Meditaciones arquitectónicas
He leído un artículo norteamericano sobre arquitectura religiosa que me ha parecido tan interesante que he traducido los primeros párrafos para el blog (y sí, en este caso y sin que sirva de precedente, cuando digo “interesante” quiero decir que expresa a grandes rasgos lo que yo pienso sobre el tema). Si Dios quiere y tengo tiempo, otro día traduciré el resto del texto.
Se trata del artículo titulado “Novedad contra belleza”, escrito por un arquitecto con el improbable nombre de Erik Bootsma. Me ha gustado leer, por cierto, que actualmente está trabajando en los planos para un monasterio católico de rito oriental que se construirá en Pennsylvania.
Creo que el tema de la fealdad y el secularismo de una gran parte del arte y la arquitectura católicos de las últimas décadas es importantísimo para nosotros. Y es triste que no se discuta más. No se trata de una cuestión meramente artística, sino que, como todas las cuestiones humanas en su raíz, es un problema filosófico y, especialmente, teológico.

Hoy me apetece un poco de diversión, así que voy a hablar de algo entretenido. X. Pikaza ha recogido en su blog las 95 tesis que Matthew Fox clavó hace cuatro años en la puerta de la iglesia de Wittenberg. Aparentemente, imitando así a Lutero, quería volver “a nuestros orígenes, un retorno al espíritu y a las enseñanzas de Jesús y sus ancestros proféticos”. Según ha explicado posteriormente, lo que pide es la realización de una “nueva reforma” en el cristianismo.
La revista The Economist está haciendo una 
Al ser traductor, tengo que ir frecuentemente a la oficina de correos de mi barrio, para enviar traducciones juradas a mis clientes. No hace mucho, fui a enviar una de estas traducciones y, como suele suceder, la oficina estaba abarrotada. Hacía calor y, como había pocos funcionarios y no se daban mucha prisa, los  ánimos se habían caldeado bastante.
    
            
            
            
            
            
            
            


