Dulce recuerdo de Jesús

Hoy que es San Bernardo, me he acordado del magnífico himno Iesu, dulcis memoria, que se le atribuye. Es, sin duda, una obra maestra de la Iglesia medieval, que todo cristiano debería conocer.

Para los que no sepan latín, ofrezco una traducción rápida de algunos de sus versos y la versión original al final del artículo. Pueden estar seguros de que mi traducción no llega a la altura del betún al original. Como dice el Concilio Vaticano II, el latín no debe perderse en la Iglesia. De otro modo, se perderán estos himnos cristianos que nos ofrecen, de forma destilada, la experiencia de fe de los cristianos y los santos de tantos siglos que nos han precedido.

Es dulce el recuerdo de Jesús,
Que da al corazón el verdadero gozo,
Pero más que la miel o cualquier otra cosa
Es dulce su presencia.
Nada se puede cantar que sea más suave,
Nada escuchar que sea más alegre
Ni puede pensarse en algo más dulce
Que Jesús, Hijo de Dios.

Estos versos, tan sencillos y tiernos, nos dan una muestra de que, en todas las épocas, el cristianismo ha sido siempre una relación viva con Cristo. Si es tan dulce acordarse de Jesús, cuánto más no lo será su presencia. No hay nada en este mundo que se le pueda comparar. Doctrinas, ministerios, clero, órdenes religiosas, liturgia, sacramentos, incluso la Virgen, los santos y la propia Palabra de Dios no hacen más que señalarnos, revelarnos o regalarnos esta relación real con el Hijo de Dios, que es el único nombre bajo el cielo que puede salvarnos.

Revelan también estos versos lo grotesca que es la idea que tienen muchos de la Edad Media, como una época más preocupada por lo jurídico o la teología abstracta que por una verdadera religiosidad. O la concepción protestante de que, en el medioevo la Iglesia Católica sustituye a Jesucristo, como único mediador ante el Padre, por la Virgen, los santos, las indulgencias o las peregrinaciones. El Señor Jesús era el centro de la vida, la religiosidad y la existencia misma de San Bernardo, como debe serlo también para cualquier cristiano del siglo XXI o del siglo LV, si llegamos a él.

Jesús, esperanza de los arrepentidos
Tú que tan misericordioso eres para los que te suplican
Y tan bueno para los que te buscan,
¿Qué serás para los que te encuentran?

De nuevo, se puede comprender con estas líneas lo exagerada que resulta la idea que tienen de la Edad Media los que sólo conocen de aquella época el Dies Irae. Es cierto que, durante aquellos siglos, se resalta mucho la idea de la seriedad del juicio. Pero también por eso, en los textos de los santos medievales se subraya de forma clarísima la misericordia eterna de Dios. Si se olvida una cosa, a menudo desaparece también la otra. Cuando creemos que Dios no es más que un colega, un amiguete, resulta imposible experimentar la inabarcable misericordia que hace que el Rey Eterno perdone nuestros pecados y llegue a llamarnos sus amigos.

Jesús, dulzura de los corazones
Fuente viva, luz de las mentes,
Tú, que superas todo gozo
Y todo deseo.
Ni la lengua puede contarlo
Ni la escritura expresarlo.
Sólo quien lo ha experimentado puede creer
Lo que es amar a Jesús.

Como se puede ver, son las palabras de un místico, en el sentido en que todo cristiano debe serlo: alguien que ha experimentado verdaderamente la presencia de Dios en su vida, que no le conoce solamente de oídas.

Quédate con nosotros, Señor,
Ilumina nuestras mentes,
Expulsa la oscuridad de nuestras mentes
Y llena el mundo de tu dulzura.
Cuando visitas nuestro corazón,
Resplandece para nosotros la verdad,
La vanidad del mundo pierde su valor
Y arde en nosotros el amor.

Este es el secreto de los cristianos, que se transmite en la Iglesia. Sólo la presencia de Dios en nosotros nos permite comprender verdaderamente nuestra vida. Si Cristo está presente, se puede ver el mundo de otra manera diferente, comprendiendo lo que vale de verdad y lo que no es más que vanidad. Sólo la gracia de Dios en nosotros, que hace que arda en nosotros el amor, puede hacer que amemos a los demás como Cristo nos ha amado. Sin él es imposible.

Oh, Jesús, dulcísima esperanza
De mi alma que suspira por ti.
Te buscan mis lágrimas
Y lo más profundo de mi alma clama buscándote.
Sé, Jesús, nuestro gozo,
tú que eres el premio futuro,
que en ti esté nuestra gloria
para siempre. Amen.

