¿Nos quiere Dios a todos lo mismo?

Quaestio quodlibetalis XVIII. Voy a intentar responder a una pregunta que me hicieron dos lectores, Alejandro y Helena, hace mucho tiempo. La pregunta fue: ¿nos quiere Dios a todos lo mismo? Supongo que a los lectores les pasará lo mismo que me paso a mí. Cuando uno escucha esa pregunta, instintivamente responde: pues sí, claro, ¿cómo no nos va a querer Dios a todos lo mismo?… Sin embargo si uno reflexiona sobre el tema, enseguida se ve que es más profundo de lo que parece. De hecho, es un tema tan amplio, que sólo voy a intentar dar unas pinceladas sobre él, para que los lectores puedan añadir sus vivencias y sugerencias.

¿Qué queremos decir nosotros cuando decimos que queremos a todo el mundo? Muy poca cosa. Nos estamos refiriendo a que tenemos una cierta benevolencia y que desearíamos que las cosas le fueran bien a todo el mundo, que no tenemos nada en principio contra nadie. No queremos decir, sin embargo, que queramos en sentido estricto a todas las personas del mundo, porque eso es imposible. No queremos ni podemos querer a una persona de un pueblo perdido de China, de la que nunca hemos oído hablar, cuyo nombre no conocemos y de la que no sabemos nada. Eso es imposible, porque no podemos querer a quien no conocemos.

Nosotros, a quien podemos querer es a los que tenemos cerca, a nuestros hijos, a nuestra familia, a nuestros vecinos y amigos y a las personas con las que nos encontramos personalmente por algún medio. El amor no es algo general, es algo concreto, se refiere a una persona real, con su propio nombre, a quien conocemos y a quien tenemos cerca, por lo menos cerca de forma espiritual o moral. Si hablamos en general, no hablamos de verdadero amor, sino de una simple benevolencia. Cuanto mas hablamos en general y más lejanos están de nosotros las personas a las que decimos que queremos, menos concreto es ese amor y menos se puede considerar verdadero amor. Por eso el planteamiento mismo de la pregunta es, en cierto modo, engañoso, porque Dios no nos quiere a todos en general, sino que nos quiere a cada uno en particular.

Por eso, el mismo Señor dice en la Escritura: “Te he llamado por tu nombre…” El nombre es lo más concreto que hay. Nuestro nombre es lo que nos separa del resto de la humanidad. El nombre es un signo de que somos alguien concreto, separado e individual y de que no somos iguales a ninguna otra persona ni a nadie que haya existido o vaya a existir en el futuro. Y, si el nombre es un signo de que somos únicos, cuando Dios nos dice que nos llama por nuestro nombre, nos está mostrando que nos ama a cada uno de nosotros en particular, como seres únicos.

Esa frase maravillosa que citaba nos puede dar aún más luz sobre este tema con su continuación: “Te he llamado por tu nombre, tú eres mío”. Dios nos hace suyos. Cuando hacemos algo nuestro, lo hacemos especial, incluso aunque antes no lo fuera. Por ejemplo, puede haber en una urbanización miles de casas aparentemente iguales, pero mi casa es algo especial, es mi hogar. Da igual que arquitectónicamente sea idéntica que la casa del vecino, porque mi casa es mi casa, es única. Dios te hace suyo, es decir, hace que seas especial, posesión suya, algo valioso y especial para él.

En este sentido, la categoría de elección es central en la Escritura: el Señor no ama en general, sino que elige. Elegir es separar a uno de todos los demás y el Señor nos elige a cada uno para una misión distinta y de una forma diferente, pero siempre porque a cada uno nos ama especialmente, en concreto, como somos.

Dios nos quiere a todos queriéndonos a cada uno. Eso que es imposible para nosotros, para los seres humanos, Dios lo puede hacer. Dios puede querer a todos queriéndonos a cada uno de forma individual, singular. Decía Pascal, que, al meditar en la Pasión de Cristo, le gustaba pensar que, de toda la sangre que derramo el Señor en su Pasión, “una de esas gotas Señor mío Jesucristo, una de esas gotas la derramaste por mí y solo por mí”. Sabía muy bien que el Señor no nos quiere en general, sino en particular. Si no hubiera habido nadie más en el mundo, por uno solo de nosotros, por mí o por cualquiera de los lectores, Jesucristo se habría encarnado. Por una sola persona a la que Dios ama sin medida, Jesucristo se habría encarnado, habría muerto y habría dado la vida.

Hay otro aspecto importante del amor humano que tenemos que desterrar de nuestra mente al hablar del amor de Dios: la idealización. Nosotros, cuando amamos a otra persona tendemos a idealizarla, a pensar que es mejor de lo que es, a no tener en cuenta sus fallos que, además, en muchos casos nos son desconocidos. De hecho, un buen matrimonio es un largo proceso en el que se va pasando de la idealización del enamoramiento al amor, mucho más profundo, que es consciente de los fallos del otro. Esto es algo normal, porque todo el mundo, en mayor o menor medida, nos quiere por nuestras cosas buenas y nos rechaza cuando considera que no llegamos a su ideal. Incluso nosotros mismos somos incapaces de aceptarnos como somos. Todos, dicen los psicólogos, nos escondemos cosas a nosotros mismos: lo que no nos gusta de nosotros mismos nos lo ocultamos, no pensamos en ello y lo apartamos.

Pues bien, otro aspecto en el que el amor Dios es diferente para cada persona consiste en que Dios es el único que nos ama a cada uno como somos, sin idealizarnos. Él es el único que nos conoce de verdad, como somos, nos conoce con todos nuestros problemas, nuestros pecados, nuestros sufrimientos, nuestros defectos, nuestros complejos, nuestras maldades, las cosas que ocultamos a los demás. Todas esas cosas las conoce Dios y, sin embargo, nos quiere como somos. No nos ama en general, ni de una forma idealizada, como si todos fuéramos buenos. Me quiere a mí y quiere al lector a pesar de que conoce perfectamente nuestros pecados de soberbia, de vanidad o de falta de paciencia, nos quiere a cada uno con nuestra historia, como somos. Es el único que nos quiere como somos, el único que no se escandaliza de cómo somos.

Si bien Dios nos quiere así, nos quiere a cada uno de esta forma maravillosa, lo que si que hay que recordar es que no todos recibimos ese amor de la misma forma. El amor de Dios es gratuito, se nos regala. Dios nos lo da, nos lo ofrece gratis a cada uno de nosotros, pero en nuestra mano está recibir más o menos de ese amor, podemos cerrarnos al amor de Dios. En ese sentido, Dios no nos quiere a todos igual, no porque su amor sea menos para unos o para otros, sino porque no todos recibimos o queremos recibir ese amor, porque Dios nos hace libres, ayudados por la gracia, para recibir más o menos de ese amor. Hay personas que se dejan querer por Dios, que dejan que Dios entre en sus vidas, son los Santos, su vida se transforma y van aumentando su propia capacidad de recibir el amor de Dios, van abriendo su corazón al Espíritu Santo, a la presencia de Jesucristo en sus vidas, se van transformando a imagen de Jesucristo. En cambio, hay otros que no lo hacen, que cierran su vida a Dios. Es el misterio de la libertad humana.

