¿Por qué no se hace algo así?
Hace unos días, escribí un artículo sobre las burlas a la Eucaristía y a la Iglesia de un programa de televisión. En uno de los comentarios, un lector (ciudadano) hacía una propuesta que me ha resultado muy interesante:
…cuando a algún colectivo, homosexuales, mujeres, conductores de taxis, les molesta un programa, lo que suelen hacer es ponerse en con contacto con los anunciantes para expresarles su malestar y desacuerdo con los productos que se anuncian en esos programas.
Es razonable pensar que yo como católico desaconsejaría adquirir los productos que se anuncian en esos programas. Pues bien ¿por que no se hace? ¿Por qué colectivos como las uniones de telespectadores y radioyentes no denuncian esos casos? ¿Por qué desde los responsables de comunicación de las distintas diócesis no se hacen gestiones de ese tipo?

El otro día, me llamó la atención una frase del Papa. No es ninguna novedad, pero, por alguna razón, despertó mi interés. En un discurso para un Centro Juvenil, Benedicto XVI afirmó:
A pesar de su timbre marcial, el título de este blog, que comenzó su andadura en otro lugar, es una cita bíblica de Heb 4,12: La Palabra de Dios es viva y eficaz, más afilada que espada de doble filo.
Me gustó mucho un comentario realizado ayer por un lector, Juan Antonio, en mi artículo del día. El artículo trataba sobre cómo los evangelios y los demás libros del Nuevo Testamento narran la Resurrección del Señor como un hecho que, a la vez, es físico y trasciende el espacio y el tiempo, es histórico y constituye el centro y el fin de la Historia. Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin.



