Yo estoy orgulloso

Hasta hoy no había leído nada de Mons. Casaldáliga. Geográficamente, me cae bastante lejos y nunca había sentido la necesidad de buscar algo escrito por él para leerlo. Hoy, sin embargo, un lector ha llamado mi atención sobre un poema de este obispo catalán, que recoge un de Religión Digital.

No sé si este poema será representativo del pensamiento de D. Pedro Casaldáliga, pero lo primero que me ha sorprendido es ver que un obispo puede caer en un error que tiene ya más de dos siglos de antigüedad y que cualquier estudiante de primero de Teología ha aprendido a identificar: el mito del Buen Salvaje.

Fue Jean Jacques Rousseau quien, si no me equivoco, propuso por primera vez esta teoría allá por el s. XVIII. Según este filósofo francés, el hombre es bueno por naturaleza, nace inocente y puro y quien lo convierte en malo es la sociedad, la civilización. De ahí el nombre de “Buen Salvaje", ya que, según esta peregrina idea, los hombres que viviesen en la selva, sin contacto con la civilización, serían perfectos, buenos y virtuosos.

Huelga decir que los hechos han refutado una y otra vez esta curiosa teoría. Sin embargo, persiste de forma popular en algunas personas. Probablemente influidas por la veneración actual por el medio ambiente, se imaginan a las culturas no europeas como ideales, armoniosas, pacíficas y, por añadidura, ecológicas. Lo extraño es que un obispo, que debería tener más criterio, se apunte al carro de este irracional despropósito.

Mons. Casaldáliga, si entiendo bien lo que dice, traza en su poema una burda distinción maniquea entre españoles e indígenas. Los nativos americanos, antes de la conquista, eran maravillosos y gozaban de suprema felicidad: vivían en armonía con la naturaleza, los animales y las plantas eran sus amigos, adoraban a Dios con un culto de Vida, eran imagen del Dios Vivo, habían sido bautizados con el Agua de la Vida y la Conciencia y tenían la Gracia del Verbo de Dios como semilla de salvación. En cambio, los malvados cristianos españoles, los “blancos”, llegaron como crueles asesinos sanguinarios: hincando en el alma de los indios la espada de una Cruz, infieles al Evangelio, su mensaje no era el de Cristo sino su propia cultura, eran mensajeros de la Nada, quitaron la paz a los indios, diezmándolos y llevándoles la muerte, les impusieron el bautismo tratándolos como animales y, encima, destruyeron la naturaleza y crearon el hambre.

Resulta increíble que un obispo pueda olvidar algo tan básico como el pecado original. A pesar de lo que decía Rousseau, absolutamente todos los hombres llevamos sobre nosotros la consecuencia del alejamiento de Dios que supuso el pecado original. No existe el “Buen Salvaje”, todos los hombres son pecadores. En consecuencia, todas las culturas, los procesos históricos y las acciones humanas, en América, en Europa o en cualquier lugar del mundo, están llenos de pecado y bondad entremezclados.

Los pueblos indígenas americanos, como los europeos, estaban formados por seres humanos pecadores como los demás. Su Historia está llena de guerras, odios, conflictos religiosos y persecuciones como la de cualquier otro lugar del mundo. Hablar de los españoles como los (malvados) conquistadores es absurdo, porque en América se han producido innumerables conquistas de unos pueblos por otros, se han creado por la fuerza multitud de imperios y, probablemente, no alcanzarían las páginas de todos los blogs del mundo para relatar sus guerras.

Quizá no sea políticamente correcto, pero yo confieso públicamente que estoy muy orgulloso de la evangelización de América que realizaron los españoles. Es más, diría que es lo mejor que tenemos en nuestra larga Historia.

Sin duda, se cometieron multitud de excesos, violencias y barbaridades, pero eso es algo que no sorprende, porque es común a toda empresa llevada a cabo por seres humanos pecadores. Aunque Mons. Casaldáliga parece ignorarlo, la Historia de América anterior a la conquista está igualmente llena de esos mismos excesos, violencias y barbaridades. Basta leer los relatos de los españoles de la época sobre los sacrificios que se hacían en América de miles de personas a los ídolos, para ver que el “culto de Vida” del que habla Mons. Casaldáliga dejaba bastante que desear.