Esto que sucede aquí en esta vida, sucederá también en el cielo. El cielo no es igual para todos. Dice la Iglesia que cada uno recibirá una recompensa distinta, que no todo el mundo recibirá la misma. ¿Por qué? ¿Porque Dios quiere más a unos que a otros? No, porque cada uno, durante su vida, va abriendo más o menos su corazón a la acción de Dios, al bien, a la verdad, a la bondad, al cariño y a la misericordia de Dios. Contaba Santa Teresita, que sus hermanas se lo explicaron esto de forma muy gráfica para que no lo olvidara nunca. Para que viera que Dios no era injusto con esto, decía Santa Teresita que su hermana le llenó un dedalito pequeñito de agua y un vaso muy grande y le pregunto: “¿cual está más lleno?” y Teresa le respondió: “los dos están llenos del todo”. Entonces, su hermana le dijo: “pues así es el amor de Dios en el cielo”.

En el cielo todos estaremos llenos del amor de Dios, pero habrá personas cuya capacidad para recibir el amor de Dios sea pequeñita, como la de un dedal. Estarán llenos en la medida de su ser. En cambio, otros, como los Santos, habrán dejado que la gracia ensanche su corazón y serán como un gran vaso, lleno también a rebosar del amor de Dios. La misericordia de Dios nos llenará a todos, pero a cada uno según su historia, según su libertad, según lo que en esta vida haya ido dejando que Dios le abriese el corazón a imagen del corazón traspasado de Cristo. Que allí nos encontremos todos un día.

64 comentarios

  
luis
Si pensamos que el amor es una elección personal y que Dios, con toda la fuerza de su Ser, nos está eligiendo, sacando de la nada, las veinticuatro horas del día, prefiriéndonos al no ser, diciendo a cada nanosegundo "es bueno que existas, y por eso te hago existir, como eres, aquí y ahora y te seguiré manteniéndo en el ser, hagas lo que hagas, pase lo que pase"...
Toda la perspectiva sobre el amor de Dios cambia. Y se entiende la imposibilidad metafísica de corresponder a ese amor.
Mejor dicho, la única forma de retribuir ese amor compacto, eterno, de una densidad enorme como el Himalaya y puntual como el filo de una aguja, porque se desprende segundo a segundo, es afirmar nuestra radical pobreza y alegrarnos de esa desproporción entre ese Amor y nuestra respuesta. Nuestra finitud, nuestra pobreza es nuestra Gloria, porque la Gloria llena el vacío como el abismo llama al abismo.
Y nuestra Gloria también es alegrarnos de que no nos quiera como a todos, sino que nos quiera de modo distinto a cada uno. En el Cielo, nos alegraremos no sólo del Amor con que nos ama, sino que nos alegraremos de que ame más a otros. Ciertamente esa será la prueba de que estemos en el Cielo, la alegría porque los demás reciban más que nosotros.
"¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo? Alzaré el caliz de salvación e invocaré su Nombre"
11/07/09 6:28 PM
  
Bruno
Luis:

Creo que has dado en el clavo con el punto de vista que permite comprender mejor este asunto.
El amor de Dios es el que nos da el ser y nos mantiene en el ser cada instante de nuestra existencia. En ese sentido, es tan específico de cada persona como específico es su ser único e irrepetible, porque es el fundamento de ese ser.

Y es totalmente gratuito e impagable, porque no hay nada que lo preceda, ya que da el mismo ser.

11/07/09 6:50 PM
  
luis
Y eso sólo considerandolo metafísicamente, o mejor dicho a la luz de la razón.
Imagínate ese amor encarnado en un hombre, que en la Cruz, y mientras mantenía en el Ser al Universo entero, a cada hombre y a cada mujer, derramaba cada gota de sangre,- como dices -, dedicaba cada lugar de su psicoloía humana, por ese hombre y esa mujer concretos a los que conocía por su ciencia divina. Eso es el Sagrado Corazón, horizonte del amor divino y humano, collado de los deseos eternos. Y ese Corazón se llena con cada uno de nosotros.
11/07/09 7:04 PM
  
Bruno
"Oh Dios, que de modo admirable has creado al hombre a tu imagen y semejanza y de un modo más admirable todavía restableciste su dignidad por Jesucristo, concédenos compartir la vida divina de aquel que hoy se ha dignado compartir con el hombre la condición humana."

Oración colecta del día de Navidad
11/07/09 7:17 PM
  
rastri
La respuesta es fácil: Asunto de talentos. Dios nos quiere a todos por igual, pero de diferente forma, en tanto y cuanto en modo y manera, cada cual cumpla con lo que Dios a cada uno designe.
11/07/09 7:18 PM
  
Luis Fernando
Tema "complejillo". Meto en medio el tema de la "elección", porque a veces me parece que el molinismo, que ciertamente no ha sido condenado, sobrevuela algunos de nuestros planteamientos.

A ver cómo entendéis estos versículos en relación al enunciado de este post:

Rom 9,13 y ss
.... como dice la Escritura: Amé a Jacob y odié a Esaú.
¿Qué diremos, pues? ¿Que hay injusticia en Dios? ¡De ningún modo! Pues dice él a Moisés: Seré misericordioso con quien lo sea: me apiadaré de quien me apiade. Por tanto, no se trata de querer o de correr, sino de que Dios tenga misericordia.
Pues dice la Escritura a Faraón: Te he suscitado precisamente para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea conocido en toda la tierra.

Así pues, usa de misericordia con quien quiere, y endurece a quien quiere. Pero me dirás: Entonces ¿de qué se enoja? Pues ¿quién puede resistir a su voluntad? ¡Oh hombre! Pero ¿quién eres tú para pedir cuentas a Dios? ¿Acaso la pieza de barro dirá a quien la modeló: "por qué me hiciste así"?, ¿o es que el alfarero no es dueño de hacer de una misma masa unas vasijas para usos nobles y otras para usos despreciables?
Pues bien, si Dios, queriendo manifestar su cólera y dar a conocer su poder, soportó con gran paciencia objetos de cólera preparados para la perdición, a fin de dar a conocer la riqueza de su gloria con los objetos de misericordia que de antemano había preparado para gloria.
11/07/09 8:16 PM
  
Bruno
Rastri:

Gracias por el comentario. Yo diría que la cuestión es más amplia. El amor que Dios nos tiene no depende de lo buenos que seamos o de lo que cumplamos su voluntad. No nos lo merecemos, es gratuito. Dios ama infinitamente a los pecadores: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiación por nuestros pecados”.

