Jesuitas entre los berberiscos

La época de las plazas fuertes en el norte de África fue un tiempo épico, cuajado de acciones heroicas, mártires y renegados, galeras piratas, audaces incursiones, esclavos y monjes rescatadores, sultanes y reyes, presidios, asedios, alianzas, traiciones, desastres y victorias. Es una verdadera pena que los hispanohablantes la conozcamos tan poco.
Cuando terminó la reconquista de la Península, era natural que los nuevos reinos se plantearan continuar liberando los antiguos territorios cristianos del norte de África. En efecto, lo que hoy llamamos el Magreb había sido mayoritariamente cristiano, con seiscientas diócesis, especialmente en la costa, pero también en gran parte del interior, hasta las oleadas musulmanas que conquistaron todo el litoral norteafricano y la España visigoda.
Los Españoles y portugueses, pues, decidieron reconquistar también aquella parte de la antigua cristiandad. Por desgracia, al final de la Edad Media habían desaparecido ya por completo los cristianos norteafricanos, a los que se había dado a elegir entre la muerte y el Corán, de modo que no era fácil lanzar una reconquista a gran escala. En su lugar, España y Portugal fueron creando presidios y pequeñas ciudades fortificadas en la Berbería, rodeados por grandes zonas en poder del Islam. Más o menos en la misma época, la captura de esclavos europeos se convirtió en un lucrativo negocio para los piratas berberiscos y miles de cristianos se pudrían en sus prisiones.
Los lectores del blog ya sabrán que, cuando leo un libro antiguo que me gusta y me parece interesante, a menudo lo traduzco para que otros también puedan disfrutarlo. Eso es lo que he hecho en esta ocasión con un librito escrito hace algo más de cien años sobre el papel de los jesuitas en esa época de las plazas fuertes: Jesuitas entre los berberiscos. La época de las plazas fuertes en el norte de África, del P. Louis Charles SJ.
Es un libro sencillo de un centenar de páginas, pero muy interesante, y el hecho de que fuera escrito hace cien años hace posible que el autor cuente las cosas sin las zarandajas políticamente correctas actuales. Confieso que no pude evitar sonreír cuando el autor jesuita hablaba del “monje apóstata” en referencia a Lutero. O al leer, por ejemplo, que San Ignacio envió al emperador Carlos V un plan para que conquistara militarmente todo el norte de África y así se hiciera por fin la paz en el Mediterráneo y los franceses no pudieran seguir metiendo cizaña. Todo ello con el dinero de la Iglesia. ¡Más de un jesuita moderno rechinaría los dientes al enterarse!
¿Cuál fue el papel de los jesuitas en el norte de África? Un papel pequeño, porque se trataba de la zona de actuación de los franciscanos y de las órdenes rescatadoras de cautivos, los mercedarios y trinitarios. El gran prestigio de la recién fundada Compañía de Jesús, sin embargo, hizo que reyes y virreyes pidieran a los jesuitas que acompañasen a sus expediciones militares, atendieran espiritualmente a los habitantes de las plazas fuertes o ayudaran a redimir cautivos cristianos. Los jesuitas, sin tener experiencia en el norte de África, emplearon allí su considerable celo apostólico y cosecharon frutos de conversión, vuelta a la fe de los alejados, consuelo de cautivos, atención a los enfermos y confesiones in articulo mortis.
Precisamente porque los jesuitas solo participaron en ocasiones puntuales en la empresa norteafricana, como capellanes y a veces también como prisioneros o esclavos, leer sobre ellos puede servir para que nos hagamos una idea resumida de lo que fue aquella época tan abundante en hazañas y tragedias. Es un libro corto, pero tiene de todo: los hermanos Barbarroja, la familia Borja, mártires desconocidos, un joven rey ingenuo y temerario caído con todo su ejército, jesuitas encadenados, Misas en las mazmorras de Fez, la redención de esclavos, sangrientos corsarios berberiscos, renegados o calvinistas, un príncipe de Marruecos que se convierte y se hace jesuita, planes para evangelizar a los árabes, la tristeza de las plazas fuertes abandonadas…
El destino trágico de las plazas fuertes españolas y portuguesas en el norte de África no impidió que se escribieran en ellas páginas gloriosas, tanto desde el punto de vista militar como desde el espiritual. La Compañía de Jesús participó con fe, valentía y sufrimientos en algunas de esas páginas y justo es que se conozca su obra.
