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1.10.16

(134) "Lutero y su circunstancia" (conferencia de Bernardino Montejano*)

LuterotesisProcurando satisfacer el pedido de quienes por razones de distancia sobre todo, no han podido ni podrán asistir a las conferencias del Ciclo que organiza este año el Instituto de Filosofía Práctica (Infip) de Buenos Aires (referencias sobre el mismo en este post) “Lutero, ¿Santo?”, ofreceremos a nuestros lectores los videos correspondientes, esperando con ello alentar tan oportuna iniciativa, que aporta un significativo rayo de luz para muchos fieles de buena voluntad, que en estos días van siendo presa de la perplejidad, conforme nos aproximamos a algunas celebraciones tendientes a enaltecer a este singular personaje.

La presente conferencia considera ordenadamente los siguientes puntos, en base sobre todo a la cita de documentos (algunas de sus frases, por cierto, pueden servir para ir imprimiendo las “estampitas” del monje hereje…):
1) Lutero y sus antecedentes. 2) Lutero y el Papado. 3) Lutero y el Imperio. 4) Lutero y Enrique VIII. 5) Lutero y Erasmo. 6) Lutero y la Universidad.

Agradecemos asimismo el generoso trabajo de los integrantes de TLV1, gracias al cual podemos contar con la grabación de este curso.

Que la disfruten.

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* Bernardino Montejano es doctor en Ciencias Jurídicas, ex profesor titular de la UCA (Filosofía del Derecho) y  de la Universidad del Salvador. Actualmente se desempeña como escribano. Ha sido también profesor titular de Filosofía del Derecho en la Universidad de BsAs.

Autor de varios libros, entre ellos: Curso de Derecho Natural; Aproximación al Principito;  La Universidad, ayer, hoy y mañana.

Es uno de los cultores más notorios de la tradición del derecho natural clásico en el mundo hispánico. Son de destacar, entre muchos ensayos, sus monografías sobre el racionalismo jurídico y la relación entre nación y familia. Su carácter pedagógico sobresale con especial intensidad y claramente se ven reflejados en sus obras y estilo, la pasión por la verdad, la seguridad de doctrina y el esfuerzo por hacerla asequible y fructuosa. Sus escritos, fruto de su labor universitaria de los últimos años, constituyen un servicio para preservar a generaciones de juristas argentinos de la atmósfera asfixiante del positivismo. Es además presidente del Instituto de Filosofía Práctica desde el año 2005 y del Instituto de Filosofía del Colegio de Escribanos.

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Infocatólica agradecerá vuestra generosa colaboración; le sugerimos cómo hacerlo.

24.01.16

(114) Santo cura Brochero: Sacerdote como Dios quiere y la Iglesia necesita

brocherojovenLos sacerdotes santos son faros de esperanza frente a algunos ejemplos que desmoralizan a la grey, acosada ya bastante por el descrédito del sacerdocio católico en que se ceba la prensa mundana para ocultar las maravillas que Dios obra en sus “otros cristos” cuando son dóciles a su gracia.

La figura imponente del santo “cura gaucho” es uno de esos faros, que con la próxima canonización esperamos sirva de modelo para los neosacerdotes, que a veces ven amenazado su celo apostólico por la contaminación ideológica del Evangelio, así como por la pusilanimidad semipelagiana del “Dios no pide tanto”, que se aplica ya a la justificación del pecado propio o ajeno, ya a la aceptación complaciente del relativismo sincretista reinante. ¡Cuántos sacerdotes jóvenes se “paralizan” ante la sibilina y eufemística sugerencia del “respeto por las diferencias” o  del “no violentar las conciencias”, sellando sus labios para la prédica del “sí-sí; no-no"!

Hoy el Cura Brochero es para ellos antorcha fulgurante que anima a seguir subiendo sendas estrechas y escarpadas, para alcanzar las estrellas de las almas.

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16.01.16

(113) Guillermo Marcó propone que el Papa "revise" la práctica de la Confesión...

marcoHay ciertos grupos religiosos que se definen por el seguimiento de un determinado “líder” espiritual, o por el apego a una serie de ”prácticas rituales”.

