El progreso (I): la gallina ciega


Estas dos últimas semanas he tenido una enorme cantidad de trabajo, pasándome casi los días enteros delante del ordenador. Es curiosa la facilidad que tiene el trabajo para absorber la atención de uno, de manera que, incluso cuando se está haciendo otra cosa, sólo se piense en el trabajo… hasta que uno termina por olvidar para qué trabaja y convierte el trabajo en un fin en sí mismo.

Todo esto me ha parecido una interesante alegoría de la concepción (relativamente) moderna del “progreso”.

Desde el s. XVIII y al hilo del positivismo de Comte, el evolucionismo filosófico o los avances técnicos, el progreso ha ido sustituyendo a cualquier otro valor como centro y fin de la historia humana.

La idolatría del progreso ha llegado a tal extremo que todo se supedita a ese progreso y cualquier valor humano, precepto moral o conocimiento sólo son válidos en cuanto que sean expresión del mismo. Pasó ya el tiempo en que la sociedad en conjunto creía en una ley moral inmutable que permite diferenciar lo bueno de lo malo o lo justo de lo injusto. La idea misma de que exista esa ley moral se considera ridícula o, peor aún, “antigua", “pasada de moda” y “retrógrada".

La palabra “Progreso” se ha convertido en una llave mágica que abre todas las puertas y justifica cualquier acción. Como una mala imitación de la caridad, que cubre la multitud de los pecados, el progreso cubre con su prestigioso manto una multitud de estupideces, antiguos errores e incluso crímenes repugnantes.

Si un teólogo es progresista, se aceptará que defienda ideologías totalitarias, que se ría de lo que enseña la iglesia, que cambie periódicamente de opinión sobre temas esenciales, que escandalice a los pequeños que creen en Dios o que carezca totalmente de fe. No importará, entonces, que sus opiniones sean, en muchos casos, errores que la Iglesia superó hace cientos o, incluso, miles de años, como el arrianismo, el modalismo, el materialismo histórico, el pelagianismo, el antinomianismo, el panteísmo o el indiferentismo religioso (todos los cuales se pueden encontrar en algunos “teólogos” modernos muy conocidos).

En el ámbito político, si un gobierno es “de progreso”, se aceptará que condene a muerte a niños inocentes por decenas de millares, amenace a los ancianos, destruya las familias, desprecie a las mujeres o arrebate a los padres la educación de sus hijos. El progreso siempre tiene razón y sólo un loco o un miserable pueden oponerse a él.

Lo más curioso es que cuanto más radicalmente progresista es alguien, menos suele creer realmente en el progreso. Para progresar (pro-gredior: avanzar hacia), es necesario un sistema de referencia fijo. Es preciso que haya un origen y un fin inmutables, pues de otro modo no hay progreso, solo movimiento errático que no lleva a ningún sitio.

El progreso, pues, está ligado a una verdad absoluta y a una ley moral inmutable. Si lo que ayer era malo hoy puede ser bueno y mañana ya veremos, necesariamente lo que ayer era avanzar hoy será retroceder y viceversa, con lo que el progreso se hace imposible. De esta forma, el pensamiento débil ha destruido toda posibilidad de progreso y lo ha reducido a una sucesión de modas. Ideas totalmente opuestas se suceden sin cesar o, incluso, coexisten en las mismas personas, porque lo único que importa es “ir a la última” y no quedarse atrás.

Así pues, en mi opinión, los que creen que no existe una verdad absoluta o que es imposible conocerla, los que piensan que la teología, la política, la moral o la filosofía pueden sostener hoy una cosa y mañana la contraria, los que están convencidos de que los valores de dentro de dos siglos no tendrán nada que ver con los actuales y los que se ríen de la Iglesia por tener la desfachatez de sostener que sus dogmas son verdaderos e inmutables… todos esos no creen ni pueden creer verdaderamente en el progreso, por mucho que la palabra no se les caiga de la boca.

El mejor ejemplo de la idea del progreso moderno es, creo yo, el niño que juega a la gallina ciega. Con los ojos vendados, se dirige primero hacia un lado, luego hacia otro, sin saber nunca a dónde va, ni llegar nunca a ningún sitio. Eso sí, corriendo siempre y poniendo mucha energía en lo que hace.

Multitud de políticos, vendedores, teólogos, pensadores gritan hoy sin cesar: “corred", “más rápido”, “no os quedéis atrás”. Eso sí, no aceptan que nadie (y mucho menos la Iglesia) pretenda ver realmente a dónde va ni de dónde viene, porque estaría haciendo trampas, sería un intolerante y, peor aún, podría llegar a progresar de verdad.

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P. S. La clave para comprender esta situación reside en ser conscientes de que la idea actual de progreso es, simplemente, la corrupción de un concepto cristiano… pero hoy ya hemos hablado mucho, así que seguiremos en el próximo post.

10 comentarios

  
Montaraz
Esperaremos el siguiente post.
30/05/07 11:03 PM
  
Pauper Maestus
Genial. Me gusta mucho tu blog. Altamente recomendable (de hecho, lo recomendamos en los enlaces de Germinans germinabit). Ánimo.
01/06/07 10:25 AM
  
Bruno
Sofía:

Supongo que no me he explicado bien. Menos mal que hay comentarios, porque de otro modo no me daría cuenta.