Estoy de acuerdo en que hacer la Voluntad de Dios sí que influye en aceptar o no libremente el amor que Dios nos tiene y responder a él: "En esto sabemos que amamos a Dios, si cumplimos sus mandamientos".

Un saludo.
11/07/09 8:39 PM
  
luis
Luis Fernando, pues la gracia está antes y durante y después de la voluntad humana. Por eso, como una especie de principio de Heisenberg divino y poliédrico, la gracia descuenta la respuesta y procede conforme a la respuesta futura de la libertad humana, dando a su vez gracia para poner en acto la respuesta humana.
Todo es gracia.
11/07/09 9:16 PM
  
luis
Por eso, "endurece" el corazón del Faraón y destina como vasos de cólera a quienes rechazan su gracia, descontando su respuesta negativa, ya incoada al rechazar la primera gracia.
Más no podemos entender.
11/07/09 9:19 PM
  
Bruno
Luis Fernando:

Como es lógico, no vamos a reproducir aquí toda la controversia De Auxiliis (nos liaríamos durante miles de comentarios y tendría que venir S.S. Benedicto XVI a ordenarnos guardar silencio sobre el tema).

A lo que dice Luis, yo añadiría algo que tiene relación directa con el tema: la elección de Dios es misteriosa y, a menudo, no nos resulta evidente. Podemos pensar que ha rechazado a alguien cuando lo que ha sucedido es que le ha elegido para otra cosa.

Como la Escritura trata la elección del pueblo de Israel, tendemos a pensar, por ejemplo, que no tenía ningún plan para los egipcios, que simplemente sufrieron las plagas y fueron rechazados. Sin embargo, no tengo ninguna duda de que Dios tuvo su propio plan de salvación para cada uno de esos egipcios. ¿Cuál fue? Ni idea, la Revelación no nos lo dice porque su importancia fue particular y no universal para la Historia de la salvación, como ocurrió con Israel. Sin embargo, lo que sí que nos dice la Revelación es que Dios quiere que todos los hombres se salven y eso implica necesariamente que tenga un plan proyectado para cada uno de esos hombres. Incluidos faraones, egipcios, persas, Ismael y sus descendientes, moabitas, etc.

Un ejemplo muy claro es el de Ciro, que no conocía a Dios, pero a quien el Señor llama "su ungido", porque cumple el plan que tenía para él.

Saludos.
11/07/09 9:47 PM
  
luis
Así es, Bruno, ya no recuerdo en qué Padre de la Iglesia leí que quienes son exterminados por Dios en el AT son castigados en esta vida para salvar su vida eterna.
Así, por ejemplo, el agua del Mar Rojo que es signo de salvación para los judíos, también es signo misterioso de salvación para los egipcios que perecen en su vida mortal para salvar el alma. Lo mismo con los primogénitos de los egipcios eliminados por Abbadon, etcetera. Ananías y Zafira...
Y así, hay también un designio misterioso para los enemigos de buena fe de los judíos. Todo es gracia.
11/07/09 9:57 PM
  
luis
Símbolo de esto, también en la Escritura, los ángeles que se oponen y combaten entre sí. Y son ángeles beatos.
Ni siquiera ellos conocen los designios de Dios.
11/07/09 10:19 PM
  
rastri
Cierto Luis: los designios de Dios son en origen de una infinita profundidad -cúbico esférica menor- tal que sólo Dios, en su infinita dimensión -cúbica mayor-los puede conocer.

Más no ya los ángeles del Cielo se rebelan contra su Dios y pelean entre sí. Porque estos son de omogénea naturaleza. Y son vida y luz, parte de la infinita Vida -Dios Espiritu Santo- que alimenta la infinita Luz -Dios Padre y Dios Hijo-

Así como los caminos del Señor son inescrutables. Y cómo el hombre propone y Dios dispone.

En su momento preciso a cada hombre Dios le indica el camino a seguir. Y de aquí el modo y manera de cumplir con su volutad: el premio al elegido por Dios otorgado
11/07/09 11:13 PM
  
asun
Aún no he leído el post, pero por supuesto que Dios no hace acepción de personas.
Algo distinto que Bruno, que cuando venía a darle la bienvenida me ha dado una patada en toda la cara.
Eso sí muy educadamente que es lo único que le importa
11/07/09 11:21 PM
  
jpm
Eso me encanta: Dios no se escandaliza de cómo somos.A los buenos, los quiere y a los pecadores, también,es una maravilla.
Por cierto, creo que los padres tienen a sus hijos preferidos y también Dios
12/07/09 12:03 AM
  
asun
A la pregunta retórica:
"¿Qué queremos decir nosotros cuando decimos que queremos a todo el mundo?"
Contestaré sinceramente que lo que muchos queréis decir es que sois muy buenos, que sois perfectos, que sois una maravilla y por eso queréis mucho a personas que no se lo merecen en absoluto aunque vuestro inmenso amor os hace insultarlas educadamente.
De ahí para abajo estoy bastante de acuerdo con lo que se dice del amor de Dios.
Dios no va por ahí diciendo que nos quiere mucho y después que si quieres arroz catalina, sino que simplemente nos quiere, a todos y a cada uno totalmente y nosotros somos recipientes de todas clases a los que se adapta ese amor para que cada uno lo reciba según somos. Recipientes que contienen todo el amor que libremente quieran admitir, porque cuanto más nos vacíamos de nosotros mismos, más amor de Dios cabe dentro.
Y si mis comentarios no le gustan a los señoritos pues ustedes se los salten, que a lo mejor pasa por aquí Ana o Yolanda o incluso alguna otra persona a la que no le importe leerlo.
12/07/09 12:03 AM
  
Cristhian
Esta pregunta siempre es comparativa, es decir, ¿CUANTO me quiere Dios a MI, COMPARADO con los demás? o Cuanto quiere Dios a AQUEL comparado con el resto. Pero todavia hay una segunda parte de esa pregunta y es hacerla comparando diferentes tiempos en la vida de una misma persona ¿Me ha querido Dios igual toda mi vida? ¿aun cuando he estado en flagrante pecado o he tenido la vida literalmente patas arriba?

