(130) Carmelitas de Nogoyá: imputación a la Priora y testimonios de las hermanas
“…nada puede ser más útil y glorioso a los príncipes y reyes del mundo, que el dejar a la Iglesia católica regirse por sus leyes, y no permitir a nadie que se oponga a su libertad...»(Pío VII, Epístola Encíclica Diu satis)
La presunta Justicia sigue su curso en la Argentina con una celeridad sorprendente…cuando se trata de perseguir a la Iglesia.
No ha bastado pisotear groseramente los acuerdos firmados con la Santa Sede, por los cuales en este tipo de cuestiones se debería delegar el procedimiento o investigación -si cupiere- a la Iglesia. Por el contrario, la pretendida Justicia, tan preocupada por la “libertad psico-físiica” de las carmelitas, paradójicamente se les cuestiona la libertad de expresión, debido a una cuenta transitoria de facebook que habían abierto con autorización de su obispo días atrás, a fin de hacer llegar los testimonios de las hermanas sobre lo sucedido. En ellos hablan de sus respectivas vocaciones para tratar de aminorar la confusión y perplejidad de muchos desprevenidos. Indignada, la prensa señala que desde allí, “criticaron a la Justicia”. ¿Se suponía que deberíamos aplaudir la irrupción violenta, ruptura de puertas y bienes, ingreso de varias decenas de policías llegando casi a la violencia física con religiosas mayores a horas de la madrugada?…

“…nada puede ser más útil y glorioso a los príncipes y reyes del mundo, que el dejar a la Iglesia católica regirse por sus leyes, y no permitir a nadie que se oponga a su libertad...»(Pío VII, Epístola Encíclica Diu satis)
En época de Santa Teresa, una señorita llamada María del Corro ingresó al Carmelo con ínfulas de santidad, pero a poco de entrar tuvo que ser despedida por la santa, porque tenía tanta madera de carmelita como una gallina la tiene de lazarillo. Pero como lo que no le faltaba era un orgullo siniestro, no pudo digerir lo que juzgó como injusticia, y con la ayuda de un clérigo acusó a Santa Teresa de todo lo acusable ante la Santa Inquisición. Consta de ello en un escrito de aquel año, en que el Tribunal de Sevilla solicita orientación sobre el proceso. Tras algunas investigaciones y comprobaciones, el 29 de Abril de 1576 se dictó sentencia absolutoria contra las infundadas acusaciones de la mal intencionada y frustrada novicia…
Cuando uno se va acostumbrando a recibir noticias sobre individuos que celebran decapitaciones e incineraciones humanas como quien hace un brindis, nos preguntamos si hay algo peor; si habrá algo que pueda superar el nivel de horror del que son capaces esos personajes.
Castigat ridendo mores
Aclara San Bernardo que es por obediencia a un obispo por lo que se determina a escribir el tratado que lleva por nombre “Sobre las costumbres y oficios de los obispos”, que como la gran mayoría de las obras de los santos, sigue conservando vigencia frente a mucho palabrerío contemporáneo que finalmente se lleva el viento.