(317) Profanación "festiva" de la Catedral de Bariloche
“Al ver aquello, Jesús hizo un látigo con unas cuerdas y los echó a todos del templo, junto con las ovejas y los bueyes. Arrojó al suelo las monedas de los cambistas y les volcó las mesas. A los vendedores de palomas les dijo:–¡Sacad eso de aquí! ¡No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre!” (Jn.2, 15-16)
Cada vez es mayor la cantidad de testimonios de que en los días cercanos a la celebración de Todos los Santos -triunfos de la gracia de Cristo sobre sus enemigos-, las huestes infernales se revuelven contra los que todavía batallamos en la tierra, y contra todo lo santo y sagrado que nos conduce al Puerto.
No es casual que las furias del infierno se ceben especialmente sobre los consagrados, y sobre las imágenes y lugares santos, especialmente los templos. Mire cualquiera, si no, los ataques de las hordas feministas en las “marchas del orgullo consonántico” (cada día agregan más letras..lgtbrstvkz…). Pero no basta, no.