Interesante tema Don Bruno, y por cierto bienvenido.
12/07/09 12:12 AM
  
asun
No sé por qué no podéis hablar de la controversia de auxiliis. Así los ignorantes podríamos enterarnos de lo que es. Incluso los que sospechamos que es una de esas patochadas metafísicas sin pies ni cabeza.
Enseñar al que no sabe es una obra de misericordia.
12/07/09 12:16 AM
  
asun
Cristhian,
Claro que Dios te ha querido igual siempre. Él es Amor.
Eres tú el que acoge más o menos su amor.
Aunque mi opinión lógicamente no te interese nada.
12/07/09 12:18 AM
  
asun
A jpm, aunque tampoco le interese mi opinión, le diré que Dios tiene sus preferidos, como todos los padres, pero sus preferidos somos todos. A cada uno nos prefiere a los demás. Para Dios esto es posible.
12/07/09 12:19 AM
  
Cristhian
¿de donde has sacado que no me interesa tu opinion Asun?
12/07/09 12:22 AM
  
Bruno
Asun:

En efecto, creo que aciertas plenamente en lo de los preferidos. Para nosotros, preferir a alguien significa necesariamente estimar menos a los demás. Sin embargo, para Dios es posible preferirnos a cada uno de nosotros. No como un juego de palabras, sino como algo real y efectivo.

Saludos.
12/07/09 12:29 AM
  
Bruno
Me voy a dormir, que ya es muy tarde.
12/07/09 12:31 AM
  
asun
Cristhian,
Lo he sacado del recibimiento de Bruno recordándome lo de que a la gente no le gustan mis comentarios.
Pero de todas formas pienso opinar. Me consta que a un par de personas sí les interesan, y además me interesa opinar a mí y pienso hacerlo. Me gustaba más cuando me sentía entre amigos, pero lo voy a hacer de todos modos. Diré siempre lo que pienso. Porque quiero, simplemente.
12/07/09 12:33 AM
  
asun
Bueno, yo también me voy a dormir, a ver si se me olvida el recibimiento y se me pasa la indignación.
Buenas noches a todos.
12/07/09 12:34 AM
  
asun
Mañana será otro día. Procuraré olvidarlo.
Paz y bien.
12/07/09 12:36 AM
  
Pedro-1
Bruno, no estoy de acuerdo contigo en varias afirmaciones que haces.

Subrayas en negrita que "a quien podemos querer es a los que tenemos cerca". Sería muy triste y muy poco recomendable que tuviera que ser siempre así. El mundo sería más inhumano de lo que suele ser. Sería como un mundo en el que todos fuesen psicólogos, pedagogos, profesores de ética y abogados.
Sin embargo,millares de monjas lavan, alimentan, curan y atienden a muchos enfermos de quienes no saben el nombre porque los quieren.
Hay personas que se han metido en una vivienda en llamas para salvar a un anciano o a unos niños porque los quieren aunque no los conozcan. O que han sufrido navajazos o puñetazos porque quisieron defender a una mujer de un maltratador porque las querían.
Quien se va a una misión en África va por amor a esas personas a quienes ya quiere y que aún no conoce. Luego los misioneros quieren muy en general. Y los sacerdotes y las monjas y los voluntarios de Cáritas y de otras organizaciones que ayudan en España y en el resto del planeta. Yo creo que los hombres podemos y debemos amar en general y en particular. Y que cuando digamos que queremos hasta el más desgraciado de los españoles o de los chinos signifique algo.

Dices: "El amor no es algo general, es algo concreto, se refiere a una persona real, con su propio nombre, a quien conocemos y a quien tenemos cerca, por lo menos cerca de forma espiritual o moral. Si hablamos en general, no hablamos de verdadero amor, sino de una simple benevolencia".
La simple benevolencia o algo más noble ya los sienten los paganos.
Pues entonces que mal hemos entendido a Jesús que nos pidió que amásemos a nuestros enemigos. Si por quienes no nos odian ni buscan nuestro mal sólo sentimos una simple benevolencia, es decir una simple simpatía ¿qué podremos sentir por quienes desean hacernos daño?
Tampoco creo que para amar haya que idealizar. Tú mismo dices que para amar hay que conocer y conocer no es idealizar. El amor no es ciego ni está solamente en el matrimonio. Bueno, luego hablamos.
12/07/09 1:27 AM
  
Bruno
Pedro-1:

Me han parecido muy interesantes tus comentarios. Estoy de acuerdo en que todos los temas que tratas no están suficientemente explicados en el artículo. De hecho, el artículo original era mucho más extenso y los desarrollaba más, pero resultaba demasiado largo para un blog.

Como es tan interesante este aspecto del tema, si te parece escribo un artículo sobre ello y lo intento publicar mañana.

Un saludo.
12/07/09 9:09 AM
  
Ano-nimo
Hola Bruno, bienvenido; supongo que has pasado unas buenas y fructíferas vacaciones.

Poco que añadir a lo que ya se ha dicho, excepto que Dios ama a todas sus criaturas y a cada una de ellas. Por otra parte, me parece muy interesante lo que señala Pedro-1:

"Sin embargo,millares de monjas lavan, alimentan, curan y atienden a muchos enfermos de quienes no saben el nombre porque los quieren.
Hay personas que se han metido en una vivienda en llamas para salvar a un anciano o a unos niños porque los quieren aunque no los conozcan. O que han sufrido navajazos o puñetazos porque quisieron defender a una mujer de un maltratador porque las querían.
Quien se va a una misión en África va por amor a esas personas a quienes ya quiere y que aún no conoce".

Me pregunto si esa entrega sale de la misma fuente, aunque quizás esas personas que no conocen a quienes ayudan, pudieran no ser creyentes (evidentemente no me refiero a l@s misioner@s).

Un cordial saludo.
12/07/09 10:00 AM
  
Yolanda
Me han gustado mucho tanto el post d Bruno, como las puntualizaciones de Pedro-1. Se complementan si se mira bien.

Y me ha inquietado el comenatrio de Christian: ¿te ha querido Dios también cuando estaba tu vida hundida y enfangada? mi respuesta clara es que sí. Pero entiendo que es difícil verlo.

Mi inquietud es, como alguno ya adivinará, por mi hijo pequeño. ¿Con qué palabras traducirle lo que dicen Bruno, Luis, asun y Pedro-1 a un niño de 12 años que ha dejado de rezar porque dice que Dios "a él no le quiere"? No es una rabieta infantil solamente, ya son 12 años y razona muy bien y muy adultamente... hasta que llega a un punto a partir del cual se pone cerril, se llena de ira y repite que Dios no le quiere a él en particular.

