Jornada de puertas abiertas en la Iglesia
Acabo de leer, en Germinans Germinabit, un artículo de Oriolt titulado “” que elogia una parroquia barcelonesa. Me ha gustado especialmente una frase (la negrita es mía):
Abierta todo el día, con misas cada dos horas, los días laborables, desde primeras horas de la mañana. Rosario diario, novenas, adoración nocturna, un cura siempre en el confesionario, vía crucis multitudinario cada viernes de cuaresma, adoración al Santísimo los viernes. Obviamente, la iglesia está a rebosar. Se quejan muchos sacerdotes de que sus templos están vacíos. Que prueben a tenerlos abiertos todo el día. La gente entra a rezar. Siempre hay alguien en la iglesia. Nunca está vacía.
No podría estar más de acuerdo. Una iglesia cerrada es un antisigno.

Una cosa que me fascina de los blogs es la posibilidad de que los lectores dejen sus comentarios. En mi opinión, se trata de algo nuevo y revolucionario en la historia de la literatura. Hasta ahora, los articulistas y escritores lanzaban sus escritos “al viento” y no recibían más que alguna crítica aislada de otros escritores como ellos. Con los blogs, cada lector tiene la oportunidad de trasladar, de forma inmediata, sus comentarios al autor y a los demás lectores.
Hablábamos el otro día del legado que dejó España en América. Sin duda, quedaron allí muchas cosas: la lengua, la fe, virtudes, pecados, catedrales, universidades, técnica, cultura, rencores, buenos recuerdos…
Me ha encantado una expresión que ha utilizado Leonardo Boff, comentando el tema de la ex-parroquia de Entrevías. Ha hablado del “deber de defender a los pobres” que tienen los obispos. No puedo estar más de acuerdo con él en esto. Defender a los pobres de su grey es una obligación gravísima de todo obispo, de la que, sin duda, el Señor le pedirá cuentas el día del Juicio.









