(181) Grupos de laicos realizaron desagravios por "conmemoraciones" de la Reforma en Buenos Aires
“Con quienes propagan herejías contra la religión católica, hay que ser fuertes y no permitir que se les apoye ni se les alabe porque el mal que pueden hacer es muy grande.
Caridad es gritar que viene el lobo, para que no logre matar a las ovejas” (San Francisco de Sales)
Concertados sobre todo a través de las redes sociales, unos puñados de laicos se hicieron presentes en la Catedral de San Isidro y en la de Lomas de Zamora para manifestar su rechazo a la “Conmemoración/celebración” de las bondades (sic) de la Revolución Protestante por parte de la Jerarquía.
Pensamos que es hora de hacer más caso al “santo doctor de la dulzura” que citamos en el acápite, y que las ovejas se empiecen a defender de los lobos, cuando ven que sus pastores duermen o que incluso las aderezan para darle a aquellos un sabroso banquete…




Como vulgarmente se dice, hay personas y momentos que señalan “un antes y un después”, ya sea para bien o para mal, en muchas almas y sociedades. En nuestro caso, aunque sea algo tardíamente, recién terminando de reponernos de los trabajos y emociones vividos en el último Encuentro de Formación Católica y de la primera visita de Mons. A. Schneider a nuestra patria, no queremos seguir adelante sin detenernos para compartir con nuestros lectores al menos unas impresiones, porque creemos que la gratitud debe ser distintivo de los hijos de Dios, y en medio de las noticias que vemos últimamente, vemos oportuno este post, para levantar los corazones.
Ya se sabe muy bien que en Argentina tenemos hoy uno de los episcopados más claudicantes y vergonzosos del orbe, y que hay obispos y que hacen maravillosamente mejor el papel de lobos que de pastores, pero uno igual no se resigna fácilmente, y hay que admitir que no dejamos de sorprendernos.
A muy escasas horas de inaugurar el XX Encuentro de Formación Católica de Bs. Aires, que se desarrollará bajo el tema general de “Nuestra Señora y la Iglesia - 1517-1917-2017: Fidelidad o resistencia“, y en la que contaremos con la inestimable visita de Mons. Athanasius Schneider, convocamos a nuestros lectores a unirse a nuestra acción de gracias por tantos beneficios y gracias recibidos en estas dos décadas.
No quisiéramos dejar de homenajear aunque sea modestamente a este amable como admirable Principe de la Iglesia, con quien hemos tenido la gracia de haber mantenido una breve pero fecunda correspondencia, en la que nos manifestó con creces su paternal y consoladora solicitud de buen Pastor.