(y el colmo del dolor para una madre: pintamos su habitación y al secarse e ir a recolocar la habitación, fui a colgar de nuevo su crucifijo sobre su cama y me dijo que no: "por mí no murió Jesús, a mí no me ama, y si dices que algún día entenderé por qué me ha robado a mi padre, por qué creo que Dios se ha olvidado de mí, ya lo colocaré de nuevo cuando lo entienda; mientras tanto no lo pienso volver a tener en mi habitación". Y este dolor se se suma a los demás y se me acaban los recursos, los libros, el profe de reli, el párroco, todo inútil ... No pretendo que se hable de "mi" problema, pero si alguien tiene una idea brillante, que me la envíe)
12/07/09 10:30 AM
  
Luis López
La respuesta a tu pregunta es sí, porque "no ha habido, no hay y no habrá un hombre por el que no haya sufrido Jesús". Murió "por todos" para salvarnos "a todos" (1 Tim. 2,4). La mezquindad humana de los niveles con que amamos a unas y a otras personas no existe en Dios. La cuestión, por lo tanto, es nuestra actitud ante esa amor asombroso: si todos queremos lo mismo a Dios. Y es claro que no.
12/07/09 10:35 AM
  
asun
A mí también me ha gustado mucho el comentario de Pedro-1.
Yolanda,
No tengo ni idea, pero espero que alguien que haya pasado por esa misma situación pueda orientarte.
Me recuerda a CS Lewis y al hijo de su mujer, según la película "Tierra de penumbras". Pero en realidad en la película no dan ninguna solución.
12/07/09 11:11 AM
  
Ano-nimo
Luis Lopez:

Por lo tanto puden existir personas que no sepan que aman a Dios, y que incluso de boca para fuera, lo nieguen, pero que a la hora de la verdad, actúan llenos de El. Son los que, por diferentes causas -como el dolor- no quieren creer en El o están enfadados con El, pero Dios sí "cree" en ellos. Y eso se ve en sus actos.

Yolanda:

No sé si esto ayudará, pero quizás si le haces ver que su bondad es la ayuda que Dios le está dando, siendo el su catalizador, quizás pueda servir para algo. De todas formas, necesita tiempo.
Un cordial saludo.
12/07/09 11:12 AM
  
asun
Quizás se le ha querido "consolar" sin dejarle hacer su duelo primero.
O tal vez la idea de que la enfermedad se la mandó Dios es la clave.
Entonces yo partiría en que la enfermedad es propia de las limitaciones de este mundo, no voluntad de Dios. Dios permite la autonomía del mundo, pero no quiere el mal, es el que saca bien del mal. Su padre está gozando de Dios en el cielo y desde allí os cuida mejor aún que cuando estaba en la tierra.
No sé, Yolanda, es muy complicado y yo nunca me he encontrado en ese caso.
Ana,
¿Cuándo dices su bondad, te refieres a la del niño o a la de Dios? No te he entendido bien. ¿Puedes explicarlo mejor?
Saludos cordiales para todos.
12/07/09 11:32 AM
  
Ano-nimo
Asun:

Me refiero a que la bondad del niño es la ayuda que Dios le está dando, bondad que deviene de la Infinita Bondad de Dios, y que esa bondad del niño es catalizador de esa Bondad divina, tanto para sí mismo como para los demás. Lo mismo se podría decir del amor que siente Yolanda hacia su hijo, que Dios se sirve de ella, para llegar al niño.

Un cordial saludo.

P.D. Yo no sé si todo esto es una de mis muchas y variadas herejías, pero así lo veo.
12/07/09 12:01 PM
  
asun
Creo que eso es absolutamente correcto. Puede ser que la clave esté en ese relacionar a Dios con todo lo bueno que hay en todo y en todos.
Y a la vez intentar tratar el problema del mal en el mundo de un modo que se vea que Dios lo permite porque ha creado un mundo autónomo con sus propias leyes, que hace posible la existencia de personas libres, pero él no manda calamidades, sino la fuerza para afrontarlas y que al final todo termina bien de una forma u otra.
CS Lewis se sentía decepcionado a los nueve años porque había pedido a Dios que se curara su madre y sin embargo se había muerto -todo según la película.
Quizás algunos de los que han leído más sobre CS Lewis nos puedan contar algo más sobre esto.
12/07/09 12:10 PM
  
Bruno
Me tengo que ir y no volveré hasta la noche, pero espero que más lectores se animen a dar ideas a Yolanda.

Saludos.
12/07/09 12:11 PM
  
Pedro-1
Yolanda, yo no me he visto en tu caso y mi idea no es brillante, pero quizás pueda servir. Que le pidas a Dios y a la Virgen María que os ayuden a comprender cada día mejor. Los libros, el profe de reli y el párroco, no, a quien necesita es a ti y tu fuerza y tu alegría. Tu amor y tu testimonio valen más que los mejores cincuenta párrocos y doscientos libros.
12/07/09 12:52 PM
  
Yolanda
infinitas gracias a todos, pero yo no pretendía acaparar el tema del post. Sólo que como lo vi relacionado co0n el problema de mi hijo, se me ocurrió pedir ideas (pueden ser vía e-mail si no queremos acaparar el post).

Reitero mi agradecimiento a todos; todo me sirve porque me veo demasiado poca cosa ante el problema. Parecía que al mayor y a mí misma me sabía conducir, pero al pequeño, no.

Lo que dice luis de:

"""alegrarnos de que no nos quiera como a todos, sino que nos quiera de modo distinto a cada uno""" es un arma de doble filo.
12/07/09 1:26 PM
  
luis
Yolanda, el mejor libro que conozco es el de Lewis, "Una pena observada" (algunas ideas se filtraron al personaje de Tierra de Sombras que menciona Asun).
No es propiamente un libro, es un manual de analisis de la muerte de una persona muy querida, su mujer Joy Davidman. Comienza con blasfemias "a lo Job", sigue con mucha desesperación y termina con algo de esperanza. Y era Lewis, todo pensamiento...
Lo que quiero decir es que cuando el Señor aflige, los consuelos externos no son muy efectivos, incluso pueden ser contraproducentes. "La consolación prepotente", que decía Castellani; "los amigos de Job".
La persona afligida ha sido elegida por el Señor. Su aparente enojo, sus "blasfemias sagradas", como las de Job, son su oración. El la sacará del pozo, cuando y como quiera. No he visto muchos ateos que "reaccionen" contra Dios; en realidad, quien reacciona es porque tiene la fe muy viva, y entiende perfectamente que no se cae un pelo de la cabeza ni se muere un gorrión sin que el Padre lo permita: y eso es lo que da rabia e intensifica el duelo del que habla Ana_MS. Lo ve a Dios atrás del acontecimiento malo, quizás imperturbable, quizás maligno, la psicología humana tiende a estos trucos.

Yo explicaría, sí, que el crucifijo tiene su sentido. Que Jesús está colgado hasta el fin del mundo y que comparte el sufrimiento. Y que el mal, como lo expresa ese crucifijo, ha sido vencido, aunque esa fe la mantengamos contra toda evidencia. Y no sacaría el crucifijo de ningún lado.

