No queremos otra Iglesia

Me ha parecido muy significativo un artículo publicado ayer aquí, en Religión Digital, titulado “Mientras… otra Iglesia es imposible. El autor, miembro de Somos Iglesia, se quejaba de una serie de cosas que le molestan de la Iglesia. Más que las quejas en sí, que quizá estén justificadas en algunos casos concretos, me ha llamado la atención la idea fundamental del artículo: el deseo de otra Iglesia distinta. Para el teólogo sevillano, es imposible conseguir esa otra Iglesia mientras las cosas sigan como están.

No me voy a meter a discutir si es posible conseguir esa otra Iglesia porque, como dirían los escolásticos, “niego la mayor”: No queremos otra Iglesia. Es más, no hay ni puede haber otra Iglesia.

Los católicos creemos en una sola Iglesia, como decimos en el credo, porque sólo hay un nombre bajo el cielo que pueda salvarnos. Es decir, el cristianismo no es simplemente una búsqueda de Dios por el hombre, que dé origen a una multitud de religiones o vías hacia lo divino adecuadas a cada pueblo o mentalidad, como parecen pensar algunos teólogos.

La fe cristiana es la acogida del mismo Dios, que ha querido salir al encuentro del hombre. El único Dios verdadero ha querido sorprendernos entrando en la Historia, entregando a su Hijo amado por nosotros, regalándonos el Espíritu Santo. No hay otra vía para salvarse que la que el mismo Dios nos ha dado. Él mismo ha reunido un pueblo, comprado a precio de la sangre de Cristo. Es la ciudad de Dios, que Dios ha fundado para siempre.

Creemos en la Iglesia santa, que nos regala a manos llenas la santidad de Dios por medio de sus sacramentos y su doctrina. Creemos en su santidad, que puede ser oscurecida pero no destruida por los pecados de sus hijos, porque proviene de Dios. Como sucede con los santos, la santidad de la Iglesia no se manifiesta en el rechazo de los pecadores, sino al contrario en la acogida de esos pecadores en su seno. Por eso todos los pecados que se echan en cara a los miembros de la Iglesia no hacen más que recordarme la misericordia de Dios, que ha querido ofrecernos su santidad a los pecadores dentro de la Iglesia.

Creemos en la Iglesia católica, es decir, universal. Está llamada a acoger a todos los hombres, transformándolos para hacerlos hijos de Dios, pero no todos han llegado ya a ella. Su universalidad no es una apertura amorfa en la que todo es posible porque nada es verdadero, sino la amplitud de la casa del Padre que quiere acoger a todos sus hijos, para que vivan plenamente el único amor y la única verdad que puede hacerlos felices. Quien no vive ese amor o rechaza esa verdad, por desconocimiento o por decisión propia, aún no ha llegado a la casa de su Padre, cuyas puertas siempre están abiertas.

Creemos en la Iglesia apostólica, con su origen en aquellos doce hombres, tan llenos de debilidades, pero elegidos por Dios para llevar el evangelio al mundo entero. Está fundada sobre la roca de Pedro, que hace presente la única Roca que es Jesucristo. Fue el mismo Cristo el que quiso cimentar su Iglesia en la fragilidad humana, porque él iba a estar siempre presente para sostenerla: te basta mi gracia, porque mi fuerza se manifiesta en la debilidad.

Sin duda alguna, la Iglesia siempre está necesitada de reforma en sus estructuras y de conversión en sus miembros. Pero esas reformas y esa conversión continua de sus miembros no están dirigidas a crear otra Iglesia, hecha a nuestra medida, sino a que la Iglesia siga siendo ella misma, a que lo sea más claramente, despojada de adherencias y lastres puramente humanos. Por eso, las reformas de la Iglesia nunca consisten en innovaciones, sino en renovaciones: en mostrar claramente en cada época lo que la Iglesia ha sido siempre en todos los siglos desde hace dos mil años.

No podemos crear otra Iglesia a nuestro antojo. Si lo hacemos, no será la verdadera Iglesia de Cristo, sino un club de amigos que hemos creado para que siempre nos den la razón. Nuestra Iglesia debe ser la misma de San Ignacio, San Pío X, Santa Teresa, San Pío V, San León Mago, San Atanasio, San Ireneo o de los Apóstoles. Sólo así, con ellos y con todos los santos podremos cantar: Madre, madre, ciudad de Dios. Esposa del más hermoso de los hombres. Misterio de la luna, reflejo de Jesucristo. Jerusalén del Cielo, resto de Israel, asamblea de los santos. Alegría de toda la tierra, vértice del cielo. Morada del Padre, Cuerpo de Cristo, presencia viva del Espíritu Santo.

