Midiendo tragedias
Un lector, Cristhian, me envía estos párrafos que ha escrito sobre lo sucedido en Haití y la reacción de los cristianos.
Son líneas provocativas, especialmente en un momento así, pero creo que conviene meditarlas un poco. Intentan arrojar luz sobre la forma que tiene el mundo de “medir” las tragedias, el dolor e incluso la evangelización. Es decir, cosas que, por su propia naturaleza, no pueden medirse.
Además, Cristhian tiene la ventaja de que, al no ser obispo de San Sebastián, es posible reflexionar sobre lo que realmente dice y no sobre lo que periodistas malintencionados quieran hacerle decir.

Los seres humanos somos complicados. Generalmente, en nuestras actuaciones influyen multitud de causas, motivos, deseos, sentimientos y presiones que, junto con nuestra libertad, nos llevan por un camino u otro. Sin embargo, a menudo es posible discernir un factor principal que informa a todos los demás y que hace que libremente nos decidamos por actuar de una forma concreta.
Recojo hoy en el blog el resumen de un
No hace mucho, un lector me señaló el
Acabo de leer que en la diócesis de San Sebastián se ha creado una nueva unidad pastoral. Es decir, una especie de agrupación de parroquias, capillas y casas religiosas cuya dirección se ha encargado a algunos laicos comprometidos. No voy a hablar del hecho en sí, porque no conozco los detalles del mismo. Me voy a limitar a subrayar el horrible nombre del engendro: unidad pastoral.