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42 comentarios
De haber sido la orden religiosa que renovó la Iglesia y le dio un nuevo vigor tras el cisma protestante a ser el cancer de la Iglesia moderna.
La jerarquia de la Iglesia esta arriesgándolo todo acercándose al demonio lgTb.
La Simonia se usó para construir San Pedro del Vaticano y es uno de los motivos del nefasto cisma protestante .Abrirles la puerta Sacra ha sido un homenaje.
"De haber sido la orden religiosa que renovó la Iglesia y le dio un nuevo vigor tras el cisma protestante a ser el cancer de la Iglesia moderna"
Como dice San Pablo, "quien esté en pie, cuidado no caiga". Si nos separamos de la fe y la gracia, no somos nada.
"La Simonia se usó para construir San Pedro del Vaticano"
No nos creamos la propaganda protestante.
"Estuvimos hasta en Atenas y Neopatria..."
Bueno, y Cerdeña, Córcega, Sicilia o Nápoles. No está nada mal. En las dos Sicilias, en particular, guardan un muy buen recuerdo del tiempo en que fueron parte de la corona de Aragón o de España, como conté en Romero a Roma.
No queda otra que la disolución de la otrora santa y catoliquísima Compañía de Jesús, hoy Compañía de Lucifer. Fundada por un santo español, San Ignacio, en Loyola, fue muerta y sepultada por otro español, general de la compañía, el heresiarca Arrupe, hombre de tan buenas intenciones como nefandos resultados -nunca mejor dicho-. Con la muerte del Padre Loring y los últimos jesuitas decentes, la Compañía está dominada por Bergoglios, James Martins y José María Rodríguez Olaizolas.
Los pocos jesuitas decentes deberán ser recolocados en otras órdenes. Hablamos de un puñado de jesuitas -por debajo del millar- que se niegan a vestir de paisano, y siguen portando con orgullo el alzacuellos y la cruz, fieles a la Santa Doctrina. Solo así se podrá salvar la Iglesia.
¡Pero [...]!
Gracias por todo
La Batalla de Lepanto es de 1521 y fue la que acabó con el dominio turco del Mediterráneo, la Compañía de Jesús es el año 1540. Por lo tanto hay un periodo de tiempo que no sé a ciencia cierta lo que se cocía allí.
Es verdad que yo viví en el Norte de África, pero se trataba de Ceuta, que había sido una ciudad visigoda reconquistada por los portugueses en 1415, con lo cual su estatus era diferente que el del resto de ciudades del Magreb. Los únicos mártires que se conocen en Ceuta fueron de la época en que esta plaza perteneció al Califato o a reinos de Taifas, en 1227 estaba en manos de los almohades.
Los mártires franciscanos de Ceuta son:
-San Daniel Fasanella
-San Ángel de Ceuta
-San Samuel de Ceuta
-San Donulo de Ceuta
-San León de Ceuta
-San Nicolás de Ceuta
-San Hugolino de Ceuta
Conocidos como San Daniel y Compañeros Mártires. Pero este grupo había partido de la Toscana para evangelizar el Norte de África, que estaba bajo el dominio almohade. Entonces no había presencia de fuerzas cristianas allí, pero cristianos debía haber porque las reliquias de estos mártires fueron guardadas por cristianos, tal vez mozárabes.
"La Batalla de Lepanto es de 1521 y fue la que acabó con el dominio turco del Mediterráneo, la Compañía de Jesús es el año 1540"
Hay una errata, la batalla de Lepanto fue en 1571. La Compañía se había fundado más de treinta años antes, en tiempos de Carlos I.