El librito de Lewis (que no es un libro, repito) puede ser una forma de catharsis, pero leelo primero, a ver si se lo puedes dar.
12/07/09 3:31 PM
  
Yolanda
Acabo de hacefme con un ejemplar
12/07/09 4:18 PM
  
luis
Con cuidado, no es un libro, es un explosivo. Lo publicó con pseudonimo, con eso te digo todo.
12/07/09 4:28 PM
  
Yolanda
Ya, ya, ya, ya lo sé. Y lo veo. Hay fragmentos que él no debería leer, no ahora. En cuanto a mí, me está haciendo llorar, pero no importa. Me echaré YA la prometida siesta y luego sigo.
12/07/09 4:53 PM
  
luis
A eso me refería con que no es un libro, es una terapia religiosa. DEBE hacer llorar.
12/07/09 5:32 PM
  
Luis Fernando
"Una pena observada" es, sin el menor género de duda, una de las obras maestra del cristianismo a lo largo de la historia.

Bruno y luis, entiendo que no nos vamos a poner aquí a abrir un debate que la Iglesia no consideró oportuno cerrar hace siglos, pero es que creo que la respuesta a la pregunta que abre el post puede ir, y digo puede... no lo afirmo, por la cuestión de la elección.
Como dicen los versículos anteriores a la cita que di en mi anterior comentario:
... también Rebeca concibió de un solo varón, nuestro padre Isaac. Pues bien, cuando aún no habían nacido ni habían hecho aún bien ni mal, para que el propósito de Dios, conforme a la elección, permaneciese no por las obras, sino por el que llama, le fue a ella dicho: “El mayor servirá al menor”, según lo que está escrito: "Amé a Jacob más que a Esaú". ¿Qué diremos, pues? ¿Que hay injusticia en Dios? ¡Eso no!

Pues... hale, ahí está la cosa.
12/07/09 6:17 PM
  
luis
Luis Fernando, te contesté antes, hasta donde da mi corazón y mi mente dominicos. Te agrego una frase final sobre la Virgen:

"Luis Fernando, pues la gracia está antes y durante y después de la voluntad humana. Por eso, como una especie de principio de Heisenberg divino y poliédrico, la gracia descuenta la respuesta y procede conforme a la respuesta futura de la libertad humana, dando a su vez gracia para poner en acto la respuesta humana.
Todo es gracia.
Por eso, "endurece" el corazón del Faraón y destina como vasos de cólera a quienes rechazan su gracia, descontando su respuesta negativa, ya incoada al rechazar la primera gracia.

Por eso, pre-viendo la respuesta total de la Llena de Gracia (bienaventura tú que has creído), la escoge para sí y la Llena de Gracia.

Más no podemos entender.
12/07/09 6:22 PM
  
asun
No acabo de entender lo que dice luis. De modo que sí que debe tener algo que ver con el principio de Heisenberg.
Para mí que las comillas están muy bien puestas en "endurece" el corazón del Faraón. Esa es una forma de verlo pero no es cierto que sea acción de Dios.
Entra en las leyes dadas por Dios al mundo que quien le rechace se endurece por ese mismo rechazo, pero siempre somos nosotros mismos los que elegimos libremente, con esa libertad que está siempre limitada por nuestras circunstancias, pero que aumenta a medida que nos abrimos a Dios y disminuye cuando nos cerramos a él.
Así lo veo, porque la predeterminación la encuentro absurda. Dios nos hizo libres para conquistar la libertad de amar libremente si dejamos que actúe su gracia en nosotros. Si no, recaemos en la esclavitud. Elegimos, siempre elegimos, por eso somos responsables.
Prohibo que se me llame hereje aunque admito toda clase de puntualizaciones.
12/07/09 6:53 PM
  
Yolanda
No sé por qué tardé en leer Una Pena Observada; no es ésta la primera vez que me lo recomiendan. Y es tan fácil como un clic y tan breve como un rato...si es que se puede conseguir leer seguido. Pero ciertamente no es que haga llorar de pena, eso sería casi idílico. Es una congoja a ratos insufrible, quita la respiración y hunde el pecho en lágrimas. Hay que parar y recuperarse de cada puñado de palabras y de cada avalancha de ideas revueltas en emociones. Mucho más denso de lo que aparenta su ligero volumen visible y tan doloroso como contracciones de parto. No exagero.
12/07/09 7:33 PM
  
luis
"Ultimamente sólo creo en aquello que está escrito con la propia sangre", decía el desdichado de Nietzche. Sí, es duro y espero que catártico. y ayude, Yolanda.
Pax tibi
12/07/09 7:57 PM
  
luis
Bueno, querida Asun, las comillas se las puso mi pusilanimidad.
Si lees la Biblia, nada de comillas: "El Señor endureció el corazón del Faraón", así sin eufemismos.

La tradicion catolica, sobre todo en la escuela tomista, interpreta esa acción divina como "permitir endurecerse el corazon, permitir el mal", en virtud de la cual Dios retira la gracia de "ablandar" el corazón porque pre-vé que la rechazará. La aceptación de una gracia trae otra gracia, el rechazo de una gracia aborta la concesión de la gracia subsecuente. Es algo más fuerte que una simple permisión, es un juicio de Dios el que se ejerce sobre el corazón del Faraón y que lo halla duro o incapaz de la gracia.

Es una danza sumamente poliedrica, una sinfonía polifónica, porque como dije antes, "todo es gracia", pero existe la voluntad libre del hombre.
Todo movimiento de la voluntad, toda inspiración de la inteligencia en el orden sobrenatural responde a una moción previa de la gracia. Disponerse para la gracia, es una gracia en sí misma. Jesús lo dice con esa precisión epigramática y genial suya: "Sin mí, NADA podéis hacer". Nada en el orden sobrenatural, de la gracia, de la divina divina, que en el orden natural vaya si podemos hacer cosas. El "Nada" es bien cualitativo, bien circunscripto y bien denso.

La gracia adelante y atrás, la gracia arriba y abajo, como dice la oración de san Patricio. Incluso aceptar la gracia, en la tradicion dominica, implica una gracia. Lo único que no pertenece a la gracia, simplemente, es la patética posibilidad de decir no. Normalmente ninguna gracia es irresistible, pero eso es otra historia.

(Me gusta escribir de la gracia ;), gracias por la oportunidad)
12/07/09 8:07 PM
  
Carmen
La verdad Bruno, vengo de mi retiro mensual y en él la primera cuestión que debíamos admitir es que hemos nacido por voluntad de Dios, por tanto todo lo que suceda a partir de ahí, es para nuestro bien.

A continuación, hemos sido creados libres, de manera que podemos decir no a Dios, rechazarlo. En realidad la vocación de consagrado consiste precisamente en decir sí a Dios, con todas las consecuencias. Para lo bueno y para lo malo y ofrecer todo para El de manera que seamos coredentores.

No puedo seguir porque probablemente mi mentalidad poética supere a la analítica y me pierda.

Pero, Yolanda, todo sucede para bien, si sabemos ofrecer a Dios también toda nuestra vida. No evitará el dolor de la separación temporal, porque seguiremos existiendo en la dimensión eterna. Es difícil de explicar a un niño. Pero no hay otra manera que ofrecer el propio dolor a Dios para que cauterice la herida. Rechazarlo, abrirá aún más ese dolor.