36 comentarios

  
Apóstol
El problema es que los integristas y carcas ultraderechistas como tú os habéis cargado la Iglesia. Una Iglesia de todos que la habéis hecho vuestra cerrando puertas, quemando herejes y concenando a diestro y siniestro.
En el pecado lleváis la penitencia.
[...]
07/09/07 9:28 AM
  
Luis Fernando
Amén, Bruno, amén.
07/09/07 9:34 AM
  
Apóstol
[Bustamante], dedícate a tus labores familiares [...]
07/09/07 9:42 AM
  
vitiza
Ufff... ¡¡¡Invasión de malos modales!!! Por favor, Apóstol, lee un poco en este blog y sigue el "talante" que Bruno consigue mantener... No nos quites la posibilidad a quienes participamos en él de hacerlo con caridad y educación. Di lo que quieras, pero, por favor, no ensucies.
07/09/07 10:13 AM
  
Chindasvinto
Vitiza, te digo lo mismo que le han dicho a [Bustamante]. Se puede ser muy canalla con muy buenos modales. Vamos, los nazis eran finísimos, hasta oian música clásica. Y no digo nada de los pisaverdes vaticanos, con sus manitas de alcanfor y sus puntillitas de lino torturaban y machacaban cuando no te incluían con el índice en el Indice.
Dejad ya de ir de buenos y caritativos. Amor y menos palabras huecas. No Sois cristianos. Sois cualquier otra cosa, pero cristianos...
07/09/07 10:21 AM
  
Trasgu
Si queremos entendernos no debemos perdernos en cuestiones de lenguaje. Podemos hablar de otra Iglesia (como hablamos de otro mundo posible, de otra globalización), o llamarlo conversión, renovación. No nos quedemos en las palabras. Lo importante es si estamos básicamente satisfechos con la Iglesia actual, con todas las adherencias históricas que la han ido deformando a lo largo de los siglos, o si, por el contrario, vemos necesario un cambio profundo en su lenguaje, sus enseñanzas y su forma de vivir, en su estructura. No se trata de romper con la Iglesia e inventarnos otra, sino de renovarla. El Espíritu hace todas las cosas nuevas. ¿Queremos dejarnos guiar por el Espíritu o preferimos atarnos a las tradiciones de los hombres?
07/09/07 10:29 AM
  
la palabra
Creo necesario poner aquí, el Evangelio de hoy, para que esta Iglesia, medite las palabra de Jesús
En aquel tiempo los escribas y fariseos le dijeron a Jesús: Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y recitan oraciones, igual que los de los fariseos, pero los tuyos comen y beben. Jesús les dijo: ¿Podéis acaso hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán en aquellos días. Les dijo también una parábola: Nadie rompe un vestido nuevo para echar un remiendo a uno viejo; de otro modo, desgarraría el nuevo, y al viejo no le iría el remiendo del nuevo. Nadie echa tampoco vino nuevo en odres viejos; de otro modo, el vino nuevo reventaría los pellejos, el vino se derramaría, y los odres se echarían a perder; sino que el vino nuevo debe echarse en odres nuevos. Nadie, después de beber el vino añejo, quiere del nuevo porque dice: El añejo es el bueno.
07/09/07 11:29 AM
  
juvenal
Sintomático que haya quienes en tan desaforados términos se pronuncien sólo por glosar unos artículos de fe del Credo. Pero quiénes niegan que la iglesia sea una santa, católica y apostóica niegan también a Cristo que la hizo nacer de su costado, porque la iglesia, la pasada, la actual y la futura es el mismo cuerpo de Cristo. Alguien tan descreído como Claudel supo reconocer la santidad de la iglesia "¡Sea eternamente alabada esta Madre grande y majestuosa, en cuyo regazo lo he aprendido todo!" escribía en su memorial.
El problema es que antes quién negaba que la iglesia católica fuese realmente la que confesamos en el clero se alejaban de ella y decían ser ellos la verdadera iglesia, ahora pretenden hacerla implosionar.
07/09/07 11:35 AM
  
Bruno
Apostol-Chindasvinto:

He tenido que borrar parte de tus comentarios. Este blog no es lugar para insultos gratuitos o maledicencias sin fundamento. Tus opiniones, sean las que sean, son bienvenidas, pero se trata de discutir los temas, no de poner verdes a los demás.

