¿Cómo es posible? Gravel
¿Cómo es posible que sucedan algunas cosas?
¿Cómo es posible que se ordene sacerdote a un hombre que ha trabajado durante años como prostituto, sin tener en cuenta las terribles secuelas sicológicas que le habrán quedado?
¿Cómo es posible que sea ordenado sin que nadie le pregunte lo que piensa, por ejemplo, del matrimonio entre personas del mismo sexo?
¿Cómo es posible que, después de ordenado, afirme públicamente: “Soy pro-elección de la mujer y no hay ningún obispo en el mundo que pueda impedirme recibir la comunión, ni siquiera el Papa"?
¿Como es posible que escriba un artículo en los periódicos a favor del matrimonio gay y diciendo que la postura de la Iglesia es “discriminatoria, dañina y ofensiva” y tampoco se tomen medidas?

El matrimonio, como todo lo bueno de este mundo, es una mezcla de cosas buenas y no tan buenas, de risas y de llantos, de alegrías y sufrimientos. No hay que ser idealista ni pelagiano: un matrimonio cristiano necesita ser redimido por Cristo y eso implica que los esposos deben convertirse, pedir perdón y permitir que Dios transforme ese matrimonio a imagen de la Trinidad. El matrimonio, además, como todas las cosas grandes e importantes, está formado por unos pocos acontecimientos excepcionales y trascendentales y por una multitud de pequeñeces cotidianas e igualmente trascendentales.
Hay noticias que a uno le hacen sonreír. No todo lo que sucede por ahí es malo, gracias a Dios. Y, a veces, las noticias agradables son totalmente impredecibles. Hoy me ha hecho sonreír una de esas noticias que no parecen cosa de risa: A una universidad católica americana le han quitado las autoridades federales los privilegios que tienen allí las universidades confesionales.
Hace tiempo, hablábamos en este blog del
A continuación, recojo en el blog la carta que 144 profesores de Teología de habla alemana dirigieron hace unos días a los obispos para “dialogar” sobre temas como parejas homosexuales, fin del celibato sacerdotal, mujeres sacerdotes, divorcio, democracia en la Iglesia, etc. Aprovecho para agradecer a Fredense que la haya traducido del alemán (teniendo que tragarse por ello un bodrio de estas características)



