InfoCatólica / Caritas in Veritate / Categoría: herejía

19.04.15

(81) Pedro ante la captura de Nuestro Señor (de Sto.Tomás Moro: "La Agonía de Cristo"- V )

Aunque transitando ya el luminoso tiempo pascual, proseguimos la serie de posts dedicados a esta obra del santo mártir patrono de los políticos católicos, considerando que en su minucioso análisis, nos brinda muy oportunas reflexiones para toda época, en el constante combate de los discípulos de Cristo contra el espíritu del mundo y de las tinieblas. Hoy, como ayer, este combate puede tomar la forma de la herejía, el cisma, y el ataque de los paganos, al amparo del viejo Israel.

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JJoaquindarocha MalcoII. SOBRE LA OREJA SAJADA DE MALCO,

LA FUGA DE LOS DISCÍPULOS Y LA CAPTURA DE CRISTO.

Furia y celo de Pedro

Desde mucho tiempo antes hablan los Apóstoles escuchado a Cristo predecir las cosas que ahora ven acontecer. Aun afectados por la tristeza y la pena, recibieron entonces todo aquello con mucha menos preocupación que ahora, cuando ven ocurrir todas aquellas cosas delante de sus propios ojos. Al ver que una cohorte entera de soldados buscaba a Jesús -Nazareno, no quedaba ya lugar para la duda o la ambigüedad: le buscaban para hacerle prisionero. Al sospechar lo que se avecinaba fueron sus ánimos abatidos e inundados por un tumulto de sentimientos. De un lado, solicitud y preocupación por su Señor., al que tanto amaban; pero, también, miedo y temor por lo que pudiera ocurrirles a ellos mismos. De otro lado, debieron sentir vergüenza al recordar aquella magnífica promesa suya de morir antes que abandonar al Maestro. A todos estos estados de ánimo seguían impulsos varios, porque, si su amor les llevaba a quedarse, el miedo les hacia no permanecer, el temor a la muerte les movía a huir, y la vergüenza por lo que habían prometido les inclinaba a resistir y no ceder.

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30.03.15

(78) La conspiración del Traidor y la pereza de los Apóstoles -hoy como ayer- (de Sto.Tomás Moro: "La Agonía de Cristo", III )

“¿No es este contraste entre el traidor y los Apóstoles como una imagen especular, y no menos clara que triste y terrible, de lo que ha ocurrido a través de los siglos, desde aquellos tiempos hasta nuestros días? ¿Por qué no contemplan los obispos, en esta escena, su propia somnolencia? Han sucedido a los Apóstoles en el cargo, ¡ojalá reprodujeran sus virtudes con la misma gana y deseo con que abrazan su autoridad! ¡Ojalá les imitaran en lo otro con la fidelidad con que imitan su somnolencia! Pues son muchos los que se duermen en la tarea de sembrar virtudes entre la gente y mantener la verdadera doctrina, mientras que los enemigos de Cristo, con objeto de sembrar el vicio y desarraigar la fe (en la medida en que pueden prender de nuevo a Cristo y crucificarlo otra vez), se mantienen bien despiertos. Con razón dice Cristo que los hijos de las tinieblas son mucho más astutos que los hijos de la luz.”

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En los párrafos que presentamos en esta III selección de la Agonía de Cristo, de Sto. Tomás Moro, comprobamos una vez más la tremenda actualidad de las palabras de los santos, ya que muchas iluminan poderosamente la situación presente de la Iglesia.  Sabemos que a través de la historia, el avance de todo enemigo se produce en proporción al retroceso o pasividad de los “amigos”. Y es fácil echar la culpa, como Eva, a las insinuaciones de la serpiente, pero sabemos que no hay pecado si no abrimos antes la “puerta interna” de nuestra voluntad libre. Del mismo modo, como Iglesia, es oportuno repasar el mayor o menor grado de “complicidad” que cada miembro tiene en el avance del pecado a nuestro alrededor, porque no hemos sido suficientemente sal y luz del mundo, dejándolo en tinieblas, abriendo las “rendijas” para que todo se llene de humo…

Así deben haber hecho también los que en el Domingo de Ramos recibían con palmas a Quien el viernes pedirían crucifixión. Porque nuestra fidelidad puede ser como hoja que se lleva el viento, cuando no somos dóciles a la gracia de Dios.

