(66) Apuntes sobre las Franciscanas de la Inmaculada...
«Pues no hay nada oculto que no haya de ser manifiesto, ni secreto que no haya de ser conocido y salga a la luz.» (Lc. 8,17)
Las “acusaciones” puntuales que les han presentado a las Franciscanas de la Inmaculada, tal vez sean el botón de muestra de cómo se están haciendo las cosas últimamente. Estas acusaciones recientes, perfectamente acreditadas, son:
- “Las hermanas no comprenden lo que rezan”, aludiendo a la elección del rito tradicional para el rezo del Oficio;
- “Es inconveniente la práctica de la pobreza tal como las Hermanas lo viven”, es decir, según Regla original de S. Francisco –aprobada y alabada por Tradición y Magisterio reiteradamente-, renunciando absolutamente a toda posesión, pues sus bienes son de quienes las acogen (Obispos y bienhechores). El pueril argumento que se ha esgrimido es que contribuyen al enriquecimiento de familiares o amigos al testar a su favor (¡!).
- “Se mantiene a las hermanas en la ignorancia”, pues en su formación no se incluye la teología de género. Sobran comentarios en lo tocante a este punto: no hay error de imprenta, amable lector.
- Se les ha planteado finalmente que es inadmisible su “voto mariano” (primer voto en la Congregación, que constituye su carisma específico, y cuya supresión significaría anularlas canónica y espiritualmente en cuanto Fcanas. de la Inmaculada), manifestándoseles que “no se puede obedecer a la Virgen, sino a Dios” (¡¡!!).
Podríamos responder a esto con varias páginas de doctrina católica mariana, pero especialmente con el Tratado de la Verdadera Devoción de S. Luis M. de Montfort, para refutar semejante absurdo. En la obediencia a Nuestra Señora nunca hay peligro de “libre interpretación”, por cuanto Ella siempre nos dirá “Hagan lo que El les diga” (Jn.2,1-11) y nunca nos insinúa la huida ante la Cruz…
Esta última acusación es concorde con el sorprendente disgusto manifestado por Sor Fernanda Barbiero (ex directora del Inst. Pontificio Regina Mundi), la Visitadora designada para las Franciscanas, quien refiriéndose a la imagen de la Inmaculada que estaba sobre la mesa para presidir una de sus visitas, le dijo a las hermanas “por favor, saquen a ‘Esta’ de aquí”, para comenzar a conversar…
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Infocatólica agradecerá vuestra generosa colaboración; le sugerimos cómo hacerlo..

- Se les ha planteado finalmente que es inadmisible su “voto mariano” (primer voto en la Congregación, que constituye su carisma específico, y cuya supresión significaría anularlas canónica y espiritualmente en cuanto Fcanas. de la Inmaculada), manifestándoseles que “no se puede obedecer a la Virgen, sino a Dios” (¡¡!!).
Por supuesto que no. Aunque gracias al “amigo Okham”, cualquier cosa puede llamarse como le plazca a cada uno; ¡Viva la Pepa!
A mí siempre me ha seducido especialmente, y creo que tal vez es como la “Cenicienta” de las Teologales, pues siempre hay quienes velan celosos por los abusos contra la Fe y la Caridad, pero en lo que se refiere a la Esperanza, mientras unos gustan de falsificarla, otros la descuidan gravemente (olvidando que la desesperación es el aguijón inconfundible del desbarranco de Judas, inclusive más que la traición…).
Ya sabemos que muchos nos dirán que somos estructurados, que lo importante es la intención, que no seamos fariseos, porque al fin y al cabo…bueno, admitámoslo: ¡somos ángeles purísimos y todo lo que tenga relación con las formas no nos toca ni de lejos!. Las formas -sean éstas jurídicas, sociales, litúrgicas- son una deplorable pieza de museo, de gente muy dura, muy mala y sobre todo, con el alma llena de telarañas, que no merecen ni una pastillita de misericordina. Sólo los buenos -y los pobres, por supuesto- son capaces de comprender los ribetes místicos que hay en celebrar la Misa con el trapo multicolor de la “diversidad” (*), tras una cantante popularizada en la protesta revolucionaria, la provocación y el erotismo.




