InfoCatólica / Espada de doble filo / Categoría: Desde los bancos

17.11.20

El magisterio no magisterial

Muchos católicos bienintencionados que no han estudiado Teología creen que todo lo que sale de la boca del Papa o de un obispo o todo lo que dice un documento magisterial es magisterio. Nada más lejos de la realidad.

Los Papas y obispos hablan de mil temas, desde el fútbol hasta las consecuencias del tabaco, sobre los que no tienen competencia magisterial y, por lo tanto, aunque estén hablando oficialmente, lo que dicen en esos casos no es magisterio. Incluso cuando hablan sobre temas que pueden ser propiamente objeto de magisterio, a menudo lo que dicen no es magisterial, sino simplemente opiniones particulares suyas, sugerencias, hipótesis o buenos deseos. Esto es lo que, tradicionalmente, se llamaba hablar “como doctor privado".

Algo similar se puede decir de los documentos papales, vaticanos o episcopales. Aunque una encíclica, por ejemplo, sea un documento magisterial, casi siempre hay en ella partes cuyo contenido y nivel magisterial es muy reducido o nulo. En esta categoría entran los párrafos de saludos, las florituras retóricas, las afirmaciones hipotéticas, las aplicaciones prudenciales, las sugerencias, los casos de captatio benevolentiae, las afirmaciones confusas y, como decíamos antes, el tratamiento de temas que, por su propia naturaleza, no pertenecen al ámbito del magisterio.

Leer más... »

12.10.20

Fratelli Tutti: una misión imposible

Algún que otro lector me ha pedido que comente la última encíclica del Papa Francisco, Fratelli tutti y he emprendido resueltamente la tarea de ir analizando las diversas partes del documento, pero he terminado por llegar a la conclusión de que no merece la pena. No tiene sentido analizar el documento con detalle porque, con todo el respeto, esta encíclica es como una flecha disparada en la dirección equivocada. De nada sirve discutir la velocidad, el viento o el impulso que ha recibido, porque la flecha no puede llegar nunca a la diana: es una misión imposible.

No solo se ha escogido para ella un tema principal ajeno al cristianismo y cuya importancia es insignificante en comparación con cualquier aspecto de nuestra fe, sino que, además, la fe católica enseña expresamente que el fin que promueve la encíclica no puede realizarse, es imposible. Resulta paradójico que precisamente los cristianos, que somos los que sabemos con certeza que ese fin es imposible, nos empeñemos contra viento y marea en promoverlo y proponérselo al mundo.

Leer más... »

15.06.20

Au contraire, Monsieur l’évêque

Cuentan que a un francés le preguntaron si había podido comer algo durante la agitada travesía en barco que acababa de realizar. “Au contraire!”, respondió él, con el rostro aún algo verdoso.

La anécdota me ha venido a la cabeza al leer una cosa que contó D. Jorge en su blog. Según parece, hay obispos que le animan a seguir escribiendo y, hace poco, uno de allende los mares, le dijo que “hay cosas que se deben decir pero que los obispos no siempre deben hacerlo”, y que decir esas cosas les tocaba a los sacerdotes.

Entiendo a lo que se refería el señor Obispo (que ya demuestra buen gusto al elogiar a D. Jorge), pero, teniendo en cuenta nuestras circunstancias, no puedo evitar pensar: “¡al contrario!”. Los últimos que deben callarse son los obispos. Quizás no haya habido ninguna generación en la historia de la Iglesia (y ha habido algunas terribles) en que los obispos hayan estado más callados sobre lo esencial. Todo lo que es políticamente incorrecto de la doctrina católica se acalla o solo se menciona en los términos más vagos, diluidos e inofensivos posibles, porque el mundo no quiere oírlo. Si no hablas para advertir al pecador de su mal camino a fin de que viva, ese pecador morirá por su maldad, pero yo te pediré cuentas de su sangre.

Leer más... »

6.03.20

Oración por mi obispo

La Iglesia siempre ha considerado conveniente que los fieles recen por su obispo. Por eso, cada vez que vamos a Misa, pedimos “por nuestro obispo N.”. Hoy, sin embargo, debido a la grave crisis que sufre la Iglesia, es aún más importante que recemos constantemente por nuestros obispos, a tiempo y a destiempo, así que se me ha ocurrido componer una oración para rezar por mi obispo y traerla al blog, por si a alguien le resulta útil para rezar por el suyo.

Teniendo en cuenta la situación actual, probablemente haya lectores a los que no les guste su obispo. Razón de más para rezar por él. Es una obligación impuesta por el cuarto mandamiento y, además, no cabe duda de que redundará en nuestro propio beneficio, porque las primeras interesadas en tener un buen pastor son las ovejas.

Los obispos tienen una grandísima responsabilidad y, en el Juicio, se les pedirá cuentas de cada fiel que perdió la fe, cada pagano al que no se le anunció el Evangelio y cada vez que se enseñaron herejías en sus parroquias en vez de la fe que da la vida eterna. Sin embargo, a nosotros también se nos preguntará por qué, conociendo su debilidad, no los sostuvimos con nuestra oración, como era nuestro deber.

Leer más... »

27.08.19

Quevedo, el profeta

No creo que sea una casualidad que poeta rime con profeta. Siempre me ha parecido que los poetas, si son buenos, nos anuncian de algún modo una palabra que viene de Dios, permitiéndonos oír, aunque sea de lejos, la música callada que mueve el universo. Hasta me gusta pensar que quizá haya algún ángel feliz encargado de inspirar a los poetas, como decían los antiguos griegos que hacían las musas.

No digo esto porque sí, ni por ponerme lírico, sino porque en muchas ocasiones he notado que hay poemas proféticos que, con palabras humanas, pero a imagen de la Palabra de Dios, son como espada de doble filo que penetra hasta la división entre alma y espíritu y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Uno de estos poemas, a mi juicio, es el famoso soneto de Quevedo sobre la ciudad de Roma, titulado “Buscas en Roma a Roma”:

Leer más... »