Y ya que estamos en tiempos de un más profundo examen de conciencia, esperamos filialmente que  nuestros pastores también lo hagan, viendo el hambre y desamparo espiritual en que andan muchos fieles, esperando que algunos de ellos terminen de una vez su siesta.

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5.03.15

(71) La Sma. Virgen y la "nueva" moral sexual

MaterdolorosaLlama la atención que muchos que se dicen hijos de la Iglesia, estén prontos para ofrecer incienso a los dictados del mundo, pero sean tan reacios a prestar sus oídos a la Madre de Dios, figura y modelo de la Iglesia.

Invito a los lectores a hacer la prueba entre sus conocidos “piadosos cómodos", y verán que ante los nuevos vientos de doctrina se muestran indulgentes, o al menos no osan decir ni pío, porque han oído alguna declaración de aquí y allá, y se les ha dicho que la Iglesia está considerando el “amoldarse a los tiempos".

El caso de las Universidades de Boston y de Notre Dame, es sólo un fruto maduro de la raíz venenosa que hace rato viene pudriendo una parte considerable de sarmientos, que tarde o temprano demostrarán haberse separado de la Vid verdadera, cuando llegue la Siega. Algunos de estos personajes (laicos, sacerdotes, obispos), no obstante, seguramente intercalan a veces el nombre de María Santísima como una “contraseña” o pantalla que les hace pasar como confiables (aún ante su propia conciencia), y hasta llevan tal vez alguna medalla al cuello.

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8.01.15

(63) ¿Todos los cardenales y obispos de la Iglesia son católicos?

Una de las primeras tareas que realizan los misioneros en los nuevos destinos, imagino que debe ser el aprender el idioma, porque ¿para qué evangelizar, si no es para incorporar nuevas almas a la unidad de la familia católica? ¿Y cómo acercarnos unos a otros, si no nos podemos comprender? Paralelamente, uno de los principales oficios misioneros es enseñar el “idioma católico”, es decir, la fe. ¿Hasta aquí de acuerdo?

Bien; la pregunta es ahora: ¿puede haber unidad verdadera sin compartir algún tipo de “idioma común” a través del cual se comuniquen y asocien los corazones?rebañoinv

No; no hablaré del latín, enristrad las lanzas o cerrad los paraguas, que “los tiros” no vienen por ahí, y ni siquiera hay tiros, sino sinceras preguntas, que buscan misericordiosas respuestas.

Me determino a exponer algunas inquietudes, porque sigo creyendo a pie juntillas (otro año más, por gracia de Dios) que somos hijos de la Luz, y que la luz rompe las tinieblas: no se “une” a ellas (puede ser que la Luz sea un poco intolerante…). 

La cuestión es, entonces: ¿qué sentido tiene hablar de unidad si se renuncia al factor que la procura? ¿Qué valor tiene la unidad, si no es para un fin en común? ¿Significa lo mismo unidad que rejunte? Nuestro Señor dice “Padre, que sean uno, como Tú y Yo somos Uno…”, y ese “como” tiene un valor modal y condicional: que no sean uno “a costa de cualquier cosa”, “de  cualquier manera”, sino “bajo condición de ser” como las Personas Divinas. ¿Cómo se unen el Padre y el Hijo? En el Espíritu Santo, que es Espíritu de Verdad. Se trata, pues, de la Caridad en la Verdad, no de un “pegoteo” con chicle.

¿Por qué no puede concebirse la unidad de Dios con los espíritus infernales? ¿Por qué, si Nuestra Señora es Reina de la Paz, sigue aplastando a la Serpiente?

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8.11.14

(56) ¿Son católicos todos los católicos? -Sobre la protestantización del catolicismo- (y II)

Publicamos a continuación la segunda y última parte del artículo del p. Bojorge s.j. (*), a quien agradecemos su autorización para hacerlo de modo fragmentario, a fin de facilitar su lectura y aprovechamiento actual, para iluminar gran parte de los síntomas del malestar que padecemos.

