22.11.07

La única religión verdadera

Una de las ventajas que tiene viajar al extranjero es, creo yo, que incluso la persona menos observadora no puede evitar desprenderse de algunos de sus prejuicios.

Estando hace unos días en Bangkok, me acordé de la objeción que había presentado un lector del blog a uno de mis argumentos. Afirmaba yo algo sobre Cristo como el único verdadero salvador de los hombres y el lector venía a responder algo así como “Pero todas las religiones afirman que son la única verdadera”.

Esta objeción es, en apariencia, algo sensato y evidente.

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21.11.07

Tras una larga ausencia

Quiero pedir disculpas a los amables lectores por no haber podido anunciar y explicar con antelación esta larga ausencia del blog Espada de doble filo. He estado de viaje y ciertas gestiones que tuve que realizar los últimos días antes de mi partida me impidieron escribir un post para explicar la interrupción.

Ha sido un viaje largo y muy interesante que mi mujer y yo hemos hecho a Tailandia.

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25.10.07

La esclavitud moderna

Hoy quiero recomendar a los lectores un en el que se trata el tema de la legalización de la prostitución. En el artículo, se pasa revista a la situación de distintos países que estudian la posibilidad de legalizarla y de otros que lo hicieron hace tiempo y han podido comprobar las nefastas consecuencias.

Mi propia opinión está muy clara en este asunto: la prostitución es la esclavitud de nuestro tiempo. Legalizarla es equivalente a volver a los tiempos de los barcos negreros que zarpaban con su macabro cargamento desde las costas de África para enriquecer a unos pocos potentados sin escrúpulos.

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24.10.07

Murieron perdonando

Como mencionaba en el , estos últimos días se ha afirmado hasta la saciedad que las beatificaciones de los mártires españoles de 1934-1939 son inoportunas. Se dice que, en vez de promover la reconciliación, estas beatificaciones lo que hacen es reavivar antiguos odios y enemistades.

Por desgracia, es cierto que los seres humanos caemos muy fácilmente en el odio y para ello utilizamos cualquier motivo o pretexto, ya sea político, social, personal o, desgraciadamente, también religioso. Las guerras religiosas europeas fueron conflictos de una crueldad verdaderamente terrible.

¿Cuál es el mejor antídoto para evitar el odio por cuestiones religiosas? La respuesta fácil sería olvidar todo lo que ha sucedido en el pasado, pero eso equivaldría a una traición a esos hombres y mujeres que dieron su vida por Cristo. En mi opinión, no hay mejor remedio para el odio que mirar a los mártires.

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23.10.07

Por odio a la fe

Estas últimas semanas, han abundado las declaraciones más peregrinas sobre las beatificaciones de mártires españoles de 1934-1939. Como muchas de ellas provienen de la ignorancia más absoluta sobre los mártires cristianos, creo que conviene, una vez más, recordar lo que es un mártir para la Iglesia y ofrecer ejemplos reales de estos mártires.

Los mártires, para serlo, deben cumplir dos condiciones: haber sido asesinados por odio a la fe católica y haber muerto perdonando a sus enemigos. No son condiciones arbitrarias, sino que se refieren a la imitación de Cristo, que murió acusado de blasfemo y perdonando a sus enemigos. Ya el primer mártir de la Iglesia, San Esteban, imitó así a su Señor: fue lapidado por afirmar ante los judíos que Cristo estaba a la derecha de Dios en los cielos y murió diciendo: Señor, no les tengas en cuenta este pecado.

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