Los pecados, de españoles o de indios, no deberían sorprender a nadie. Lo verdaderamente sorprendente, lo significativo, es aquello que no existía en América antes de los españoles: el anuncio del Evangelio. Los misioneros españoles mostraron, en conjunto, un grandísimo amor a los indios y, pasando mil penalidades, dejaron en América lo más valioso que tenían: la fe católica. A pesar de sus pecados y defectos, llevaron a ultramar el Bautismo, el de verdad, no el de “la Vida y la Conciencia” del que habla Casaldáliga. Los ídolos fueron sustituidos por Jesucristo, de manera que se puede decir de los pueblos indígenas lo mismo que decía San Pablo a los Tesalonicenses: abandonando los ídolos, os convertisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero.

Si un cristiano, por definición, debe saber que lo más valioso que tiene es Jesucristo, no se entiende que al hablar de la evangelización de América parezca que lo importante era el mayor o menor respeto por las costumbres locales o por la ecología. Tampoco se entiende el escándalo por el hecho, nada sorprendente, de que los que llevaron el Evangelio a aquellas tierras fueran pecadores como los demás.

Me temo que la forma de hablar de la evangelización americana como algo horrible que tiene Casaldáliga y que comparten, desgraciadamente, muchos otros eclesiásticos, está sembrando de sal, desde el punto de vista del cristianismo, todo el continente. Inculcan con ello no sólo un gran odio a España, sino lo que es mucho más importante, un resentimiento profundo contra el Cristianismo, que se manifiesta en las pantomimas de religiones indígenas resucitadas de forma artificial o en un indigenismo anticristiano que rechaza las verdaderas tradiciones cristianas del pueblo.

No hace mucho, mis padres viajaron a El Salvador. Al llegar allí, mientras hablaban entre ellos, se les acercó un salvadoreño, claramente indígena y de condición muy humilde, y les dijo: Perdonen, les he oído hablar y me ha parecido que tenían un acento distinto. ¿Son ustedes de la Madre Patria? Ese sencillo salvadoreño no perdía el tiempo con discusiones sobre si sus tatarabuelos fueron buenos y los de los demás fueron malos: consideraba a España como su Madre Patria. Y no sólo por el idioma, ni por la cultura hispana que se entremezcló con las de los pueblos americanos, sino ante todo porque España, con sus debilidades y pecados, fue y sigue siendo la Madre en Cristo de los pueblos americanos. Y yo, la verdad, estoy muy orgulloso de ello.

17 comentarios

  
Juan Antonio
Te digo lo que te dije ayer: por fuerza de repetir una mentira la gente se la llega a creer. A mí la que más me divierte es la de echar la culpa a los españoles por llevar enfermedades, cuando ni siquiera se conocía cómo se transmitían las enfermedades. Ese tipo de críticas califica más al que las hace.

Y también me divierte mucho cuando hablan de que los españoles fuimos a América a expoliar y esclavizar. ¿Quiénes lo dicen? Los descendientes de los expoliadores, porque los que aquí estamos somos descendientes de los que se quedaron aquí ganándose la vida como pudieron.

Es curioso que quienes dicen eso (tipo Hugo Chávez y Evo Morales) después apoyan a Fidel Castro, que, claro, ha estado 50 años pasándolo muy mal por servir a su país.
Y tampoco hay que olvidar quiénes lo apoyan: los que se apuntan a un bombardeo con tal de criticar a la Iglesia.

Si quieres te mando por mail el PDF del libro "Leyendas negras de la Iglesia", donde se tira unos ...
19/02/08 3:23 PM
  
Juan Antonio
donde se tira unos cuántos capítulos hablando de estos temas. Merece la pena leerlo si no lo has hecho. Ah, y también he conseguido PDFs de libros de Chesterton, aún no he tenido tiempo de leerlos (siempre ando ocupado) pero después de tan buenas críticas a ver si los leo pronto.
19/02/08 3:24 PM
  
Santi
Estoy de acuerdo con Bruno en las grandes líneas expuestas en su largo artículo. Contando con que todas las empresas realizadas por los hombres están mezcladas de bien y mal, la de la evangelización de América (llámese como quieran llamarle otros, fijándose en un determinado aspecto) es uno de los hitos más señalados e importantes de nuestra Historia propia y de la historia mundial. Reconocemos los errores, pero lo del "buen salvaje" es un mito: "ubi homo, ibi peccatum". En fin, la sombra de la leyenda negra es alargada, aunque siempre hay un indito humilde que da gracias a la Madre patria.
19/02/08 3:39 PM
  
Bruno
JA:

Muy bueno lo de los descendientes de los expoliadores.