Tal vez tu camino ahora es sencillamente mostrarle esa confianza, esa seguridad de que su padre está con Dios y está para toda la eternidad.

Saludos
12/07/09 9:28 PM
  
Carmen
"No evitará el dolor de la separación temporal, pero debe comprender que tenemos una dimensión eterna".

Lo siento, la frase no explicaba bien lo que quería decir. Me he dado cuenta al volverla a leer
12/07/09 9:30 PM
  
Gallizo
Hola a tod@s.
Yolanda, permítame que me atreva a comentar la cuestión de su hijo menor. Ustedes basan el cuerpo de sus creencias en la existencia de un Dios personal, creador de todo, que nos ama infinitamente, nos escucha y nos habla. Todo esto requiere de un acto de fe por parte del creyente, ya que lo que vemos a nuestro alrededor, no parece confirmar la imagen que la religión nos presenta de Dios ( al menos si nos centramos en el cristianismo y el Nuevo Testamento ). Los recursos filosófico-metafísicos y las apelaciones a la teología para explicar las evidentes contradicciones ( parches intelectuales ), no son demasiado útiles para un niño de 12 años, ni para un adulto que, no siendo creyente, busque encontrar razones que no requieran de un estado "espiritual" previo adecuado para ser comprendidas. Explicar lo que no encaja,nos duele o incomoda en base al misterio incomprensible de la voluntad y el plan de Dios, es no explicar nada .
Creo que lo que le está ocurriendo a su hijo es parecido a lo que me ocurrió a mi cuando tenía 2 ó 3 años menos que él ( aunque en mi caso la situación que desencadenó el proceso que, con los años, me hizo adoptar la posición atea, fue muchísimo menos doloroso que en el suyo ), y le puedo asegurar que soy razonablemente feliz, me siento satisfecho de como ha sido mi vida como ser humano y no tengo ninguna deidad a la que rendir cuentas, ni a quien pedirle responsabilidades, tengo la misma confianza y desconfianza en el ser humano que probablemente tenga cualquiera de ustedes, acepto las cosas que no puedo cambiar ( sin resignación ni conformismo, pero con realismo ) e intento cambiar las que están a mi alcance y pueden servirme para ser mejor persona.
Con toda esta parrafada, pretendo decirle que, aunque no conozco a su hijo, me parece que si se está planteando lo que usted nos comenta, está claro que su mente busca respuestas y si las encuentra en Dios perfecto, pero si las encuentra sin Él, también perfecto.
Espero sinceramente, que en breve pueda contarnos que las cosas van mejor para él.
Disculpe que me haya dirigido directamente a usted en este tema personal a traves del foro.
Un abrazo
12/07/09 10:11 PM
  
Yolanda
Gracias, gallizo, nada que disculpar, todo lo contrario. Sólo que me da cierto rubor acaparra el post. Pero gracias de corazón.

Bueno, es que yo no pretendo "explicar lo que no encaja,nos duele o incomoda en base al misterio incomprensible de la voluntad y el plan de Dios". Es otra cosa. Pretendo transmitirle un estado de ánimo esperanzado. No sé si es más o es menos prtencioso. Pero de momento me conformaría con que, en medio del dolor, sintiera una esperanza. Y, claro, esa esperanza quisiera que la fundamentara en lo mismo que yo, y el lo mismo en lo que la fundamentó su padre.

Carmen, no sé si eres la Carmen que conozco de RD. Aun en ese caso, gracias. Los retiros te sientan bien.
12/07/09 10:20 PM
  
asun
Claro que todo es gracia, luis. La libertad misma es gracia. Y es real. La explicación tradicional según los tomistas, según tú me acabas de decir, es absurda.
Seguro que a poco que piensen encuentran doscientas explicaciones más coherentes con la existencia real de la libertad, como gracia de Dios, desde luego (igual que todo) Nada más lejano de mi forma de ser que el pelagianismo. Bueno sí, la predestinación es aún algo más incompatible con la idea de Dios amor.
Pero no quiero acabar en una controversia de auxiliis o algo peor. Desde luego, como nos recuerda Carmen, todo es para bien de los que aman al Señor, de los que el Señor ama, de los que se dejan amar por el Señor...
Es decir: todo es para bien, todo acaba bien, con tal de que nos demos cuenta de que es así.

Pero Gallizo tiene razón en parte. No hay nada peor que no dejar que alguien viva su rabia, su ira, su rechazo de una situación. Reconocer lo que se siente es lo primero.
Y a mí el problema del mal también me llevó al ateísmo a los dieciseis, aunque por suerte no me ocurrió nada dramático personalmente. Fue algo teórico. Encontraba incompatible la idea de un Dios bueno con la de la existencia del mal, y tendía a creer que sólo era un invento para consolarnos. Después aposté por el sentido de la vida y no había sentido sin Dios. Y cuando das el salto de la fe todo encaja.
Ya lo he contado antes.
Pero como dice Luis, se puede no perder la fe en Dios, sino estar simplemente enfadado con él, como Job. Estamos en nuestro derecho, Dios nos deja que le digamos nuestra rabia.
También le pasó lo mismo a Antonio Machado cuando se murió Leonor:
Señor ya me arrancaste lo que yo más quería
oye otra vez Dios mío mi corazón clamar
Tu voluntad se hizo Señor contra la mía
Señor ya estamos solos mi corazón y el mar.

Yo diría, como Gallizo, que es mejor dejarlo evolucionar. Aunque si no ha sido capaz de elaborar el duelo quizás podría ayudarle algún psicólogo que entienda de estos temas.
En todo caso, lo que necesita es que le escuchen, aunque diga barbaridades. Si no es capaz de expresar sus sentimientos sí sería preocupante.
La tristeza y la rabia a veces se confunden. Recuerdo haber visto a personas sinceramente cristianas con una depresión tras perder a un familiar, porque el subconsciente a veces no entiende de fe. En los hombres parece que es frecuente que se exprese como enfado, rabia, en vez de como tristeza.
Hay que dejar tiempo al tiempo, pero si no levanta cabeza quizás deberías hablar con algún psicólogo que te orientase para que te quedes más tranquila.
Yo creo que sí tiene que ver con el tema, y mucho, porque hablamos de cómo en determinadas circunstancias no resulta posible creer en el amor de Dios.
12/07/09 10:47 PM
  
Carmen
Asun:
Has dado en la diana. Eso es lo que le pasa, no puede reorientar su dolor y le echa la culpa a Dios.El dolor y el mal son las dos experiencias más difíciles para encontrarle sentido. Pero Dios estaba en Auswichtz. Y qué dificil sería enconrarlo allí. Hay vidas muy desgraciadas, no podemos negar la evidencia y sin embargo la existencia es un milagro y todo tiene sentido dentro del caos en el que a veces nos vemos envueltos. Dios es amor y nos ha destinado a amar, incluso cuando todo se tuerce hay que ofrecerlo a Dios, pero tenemos derecho a gritar e imprecar como Job. Sólo nos pide que le ofrezcamos nuestra impotencia frente al mal, nuestro dolor al que no le encontramos sentido. Y entonces surge el milagro, todo queda en paz, la frase que resume esa experiencia es "Acercaos a mí todos los que estáis rendidos y abrumados, que yo os daré respiro. Cargad con mi yugo y aprended de mi, que soy sencillo y humilde".... Mateo 11, 28-30.

