel a las enseñanzas de la Iglesia, y sobre todo, el anunciarlas.




