Creo por la gripe

L’homme n’est qu’un roseau, le plus faible de la nature, mais c’est un roseau pensant.
B. Pascal

Signos de la fe XV. Llevo dos días enfermo de gripe, con la incomodidad que la misma conlleva. Por eso ayer no escribí nada. Físicamente podría haberlo hecho, pero cuando uno no se encuentra bien, hay pocos ánimos para ponerse a escribir artículos.

Esto me ha hecho pensar bastante. ¿Qué somos los seres humanos? Aparentemente, poca cosa. Un simple virus, que ni siquiera se puede ver a simple vista, nos deja para el arrastre o, incluso, como sucede en México estos días, puede acabar con nuestras vidas.

Durante las últimas semanas, hemos discutido en este blog sobre multitud de temas, a cual más interesante e importante: la existencia de Dios, la Verdad, la evolución, el origen del universo, el sentido de la vida y de todo lo que existe, la lógica, las matemáticas, la fe, el bien y el mal… Nuestras discusiones han abarcado distancias infinitas y eternidades sin comienzo ni fin, pero ninguno de nosotros ha vivido ni siquiera cien años ni alcanza los dos metros y medio de altura. ¡Habrase visto tamaña osadía!

Los hombres somos seres muy extraños. Nuestras vidas en esta Tierra son como chispas que se encienden y se apagan casi instantáneamente en el correr de los milenios. Sin embargo, en esos breves instantes, somos capaces de conocer verdades eternas, de desearlo todo y de recorrer con la imaginación caminos que nunca pisaremos. Somos pequeños e insignificantes, pero las galaxias envidian nuestra libertad, mil soles apenas ocupan lugar en la mente humana y el universo entero se estremece cuando un ser humano es capaz de perdonar.

Sí, somos extraños y lo raro sería que la solución al extraño ser humano no fuese también extraña. Las explicaciones que trivializan al hombre y lo convierten en algo simple, manido y unidimensional no me impresionan, porque son impotentes para explicar esa extrañeza que es lo primero que siente quien observa al ser humano con ojos limpios. Si la solución que encontramos para el misterio del hombre no es un Misterio, probablemente estaremos equivocados.

Me asombra el insignificante ser humano. Me asombra que siendo tan débil que un virus microscópico baste para vencerlo, a la vez tenga anhelos van más allá del tiempo y del espacio. Y ese asombro me empuja hacia la fe que nace de otro hecho aún más asombroso: la Encarnación.

El hombre que busca a Dios, aun sabiendo que nunca podría alcanzarle, se da de bruces con el Dios que, por amor al hombre, se ha hecho hombre también. El misterio del ser humano, extraña mezcla de tierra y de espíritu, encuentra su sentido en el Misterio de Dios hecho hombre. Como dice el salmo, una sima grita a otra sima, un misterio a otro. Y el hombre sólo puede responder: tus torrentes y tus olas me han arrollado y creo.

3 comentarios

  
Ano-nimo
Bruno:

¿Otra vez tienes la gripe?. Mira, vete al médico, consultale, que las recaidas son bastante traicioneras y este tiempo del demonio que tan pronto hace frío como hace calor, lo único que hace es fastidiar (yo aún no he conseguido quitar el catarro y lo arrastro desde el otoño).

Te deseo una rápida y eficaz recuperación.

Un cordial saludo.
08/05/09 12:52 PM
  
Bruno
Hola Ana:

Gracias por preocuparte. Ya no tengo la gripe. Lo que pasa es que este post lo publiqué hace cuatro o cinco días en ReL y, por problemas técnicos, no se había trasladado aquí, así que lo he vuelto a poner.

De todas formas, todos los años cojo un par de veces la gripe. Siempre digo que me voy a vacunar, pero al final nunca tengo tiempo.

Saludos.
08/05/09 12:57 PM
  
Óscar
Precioso post...
...pero para escribir estás seguro que no te han dado otra cosa que no era Frenadol?? jajaja

un abrazo
08/05/09 3:05 PM

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