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Proceso de Protestantización del catolicismo

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-Protestantismo y modernidad

En 1985, el periodista Vittorio Messori le preguntaba al Card. Joseph Ratzinger en la entrevista que se publicó como “Informe sobre la fe [18]:

- Messori: “Empiezo con una ‘provocación’: Eminencia, hay quien dice que se está dando un proceso de ‘protestantización’ del catolicismo”.
- Card. Ratzinger: “(…) Existe, de hecho, el peligro de semejante cambio: no es un mero espantapájaros montado por algunos círculos integristas.
- Messori: Pero ¿por qué precisamente el protestantismo -cuya crisis no es ciertamente menor que la del catolicismo- debería atraer hoy a teólogos y laicos que hasta el Concilio permanecían fieles a Roma?
- Card. Ratzinger: “Desde luego no es fácil explicarlo. Me viene a la mente esta consideración. El protestantismo surgió en los comienzos de la Edad Moderna y, por lo mismo, está más ligado que el catolicismo a las ideas-fuerza que produjeron la edad moderna. Su configuración actual se debe en gran medida al contacto con las grandes corrientes filosóficas del siglo XIX. Su suerte y su fragilidad están en su apertura a la mentalidad contemporánea. No es extraño que teólogos, católicos, que no saben ya qué hacer con la teología tradicional, lleguen a opinar que hay en el protestantismo caminos adecuados y abiertos de antemano para una fusión de fe y modernidad".

Permítaseme interrumpir la entrevista e intercalar una reflexión en atención al tema que vengo tratando: el Cardenal le responde a Messori, concediendo que el peligro de protestantización del catolicismo es real, que existe y que no es una ilusión integrista. Pasa luego a dar una interpretación del fenómeno: hay una cierta congenialidad del espíritu de la Reforma protestante con el espíritu moderno. Esta observación sugiere que hay que ponderar los riesgos y repensar las condiciones de un aggiornamento para que no sea indiscreto, para que no sea una apertura al mundo ingenua e idílica y por ende suicida. La ‘protestantización’ de tantos católicos tiene mucho que ver con una mimetización acrítica con el mundo moderno, a costa de la propia identidad. La protestantización derivada de este mimetismo con la cultura dominante es directamente proporcional a la falta de capacidad contracultural de los católicos de hoy. Sólo si logran ser contraculturales lograrán permanecer fieles católicos. Los asimilados engrosarán las filas de las sectas y las comunidades eclesiales protestantes. (…)

-Hoy como ayer, una desviación eclesiológica
- Messori: ¿Qué principios entrarían en juego en esa opinión?
- Card. Ratzinger: “Hoy como ayer [21], el principio de la Sola Scriptura desempeña un papel primordial. Para un cristiano medio hoy resulta más ‘moderno’ y ‘evidente’ admitir que le fe nazca de la opinión individual, del trabajo intelectual, de la contribución del especialista. Si ahondamos más, encontraremos que de tal concepción deriva lógicamente el que el concepto católico de Iglesia ya no es realizable, y que se debe buscar un nuevo modelo, en el sitio que sea, dentro del vasto ámbito del protestantismo”.InfsobrelaFe
- Messori: Así que desembocamos, una vez más, en la eclesiología.
- Card. Ratzinger: “Ciertamente. Al hombre moderno de la calle le dice, a primera vista, más un concepto de Iglesia que en lenguaje técnico llamaríamos ‘congregacionalista’ o de ‘Iglesia libre’ (Freechurch). De donde se sigue que la Iglesia es una forma mudable y pueden organizarse las realidades de la fe del modo más conforme posible a las exigencias del momento. (…)
 

Lutero hoy, ante la Congregación para la Doctrina de la Fe

Messori: A finales de 1983 -quinto centenario del nacimiento de Martín Lutero-, visto el entusiasmo de alguna celebración católica, las malas lenguas insinuaron que actualmente el Reformador podría enseñar las mismas cosas que entonces, pero ocupando sin problemas una cátedra en una universidad o en un seminario católico. ¿Qué me dice de esto el Prefecto?. ¿Cree que la Congregación dirigida por él invitaría al monje agustino para un ‘coloquio informativo’?
- Card. Ratzinger (sonríe): “Sí, creo de veras que habría que hablar también hoy con él muy seriamente y que lo que dijo tampoco hoy podría considerarse ‘teología católica’. (…)

