Los milagros y las leyes de la Física
Signos de la fe XVII. Hoy voy a intentar arrojar algo de luz sobre otra de esas dificultades que suelen tener las personas que comienzan a considerar el cristianismo desde fuera. A menudo se dice (en las últimas semanas lo he leído tres veces) que los milagros son algo absurdo en sí mismo, porque van contra las leyes de la Física o, en el mejor de los casos, porque Dios no crearía las leyes de la naturaleza para romperlas después.
A mi juicio, el núcleo de la solución a esta objeción reside en entender bien lo que son las leyes físicas. Para ilustrar este tema, comenzaré contándoles la instructiva historia de Olliver Physicsfan, ilustre científico y gloria de la Ciencia europea y mundial.
Physicsfan, ya desde muy joven, dio muestras de un gran entusiasmo por la Física. Se dice que la primera palabra que pronunció fue “Heisemberg”, aunque su antigua niñera opina más bien que lo que hizo el niño en aquella ocasión fue estornudar por primera vez en su vida. En cualquier caso, desde muy pequeño se interesó por el conocimiento científico en su vertiente física. Con ocho años, consiguió resolver él solo la ecuación matemática del arco descrito en el aire por un cuerpo impulsado por un fuerte golpe en su parte posterior. Parece ser que, cuando sus compañeros de clase se enteraron del descubrimiento realizado por Olliver, éste tuvo la ocasión de comprobar la validez de su fórmula, por experiencia propia y en repetidas ocasiones.

En El Salvador, el día de la madre se celebra hoy, día 10 de mayo. Con este motivo, un lector de este blog, Cristhian, que fue testigo de Jehová y contó 
Hace unos días, en la Feria de Sevilla, murió un chico de 19 años, Juan Fernando, apuñalado. Parece ser que alguien robó la chaqueta a un amigo de Juan Fernando, él corrió a perseguir al ladrón y fue apuñalado. Era un chico normal, con su historia, como todos. Nació en Colombia y fue adoptado por sus padres españoles, como sus dos hermanos. Había dejado los estudios, pero últimamente intentaba retomarlos, a la vez que trabajaba. Tenía novia, era miembro de una Comunidad Neocatecumenal de su parroquia, le gustaba el fútbol, viajar, tocar la guitarra.
Al volver, hace unos días, de las vacaciones de invierno, los alumnos y profesores de una universidad norteamericana de los Jesuitas, el Boston College, se encontraron con un curioso cambio en la decoración. El Presidente de la Universidad, el padre William P. Leahy, S.J., decidió que ya era hora de que todas las aulas de esta universidad católica tuviesen un crucifijo o un icono. Así que, dicho y hecho, durante las vacaciones se colocó una imagen de Cristo en cada una de las clases.



