Dos calles de Sevilla
El otro día, escribí sobre el P. Berríos, jesuita chileno, y sus artículos más o menos contrarios a la doctrina de la Iglesia en varios puntos importantes. Me parecieron muy interesantes algunos comentarios que venían a decir, en mi opinión, que todos esos temas de moral no son importantes, que hay diversas opiniones sobre ellos y que no hay que ser rigoristas. Es decir, que no merece la pena discutir por cosas de tan poca importancia.
Todo esto me recordó a dos calles en Sevilla que resultan muy curiosas. Hay muchísimas calles en Sevilla que resultan curiosas, interesantes y muy bonitas, pero me refiero a dos en particular que despertaron mi atención la última vez que fui por allá. Son dos calles estrechas, muy cortas y paralelas. Ambas salen de la misma placita, una de esas preciosas plazas sevillanas, llenas de luz, azulejos y naranjos. Lo curioso de estas calles prácticamente gemelas es su nombre, que muestra el sentido del humor propio de los sevillanos: una se llama la calle de la Vida y otra la calle de la Muerte. No tengo datos, pero imagino que el precio del metro cuadrado debe de ser muy diferente en una calle y en la otra.