Malos tiempos para la ciencia

Cuando era un muchacho, me gustaba leer revistas científicas razonablemente accesibles, como Scientific American, Recherche, Quercus y otras muchas, que en las épocas previas a Internet ofrecían abundante alimento a un chico ávido de conocimientos y de saber. Por eso me hizo ilusión, años después, traducir numerosos artículos para Investigación y ciencia, la versión española de Scientific American, que en aquella época tenía un director estupendo.
Desde que dejé de traducir para ella hace bastantes años, sin embargo, no había vuelto a leer la revista, así que me llevé una fuerte desilusión al encontrarme en Internet un artículo aparecido en sus páginas. El artículo se titula (y no es una broma) “Por qué el término ‘JEDI’ es problemático para describir programas que promueven la justicia, la igualdad, la diversidad y la inclusión”.




Traigo hoy al blog la tercera y última parte del artículo de José Alberto Ferrari, “Desventura del hombre de negocios —entre el consuelo y la dispersión—”. En estas reflexiones sobre el riesgo de ser como Judas en la administración del dinero, consideramos ahora la segunda causa de ese riesgo: la dispersión o distracción.