-          Messori: Sería interesante saber en qué temas se apoyaría la Congregación para la Doctrina de la Fe para intervenir contra Lutero.
- Card. Ratzinger: “No hay la menor duda en la respuesta: ‘Aún a costa de parecer tedioso, creo que nos centraríamos una vez más en el problema eclesiológico. En la disputa de Leipzig, el oponente católico de Martín Lutero le demostró de modo irrefutable que su ‘nueva doctrina’ no se oponía solamente a los Papas, sino también a la Tradición, claramente expresada por los Padres y por los Concilios. Lutero entonces tuvo que admitirlo y argumentó que también los concilios ecuménicos habían errado, poniendo así la autoridad de los exegetas por encima de la autoridad de la Iglesia y de su Tradición”.
- Messori: ¿Fue en ese momento cuando se produjo la ‘separación’ decisiva?
- Card. Ratzinger: “Efectivamente, así lo creo. Fue el momento decisivo, porque se abandonaba la idea católica de la Iglesia como intérprete auténtica del verdadero sentido de la Revelación. Lutero no podía compartir la certeza de que en la Iglesia hay una conciencia común por encima de la inteligencia e interpretación privadas.(…)  la teología católica debe interpretar la fe de la Iglesia; cuando se pasa directamente de la exégesis bíblica a una reconstrucción autónoma, se hace otra cosa”.

-Hay que ser contracultural para permanecer católico:

La entrevista de Vittorio Messori al Cardenal Ratzinger continúa ponderando las vicisitudes y posibilidades del diálogo ecuménico postconciliar. En un momento de esta conversación, el Cardenal Ratzinger afirma que al convivir protestantes y católicos, son los católicos los que corren mayor riesgo de deslizarse hacia las posiciones protestantes. “(…) El catolicismo exige la aceptación de una mentalidad de fe que frecuentemente se halla en una radical oposición con la opinión actualmente dominante”.

- Mons. Luigi Giussani: la intelectualidad católica gravemente protestantizada hoy
También Monseñor Luigi Giussani, fundador de Comunión y Liberación, afirma la deriva protestantizante del catolicismo actual, especialmente de la intelectualidad católica; (…)L.Giussani

En una de sus obras: “La Conciencia religiosa en el Hombre moderno” [22], afirma Mons. Giussani (…) “el hecho cristiano se presenta en el mundo profundamente reducido”. Está lejos -dice- de ser aquélla presencia en lucha contra la ruina del hombre que debería ser. “Hablo -dice- de una reducción del cristianismo en el modo de vivir su propia naturaleza”. Y caracteriza esa reducción así: “A mí me parece que el cristianismo en nuestro tiempo se ha visto como angustiado, debilitado, entorpecido por una influencia que podríamos llamar ‘protestante’ ”. (…) “la observación capital que motiva dicho juicio consiste en la reducción del Cristianismo a ‘Palabra’ (…)

Tres caídas “que tienden a reducir desde dentro el hecho cristiano, y en particular, al catolicismo; que lo desmovilizan desde dentro y debilitan en él la lucha contra una mentalidad para la cual ‘Dios no tiene nada que ver con la vida’ ”.

Tenemos que resignarnos a resumir aquí el iluminador análisis que hace de estas caídas protestantizantes:

1) Subjetivismo: que deriva en sentimentalismo y pietismo, porque inevitablemente la Palabra se somete en último término a la interpretación personal, o en su defecto, a la interpretación de los exégetas. (…)
2) Moralismo: (…) Si el cristianismo es reducido a palabra, viene a coincidir con una emoción de la conciencia que tiene el derecho de interpretarla, y tal conciencia no puede independizarse del flujo de los valores que más se estiman en el momento histórico en que vive. La moral termina siendo fijada por el poder real, por la identificación con los valores morales que la sociedad parece considerar evidentes. Y es así como la moralidad se convierte en moralismo rabioso.

