La Trinidad y la gente sencilla
En torno al artículo de ayer, un lector habitual de este blog, Juan Antonio, escribió un comentario que me pareció muy interesante y, que, a su vez, suscitó muchos otros comentarios. Juan Antonio es físico y tiene bastantes artículos publicados sobre temas físicos en diversas revistas científicas.
Hablando de lo difícil que es entender el amor al enemigo, hizo alusión a la doctrina de la Trinidad y recordó que hay gente que dice que “en la Iglesia a las contradicciones se les llama misterios y todo resuelto”. En realidad, esa actitud es una muestra de la gran ignorancia que tiene nuestra sociedad en lo relativo a los misterios cristianos, que no son ni pueden ser algo contradictorio.
Un claro ejemplo es el desconocimiento que tiene la gente del dogma fundamental de la fe cristiana: la Trinidad. Los cristianos no creemos en un Dios que es uno y tres a la vez en el mismo sentido, ya que eso sería un absurdo. Los cristianos creemos en un Dios que es tres personas y una sola naturaleza, es decir, que es tres y uno en sentidos diferentes: tres “quiénes” en un sólo “qué”.