El libro de las "Leyendas negras de la Iglesia" lo leí hace tiempo y me gustó mucho. Después, como pasa con todos los libros buenos, lo presté y no volví a saber de él. Si puedes enviármelo, te lo agradeceré. También me vendrían bien los libros de Chesterton que tengas, muchas gracias.

Santi:

Me ha gustado la frase "ubi homo, ibi peccatum", que no conocía. ¿Es de algún autor en particular o es uno de esos aforismos escolásticos tan contundentes?

Un saludo.
19/02/08 5:35 PM
  
Carmen Bellver
¿Hay alguien que rechace la impronta latina en toda europa?. ¿Alguién que cuestione el mestizaje de culturas en España?.

Pues quienes se levantan ahora contra la Madre Patria, cometen el peor de los errores. Sin España, la cultura criolla y el mestizaje no hubiera dado lugar a la riqueza cultural de Hispanoamérica. Y por supuesto frente a los sacrificios humanos de los nativos, recibir la fe que siempre se propone y nunca se impone, es de un valor incalculable.

Bruno, hoy me han llamado fundamentalista. No dudes que también te acusarán de lo mismo. Pero tienen algo de razón, vivimos "con fundamento". ¿Lo pillas?.
19/02/08 6:09 PM
  
Luis Fernando
Casaldáliga es uno de esos totems del progresismo eclesial que repite todos los típicos tópicos de la izquierda y el indigenismo populista que tanto daño ha hecho y está haciendo en Latinoamérica.

Supongo que hoy estará tristísimo por la renuncia definitiva de Castro, a quien consideraba compañero de camino. Lo cual es por sí solo síntoma del tipo de personaje ante el que nos encontramos.
19/02/08 6:50 PM
  
Libertas
¡Qué buenas conclusiones! Yo también me siento muy orgullosa de ser hija de la Iglesia e hija de España, la madre patria de los hermanos hispanoamericanos. Tomo prestada una observación que no creo gustase mucho a Casaldáliga e indigenistas varios:
El resentimiento que éstos quieren inculcar en los hispanoamericanos, explica D. Salvador de Madariaga, «¿contra quién va? Toma, contra los españoles. ¿Seguro? Vamos a verlo. Hace veintitantos años, una dama de Lima, apenas presentada, me espetó: "Ustedes los españoles se apresuraron mucho a destruir todo lo Inca". "Yo, señora, no he destruido nada. Mis antepasados tampoco, porque se quedaron en España. Los que destruyeron lo inca fueron los antepasados de usted". Se quedó la dama limeña como quien ve visiones. No se le había ocurrido que los conquistadores se habían quedado aquí y eran los padres de los criollos» (Presente 60).

En fin, cada pueblo encuentra su identidad y su fuerza en la conciencia verdadera de su propia historia, viendo en ella la mano de Dios. Es la verdad la que nos hace libres.
19/02/08 9:49 PM
  
Bruno
Libertas:

Muy bueno el comentario de Madariaga, que coincide en lo esencial con el de José Antonio.

Lo que más me ha gustado es tu frase final: "cada pueblo encuentra su identidad y su fuerza en la conciencia verdadera de su propia historia, viendo en ella la mano de Dios". Estoy totalmente de acuerdo: hay que mirar la propia historia con los ojos de la fe, que son los que ven lo que realmente vale y lo que no. Si supiera hacerlo, escribiría una Historia de España con esa perspectiva.

Un saludo.
19/02/08 10:43 PM
  
Alejandro
Bruno, muy buena la idea de escribir la Historia de España con los ojos de la fe. Si alguna vez te animas a escribirla avísanos para que la compremos.
La única Historia de España que conozco que se aproxima remotamente a esa perspectiva es "España inteligible" de Julián Marías. Por cierto, como pasa con todos los libros buenos, lo presté y no volví a saber de él.
19/02/08 11:50 PM
  
nachet
Rousseau debe saber mucho de que la sociedad es quién malea a los hombres, que nacen inocentes: él abandonó a sus hijos en un hospicio.