El progreso en sí no tiene nada de malo (de hecho, en el próximo post que escriba sobre ello intentaré mostrar que es una idea fundamentalmente cristiana). Lo que critico es hacer del progreso la idea fundamental. Es decir, que sea más importante que algo sea progresista que que sea bueno o malo, verdadero o falso.
01/06/07 7:34 PM
  
Bruno
Sofía(2):

Creo que lo que dices del futuro y del pasado sólo es verdad en parte. Es necesario que el progreso esté construido sobre bases firmes que lo sostengan y que no cambien. Por ejemplo, para los nazis era un progreso experimentar con seres humanos, esterilizar a los no arios o exterminar judíos. Sin embargo, hay una ley moral que no cambia y que dice que todo eso estaba mal hace mil años, lo está ahora y lo estará dentro de quinientos. Por eso sabemos que lo de los nazis no era progreso y sí lo es, por ejemplo, que exista un permiso de maternidad.

Si decimos que el progreso puede cambiar la ley moral, nos quedamos sin armas para decir que lo de los nazis no era progreso, porque, entonces, lo que ayer era malo hoy podría ser bueno.

Si creemos que el progreso puede cambiarlo todo, es imposible distinguir qué es progreso y qué no lo es.
01/06/07 7:36 PM
  
Bruno
Pauper Maestus:

Quiero aprovechar esta ocasión para agradecerte que recomendéis este blog en Germinans Germinabit.

Siempre leo con gusto e interés vuestros artículos. De hecho, alguna vez iba a recomendar uno de ellos pero se me han adelantado otros blogs de Religión Digital.

Estoy convencido de que Dios hará fructificar con creces vuestra revista.
01/06/07 7:49 PM
  
Bruno
Sofía:

Completamente de acuerdo en lo de los grises. Sin embargo, supongo que comprenderás que esos grises dan mucho menos materia para escribir que las áreas negras y blancas (que también las hay). En cualquier caso, yo intento matizar y, cuando no lo haga, creo que haces bien en echármelo en cara.
02/06/07 12:37 AM
  
Bruno
La idea de que estamos mejor en cuanto a los derechos humanos es tentadora, pero no lo tengo nada claro. En algunas cosas sí, pero en otras...

- Si hace mil años en cualquier país de occidente se hubiera permitido matar a 70.000 niños al año como sucede hoy en España, Europa entera se habría unido para arrasar ese país.

- La Eutanasia, como ya dije en otro post, estaba prohibida por el juramento hipocrático hace más de 2.000 años.

- Hace 1000 años, cualquier cristiano habría podido irse a estudiar y a vivir a cualquier ciudad de Suiza sin problemas. Inténtalo tú ahora.

- Quién se habría imaginado hace sólo un siglo que un señor (Buttiglione) no podría ser Comisario Europeo por atreverse a defender lo que la Iglesia ha dicho siempre sobre la homosexualidad.

- Las armas que vende Europa al tercer mundo cada año tienen mayor poder de destrucción que todas las que se usaron en las cruzadas.
02/06/07 12:38 AM
  
Bruno
Sofía:

Gracias por tus comentarios, como siempre. Creo que has sido muy clara (¡lo cual es verdaderamente admirable de madrugada!)

Lo que quería mostrar con todo esto es que el progreso no es algo automático, que lo de ahora no es necesariamente mejor que lo de ayer. Es decir, que se puede progresar y también se puede retroceder y eso depende de valores permanentes.

Claro que ha habido progresos. Lo que me parece importante es no perder esos progresos, conservando lo bueno que hay en ellos como algo adquirido. Si, en buena parte gracias al Cristianismo, quedó claro en la Historia que el aborto era una práctica salvaje e inhumana, el hecho de que ahora se permita es una barbaridad, por mucho que se disfrace de progreso.
02/06/07 12:46 PM
  
Bruno
Tus respuestas a mis comentarios me han parecido muy ingeniosas, aunque has hecho algo de "trampa":

- Sobre Suiza yo hablaba de hace 1000 años y tú me has dado un ejemplo (muy bueno) de hace 500, es decir, cuando el protestantismo ya había roto la idea de cristiandad que ofrecía a Europa una unidad real por encima de nacionalidades.

- Santo Tomás creía que el alma se infundía al cabo de algunos meses de gestación, pero: a) consideraba un pecado el aborto también antes de ese momento y b) su error era más de tipo biológico que teológico, no comprendía bien el proceso biológico de generación humana, porque se basaba en la autoridad "científica" de su época en ese tema: Aristóteles, que tenía una idea errónea. En cualquier caso, la Iglesia siempre ha condenado el aborto.

- La venta de armas es legal, es decir, oficialmente se considera aceptable. Lo hacen nuestro gobierno, el francés, el inglés y, probablemente, la mayoría de los demás gobiernos euro...
02/06/07 12:54 PM
  
Bruno
(...)la mayoría de los demás gobiernos europeos (supongo que podemos excluir Andorra y Mónaco).

- En cuanto a lo de la homosexualidad, yo de lo que hablaba es de la libertad de expresión, que no es tanta como parece. No tengo noticia de que nunca se haya lapidado a los homosexuales en países cristianos.

- Totalmente de acuerdo con lo de la pena de muerte. De hecho me parece una barbaridad que se siga practicando en Estados Unidos (y a veces a menores y deficientes ¡increible!).
02/06/07 12:59 PM

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