Historia de salvación de una familia
Estoy convencido de que una de las cosas estupendas que nos esperan en el Cielo, si Dios quiere, es enterarnos de todas las gracias y milagros que Dios ha ido poniendo a nuestro alrededor sin que nos diéramos cuenta. Allí entenderemos por qué tuvimos estos padres, esta mujer o estos hijos y no otros, por qué sufrimos esa enfermedad o por qué tuvimos que ir a trabajar a otro país. Todo formaba parte del plan de Dios para nosotros, de su Historia de Salvación con nosotros, aunque no nos diéramos cuenta de ello.
Una lectora del blog, Ana, ha tenido el detalle de contarme algunas cosas de esa Historia de Salvación que Dios ha tenido con su familia. Una rama de esa familia era de origen noruego y, como tales, de confesión luterana. Sin embargo, al mudarse a España volvieron a la fe católica y la transmitieron a sus hijos y familiares, hasta Ana. Como verán, no son grandes acontecimientos, sino sencillas acciones de Dios: un traslado, vocaciones al sacerdocio o a la vida religiosa, el descubrimiento de la Eucaristía o de la devoción a la Virgen… A mi juicio, estas pequeñas cosas que Dios va haciendo con cada familia son las que forman la verdadera Historia importante del mundo y no las guerras, crisis económicas o enfrentamientos políticos.

Hoy he pasado el día en el hospital, con uno de mis hijos. Gracias a Dios, ya está mucho mejor. Tiene un problema crónico y, aunque normalmente está controlado, de vez en cuando se le junta con una gastroenteritis o alguna otra cosa similar y hay que llevarle al hospital y, a veces, ingresarle unos días. El pobre, como ya sabe que en el hospital le van a pinchar y hacer perrerías, suele poner mala cara o echarse a llorar en cuanto ve una bata blanca.
Religión en Libertad inició hace tiempo una meritoria campaña para pedir al Rey que no firmase la futura Ley del Aborto, que convierte esta barbarie sangrienta en un derecho. Como es lógico, no podría estar más de acuerdo en que el Rey, como monarca, como cristiano y como ser humano, no debe firmar esta Ley inicua y repugnante (más aún, si cabe, que la que actualmente está en vigor).
Un lector, Norberto, me envía una oración que ha inventado. Es un segundo ángelus, porque se refiere a la “segunda anunciación”.
Para celebrar la Navidad, traigo hoy al blog este villancico casero, muy sencillo, titulado “El Niño Manuel". Como se puede ver fácilmente, o mejor dicho escuchar fácilmente, grabamos el villancico cuando ya estábamos casi afónicos. Esteban (2 años) y Cecilia (4 años) aportaron también sus voces con gran entusiasmo y con ideas muy claras sobre cómo debe sonar el villancico, diga lo que diga la partitura.









