26.07.21

Descatolizar la Iglesia

No sé si los lectores habrán notado alguna vez que los que más apelan al Concilio Vaticano II a menudo son justamente los que menos conocen lo que de verdad dijo el Concilio Vaticano II y los que, con pasmosa regularidad, defienden exactamente lo contrario de lo que realmente enseñó el Concilio. Vivimos en una época de decadencia y también los heterodoxos son de ínfima categoría.

Veamos, como ejemplo, el artículo que ha escrito en Religión Digital el P. Jorge Costadoat SJ. El jesuita chileno, que ya ha aparecido alguna vez en este blog, aprovecha el último motu proprio del Papa para intentar arrimar el ascua a su sardina y promover sus diversas obsesiones y heterodoxias. Como en otras ocasiones, el artículo original va en negro y mis comentarios en rojo.

Leer más... »

21.07.21

Mortificaciones matrimoniales

No hay nada más políticamente incorrecto que los santos. Ojalá leyéramos más sobre ellos, porque sus acciones y sus palabras son uno de los pocos remedios eficaces para las tonterías y desesperanzas que nos tragamos sin darnos cuenta por contacto con el mundo.

Esta mañana, por ejemplo, he leído una frase de San Francisco de Sales que me ha hecho reír: “el matrimonio es un perpetuo ejercicio de mortificación”. Como dicen los anglosajones, la frase is funny because it’s true, es divertida porque es cierta, aunque a oídos modernos suene profundamente escandalosa. En especial si tenemos en cuenta que no es una frase de uno de esos santos ascetas del desierto, cuya vocación era la soledad y la renuncia completa al mundo, sino del santo afable y moderado por excelencia, San Francisco de Sales.

Leer más... »

16.07.21

Primeras impresiones sobre Traditionis Custodes

Supongo que los lectores ya se habrán enterado de se ha publicado un motu proprio del Papa, Traditionis Custodes, que anula todas las disposiciones con las que Benedicto XVI había permitido celebrar según la liturgia antigua a los sacerdotes que así lo desearan. Sobre este tema se escribirá mucho, sin duda, en los próximos días y meses, así que me voy a limitar por ahora a hacer unas breves reflexiones iniciales a vuelapluma.

Leer más... »

24.06.21

De vacaciones por siglos lejanos

Ahora que empieza el verano, me voy a permitir aconsejar a los lectores un libro excelente que se ha publicado hace poco: El nacimiento de la cultura cristiana, de Rubén Peretó Rivas. He estado a punto de decir que es “excelente, pero sencillo”, pero por fortuna me he corregido a tiempo, porque lo cierto es que la excelencia se debe en buena parte a su sencillez. No es nada fácil escribir de forma sencilla y amena sobre algo tan amplio y complejo como el nacimiento de la cultura cristiana, que se extiende por buena parte de la tierra y a lo largo de muchos siglos.

Rubén Peretó, sin embargo, no solo lo consigue, sino que a uno le da la impresión de estar escuchándole contar historias sobre amigos del autor. ¡Y qué amigos! Ya quisiera uno tenerlos, desde Casiodoro, San Benito y Boecio hasta Alcuino de York, San Columbano, San Beda, Casiano o Carlomagno, pasando por muchos otros. Sus historias suscitan la nostalgia por tantas cosas buenas que son nuestras pero se han quedado por el camino y que en muchos casos ya ni siquiera recordamos. Es un libro que despierta el gusto por la oración, la liturgia, la sabiduría y los amigos. ¿Qué más podemos pedir?

Leer más... »

21.06.21

¿Son los judíos nuestros hermanos mayores en la fe?

Un lector con el bíblico nombre de Rubén (de Argentina), se refería hace unos días a la expresión “hermanos mayores en la fe”, que, según dicen, utilizó Juan Pablo II para referirse a los judíos y afirmaba duramente en ese sentido:

“Y respecto de JPII (a mi juicio el mejor de los Papas desde Juan XXIII en adelante), no puede ser santo nadie que:  - Llame y considere “hermanos mayores EN LA FE” a los judíos, cuando la misma Escritura nos dice que solo adquirimos tal condición con el bautismo”.

Conviene señalar desde el principio que, en relación con este tipo de cuestiones, se puede decir muy poco, porque, como sentenciaban los escolásticos, de verbis non est disputandum, no hay que discutir sobre palabras. Las palabras, a fin de cuentas, son signos arbitrarios de las ideas, y nada impide que esos signos cambien según la definición que se haga de ellos. Lo más que podemos hacer es determinar qué significados atribuibles a una expresión determinada son inaceptables para un católico y cuáles, si es que los hay, son aceptables y ortodoxos.

¿Merece, entonces, la pena meterse en esta cuestión? A mi entender, sí, porque toca algunos temas fundamentales de nuestra fe y siempre es provechoso reflexionar sobre ellos, contemplar sus misterios y disfrutar de la belleza del designio de Dios, aunque, como decía, la cuestión concreta en sí no admita respuestas drásticas y satisfactorias. Veámoslo.

Leer más... »