Tampoco es una práctica aceptada utilizar dos seudónimos distintos, porque sólo consigue confundir a los demás y hace imposible una discusión racional.

Escuchemos lo que dice el Apostol (San Pablo): Malas palabras no salgan de vuestra boca; lo que habléis sea bueno, oportuno, constructivo y provechoso. No entristezcáis al Espíritu Santo
07/09/07 1:25 PM
  
Bruno
Trasgu:

Muy importante lo que comentas. Al señalar lo de "querer otra Iglesia" del artículo, lo he hecho a sabiendas, porque creo que detrás de esa expresión, en este caso y en muchos otros, se encuentra una clara insatisfacción con la Iglesia en sí y no con los accidentes históricos de la misma que siempre son modificables.

El creer en una Iglesia santa, católica y apostólica implica necesariamente, creo yo, estar "básicamente satisfecho" con la Iglesia concreta de cada momento, porque lo básico de la Iglesia no cambia y es un regalo de Dios. Los que hablan de la Iglesia de antes del Vaticano II (por ejemplo) como si fuera algo malvado y alejado de la voluntad de Dios, en la práctica no creen en lo que dice el credo (igual que los que afirman lo mismo de la Iglesia de después del Vaticano II).

Dicho eso, me parecen fantásticas todas las renovaciones verdaderamente eclesiales que se ajustan a la fe y al evangelio. Bienvenido.
07/09/07 1:35 PM
  
Bruno
Juvenal:

Me ha encantado la frase de P. Claudel. Cuando dices que la escribió en su memorial, ¿qué quieres decir? Me gustaría leer el libro en el que esté.
07/09/07 1:38 PM
  
Bruno
Palabra:

El Evangelio siempre es esclarecedor.

El vino nuevo que Jesucristo ha traído al mundo es para nosotros ya el buen vino añejo que se prefiere siempre a cualquier falsa novedad que quiere sustituirlo.

Bienvenido/a al blog.
07/09/07 1:43 PM
  
juvenal
Está en Claudel visto por sí mismo de Paul-André Lesort.
07/09/07 2:29 PM
  
J. Silva
"Cuando los veo -cristianos y sacerdotes- culpar a la Iglesia de no entender al hombre moderno, yo pienso que Ella lo entiende mucho mejor que ellos. Porque ellos se están haciendo cómplices de lo que es peor en él. Aceptan la rendición de la inteligencia y el rebajar de la moral. La Iglesia, precisamente porque ama lo que está en fermento en el mundo de hoy y en particular en su juventud, no acepta que todo esto deba destruirse y deba pervertirse. Su intransigencia es la expresión de su amor." (J. Danielou, Estoy en la Iglesia)
07/09/07 2:59 PM
  
J. Silva
"Yo me siento libre en la Iglesia, libre para decir lo que me hiere o lo que me desagrada. Y yo amo esta libertad en otros, pero a condición de que proceda del amor. Pero cuando la crítica es tal que está destruyendo la substancia de las cosas y busca destruir la Roca, entonces yo la detesto y siento cuánto amo a la Iglesia, tanto por todos los regalos divinos que sólo Ella ofrece, como también por esa cierta calidad que Ella confiere a las cosas humanas." (Ibid.)
07/09/07 3:02 PM
  
JMS.-
De la Iglesia, como de Dios, hablamos -todos- demasiado pronto, como si supiéramos lo que decimos.
Cristo nos pidió que formáramos una comunidad de amor abierta a todos los hombres: nada más! Pero lo que hemos formado es una sociedad cerrada a los críticos y a los libres. La Iglesia, la comunidad de amor, es obra humana. La sociedad jerárquica también. La promesa de la asistencia del Espíritu Santo no es privilegio de la sociedad canonizada sino don de la comunidad universal. El Espíritu inspira la conciencia de ?todos? los hombres, quienes mal o bien, según sigan o no las inspiraciones del Espíritu, forman la Iglesia.
Por sus frutos los conoceréis.
07/09/07 3:27 PM
  
la palabra
Bruno:

