Para mantener el Chi en el hogar
Ayer escuché en la televisión como un programa aparentemente serio ofrecía unos criterios esenciales para la felicidad de las familias. Una buena señora, presentada como experta, daba consejos sobre la importancia del Feng-shui, para conseguir una casa apacible, llena de bienestar.
Afirmaba, sin el más mínimo rubor, que el principio fengsuista más importante para una casa era que los retretes siempre tuvieran la tapa cerrada. Por lo visto, un retrete abierto constituye una brecha en la armonía de la casa, por la que se escapan las energías positivas a raudales. No terminó de aclarar si, para que se escapasen las energías positivas era necesario o no tirar de la cadena, dejándolo, supongo, al bien formado criterio de los oyentes.
De la misma forma, según las antiquísimas y venerables tradiciones que el programa se dignaba compartir con nosotros, los desagües abiertos parecen ser otro atentado contra la felicidad y la armonía de un hogar. ¡Y luego la gente se queja de que su matrimonio no funciona, cuando no se han molestado en tapar los sumideros! ¡Si es que no aprendemos! La maestra del Feng-shui proponía unos vistosos tapones de colores para desagües de lavabos y bañeras, de manera que la energía positiva o “Chi” no pudiera escapar de ninguna forma de nuestra casa. De ahí viene el conocido proverbio: más vale Chi en mano que agua que no has de beber.