Cristianos de ayer y de hoy (XII): Francisco Javier, aposto
En una de las iglesias católicas de Bangkok, a más de 10.000 kilómetros de España, me hizo ilusión ver varias imágenes de santos españoles. Una de ellas, colocada en un lugar especial dentro de la iglesia, era de San Francisco Javier, el gran apóstol de la evangelización de Asia.
Este navarro nació en el siglo XVI, de una familia noble algo venida a menos. Era muy inteligente y sus padres le enviaron a estudiar a la Universidad de París. Allí se dedicó a sus estudios y a pasárselo bien, pero se encontró con San Ignacio de Loyola, que no dejaba de insistirle, diciéndole: ¿De qué te sirve ganar el mundo entero, si pierdes tu alma?
Francisco Javier terminó por escuchar la llamada que Dios le hacía a través de San Ignacio y se convirtió en uno de los siete primeros jesuitas.

La mayoría de los lectores habrán escuchado o visto estos días los anuncios que la Conferencia Episcopal ha pagado en radio y televisión para animar a la gente a elegir la colaboración con la Iglesia en su declaración de Hacienda. El lema de este año es “Cada vez más, necesitamos tu compromiso”.
Quiero pedir disculpas a los amables lectores por no haber podido anunciar y explicar con antelación esta larga ausencia del blog Espada de doble filo. He estado de viaje y ciertas gestiones que tuve que realizar los últimos días antes de mi partida me impidieron escribir un post para explicar la interrupción.
Hoy quiero recomendar a los lectores un en el que se trata el tema de la legalización de la prostitución. En el artículo, se pasa revista a la situación de distintos países que estudian la posibilidad de legalizarla y de otros que lo hicieron hace tiempo y han podido comprobar las nefastas consecuencias.









