Qué dice de verdad el Concilio sobre
Como dijo Benedicto XVI, la gran herencia del Concilio Vaticano II, no es un “espíritu” reconstruido detrás de los textos, sino precisamente los grandes textos conciliares. Por desgracia, resulta muy común que se apele a un etéreo “espíritu del Concilio” para defender posturas contrarias a lo que el propio Concilio verdaderamente dijo y defendió.
Cansado de que eso suceda constantemente, he decidido abrir una sección nueva en este blog, llamada “Qué dice de verdad el Concilio sobre”. En esta sección, intentaré responder a artículos que apelen al espíritu del Concilio con los propios textos del mismo, para que los lectores puedan comprobar por sí mismos lo que verdaderamente decía el Concilio.

Ayer me hicieron notar que algunos de mis artículos en este blog se habían comentado en un . Como siempre es interesante ver no sólo las reacciones que tienen los comentaristas que escriben aquí, sino también los que pueden hacer referencias en otras páginas, me decidí a echar un vistazo a los comentarios.
Como ya habrán supuesto los lectores, el título de este artículo hace referencia a la conocida novela de José María Gironella, “Un millón de muertos”. En ella, Gironella escribe sobre la última guerra civil española y da la mencionada cifra de víctimas mortales del conflicto, que se ha convertido en un número mítico. Esta cifra, según creen los historiadores, es muy exagerada y el número real de caídos en la guerra, de ambos bandos y tanto civiles como militares, debió acercarse más a los doscientos cincuenta mil.
Hoy que es San Bernardo, me he acordado del magnífico himno Iesu, dulcis memoria, que se le atribuye. Es, sin duda, una obra maestra de la Iglesia medieval, que todo cristiano debería conocer.
San Juan Crisóstomo (que, en griego, quiere decir boca de oro) nació en el s. IV en Antioquía y fue hijo de otra santa, Antusa (Atención a las madres: este ha sido el caso de muchos santos, como San Agustín o San Bernardo, que ya desde los brazos de su madre fueron aprendiendo el amor de Dios y la imitación de Cristo).



