(26) La luz de la Candelaria
En el templo entra María
más que nunca, pura y blanca
luces del mármol arranca,
reflejos al oro envía.
Va el Cordero entre la nieve,
la Virgen nevando al Niño,
nevando a puro cariño
este blanco vellón leve.
Las dos tórtolas que ofrece
ya vuelan y ya se posan.
Ana y Simeón rebosan
gozo del tiempo qeu crece,
que estalla, que está. No hubo
quien viendo al blanco alhelí
dijera -por tí, por mí-
que al hielo esta noche estuvo.
La Pureza -oh maravilla-
quiere tornarse aún más pura.
Y Jesús de su blancura
le baña frente y mejilla.
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