La fe católica, en cambio, se distingue por la profesión de un determinado Credo, don exclusivamente divino -por ello es una virtud infusa- recibido a través del Bautismo -el que nos hace hijos de Dios- y que será vivida a través de una determinada moral, que por ello identificamos como “moral católica”.No debería haber escisión, pues, entre fe, vida sacramental y moral. Ahora bien, ¿en qué se distingue, pues un católico de alguien que no lo es? En que los católicos compartimos  la misma fe, expresada en el Catecismo, “aún vigente”.  Lo demás -la opinología, sobre todo- es paja que se lleva el viento, o que consumirán las llamas.

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14.09.14

(50) La Exaltación de la Cruz y la Mater Dolorosa, causa de nuestra alegría (desgranando el Stabat Mater)

iconocalvar.

La Madre piadosa estaba
junto a la cruz y lloraba
mientras el Hijo pendía.

Cuya alma, triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.

El horror contemporáneo a la Cruz es radiografía de la debilidad de una civilización, que es como un cuerpo que  ha renunciado a su esqueleto.

Unos amigos que tienen un local de artículos religiosos, no saben ya qué cara poner cuando le piden “cruces que no den idea de dolor”, o “por favor, que no se vea a Jesús sufriendo”, o “lo más bonitas posibles, para disimularla”…

De un lado y otro de las ideologías mundanas, se argumenta falazmente contra la presencia de cruces en lugares públicos, pero tal vez lo más doloroso es el intento de eliminación de la cruz por parte de los mismos cristianos, que hasta con subterfugios teológicos, pretenden desplazarla defendiendo la eutanasia, la desobediencia al Magisterio, la dispensa de los votos, y justificando, en fin, todo tipo de infidelidades porque han descubierto la pólvora:“hay que admitir que todos somos pecadores”. Por eso mismo, justamente, bendita sea la Cruz, “porque por  tu Santa Cruz redimiste al mundo”.

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8.09.14

(49) Nuestros hijos y el canto de las “sirenas Violettas”…

“Dejad que los niños vengan a Mí, y no se lo impidáis

porque el Reino de los Cielos pertenece a quienes son como ellos” (Lc.18,16)

violettyCo.

Hay padres y educadores a quienes si uno les pregunta, manifiestan cierto interés, hasta entusiasta, en que sus hijos vayan al Cielo. Y si uno les dice que para ir al Cielo, sus hijos deben cumplir los mandamientos, todavía asienten, sin mucha réplica.

Pero cuando uno toma uno por uno los mandamientos, y señala la necesidad de que los niños empiecen a vivir cotidianamente en un ambiente que posibilite esa vida cristiana (de esto se trata), y se advierte que eso conlleva una renuncia a actitudes, gestos, modas, diversiones que no tienen nada que ver con el Evangelio… la cosa se pone más “peliaguda”, y se empieza a fruncir el ceño.

No robar y no matar está muy bien, pero…si uno “tiene que” faltar a misa por algún otro “compromiso familiar” algún domingo…”¡Dios no va a ponerse en contra de la familia!¡la tía quiere que estemos temprano para almorzar”

Y si los chicos de hoy van a bailar habitualmente con sus amigos…y el tipo de bailes que se estila es inexorablemente provocativo y hasta groseramente insinuante sexualmente, “¡bueno, es lo que se usa, la nena no puede quedarse arrinconada!”

Y si las jóvenes suelen vestirse hoy de un modo muy “científico” (es decir, promoviendo el uso del microscopio para ver sus prendas)…”¡no podemos pretender que salgan como monjas!”

Y si mañana tienen que recurrir a la mentira o al robo (eufemísticamente llamado coima) para salir adelante en ciertos momentos de la vida…”¡uno no puede vivir en una burbuja!”

Y la verdad es que como padres, nadamos entonces en la hipocresía, enseñando a nuestros hijos a hacerlo en todos los estilos, hasta para competir en las Olimpíadas.

No es verdad que nos importe tanto que nuestros hijos vayan al cielo, si desde la preadolescencia no nos esforzamos en impregnar su  ambiente y costumbres con la lógica del Evangelio, que -hay que decirlo con todas las letras- es una lógica diametralmente opuesta a la del mundo. No es la lógica de la conveniencia, ni de la moda, ni del éxito fácil, ni del aplauso. Y no puede carecer, por supuesto, de la Cruz. Para nosotros, como padres,  y para ellos.

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