(151) 2017, Centenario de Fátima, ¿cómo celebramos su comienzo?...
El Nuevo Año viene siempre preñado de expectativas, pero sobre todo cumpliéndose en unos meses el Centenario de las apariciones de Ntra. Sra. de Fátima, y precipitándose una serie de acontecimientos eclesiales más que significativos.
Con este “telón de fondo”, no es ocioso plantearse cómo celebrar este Fin de Año y comienzo del que llega. Sabemos que más de una familia se lo ha planteado a menudo, tratando de remar “contra corriente” en medio de un ambiente para nada favorable a la coherencia cristiana, que se ha apropiado de nuestras Fiestas, pero vaciándolas de su espíritu genuino, y adulterándolo todo.
Aunque hace un par de años publiqué ya algunas de estas citas, las vuelvo a compartir con mis lectores, como para tenerlas en cuenta en nuestros criterios de “celebraciones navideñas".

“Las iniciativas exteriores sólo tienen sentido en la medida que son expresiones de un profundo compromiso que nace en el corazón de las personas.(…) Lo digo sobre todo a los jóvenes, ante los cuales la vida se abre como un camino rico de sorpresas y de promesas. Lo digo a todos: ¡Vayamos tras las huellas de Cristo!” (Juan Pablo II, 29-6-1999)
, riquísima para rezar y meditar ante los Sagrados Corazones, pensando en tantos agravios pequeños, grandes e inmensos que sufre cada día en nuestros días, y de los cuales siempre estamos prontos para quejarnos debido al escándalo, pero tal vez no para lo fundamental que nos toca a cada uno, que es reparar. ¡Si todas estas oportunidades sirvieran al menos para calentar nuestros pobres corazones, generalmente tan tibios!…ImplorémosLes que así sea.
Más de una vez he sostenido que el acostumbramiento es una de las más graves amenazas que sufre la Iglesia, cuando los católicos creen que deben amoldarse a todo, comprender todo, agachar la cabeza ante todo y todos, porque todo es comprensible, justificable, perdonable, digno de ser mirado con indulgencia… Pero en medio de la “volteada”, muchos se van cansando, y urge que alguien tenga misericordia de aquellos que se cansan.