Tienes que compreder que todos somos catadores del vino,(LA PALABRA). Las circunstancias de cada cual, tambièn le puede sacar distinto sabor.
Estos hombres que Tú les haces crítica, solo se reunen para tomar sabor de LA PALABRA, en un mundo tan necesitado
07/09/07 4:53 PM
  
J. Silva
Gracias Sofìa. Respecto de esta Iglesia que de antemano nos ama y, pues, luchamos por amar, me fue en su dìa muy ùtil "Meditaciòn sobre la Iglesia" de H. de Lubac. Tiene este buen maestro el don de hacer enamorar de la Iglesia. No de una ideal o lejana, sino la que ha batallado por siglos como madre y mestra segùn le fue confiado. De la reuniòn de teòlogos, pues, como decìa Danielou hay quien sigue en la iglesia "a pesar de" y quien pertenece a ella "por". Un "a pesar de" impregnado de polìtica y sociologìa, medio mercenario. No me imagino la desilusiòn si todo les fuese concedido... Me gusta màs la del "por".
07/09/07 5:27 PM
  
Bruno
Sofía:

Lo del vino añejo no lo he dicho yo. Vuelve a leer el texto evangélico y verás que quien lo dijo fue Cristo. De hecho, sorprende que empieza hablando del vino nuevo como algo bueno y luego sigue hablando del vino añejo como lo bueno. La Iglesia es como el padre de familia que saca de su arcón lo viejo y lo nuevo.

El hecho de que yo defienda el depósito de la fe, es decir, lo que hemos recibido desde los apóstoles, no implica en absoluto que yo no crea que el Espíritu está siempre actuando en la Iglesia, yendo más allá de lo que podemos imaginar.

Una de mis frases favoritas de toda la Escritura es la de Cristo en el Apocalipsis: "Ved que todo lo hago nuevo".

Por cierto, lo que le has dicho a J. Silva lo suscribo al 100%.
07/09/07 5:35 PM
  
Bruno
J. Silva:

Excelentes las citas de Danielou y excelente también el libro de Henri de Lubac.

Sofía:

Creo que Henri de Lubac es un buen ejemplo de lo que debe ser la libertad del teólogo en la Iglesia. A de Lubac, que tenía opiniones que, en su época sonaban raras (la "nouvelle theologie"), le impusieron sus superiores silencio durante diez años.

A pesar de que esos superiores se equivocaban (su teología es puros Santos Padres), De Lubac obedeció sin protestar y, en vez de poner verde al Papa y a la Iglesia o casarse con su secretaria, se dedicó a escribir un libro sobre su amor a la Iglesia. Es el libro que recomienda J. Silva: "Meditaciones sobre la Iglesia". Se lo recomiendo a todo el mundo.

Fue hecho cardenal por Juan Pablo II.
07/09/07 5:44 PM
  
Bruno
Palabra:

Sin duda todos podemos y debemos catar la Palabra y a cada uno nos habla el Señor al corazón con ella.

Pero, eso sí, hay que tener en cuenta que podemos entenderla mal. Incluso con buena intención, podemos entender lo contrarío de lo que Cristo quería. Por eso, el magisterio de la Iglesia tiene la misión de discernir cuándo esas interpretaciones son erróneas y deben desecharse.
07/09/07 5:48 PM
  
Bruno
JMS:

Dices que "Cristo nos pidió que formáramos una comunidad de amor abierta a todos los hombres: nada más".

Ese amor no es cualquier amor, es el de Jesucristo y para amar con ese amor es necesaria la fe (porque ese amor no es un mero esfuerzo humano, sino un regalo de Dios). Por eso, para ser de la Iglesia no basta la buena voluntad, es necesaria la fe que nos salva y nos hace hijos de Dios por el bautismo.

Otra cosa es que todos estamos llamados a formar parte de esa Iglesia y, a los que no la han conocido sin culpa suya, Dios les regalará algún día, de algún modo, la gracia de la salvación en Cristo y de ser hijos de Dios. Pero aún no han recibido esa gracia.

Me alegro de verte por aquí.
07/09/07 5:54 PM
  
Carmen Bellver
Bruno, La Iglesia es una, santa, católica y apostólica. Pero somos diversos. El diálogo fraterno siempre debería estar presente. Sin embargo unos y otros parecen estar enfrentados.

