Habla mal y acertarás
“La verdad en la boca es dulce, pero en el oído es amarga”
Baltasar Gracián
Llevo ya un par de años escribiendo en un blog en Internet y, durante ese tiempo, he observado muchas cosas curiosas, que darían materia para escribir un libro. Por ejemplo, para intentar mejorar mis artículos, me he fijado en el tipo de cosas que los lectores buscan al leer en Internet. Hay muchas cualidades que hacen interesante un artículo para los lectores: un título atractivo, el estilo literario, un tema que les afecte, la capacidad de transmitir sentimientos… pero uno de los factores más importantes para que un blog sea popular es que ofrezca oportunidades para criticar.
La crítica, como factor de atracción de lectores, puede tener dos modalidades. En primer lugar, la crítica a lo que dice el autor, a su forma de decirlo, a sus faltas de ortografía, a su supuesta forma de pensar, a su historia o, incluso, a su aspecto físico. En este sentido y paradójicamente, el hecho de que un artículo sea muy malo, manifiestamente sectario o contenga errores hace que resulte muy atractivo para los lectores. ¿Por qué? Porque pueden darse el gustazo de criticarlo y sentirse bien haciéndolo. Cuanto más malo es el blog, más fácil y justificada es la crítica y mejor se siente el que critica.

Hace unos días, en la Feria de Sevilla, murió un chico de 19 años, Juan Fernando, apuñalado. Parece ser que alguien robó la chaqueta a un amigo de Juan Fernando, él corrió a perseguir al ladrón y fue apuñalado. Era un chico normal, con su historia, como todos. Nació en Colombia y fue adoptado por sus padres españoles, como sus dos hermanos. Había dejado los estudios, pero últimamente intentaba retomarlos, a la vez que trabajaba. Tenía novia, era miembro de una Comunidad Neocatecumenal de su parroquia, le gustaba el fútbol, viajar, tocar la guitarra.
He escrito durante algo más de un año en Religión en Libertad. El blog Espada de doble filo ha acumulado 169 artículos, miles de comentarios e innumerables razones, testimonios, experiencias, ejemplos, citas, argumentos y contra-argumentos.
En los comentarios de otro artículo de este blog, hace un par de días, se habló del fanatismo. Al investigar un poco más el tema, enseguida quedó claro que no todos teníamos la misma idea de lo que es un fanático. Cada uno llamaba “fanatismo” a cosas muy distintas y, a menudo, utilizaba el término como arma arrojadiza contra los demás.








