Historia de salvación de una familia
Estoy convencido de que una de las cosas estupendas que nos esperan en el Cielo, si Dios quiere, es enterarnos de todas las gracias y milagros que Dios ha ido poniendo a nuestro alrededor sin que nos diéramos cuenta. Allí entenderemos por qué tuvimos estos padres, esta mujer o estos hijos y no otros, por qué sufrimos esa enfermedad o por qué tuvimos que ir a trabajar a otro país. Todo formaba parte del plan de Dios para nosotros, de su Historia de Salvación con nosotros, aunque no nos diéramos cuenta de ello.
Una lectora del blog, Ana, ha tenido el detalle de contarme algunas cosas de esa Historia de Salvación que Dios ha tenido con su familia. Una rama de esa familia era de origen noruego y, como tales, de confesión luterana. Sin embargo, al mudarse a España volvieron a la fe católica y la transmitieron a sus hijos y familiares, hasta Ana. Como verán, no son grandes acontecimientos, sino sencillas acciones de Dios: un traslado, vocaciones al sacerdocio o a la vida religiosa, el descubrimiento de la Eucaristía o de la devoción a la Virgen… A mi juicio, estas pequeñas cosas que Dios va haciendo con cada familia son las que forman la verdadera Historia importante del mundo y no las guerras, crisis económicas o enfrentamientos políticos.

Hoy he pasado el día en el hospital, con uno de mis hijos. Gracias a Dios, ya está mucho mejor. Tiene un problema crónico y, aunque normalmente está controlado, de vez en cuando se le junta con una gastroenteritis o alguna otra cosa similar y hay que llevarle al hospital y, a veces, ingresarle unos días. El pobre, como ya sabe que en el hospital le van a pinchar y hacer perrerías, suele poner mala cara o echarse a llorar en cuanto ve una bata blanca.
Hoy quiero proponer una buena idea para los párrocos. Ya sé que están muy ocupados, pero pueden encargársela a algún parroquiano aficionado a los ordenadores. Mi propuesta es crear un blog parroquial. Actualmente, un blog es muy fácil de crear. Hay multitud de herramientas sencillas para ello y de alojamientos totalmente gratuitos. A diferencia de lo que sucede con una página web, que es algo más complicado, todo el mundo puede crear un blog. Por otra parte, la mayoría de la gente tiene acceso a Internet, así que, una vez anunciado en la parroquia, el blog podría tener un número considerable de lectores.
Los católicos estamos muy malacostumbrados. Somos como niños malcriados, que están tan habituados a tenerlo todo que ya no aprecian nada. Y eso se nota en toda nuestra vida cristiana: estamos tan acostumbrados a que Dios exista, a que nos quiera, a que su Hijo se haya encarnado, a que se nos dé como comida, a que perdone nuestros pecados, a que mande a sus ángeles a que cuiden de nosotros, a que nos haya regalado su Iglesia y a mil cosas más que ya no nos sorprenden esos prodigios.



