3.12.08

Necesitamos el rocío del cielo

Quiero dedicar este artículo a un antiguo himno latino de adviento, basado en el profeta Isaías, que es verdaderamente maravilloso, el Rorate Coeli. Todo aquel que tenga algo de poesía en su alma quedará sobrecogido al leerlo. Puede usarse además como una magnífica oración para repetir todos los días en este tiempo de Adviento.

Animo a los lectores a ir leyéndolo despacio, quizá en voz alta, imaginando lo que cuenta: la situación de sufrimiento del que lo canta, que compara con la destrucción de Jerusalén, arrasada por sus enemigos, de manera que donde un día se cantaba la gloria de Dios hoy no se escucha más que un silencio de muerte. Es el pecado el que nos ha apartado de Dios, nos ha hecho insustanciales como hojas caídas que lleva el viento, nos ha encadenado con nuestra propia maldad y nos oculta el rostro del Señor, de manera que no hay ninguna luz que alivie nuestra oscuridad.

En esa situación angustiosa, que parece que no tiene salida y de la que uno mismo no puede salir, el cristiano se acuerda de la promesa de Dios o, mejor, del Prometido por Dios, del salvador que Dios anunció desde antiguo. El cantor grita, como los esclavos hebreos en Egipto, para que Dios venga a romper nuestras cadenas que no nos dejan vivir y a consolarnos en nuestra aflicción de muerte. La sequía abrasadora de nuestra vida necesita el Rocío del cielo, el Justo que tiene que venir de Dios.

Leer más... »

2.12.08

Muchas respuestas a una buena pregunta

Quaestio Quodlibetalis 13. Hace unos días, escribí sobre el Buen Ladrón, San Dimas, resaltando la misericordia gratuita de Cristo, que le promete el paraíso por un instante de arrepentimiento en el último instante de su vida. Ante estas afirmaciones, un lector, no sin razón, preguntaba:

“De lujo no? toda la vida robando y asesinando y al final, por estar en el sitio correcto en el momento indicado, ale, al paraíso limpio a disfrutar. Moraleja: no te preocupes, haz el mal, pero arrepiéntete en tu lecho de muerte, que Dios misericordioso te salvará.”

Antes de lanzarme a responder, me pareció una buena idea pedir a los lectores que diesen su opinión. No sería justo decir que la variedad y profundidad de las respuestas recibidas me han sorprendido, porque la calidad de los lectores de este blog es de sobra conocida. Sí que diré, en cambio, que me he sentido justamente orgulloso de mis lectores, de lo sustanciosas que han sido sus respuestas y de cómo han sabido identificar, sin vacilar, los puntos fundamentales de la cuestión. Como verán, he recogido todas las respuestas en este extenso artículo, que toca muchos puntos esenciales de la vida cristiana.

Leer más... »

1.12.08

Buena pregunta. Hazme otra.

El otro día, afirmé que mi santo favorito es San Dimas, ya que en él veo muy claramente la gratuidad de Dios. En efecto, se convirtió a Cristo al borde de la muerte, en la misma cruz, pero esos momentos de arrepentimiento y de fe en el momento álgido de su vida bastaron para que el Señor le prometiera el paraíso.

Ante estas afirmaciones, un lector, con cierta lógica, pregunta:

“De lujo no? toda la vida robando y asesinando y al final, por estar en el sitio correcto en el momento indicado, ale, al paraiso limpio a disfrutar. Moraleja: no te preocupes, haz el mal, pero arrepientete en tu lecho de muerte, que Dios misericordioso te salvará.”

Antes de dar mi opinión sobre el asunto, me gustaría invitar a los lectores a que intenten responder a esta objeción.

Leer más... »

Son más listos que nosotros

Faltan cuatro semanas para Navidad, pero hace más de un mes que están listos los adornos y luces navideñas del centro comercial cercano a mi casa. Cada año, esos preparativos se realizan antes y duran más tiempo. La razón es evidente: los vendedores han observado que sus ingresos suben mucho cuando el ambiente es “navideño” y hay luces por las calles. Basta ver cómo los centros comerciales están a rebosar estos días.

Pensar en estas cosas, me ha hecho recordar las palabras de Cristo: “los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz. Es una frase algo enigmática, que siempre sorprende al leerla.

Los grandes centros comerciales son, creo yo, un buen ejemplo de “hijos de este mundo”, en el sentido de que sus objetivos y sus criterios no son los de Dios. No se trata, en principio, de un término acusador, sino esencialmente descriptivo, los hijos de este mundo (o de las tinieblas, como los llama San Pablo) son aquellos que no han recibido la luz de Cristo. No saben lo que de verdad es valioso, no han conocido lo único que merece la pena conocer en este mundo, que es a Cristo encarnado, muerto y resucitado por nosotros.

Leer más... »

29.11.08

Hoy Vigilia de Oración en Espada de Doble Filo

Esta tarde, celebramos la I Vigilia Virtual Espada de Doble Filo, para que todos los lectores y participantes del blog podamos rezar unos por otros y por las intenciones de cada uno, cumpliendo así el mandato de la Escritura: Orad unos por otros para que os salvéis.

Esta Vigilia consistirá en la oración, unidos en la Comunión de los Santos, de las Vísperas de esta tarde de Sábado, es decir, las vísperas con las que comienza este Adviento. ¿Qué mejor manera de empezar el Adviento que con una pequeña vigilia de oración?

Para el que no conozca esta oración, que es la oración oficial de la Iglesia y se reza de la misma forma en todo el mundo, he incluido, a continuación, todo el texto seguido (un himno, tres salmos, una lectura breve, el Magnificat, las peticiones y el Padre Nuestro): basta ir leyendo y meditando el texto con tranquilidad, esta tarde (no importa la hora exacta), y presentar al Señor con confianza nuestras necesidades. Los vínculos que he puesto son meditaciones de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI a los distintos salmos y cánticos, para quien quiera profundizar en ellos.

Incluyo en el primer comentario las intenciones que algunos lectores han comunicado ya para que todos recemos por ellas. Los que quieran proponer otras intenciones propias, que las dejen también en los comentarios.

Leer más... »