También en el País Vasco
Una de las cosas buenas que tiene la verdad es que es universal. Las verdades teológicas son ciertas en todas partes y no dependen de zonas, idiomas, políticas o características culturales o históricas. Y sí, esto también incluye al País Vasco. Una de estas verdades teológicas que valen para cualquier lugar del mundo es el antiguo adagio: Gratia supponit naturam. La gracia supone la naturaleza. Entre otras cosas, esto significa que la gracia de Dios y la vida espiritual no van por un lado mientras que las virtudes humanas por otro. Si uno se dedica a hacer canalladas y además se enorgullece de ellas, ya puede hablar de Dios hasta en la sopa, decir que está muy comprometido con los pobres y los oprimidos o tener fama de santidad entre sus admiradores, que sus obras lo desmienten todo. Aquí, en el País Vasco y en Pernambuco.
¿A qué me refiero con todo esto? Al artículo aparecido en Religión Digital, en el que un franciscano arremete contra Monseñor Munilla y le acusa de las maldades más variadas con una imaginación que ya la quisieran para sí muchos guionistas de películas de terror.

Me ha resultado curioso el contraste entre el mensaje de Mons. Munilla a los fieles de San Sebastián y la
He tenido el gusto de entrevistar al autor del
El otro día, un lector, Pacojota, me envió este chiste por correo electrónico y he decidido recogerlo en el blog. Creo que no nos vendrá mal leerlo, en especial a los católicos españoles. No sé lo que sucederá en otros países, pero a nosotros el chistecillo nos viene como anillo al dedo.