Benedicto XVI, comentando estos versos dijo: “Busco tu rostro, Señor. Buscar el rostro de Jesús debe ser el anhelo de todos los cristianos, pues nosotros somos la generación que en este tiempo busca su rostro, el rostro del Dios de Jacob. Si perseveramos en la búsqueda del rostro del Señor, al final de nuestra peregrinación terrena será él, Jesús, nuestro gozo eterno, nuestra recompensa y gloria para siempre”.

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Iesu dulcis memoria
Dans vera cordis gaudia
Sed super mel et omnia
Eius dulcis praesentia.
Nil canitur suavius
Nil auditur iucundius
Nil cogitatur dulcius
Quam Jesus Dei Filius.
Iesu, spes paenitentibus
Quam pius es petentibus
Quam bonus Te quaerentibus
Sed quid invenientibus?
Iesu dulcedo cordium
Fons vivus lumen mentium
Excedens omne gaudium
Et omne desiderium.
Nec lingua valet dicere
Nec littera exprimere
Expertus potest credere
Quid sit Iesum diligere.
Iesu Rex admirabilis
Et triumphator nobilis
Dulcedo ineffabilis
Totus desiderabilis.
Mane nobiscum Domine
Et nos illustra lumine
Pulsa mentis caligine
Mundum reple dulcedine.
Quando cor nostrum visitas
Tunc lucet ei veritas
Mundi vilescit vanitas
Et intus fervet Caritas.
Iesum omnes agnoscite
Amorem eius poscite
Iesum ardenter quaerite
Quaerendo in ardescite.
Iesu flos matris Virginis
Amor nostrae dulcedinis
Tibi laus honor numinis
Regnum beatitudinis.
Iesu summa benignitas
Mira cordis iucunditas
In comprehensa bonitas
Tua me stringit Caritas.
Iam quod quaesivi video
Quod concupivi teneo
Amore Iesu langueo
Et corde totus ardeo.
O Iesu mi dulcissime
Spes suspirantis animae
Te quaerunt piae lacrymae
Et clamor mentis intimae.
Sis, Iesu, nostrum gaudium,
Qui es futurus praemium:
Sit nostra in te gloria
Per cuncta semper saecula. Amen.

15 comentarios

  
juvenal
Los de C y L tienen en mucho este himno, de hecho los seglares consagrados pertenecientes a ese grupo llevan el nombre de memores domini.
20/08/07 2:36 PM
  
Carmen Bellver
¿Eres de C y L?. En cualquier caso, Bruno, yo no conocía el himno. Y hoy es el día más apropiado para darlo a conocer.

Un saludo
20/08/07 4:34 PM
  
Bruno
Juvenal:

Gracias por la información. No tenía ni idea de que en Comunión y Liberación tuvieran una especial predilección por este himno, ni de que hubieran tomado de él el nombre de su rama seglar.

Lo cierto es que no conozco a casi nadie de CL. Eso sí, D. Julián Carrón, que sucedió a Monseñor Giussiani como dirigente del movimiento fue, hace años, profesor mío.

Sin duda, es uno de los mejores profesores que he tenido.
20/08/07 5:39 PM
  
juvenal
He tenido contacto con ellos, pero no soy celino.
20/08/07 5:39 PM
  
juvenal
Don Giussani, decía que había que hacer memoria constante de Cristo, de ahí lo de memores domini, y por tanto la querencia también por el himno, que comienza con Jesús, memoria llena de dulzura.
Tuve oportunidad de asistir al retiro anual en Madrid, de hace dos años, cuando Carrón se estrenaba como presidente de la fraternidad, y su alocución, que versó sobre la esperanza me pareció muy buena. Hasto donde sé, parece que efectivamente era muy bueno, y que el cardenal se resistía a dejarlo marchar, tenía que simultanear, y el hombre se desdoblaba entre Milán y Madrid, a raíz del fallecimiento de don Giuss, parece que el cardenal no tuvo otra opción.
20/08/07 5:56 PM
  