Es decir, soy consciente de que estoy hablando de una época anterior dónde no hubo ni mercedarios ni jesuitas, solo franciscanos.
En el momento en que se tomó Argel y otras plazas ya no sigo el hilo de la historia.
El pobre San Donulo tuvo que tener una infancia muy difícil.
En los últimos tiempos, es un nido de marxistas y debería disolverse como última contribución al legado de San Ignacio.
Ni Dolindo ni Daín tienen premio. No así San Donulo, que si hubiera nacido en Sevilla, en vez de donde fuese que naciera, le habrían sacado chistes hasta en el jardín de infancia.
Disiento en dar tanta importancia a la compañía de Jesús hoy. No creo que consiga recuperarse de la deriva marxista pero aunque no se disolviera, cosa que creo muy conveniente, lo más que haría sería continuar con su declive en todos los sentidos. No hace falta una ONG jesuítica, para eso ya están Open Arms, y la mutitud de ONGs a favor de los pobres que a buen seguro despliegan su trabajo con más convicción que la compañía.
Ya sé que me estoy refiriendo al pasado, pero a mi me resulta tristísimo pensar en esos jesuitas-solamente los de Tazacorte, cuarenta de una tacada-son muchísimos. Es verdad que se dirigían al Brasil, pero fueron interceptados y asesinados por piratas hugonotes, así que no llegaron a América.
El martiriologio jesuita se centra principalmente en dos islas: Gran Bretaña y Japón, más otros que se pueden sumar en distintos lugares. La traición a esas personas por sus propios compañeros actuales es inenarrable, yo no sé si piensan en ellos, pero yo creo que les han envíado al basurero de la historia para que no molesten, así que pienso yo para que no muera la memoria. ¿Con un Papa jesuita alguien le oyó hablar nunca de los que le precedieron, no en el Papado sino en el martirio?
El procedimiento standard de los musulmanes cuando conquistaban un territorio NO era dar a elegir a los judíos y cristianos ("Pueblos del Libro") que habitaban ese territorio entre la conversión al Islam y la muerte, sino entre la conversión al Islam, la aceptación del status de minoría protegida ("dhimmi") en un estado islámico, o la muerte.
La prueba más notable es que en Egipto viven 10 millones de coptos, constituyendo alrededor del 10% de la población.
"El procedimiento standard de los musulmanes cuando conquistaban un territorio NO era dar a elegir a los judíos y cristianos ("Pueblos del Libro") que habitaban ese territorio entre la conversión al Islam y la muerte, sino entre la conversión al Islam, la aceptación del status de minoría protegida ("dhimmi") en un estado islámico, o la muerte"
Eso es lo que dice el Corán al respecto (o más bien, una de las cosas mutuamente contradictorias que dice el Corán al respecto), pero lo cierto es que la práctica ha variado mucho según los lugares, los momentos históricos y el grado de superioridad numérica que tuvieran los musulmanes con respecto a los pueblos conquistados.
Para entender esta cuestión, conviene saber que la historia musulmana está formada por oleadas de puritanismo/radicalismo que sacuden periódicamente al mundo musulmán y se expanden por sus territorios arrasando los sistemas políticos establecidos y considerados tibios o corruptos. Hasta la España musulmana llegaron dos de esas oleadas, la de los almohades y la de los almorávides (o tres, si contamos la de la conquista inicial), pero hasta Marruecos llegaron bastantes más. Estas oleadas fanáticas y radicales no tenían miramientos con los cristianos o judíos. Almohades y almorávides fueron, respectivamente, los que acabaron en el norte de África y en España con los cristianos sometidos que quedaban, dándoles a elegir entre la conversión y la muerte (en España, prácticamente solo se salvaron los de Toledo, que fue donde se conservó el rito mozárabe).
En Egipto, el hecho de que la población cristiana del país fuera numerosísima y, por lo tanto, no resultara fácilmente exterminable, le confirió cierta inmunidad frente a esas oleadas. Pero solo más o menos. Basta ir al barrio copto de El Cairo y ver que está fortificado, con tremendas puertas parecidas a las de una cámara acorazada, para defenderse de los ataques periódicos.