Me refiero ahora, al nuevo Congreso de la Asociación Juan XXIII, que entre otros temas tratará la bioética. ¿Ya sabes por dónde van, verdad?. Pues parece que se han convertido en una Iglesia paralela, algo que confunde a la gente de fe sencilla.
07/09/07 7:32 PM
  
Cantanatas
lo ideal, a lo que hay que tender, es a no tener ninguna Iglesia. Las Iglesias son los cánceres sociales que terminan por ahogar al individuo en un mundo de ritos y sumisiones intelectuales.
El hombre no necesita Iglesias ni para progresar ni para nada. Las Iglesias son simplemente el trampolín para que algunos seres improductivos de la Sociedad se amparen en sus cuentos e historietas para incautos y literalmente vivir del cuento.
07/09/07 7:51 PM
  
J. Silva
Pero le vemos mucho asomado por estas "capillas", señor Cantanatas y, aunque desde el atrio, mirando hacia dentro. Una vez màs, bienvenido.
07/09/07 8:55 PM
  
Montaraz
Bruno: cada día te leo con más gusto.
07/09/07 11:04 PM
  
Bruno
Sofía:

El hecho de que esa coletilla sólo esté en Lucas es, creo yo, irrelevante para lo que discutimos. En segundo lugar, diga lo que diga la nota de tu Biblia, me parece evidente que en esa última frase el vino añejo se mira positivamente y por algo tiene que ser. Esto queda reforzado con la frase de Cristo sobre el padre de familia que saca del arca lo nuevo y lo viejo (de modo que ambas cosas pertenecen al Reino de los Cielos, lo cual yo he explicado pero tú no).

Finalmente, la novedad de la que habla Cristo se refiere, claramente, a la del Nuevo Testamento con respecto al Antiguo. Sin duda, puedes hacer una interpretación "espiritual" y aplicarlo a tu vida concreta, pero aplicarlo a que la Iglesia tiene que buscar cosas nuevas creo que es, como mínimo, muy poco claro.

Dicho eso, en la Iglesia el Espíritu siempre suscita nuevas realidades que hacen presente, de una forma nueva, la misma fe y el mismo amor de la Iglesia de todos los siglos.
08/09/07 12:17 AM
  
Bruno
Sofía (I):

1) Decir que, porque la última frase viene en sólo un evangelista es menos importante es inaceptable. Es Palabra de Dios como cualquier otra parte de los evangelios, tiene exactamente el mismo valor y hay que explicar su significado.

2)Creo que no me he debido explicar bien, porque a mí también me parece evidente que el mensaje central de la parábola es el del vino nuevo, pero, como ya te he dicho y como dicen todos los exegetas del mundo, que yo sepa :), esa novedad es la del Nuevo Testamento con respecto al Antiguo Testamento, cosa que no hay un sólo cristiano que no la acepte. Aplicarlo a las novedades en la Iglesia de hoy es una interpretación "espiritual" tuya, que puede ser más o menos acertada según el caso, pero no es la intención original del texto.
08/09/07 9:22 AM
  
Yolanda
De sobra sabes, Bruno, qué significaba la expresión "otra" del artículo al que quieres manipular con éste. Dices que crees en una Iglesia que
"Está llamada a acoger a todos los hombres"
Pues sólo acoge a los ultras; así que algo habrá que cambiar. En ella sólo están plenamente a gustito quienes linchan en público y en masa a una monja por unas declarciones cogidas por los pelos; o a un muerto aun caliente por amancebado; o a un teólogo, sacerdote u obispo que no les gusta; o a parte de un pueblo que discrepa de su obispo...
Así que... Yo seguiré en la Iglesia. No me pueden echar. Y la amaré como quien ama a una madre indigna y prostituida, porque, al fin y al cabo, es su madre. Pero me voy de estos blogs. Lástima de horas (y empeño, y corazón, y deseos de entendimiento) perdidas en pretender razonar con quienes han abdicado de su capacidad de razonar y ser libres. No me alinearé con los insultones; pero esperar de vosotros misericordia en lugar de legalismos farisa...
08/09/07 9:23 AM
  
Bruno
Sofía (II):

3) Lo que sí quería poner de relieve es que la última frase implica que, incluso la novedad del NT con respecto al AT (que no puede ser más grande), implica una continuidad de lo esencial ("No vengo a abolir la ley, sino a dar plenitud"). Si no fuera así, el AT sería para nosotros lo mismo que el Tripitaka budista.

