InfoCatólica / Espada de doble filo / Categoría: Cristianos de ayer

4.06.24

San Columba, apóstol de Escocia

Hubo un tiempo glorioso en que Irlanda era conocida como la Isla de los Santos”. Así comienza el texto de la cubierta trasera del libro San Columba, apóstol de Escocia. Es una frase impresionante, no solo por la extraordinaria época a la que se refiere, sino también por el triste hecho de que los católicos españoles no conocemos prácticamente nada sobre ella.

A mí, la verdad, me ha impresionado leer este libro acerca de ese “tiempo glorioso”, en que Irlanda estaba tan repleta de santos que resulta imposible seguirles la pista o, a veces, incluso distinguirles unos de otros (por ejemplo, hay más o menos un centenar de santos llamados Colman). Cuando empecé a leerlo, pensé inmediatamente en que tenía que traducirlo para que otros disfrutaran también de él.

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29.05.24

Contra irrealidad, Chesterton

“El problema de nuestra civilización puede resumirse en una palabra: irrealidad. No tenemos ningún peligro de caer ni en los vicios ni en las virtudes de los vikingos. Tenemos el peligro de olvidar todos los hechos, buenos y malos, en una bruma de frases rimbombantes”.

G. K. Chesterton (Illustrated London News, 27 de Agosto de 1910)

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Si no me fallan las cuentas, hoy es el cumpleaños de Gilbert Keith Chesterton, un día que merece la pena celebrar con un brindis en este blog y dondequiera que haya católicos amantes de la buena literatura, del pensamiento agudo como un florete y de la verdad siempre nueva.

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7.03.08

Cristianos de ayer y de hoy (XIV): Pedr

Probablemente, la mayoría de los lectores no haya oído hablar de Pedro Fernández de Quirós, un capitán hispano-portugués que exploró el Pacífico en el s. XVI y puso a Australia su nombre actual. Creo que son dignas de mención las palabras que pronunció en aquella ocasión.

El 14 de mayo de 1606, el día de la fiesta de Pentecostés de ese año, Fernández de Quirós avistó tierra (probablemente no el propio continente, sino la isla de Vanuatu) y la llamó Terra Australis Spiritus Sancti, es decir, la Tierra del Sur del Espíritu Santo.

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29.02.08

Cristianos de ayer y de hoy (XIII): Luis, siervo bueno y fiel

Hace unos días murió mi tío Luis, hermano de mi padre. Sufrió un infarto mientras daba una charla con su esposa en la parroquia, sobre la familia cristiana. Puedo dar fe de que no le apetecía nada dar esa charla, pero su párroco se lo había pedido y, como hijo de la Iglesia, no concebía ser cristiano sin la obediencia de Cristo. Al haber un sacerdote entre los que le escuchaban, recibió la absolución y la Unción de Enfermos y murió en unos instantes.

Yendo hacia allá en el metro, iba yo rezando el rosario y pensando en cuántas veces habría rezado mi tío esas palabras, dirigidas a la Virgen: “Ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”. Por eso, fue para mí un signo de fe y de consuelo ver, al llegar allí, que su cuerpo estaba aún donde había caído: a los pies de una imagen de la Virgen que tenía los brazos extendidos hacia él. Ni una sola de nuestras oraciones se pierde.

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25.11.07

Cristianos de ayer y de hoy (XII): Francisco Javier, aposto

En una de las iglesias católicas de Bangkok, a más de 10.000 kilómetros de España, me hizo ilusión ver varias imágenes de santos españoles. Una de ellas, colocada en un lugar especial dentro de la iglesia, era de San Francisco Javier, el gran apóstol de la evangelización de Asia.

Este navarro nació en el siglo XVI, de una familia noble algo venida a menos. Era muy inteligente y sus padres le enviaron a estudiar a la Universidad de París. Allí se dedicó a sus estudios y a pasárselo bien, pero se encontró con San Ignacio de Loyola, que no dejaba de insistirle, diciéndole: ¿De qué te sirve ganar el mundo entero, si pierdes tu alma?

Francisco Javier terminó por escuchar la llamada que Dios le hacía a través de San Ignacio y se convirtió en uno de los siete primeros jesuitas.

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