Y los tan denostados piratas, temibles, fieros y salvajes, al conocer a Jesús, se volvieron serenos, su corazón gozó de quietud, y profesaron la fe que el mundo no les había dado. Gracias a Dios por la acción mediadora de los jesuitas. No todos los islamizados berberiscos, claro está; pues no pocos jesuitas perecieron, fueron torturados, pero ninguno jamás clamó contra los piratas de la media luna. Por mucho que los torturaran. Siempre perdonando. Mártires jesuitas.
La Compañía de Jesús, sin embargo, llamada Compañía de Lucifer. Perdón, pero eso es una blasfemia. Y grave. No debería tolerarse en un portal católico. Menudas barbaridades hay que leer, decir que el Padre Arrupe, un hombre santo que, como avanzó el propio Francisco, será canonizado por la Iglesia, fue el responsable de la supuesta decadencia de los jesuitas...O nombrar a James Martin o Rodríguez Olaizola, que son referentes de evangelización y el Papa Francisco y más recientemente, León, han felicitado públicamente por su labor sacerdotal...sí, sacerdotal, han leído bien...¿Solo hay mil jesuitas buenos? La orden hace una tarea evangelizadora, sinodal, de acogida y escucha...Es su carisma...
Precisamente quien pide cerrar la orden hace lo mismo que los persecutores de la Compañía han hecho siglos atrás, a lo largo de la historia. Pero James Martin, Rodríguez Olaizola y otros padres jesuitas resistirán las acometidas reaccionarias como lo hicieron sus predecesores contra reyes, nobles y autoritarios.
En cuanto a los benditos musulmanes ni te cuento. Si trata de evangelizarlos a partir de la homosexualidad va listo, por eso no se mueve de los países occidentales donde está calentito soportando unícamente a aquellos que se limitan a hablar, pero no conozco a ningún mártir a quién hayan matado con palabras.
Efectivamente, James Martin o Rodríguez Olaizola, si fueran destinados por la Iglesia a China quizá serían perseguidos, pero no ejecutados; no así en país islámico en el que la mera práctica religiosa de otra religión distinta del Islam en público es motivo de pena de muerte, por lo que su misión evangelizadora hablando de Jesús entre no cristianos les llevaría a perder la vida. Eso está claro, el mundo de la media luna es abiertamente hostil contra el cristianismo. Reaccionario en grado sumo. Por eso, y más que nunca, necesitamos valientes cristianos que quieran ir allí a evangelizar, confiados en que jamás les podrán robar ni quitar ni matar lo que es inmaterial y solo de Cristo.
No sabemos si Ellacuría murió por Cristo o por los pobres, según él entendía el término, pero no tengo la menor duda de que algunos teólogos de la teología de la liberación pudieran dar la vida, como también hacían los marxistas, pero no es el caso. Si te mueves de la zona de confort te puede pasar cualquier cosa, por eso la gente como los del sínodo alemán o ese señor nunca se mueven fuera de esa zona, así que olvídate de que vayan a evangelizar a lugares inhóspitos de ninguna manera.
Qué pesado. "Ravel" es otra vez el mismo troll, que ha vuelto a cambiar de seudónimo. No hay que hacerle caso.
El sureste de España conserva aún algunas de las torres que servian de sistema de alerta contra las incursiones berberiscas.
El único martirio de los cristianos occidentales puede ser el de la lucha contra los maricas y el aborto, que aparte de rencillas verbales sólo ha causado unos cuantos arrestos y multas con ninguna muerte; el otro martirio es el de la defensa de los maricas y los aborteros que ni siquiera multas y arrestos provoca, mucho menos la violencia que pudo temerse hasta el siglo XX, aunque tales defensores pueden ganar insultos con lenguaje fuerte que después del siglo XX a nadie avergüenza, por lo que tampoco es martirio. Veremos si los del primer bando se ponen más rigurosos hasta probar si el padre Martin está dispuesto al martirio por sus ovejas mutantes, pero en el país del padre Martin el secretario del tesoro es un caballero muy singular.