Carmen Bellver
Bruno, una tontería, el siglo LV no me cuadra.
Siempre das lecturas para releer. L=50, V=5
20/08/07 9:24 PM
  
dagnicourt
Gracias, Bruno, por recordarnos la belleza de este himno. Copio unas palabras de Antonio Socci en el número de agosto/sept. 1990 de la revista "Treinta Días": "Si hay una palabra clave para comprender a san Bernardo y su intuición del cristianismo, es ésta: experiencia. Lo escribe y lo repite incansablemente. 'Sólo quien lo experimenta, puede comprender qué significa amar a Jesús'.
20/08/07 10:03 PM
  
dagnicourt
Y en el "De diligendo Deo' insiste: 'Amamos a Dios porque hemos experimentado y sabemos cuán dulce es el Señor'. Todo lo que Bernardo hizo o dijo, las cosas importantes que quedaron de él en la historia de la Iglesia, no pueden ser comprendidas sino como defensa, incentivo y ayuda para la experiencia de la amistad con Cristo."
20/08/07 10:05 PM
  
Bruno
Carmen:

Era una forma de decir que los cristianos del futuro lejano seguirán teniendo a Cristo como lo principal.

Dagnicourt:

Muchas gracias por esos textos tan apropiados y bienvenido al blog.
20/08/07 11:13 PM
  
Bruno
Sofía:

Creo que hay que entender lo que fueron las cruzadas. La segunda cruzada, en particular, fue un intento (fallido) de recuperar el reino cristiano de Edessa, que acababa de ser conquistado por los musulmanes. Es decir, esencialmente una guerra defensiva y, a mi entender, claramente justificada.

El rey de Francia pidió a San Bernardo que hiciera de predicador de la cruzada, pero él no quiso. El rey acudió entonces al Papa, que mandó a San Bernardo que lo hiciera. Sólo entonces, actuando por obediencia, quiso hacerlo Bernardo.
20/08/07 11:19 PM
  
vitiza
¡Qué malo era San Bernardo, que predicó la Cruzada! Pero, ¡qué caballeros bondadosos los musulmanes cuando hicieron desaparecer casi toda civilización cristiana en Oriente y en el Norte de África! Su guerra santa (recordemos que la expansión musulmana se desarrolla por la guerra santa). Las Cruzadas, pese a esa imagen moderna de hombres agresivos contra indefensos musulmanes, tenían una plena justificación como defensa ante el Islam, no solo de Occidente, sino de toda la Cristiandad... aunque hubiera debilidades humanas. Trajeron paz a Europa, el movimiento de "Paz y Tregua de Dios" y posibilitaron el contacto directo, en plano de igualdad, del mundo cristiano con el islámico. Nos creemos demasiado los análisis simplistas de la Historia.
21/08/07 2:33 PM
  
vitiza
No sé de dónde sacáis las informaciones, pero San Bernardo no quiso comenzar un tour predicando la cruzada, porque se estaba dedicando a la aplicación de la reforma cisterciense. Más aún: fue San Bernardo el autor de la primera regla de una orden de caballería: los templarios. Dejad de juzgar los tiempos pasados con ojos del presente... cada cosa en su contexto... De todas maneras, Sofía... es que ¡hoy estoy muy guerrero! Un saludo.
21/08/07 3:30 PM
  
juvenal
Sofía, te recomiendo un libro maravilloso sobre las cruzadas, donde además se aprende en forma amena, y no voy a decir que divertida, porque cuenta horrores también de la historia de la iglesia, de Ricardo de la Cierva, Templarios, historia oculta.
21/08/07 11:56 PM
  
vitiza
Tras deambular esta mañana por los blogs vecinos, no he tenido más remedio que volver al tuyo, Bruno, a tomar un poco de oxígeno, de sosiego, y lo he encontrado en la preciosa traducción que haces: "Quédate con nosotros, Señor,
Ilumina nuestras mentes,
Expulsa la oscuridad de nuestras mentes
Y llena el mundo de tu dulzura.
Cuando visitas nuestro corazón,
Resplandece para nosotros la verdad,
La vanidad del mundo pierde su valor
Y arde en nosotros el amor." ¡Cuánta vanidad del mundo se aloja en las almas de algunos bloggers! ¡Cuánta oscuridad en sus mentes! Tus ?seguidores?, hemos comentado en diversos post tuyos la tristeza que supone ver a cristianos murmurar, escandalizar y vituperar al prójimo, especialmente al clero (que son pocos, pero siempre están en la mira de alguien)... Si tuvieran presencia de Dios en sus vidas, esa Dulce Memoria de Jesús, ¿crees que seguirían así? Recemos por ellos... porque la corrección fraterna no funciona: hay mu...
22/08/07 2:59 PM
  
vitiza
...Recemos por ellos... porque la corrección fraterna no funciona: hay mucha soberbia...
22/08/07 3:00 PM

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