El resumen de la postura de Casaldáliga, y de otros como él es que lo mejor que le hubiese pasado a América es que no hubiesen llegado los europeos e "imponer su religiosidad". es decir, que un obispo católico considera nefasto que se haya evangelizado a millones de personas. Yo no sé que más se puede añadir a eso: él sólo se define.
19/02/08 11:54 PM
  
ricardo
Cada vez que me encuentro con hispano-americanos en reuniones de Biblia, en cursos de Espritualidad, y monjas matriculadas en carreras de Ciencias Religiosas en Barcelona, pienso que esgracias a los españoles que sembraron la palabra de Dios en America.
Que raro que los progres no lo vean asi. Lo siento por ellos. Que querrian una America del Sur, como la del Norte, sin apenas indigenas y solo con colonizadores al 99x100. de eso no se habla, de leyenda negra si. Y a los "Casaldaligas" les parece bien?
20/02/08 3:22 PM
  
jose de maria
Interesante tu articulo, soy mexicano con mucho orgullo e hijo de español, estudie las culturas indigenas desde la primaria y a pesar de tener la version oficial, efectivamente los aztecas eran guerreros y dominaban a otras tribus a las cuales exijian tributos, recordemos los sacrificios humanos, tambien hay que reconocer, por ejemplo que los mayas eran pacificos y estudiosos, conocedores de los movimientos de los astros, muestras de esto dejaron en sus monumentos hasta el dia de hoy.
Sin embargo lo mejor que nos pudo pasar fue la llegada del evangelio y la labor que llevaron a cabo los frailes fue decisiva para frenar los abusos de los conquistadores. Todo lo anterior esta documentado. Es impresionante la ignorancia del Sr. Casaldaliga comparable a la del Sr. Chavez de Venezuela.
20/02/08 6:46 PM
  
Peres
Supongo que, coherentemente, el padre Casaldáliga estará preparando los papeles para darse de baja de la Iglesia Católica de los Blancos y empezar a organizar una sincrética comunidad ecologista con culto a la Pachamama. ¿O no?

Qué insensato el hombre este. Y qué parcial. Y qué injusto.
21/02/08 6:18 PM
  
Suso
Antes de emitir semejantes juicios convendría, pasases una temporadita el la selva, y leyeses la bibliografía (al menos algo)del obispo Casaldáliga.
23/02/08 5:22 PM
  
nachet
No creo que haya que ir a la selva para saber que el hombre es pecador por naturaleza. Aquí, en Tierra Santa y en la selva de Brasil.
03/03/08 12:44 PM
  
David
Conozco bien a los indígenas porque vivo con ellos. Tienen grandes valores, pero también tienen pecado como todos.
Lo que pasa es que algunos, como ese obispo, tienen odio a todo lo que huela a "occidental". Dicen que los malos son los de occidente. Todo lo critican, especialmente a la Iglesia. Calaldáliga, me parece, lleva mucho odio en su corazón. Sería mejor que se definiera aunque ya sea viejo, y se saliera de la Iglesia a la que tanto ataca.
En fin, tiempos duros vivimos. Los que se dicen amigos de los indígenas, les pregunto: ¿No es discriminación decir que el celibato no es para los indígenas? ¿No es discriminación negarles el anuncio del Evangelio? ¿No es discriminación no enriquecer la cultura con la fe?
Lo grave es que estos, que muchos son sacerdotes, siguen dentro. Mejor sería que colgaran los hábitos.
Sobre la predilección a los pobres nadie lo duda. Pero lo grave es que los que hablan de eso no son pobres.
Esta es mi pobre opinión. Pero no los odio, sólo me da lástima por tantos que se fanatizan con tales ideologías. Vean a Jesús: Él no tiene odio ni despotrica contra nadie.
09/03/08 2:01 AM
  
Bruno
David:

Muchas gracias por tu comentario. Creo que has ido al centro de la cuestión cuando hablas de "ideologías". Por desgracia, en muchos casos, se cambia el Evangelio por una ideología, es decir, por una construcción humana que no puede salvar y que, antes o después, termina por llevar al odio contra alguien.

Me ha parecido también muy oportuno lo que subrayas: pensar que el celibato o el anuncio del Evangelio no es para los indígenas es, realmente, considerarlos inferiores, como si no pudieran entender a Cristo o al cristianismo.

Un saludo.
09/03/08 11:13 AM

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