- Politización de los católicos proporcional a su creciente impotencia política  Viene al caso recordar aquí, en confirmación de estas observaciones de Mons. Giussani, lo que observa Gianfranco Morra acerca de las dificultades de muchos en aceptar la Doctrina Social de la Iglesia y de su relación con la mentalidad protestante. De una manera u otra se llega a desentenderse de la pretensión de la fe de configurar prácticamente el orden social y político concreto. (…)

- ¿Reforma a costa de la identidad?

3) La tercera caída que comprueba Mons. Giussani es el Debilitamiento de la unidad orgánica del hecho cristiano. Como consecuencia de la reducción del cristianismo a Palabra, se debilita el nexo que une el presente al pasado, se debilita el valor de la historia, de la tradición y, por consiguiente, de la organicidad del acontecimiento cristiano que hace viva la vida de la Iglesia.(…)

Mientras el gobierno mundial se globaliza, el del catolicismo corre el riesgo de fragmentarse en conferencias episcopales nacionales. Las ‘iglesias particulares’, delimitadas y separadas por fronteras políticas, lingüísticas y socio culturales, corren el riesgo de funcionar de espaldas las unas a las otras y de asemejarse a las iglesias nacionales protestantes.

El debilitamiento de la unidad católica se manifiesta, pues, en un debilitamiento de la comunión (…)

- Augusto del Noce: una caída en la inmanencia
Para el filósofo Augusto del Noce la protestantización del catolicismo era una evidencia ya en la década del setenta. (…)

 “si es verdad que el modernismo es la penetración del protestantismo en el catolicismo, no hay que imaginársela, sin embargo como una protestantización del catolicismo; la penetración da lugar a un fenómeno nuevo, en el cual se eliminan los caracteres religiosos trascendentes tanto del protestantismo como del catolicismo” [24].

Lo que resulta, según del Noce, es la reducción de la teología a filosofía. El resultado, dice del Noce, es Friedrich Gogarten en el mundo protestante [la secularización como tarea para el cristiano] y J. B. Metz en el mundo católico [la teología política y su epígona latinoamericana, la teología de la liberación]. Los resultados son, respectivamente, el secularismo y la servidumbre política. El abandono del culto y de la trascendencia y el confinamiento en las tareas de la inmanencia. (…)

- Infidelidades en la Iglesia
De estos males del catolicismo actual, acaba de darnos un panorama el Pbro. Dr. José María Iraburu en su obra reciente Infidelidades en la Iglesia [25], con un fragmento de cuyo testimonio daremos fin a este elenco de voces que podría ampliarse más.(…)

Nunca en la Iglesia se ha tolerado la difusión de errores y abusos tan ampliamente.

La confusión no es católica. Es, en cambio, la nota propia de las comunidades cristianas protestantes. En ellas la confusión y la división son crónicas, congénitas, pues nacen inevitablemente del libre examen y de la carencia de Autoridad apostólica.p.Iraburu

El papa León X, en la bula Exurge Domine (1520), condena esta proposición de Lutero: «Tenemos camino abierto para enervar la autoridad de los Concilios y contradecir libremente sus actas y juzgar sus decretos y confesar confiadamente lo que nos parezca verdad, ora haya sido aprobado, ora reprobado por cualquier Concilio» (n.29: DS 1479).

Partiendo de esas premisas, una comunidad cristiana solamente puede llegar a la confusión y la división. Este modo protestante de acercarse a la Revelación pone la libertad por encima de la verdad, y así destruye la libertad y la verdad.(…)

Lutero destrozó todo lo cristiano: los dogmas, negando su posibilidad; la fe, devaluándola a mera opinión; las obras buenas, negando su necesidad; la Escritura, desvinculándola de Tradición y Magisterio; la vida religiosa profesada con votos, la ley moral objetiva, el culto a los santos, el Episcopado apostólico, el sacerdocio y el sacrificio eucarístico, y todos los sacramentos, menos el bautismo…  Pero Lutero, ante todo, destroza la roca que sostiene todo el edificio cristiano: la fe en la enseñanza de la Iglesia apostólica. Y lógicamente todo el edificio se viene abajo.