Saludos.
12/07/09 11:16 PM
  
asun
Sí, Mateo 11,28 es muy consolador cuando se tiene fe, Carmen.
Pero todo el tiempo estamos hablando desde nuestro punto de vista. El de un niño es forzosamente distinto.
Incluso si hablara alguna persona que hubiera tenido esa experiencia de niño, también de forma negativa, su solución podría no servir, porque cada persona es diferente.
Buenas noches a todos.
12/07/09 11:33 PM
  
luis
Yolanda, otro libro, más tranquilo: el comentario al libro de Job de Peter Kreeft. Lo puedes encontrar en el blog de jack tollers.

13/07/09 12:43 AM
  
Yolanda
OK, gracias. Por el momento estoy enganchada a éste. Lo releo. Pero leeré ése tambié, ya que he comprobado que hay que hacerte caso en este tema (¿ves? no habrá manera de que le pidas a Dios la humildad de que no sea tenida en cuenta tu opinión, mientras sigas viendo que tu asesoramiento se considera acertado y tiene tanto peso; no debí reconocerlo: brrrrr) >-(
13/07/09 1:55 AM
  
dagila
Luis(no creo que Bruno considere insultos a estos epitetps), eres uncursi y un erudito a la violeta. Eso ya esta muy gastado. Yo lo utiliza a los 1 8 años. "voy a una tertulia con el tema preparado de los toros. Va pasando la tertulia y sale a la conversacion la palabra Mesopotamia. Yo digo , sabían ustedes que ya en mesopotamia los toros...". Y hablo y hablo sore los toros. Resultado final: Que la gente dice "que hombre, salga en la conversacion cualquier tema, que el lo domina". No hay nada nuevo bajo el sol ¿coomo se dice en latin?. No te preocupes, es una broma. Envidio, de verdad, tu erudicion y tus conocimientos. Para mi eres positivo.
a
13/07/09 2:37 AM
  
Bruno
Yolanda:

Creo que los consejos que han dado todos los comentaristas son muy acertados. Me voy a permitir añadir algunos pensamientos sobre el tema (que, en algunos casos, no hacen más que repetir lo que han dicho otros):

- El paso del tiempo es importante, al igual que el desahogo y la queja cuando la pena es más profunda. Dios nos ha dado esas cosas como mecanismos naturales para ayudarnos a soportar el dolor y son algo bueno aunque parezcan irreverentes a los amigos de Job. Los niños son especialmente resistentes y tienen una capacidad increíble de recuperación, tanto física como espiritual.

- Me ha llamado la atención lo del crucifijo. Si uno mira las habitaciones de los chavales jóvenes, suelen tener posters de la gente con la que se identifican o con los que les gustaría identificarse: deportistas, cantantes, revolucionarios, etc. ¿Con quién podría identificarse tu hijo en su situación actual? Con alguien en oscuridad total, "machacado" sin que Dios le rescatase, con un sufrimiento aparentemente absurdo... ¿Quizá con alguien que gritó, desgarradoramente, "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"?

De alguna forma podrías hacerle ver que ese crucifijo es, precisamente, signo de que Cristo sufrió lo mismo que él, de que, sabiendo que tu hijo iba a pasar por este sufrimiento, quiso compartirlo de antemano con él, que es el único que puede comprenderle de verdad, que cuando quiera gritar, quejarse y llorar puede hacerlo acompañado por el Crucificado... que no le dará grandes razonamientos ni reproches, sino que sufrirá con él y por él.

Y anímale a que se lea entero aquel salmo que pronunció Cristo en la cruz: "...¿Por qué estás lejos de mi clamor y mis gemidos? Te invoco de día, y no respondes, de noche, y no encuentro descanso... soy un gusano, no un hombre... los que me ven, se burlan de mí...: "Confió en el Señor, que él lo libre; que lo salve, si lo quiere tanto"...Soy como agua que se derrama y todos mis huesos están dislocados; mi corazón se ha vuelto como cera y se derrite en mi interior; mi garganta está seca como una teja y la lengua se me pega al paladar..."

"En ti confiaron nuestros padres: confiaron, y tú los libraste; clamaron a ti y fueron salvados, confiaron en ti y no quedaron defraudados..." Cuéntale cómo se ha cumplido eso en la vida de Carlos y en la tuya. Cuéntale momentos concretos en los que clamasteis al Señor y os liberó.

- Escuchar y leer consejos está muy bien, pero, al final, quien tiene la gracia de estado y la misión de guiar a tus hijos eres tú, como su madre. Estoy convencido de que Dios te iluminará si se lo pides.

- Creo que los hijos aprenden poco de lo que les decimos, pero no se les escapa absolutamente nada de lo que nos ven hacer. Si tu hijo te ve sostenida por el Señor en el sufrimiento, feliz de saber que un día te reunirás con Carlos si Dios quiere aunque ahora le eches muchísimo de menos, convencida de que Carlos sigue cuidando de vosotros desde la vida eterna... eso le afectará mucho más que todo lo que le puedas decir.

En fin, sólo son las tonterías que se me han ocurrido. Seguiré rezando especialmente por vosotros.
13/07/09 12:42 PM
  
Helena y Alejandro
Muchas gracias Bruno. Hemos esperado un año pero ha merecido la pena. Es uno de los posts más densos que te hemos leído (y hemos leído todos) y daría para un libro.

Tenemos materia de reflexión. Quizás abusaremos de tu paciencia o de la de los comentaristas pidiendo aclaración de algún punto.
13/07/09 1:26 PM
  
asun
Yolanda,
Quizás podrías buscar el icono de la resurrección en el que Jesús camina sobre una cruz luminosa para tender una mano a Adán y Eva, a todos los seres humanos. A mí me encanta.
Y el de la Virgen de la ternura.
Aunque lo principal está en los consejos que te han dado otros y que resume Bruno.
Un abrazo.
13/07/09 1:37 PM
  
Yolanda
Me siento abrumada con tanto obsequio, de verdad que yo no quería acaparar la atención pero me ha venido muy bien. Nada son tonterías, Bruno, todo lo tengo muy en cuenta. Y estoy segura de que además, serán las oraciones las que más ayuden.

Gracias de corazón a todos.
13/07/09 2:31 PM

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