“…Cuando hay que consumar la maravilla, de alguna nueva hazaña,
los ángeles que están junto a su silla, miran a Dios… y piensan en España” (J.M. Pemán)
Todos sabemos -o deberíamos saber- que la tentación de desánimo y desesperanza es una de las más diabólicas.
En medio del panorama que nos circunda, esa tentación acecha como jauría de lobos, y sin embargo Dios nos ha dado la memoria para mantener en alto las banderas, y por densa que sea la bruma, continuar la Marcha, siempre hacia la Cumbre.
Sabemos también que el padre de la Mentira es príncipe, pero sólo de este mundo, que pasará como el viento. Por eso en el aturdimiento y la confusión, se atenta contra la memoria, tergiversándola, para allanar el campo a la mentira, que socava la Esperanza. Por eso es tan importante retorcer y falsificar la Historia.
Hoy, como la Pascua, por hondas que sean las penas, no puede haber lugar en Hispanoamérica para las lágrimas, y desde las primeras luces todo ha de saber a fiesta, en el eco de campanas que en 1492 celebraban que la Virgen del Pilar alumbraba un continente entero para Cristo. ¡Y somos Suyos!
El Pueblo de Dios sabía que su paso por el desierto lo sostenía en la esperanza gracias al recuerdo de lo que Dios había hecho por él, y por eso el imperativo perpetuo de transmitirlo siempre de padres a hijos en el “Shemá, Israel” (Deut.6,4).
Del mismo modo, los católicos debemos ser conscientes de la importancia que reviste en nuestra vida la memoria del Credo; la memoria de lo que Dios ha hecho por nosotros…al darnos la Fe. Y a las naciones hispanoamericanas, la fe se nos ha dado por España. Por esa Madre Patria que recibió primero la visita de Nuestra Señora en carne mortal ante Santiago, para asegurarnos su protección, y siglos después, la promesa del Sagrado Corazón, de Su reinado, al decirle al beato Bernardo de Hoyos “Reinaré en España y con mayor veneración que en otras partes”.
Somos hijos de Dios, hijos de Nuestra Señora, y de la Iglesia, por ser hijos de España, y no hay más vueltas.
Negar esta filiación, o dejar de agradecerla de rodillas, nos convertiría en mal nacidos, porque la ingratitud es una ofensa tan inmensa como el desprecio. Por gratitud a esta herencia, en nuestra patria seguimos trabajando sin cansancio.
Por eso en estos días benditos de celebración del Día de la Hispanidad, es un orgullo que en nuestra apaleada Patria argentina, se esté desarrollando la I Jornada de la Hispanidad del Río de la Plata organizada por el Instituto Elevan (Estudios y Legado en Valores Nacionales), mientras se da paralelamente la XV Peregrinación de la Cristiandad hacia el santuario de Nuestra Señora de Luján.
Dios no está distraído, y no son meras coincidencias, como no lo es que madre e hijas -España y nuestras naciones hipanas- estén siendo rehenes de gobiernos enemigos. No bajaremos las banderas: ni la de Cristo Rey, ni la de una América Hispano católica, fiel a su esencia, como al primer amor.
Es bueno recordar que la semilla no ha muerto, y que hay simientes nuevas en una nueva primavera, aunque parezca escondida entre el follaje…Hay que levantar la cabeza y los corazones, porque ni una iota dejará de cumplirse.
Ni marxistas ni liberales, con sus mil estrategias, han logrado apagar de nuestros hijos la sed de santidad y de heroísmo. Porque aún hay memoria; porque nuestra raíz no está sólo en la tierra, sino que ha sido plantada desde el Cielo.
Gratitud, y nada más que gratitud en este día.
A Nuestro Señor primero, y a cada testigo que secunda Su mandato de seguir siempre sembrando: caminando y dando el “buen combate” en todas las trincheras.
Gracias a los católicos lúcidos que no se arredran y siguen plantando la semilla de mostaza que acogerá tantos nidos como almas si se sabe regarla.
Compartimos con nuestros lectores el brillante Programa de las Jornadas de la Hispanidad, que tienen entre sus objetivos profundizar la necesidad de la unidad hispanoamericana forjada a través de siglos, seguros de que ella sigue siendo un pilar cultural, político y religioso, jugando un rol fundamental en la lucha contra las fuerzas del imperialismo moderno.
Hacemos nuestras las palabras del director del Instituto ELEVAN, Cnl. My. ® Gabriel Camili en su entrevista para La Prensa:
Aspiramos a una trascendencia interior, personal, que remueva y realce los corazones de quienes nos dirigen y secundan, y contagie a otros su fervor. La triple trascendencia que enunciara Ramiro de Maeztu: 1)Querer ser otros es ya querer no ser. Pues ¡a ser nosotros! 2)No te dejes vencer por nada extraño a tu espíritu. 3)Toda existencia tiene un eje diamantino. Apartarse de él, como viene sucediendo, es mortal para nuestras naciones. El Señor de los Ejércitos y Nuestra Señora del Pilar nos concedan la gracia de aspirar a esta trascendencia. Si por añadidura llegan otras, alabado sea Jesucristo.
Por eso instamos vivamente a mantener viva esta antorcha en los años venideros, para que crezca como ha crecido la Peregrinación de Ntra. Señora de la Cristiandad no sólo aquí sino en España y Francia.
Queridos lectores, ¡¡sursum corda!! ¡Santo día de la Hispanidad!
¡¡Santiago y cierra, España!!
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Sigue abierta la Inscripción para el XXIV EFC de Bs.As.: Amor y Verdad en tiempo de definiciones - Cronograma general:
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