Familia en misión en Japón (II): No
Al contar nuestra experiencia en el , los lectores hicieron varias preguntas:
Sin saber el idioma, ¿de qué viven? ¿Cómo se ganan la vida? ¿Cómo mantienen a la familia?
Me llama la atención que no sepan el idioma. ¿Cómo van a evangelizar?
¿Cómo fue su proceso de discernimiento? ¿Fuisteis vosotros los que os decidisteis por marchar a Japón o fueron los responsables del Camino los que os asignaron aquel país?
Intentaré ser conciso, y responder a las dudas, que confieso que a veces son mías también.

Después de leer un de este blog sobre la evangelización de Japón, un lector me envió un testimonio de su propia experiencia, que me pareció interesantísimo.
En vez de cansar hoy a los lectores con mis disquisiciones, voy a aconsejarles una página de Internet que puede que no conozcan y que creo que es muy interesante. Se trata de un , creado por Catholic.net. No se lo pierdan, porque hay decenas de testimonios fantásticos.
Estos días, se ha discutido mucho el tema de la evangelización, a raíz de la elección del nuevo Padre General de los jesuitas, que ha trabajado durante años en Japón. He leído ya muchos comentarios y artículos que defienden que la evangelizacion, entendida como anunciar el Evangelio a los que no lo conozcan para que, con la gracia de Dios, se conviertan al cristianismo, ya no tiene sentido y debería ser sustituida por el diálogo en pie de igualdad entre las distintas religiones.
He leído que, en la Congregación General de los jesuitas que se está celebrando estos días se leyó un texto del P. Ellacuría, que incluía las siguientes frases: “Y ante este pueblo crucificado, preguntarse: ¿qué he hecho yo para crucificarlo?, ¿qué hago para que lo descrucifiquen?, ¿qué debo hacer para que este pueblo resucite?”. Estas frases me han sugerido algunas reflexiones, a vuelapluma y sin ningún orden sistemático, que quizá puedan tener algún interés.