Pensar en cruzadas evangelizadoras en países musulmanes y en China es iluso y hasta cómico si se observa que los portales cristianos occidentales están evitando publicar noticias acerca de lo que pasa en una región costera del Mediterraneo al norte de Egipto y al Sur de Siria (de la que olvidé nombres), lo que no es creíble que pase por temor a las potencias patrocinadoras de los bandos en pugna, sino para que los lectores no se alarmen ni se peleen.
En una época de blandura total se exige el máximo para considerar a alguien mártir. Es lógico: épocas de depravación son puritanas y épocas de laxitud son exigentes.
Generalmente hay una indiferencia bastante grande sobre el martirio y si algún bloguero habla de ello entran los escépticos exigiendo más y más.
Francamente, si a un pastelero le quitan la licencia por no querer hacer un pastel para una boda gay a mi ya me parece bastante, no pido que le corten la cabeza para que demuestre nada porque no ha dado lo suficiente.
Los mercedarios que se cambiaban por esclavos en los tiempos de los berberiscos me parecen bastante mártires, los chinos clandestinos también, los pakistaníes e hindúes ni te cuento, aunque no los maten físicamente.
En este momento Occidente es un lugar hostil para defensores de la vida y gente que no cree en el género, pero no para los que defienden lo contrario, estos tendrían que moverse hacia otros lugares para que se viera hasta dónde están dispuestos a llegar, pero no lo hacen. Los globalistas suelen ser muy locales, paradójicamente, porque se aseguran de que primero lleguen sus ideas para desplazarse una vez que el terreno esté abonado. No vamos a ver al cardenal Marx en China ni a James Martin en la India, pero podemos verlos en Japón porque Japón es un país pro-occidental que ya ha asumido sus "valores".
Aquí pasa lo mismo: te puedes cambiar por otro como esclavo, puedes pasar múltiples penalidades en China, pero como no te maten eres un mindundi, y eso lo decimos nosotros con todo el morro.
Es típico de aquellos que no dan un euro pedirle a los demás que den un millón, como si hubiera alguna necesidad de que mataran al Padre Romanelli o al Obispo Ugarte de Centroafríca para pensar que son admirables. ¡Por amor de Dios!
Es típico de sociedades depravadas perder la capacidad de admiración por el que es mejor, porque como no somos pecadores medimos a todos por el mismo rasero aunque la evidencia salte a los ojos pedimos más, y más y más. Hay mártires rojos, mártires de sangre, y mártires blancos, mártires de por vida aunque luego mueran de muerte natural. El mártir blanco siempre ha sido considerado en la Iglesia y el Cardenal François-Xavier Nguyen Van Thuan fue uno de los casos más conocidos, el hecho de que muriera de cáncer no es razón para negarle sus enormes méritos martiriales porque no pagó con su muerte, pero pagó con su vida.
Mariner: Los Austria no estaban obsesionados con Inglaterra, Inglaterra estaba obsesionada con los Austria, la prueba es que la Monarquía Hispánica no inventó ninguna Leyenda Negra sobre Inglaterra sino que los Ingleses tomaron la ya iniciada por otros para agrandar la Leyenda Negra sobre España.
Carlos V no incentivó la pirateria contra Inglaterra sino que fue Inglaterra la que atacaba naves españoles con corsarios como Drake hasta que creó su armada. Las armadas mejores del momento eran portuguesas y españolas, por eso descubrieron el Mundo y le dieron la vuelta, así que, mientras se preparaban, Isabel I utilizó corsarios. Los Austria no pagaban paramilitares ni piratas, los ingleses se valían de ambos para medrar: corsarios, cazadores de curas, espías, etc...
Lo de los prestamos con intereses es una calamidad social mayor, a la que mucho contribuyo el protestantismo.
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