4) Me temo que has metido un poco la pata con lo de ayunar :), porque Jesús no dice que, como ha cambiado las cosas ya no hay que ayunar, sino que, como él (el novio) está aún entre sus discípulos, es tiempo de alegrarse, pero después de su muerte sí que ayunarán.
08/09/07 9:24 AM
  
Yolanda
.......... en lugar de legalismos farisaicos ya lo veo inútil. Me habéis cansado, aburrido, hastiado, y es mejor emplear este tiempo inútil en construir el Reino de otra manera, pequeña, modesta, pero fundada en el Evangelio, no en miles de cánones. Seguid colando mosquitos.
08/09/07 9:24 AM
  
Bruno
Sofía (III):

5) No parece que Jesús hable aquí directamente de tradiciones, aunque sí en otros sitios. Cuando lo hace de forma negativa siempre habla de tradiciones humanas que puedan oscurecer o contradecir la Tradición de la Palabra de Dios que se realizaba en el Pueblo de Israel.

Lo mismo yo, como cualquier católico, pienso que hay que distinguir Tradición y tradiciones. La primera es parte de la Revelación, mientras que las segundas son más o menos útiles y, en cualquier caso, prescindibles. De hecho, la Tradición lo que hace es transmitir la novedad que nos trajo Cristo y de la que habla la parábola de una generación a otra. En eso se basaba lo que yo decía sobre la última frase del texto, porque la novedad de Jesús se transmite en la Iglesia desde hace ya casi 2.000 años. En cualquier caso, la aplicación no tiene mayor importancia, porque lo que he dicho en este párrafo es lo que cree la Iglesia desde su comienzo.

Eso es lo que yo creo sobre...
08/09/07 9:26 AM
  
Bruno
Sofía (IV):

Eso es lo que yo creo sobre las tradiciones, así que no me atribuyas un apego irracional por ellas. Cada tradición que tú demuestres que sólo es una tradición humana y no parte de la Tradición, yo estaré encantado de reconocer que es totalmente prescindible y que no hay que apegarse excesivamente a ella.

Por cierto, empiezo a creer que no duermes nunca.
08/09/07 9:29 AM
  
Bruno
Yolanda (I):

En cuanto al artículo, me ha llamado la atención la expresión que usaba el articulista de "otra Iglesia es imposible", porque creo sinceramente que la mitad de los cambios que proponen en Somos Iglesia implican la creación de una "Iglesia" diferente que no tiene nada que ver con la católica (otros de los cambios, como reconozco en el artículo, probablemente sean acertados).

La Iglesia Católica está llamada a acoger a todos los hombres, pero transformándolos para que piensen como Cristo, amen como Cristo y esperen en Cristo. Un musulmán tiene que dejar de serlo y convertirse a Cristo para entrar en la Iglesia. De igual manera, todos tenemos que mantener la fe de la Iglesia para estar en ella.

No sé muy bien en qué te ofenden estas cosas, ni entiendo muy bien porqué no se puede criticar lo que dicen otros (haciéndolo con caridad) cuando es criticable (como, de hecho, estás haciendo tú con tu comentario).
08/09/07 9:37 AM
  
Bruno
Yolanda (II):


En cualquier caso, si en algo te he ofendido, espero que me perdones y sentiré no verte más por aquí (y no sólo porque tengo casi terminado un artículo que me encargaste sobre la ordenación de la mujer).

Siempre eres bienvenida si quieres pasar alguna vez por aquí y, por supuesto, sigue contando con mis oraciones.

Un saludo.
08/09/07 9:38 AM
  
Yolanda
Pues bienvenida para utilizarme como pretexto..., para decir que digo lo que no digo, que pienso lo que no pienso, para quejaros de la falacia del hombre de paja y así usarla impunemente vosotros...., no, así ya no quiero ser nunca más bienvenida. Lo inmisericorde que he visto en todos los blogs integristas ha sido excesivo. Estoy agotada y desesperanzada acerca de que sea posible dialogar con quienes abdican de su propia dignidad pensante y libre. Adiós
08/09/07 9:45 AM

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