Mujer (amoral) hoy
En casa de una amiga, observé el otro día una revista llamada “Mujer hoy”, que deben de regalar con algún periódico. Como la revista estaba abierta, me fijé en el artículo que se podía leer, titulado “Aprender a tomar decisiones” y dedicado a dar pistas para que las lectoras aprendieran a decidirse adecuadamente en las diversas situaciones de la vida. Me pareció interesantísimo…
…como ya me parece estar oyendo las risillas de algunos lectores, aclararé que el artículo me resultó fascinante como objeto de análisis y no porque yo sea aficionado a este tipo de revistas. En efecto, analizando los criterios que se ofrecían para tomar una decisión y teniendo en cuenta que la revista está dedicada al público femenino en general, se puede aprender mucho sobre la forma en la que piensa la mayoría de las mujeres (y de los hombres) de hoy.
La revista ofrecía diez criterios numerados para saber tomar adecuadamente decisiones. Como ya imaginarán, la mayoría de los criterios eran, simplemente, de sentido común: buscar la información necesaria, tener en cuenta las consecuencias, considerar las distintas alternativas o ser realista y no esperar demasiado. Otros son pequeños truquillos que todos hemos utilizado alguna vez, como poner las distintas opciones por escrito o dividir las grandes opciones en pequeñas decisiones más fáciles de tomar.

Probablemente, todos los lectores recordarán el aterrizaje en el agua de un vuelo norteamericano el mes pasado, que, milagrosamente, no ocasionó ninguna víctima. Las espectaculares imágenes que pudimos contemplar son de las que se graban en la retina de forma permanente y que, probablemente, más de uno recordará cuando tenga que volar.
No debería sorprenderme, porque todos los años sucede, pero aun así lo voy a contar: este año volví a coger la gripe. Todos los años me digo que tengo que vacunarme y todos los años lo voy dejando hasta que es demasiado tarde. En cambio, mi mujer, que es profesora y, como tal, tiene que vacunarse, suele estar fresca como una rosa los días de frío. Como comprenderán, eso aumenta bastante mi irritación por mi propia estupidez al no vacunarme.
Al volver, hace unos días, de las vacaciones de invierno, los alumnos y profesores de una universidad norteamericana de los Jesuitas, el Boston College, se encontraron con un curioso cambio en la decoración. El Presidente de la Universidad, el padre William P. Leahy, S.J., decidió que ya era hora de que todas las aulas de esta universidad católica tuviesen un crucifijo o un icono. Así que, dicho y hecho, durante las vacaciones se colocó una imagen de Cristo en cada una de las clases.