La fe teologal cristiana es cosa muy distinta, esencialmente diferente, de la libre opinión de un parecer personal. Como enseña el Catecismo, «por la fe, el hombre somete completamente su inteligencia y su voluntad a Dios… La Sagrada Escritura llama “obediencia de la fe” a esta respuesta del hombre a Dios que revela (cf. Rm 1,5; 16,26)» (143) (…)

- Resumen e impresión general

(…) Me parece percibir que está teniendo lugar un enfrentamiento de culturas, de maneras de ver la vida. Lo que está sucediendo, y muchos católicos que quieren seguir siéndolo padecen, es la expansión de la cultura anglosajona de matriz protestante sobre naciones y poblaciones herederas de la cultura hispana y latina, de matriz católica.(…)

Está en curso un corrimiento cultural general desde la matriz católica de la que alguien procede, hacia la matriz protestante que invade el mundo en que vive. Si no la asume y se identifica, tendría que resistirla y padecer. Y eso, como la fe, no es de todos.

Son cosas a tener en cuenta para proceder, con inteligencia, de la naturaleza de los hechos. Y para actuar con misericordia y humildad. Pero también para resistir firmemente y defender los valores recibidos en herencia, los que nos hacen ser lo que somos. Y para apreciar la gracia de preservación de la que, hasta ahora, hemos sido objeto.

- En conclusión
Hemos querido mostrar en este estudio cómo (…) la Reforma Protestante es manifiestamente útil para orientarnos en la comprensión de la naturaleza de las derivas y tentaciones presentes en la vida de la Iglesia, ya que es un fenómeno espiritual que, como tantos y tan autorizados observadores de la realidad eclesial lo atestiguan, continúa y lo continuamos padeciendo.

Horacio Bojorge S.J.

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[17] Card. Joseph Ratzinger, O.c. p. 203

[18] Ed. BAC, Madrid 1986; título original: Rapporto sulla fede, Ed. Paoline, Milano 1985

[19] Horacio Bojorge, En mi sed me dieron vinagre. Ensayo de teología pastoral y espiritual, Edit. Lumen, Buenos Aires 2ª ed. 1999, capítulo cuarto apartado 13.1 págs. 115 ss.

[20] Horacio Bojorge, Mujer: ¿por qué lloras? Gozo y tristezas del creyente en la civilización de la acedia, Edit. Lumen, Buenos Aires 1999, Cap. 5.2 La felicidad como asunto profético.

[21] La cursiva es nuestra, queremos señalar que esta frase del Cardenal, expresa su visión de que es un mismo fenómeno que continúa.

[22] Ed. Encuentro, Madrid 1986. Citamos de las páginas 57 a 63

[23] Gianfranco Morra “Dottrina sociale e scristianizzazione” publicado en Documenti di lavoro n. 10, publicación de la Scuola di Dottrina Sociale; puede consultarse en Internet mediante buscador.

[24] “Teologia della secolarizzazione e Filosofia” en Archivio di Filosofia 1974, p. 168

[25] Fundación Gratis Date, Pamplona 2005

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(*) El p. Horacio Bojorge s.j. es sacerdote jesuita, de nacionalidad uruguaya.  Se ordenó sacerdote en Maastricht, Holanda, en 1965, cursando Humanidades clásicas en Chile y licenciándose en Filosofía en Argentina (1959); en Teología en Holanda (1966) y en Sagrada Escritura en el Instituto Bíblico en Roma (1969). Desarrolló desde entonces una intensa actividad docente y pastoral, y publicando numerosos libros y artículos de temas de su especialidad (destacamos “En mi sed me dieron vinagre"; “La casa sobre roca", “Teologías Deicidas. El pensamiento de Juan Luis Segundo en su contexto”; “El liberalismo es la iniquidad -la rebelión contra el Padre-"; “Pequeña Grey -la Iglesia perseguida, dispersa y oprimida-").  Sus blogs: Toma y lee (sobre interpretación de Sda. Escritura), y El blog del buen amor (sobre moral familiar y noviazgo).

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Seguir profundizando este tema: La tentación de la luteranidad (Alonso Gracián)

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