(118) San José y las imágenes sagradas
“Querría yo persuadir a todos que fuesen devotos de este glorioso Santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios". (Santa Teresa de Jesús)
Haz José, que nuestra vida se deslice santa y pura / y que siempre esté segura por tal Patrón defendida.
¡Qué santo tan grande entre todos los santos; qué suavidad tan firme; ¡qué silencio tan profundo, el de aquel que mereció dar nombre a la Palabra! ¿Cómo dejar de alabarlo, contemplarlo y suplicar la gracia de imitar sus virtudes tan domésticas, y por eso, tan altas?
A veces veo que la devoción a San José llega tal como es él: silenciosamente, casi sin darnos cuenta…como crecen las raíces profundas de los robles.
Y en este año de la Misericordia, San José es paradigma de la Misericordia del Padre, que deposita su predilección soberana dejándonos siempre extasiados, entre el desconcierto y el anonadamiento. “¿Qué es Señor, el hombre, para que te acuerdes de él? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad…” (Sal.8, 5-6)

Castigat ridendo mores
Hay multitud de fieles que creen que la fidelidad exige una obediencia ciega, de renuncia al sentido común y a la prudencia, y obsecuencia ante toda autoridad, sobre todo si se trata de autoridad religiosa.
Aclara San Bernardo que es por obediencia a un obispo por lo que se determina a escribir el tratado que lleva por nombre “Sobre las costumbres y oficios de los obispos”, que como la gran mayoría de las obras de los santos, sigue conservando vigencia frente a mucho palabrerío contemporáneo que finalmente se lleva el viento.
Los sacerdotes santos son faros de esperanza frente a algunos ejemplos que desmoralizan a la grey, acosada ya bastante por el descrédito del sacerdocio católico en que se ceba la prensa mundana para ocultar las maravillas que Dios obra en sus “otros cristos” cuando son dóciles a su gracia.
Hay ciertos grupos religiosos que se definen por el seguimiento de un determinado “líder” espiritual, o por el apego a una serie de ”prácticas rituales”.
¡Consuelen, consuelen a mi Pueblo, dice su Dios!