(160) Entrevista al Prof. Eugene Michael Jones (II.- La herejía americanista, la "nueva izquierda" y la liberación sexual)

Al regreso de su segunda presentación en Bs.As -centrada fundamentalmente en la revolución sexual y la homosexualidad cultural promovida por Michel Foucault- publicamos hoy el final de la sintética entrevista que el Prof. E. Michael Jones (puede consultarse su obra aquí) ha tenido la generosidad de concedernos hace unos pocos días.
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V.G.: ¿En qué medida la separación Iglesia /Estado contribuye a la subversión de la cultura cristiana?
EMJ: Si quiere un buen ejemplo del efecto devastador de la doctrina liberal que sustenta la separación Iglesia/Estado en un país católico, mire lo que sucedió n en España después de Concilio Vaticano II. O lo que sucedía en Italia cuando la mujer de Henry Luce estaba acreditada en Roma como Embajadora de los Estados Unidos de Norteamérica.
V.G. –Este año se cumple el centenario de la Revolución Bolchevique. ¿Cuál es la síntesis de su legado? ¿Cómo se vinculó Occidente y el Capitalismo a dicha Revolución y Cuál cree que es la relevancia del marxismo en la actualidad?

“En un mundo en que la mentira es poderosa, la verdad se paga con el sufrimiento. Quien quiera evitar el sufrimiento, mantenerlo lejos de sí, mantiene lejos la vida misma y su grandeza; no puede ser servidor de la verdad, y así servidor de la fe.”(S.S. Benedicto XVI, 28/6/2008)
En el segundo post sobre este tema presentamos algunos testimonios más -que revelan su pensamiento y actitudes- de este personaje, al que hoy se pretende reconocer como “testigo del Evangelio”, acoplándose así a la pérdida de sentido común del mundo, que hoy impone el absurdo como norma de pensamiento universal. En defensa no sólo de la fe, pues, sino del principio lógico de no contradicción (algo no puede ser blanco y negro al mismo tiempo, y por tanto, no se puede odiar lo católico siendo a su vez “modelo” para los católicos), esperamos contribuir sencillamente a la Verdad, que es Una.
El Nuevo Año viene siempre preñado de expectativas, pero sobre todo cumpliéndose en unos meses el Centenario de las apariciones de Ntra. Sra. de Fátima, y precipitándose una serie de acontecimientos eclesiales más que significativos.
Parecería que en medio de la tormenta, como no se ve el sol, no hay manera de detenerse a dar gracias por él, ni por la luz, porque sólo se siente el salpicar del agua sobre el rostro, la barca que amenaza naufragar, y a lo único que se atina en estos momentos es a asirse de los mástiles que aún no se han quebrado, o de cualquier viga que parezca firme para soportar el embate de las olas… Por eso tal vez, leíamos hoy en un medio pretendidamente católico: “Me considero un pesimista. Quizás la razón sea que estoy informado de lo que está ocurriendo en el mundo. Si es cierto lo que dicen, que el ignorante es feliz, su corolario también debe de serlo: el que sabe mucho es infeliz…” Y me he indignado.





