Quinto Premio Báculo de Hierro: Monseñor Robert Charles Morlino
Ahora que estamos en Cuaresma, parece apropiado conceder el V Premio Báculo de Hierro a Monseñor Robert Charles Morlino, de la diócesis de Madison (Estados Unidos). Como recordarán los lectores, este Premio se otorga a aquellos pastores que muestran que están dispuestos a defender a las ovejas con su báculo, según las palabras de Benedicto XVI en la clausura del Año Sacerdotal: “también la Iglesia debe usar la vara del pastor, la vara con la que protege la fe contra los farsantes, contra las orientaciones que son, en realidad, desorientaciones".
Monseñor Morlino, como buen sucesor de los apóstoles, no se dedica a contar plácidamente los puentes de su diócesis de Madison mientras los fieles pierden la fe, sino que habla con una claridad que es de agradecer. He traducido para el blog parte de la homilía que dedicó a los catecúmenos y candidatos a recibir la confirmación la semana pasada. Merece la pena. Como muestra, quizá baste decir que les explica a los catecúmenos que la barca de Pedro no es un crucero de vacaciones, sino más bien un buque de guerra.



En el post que escribí hace unos días, criticando unas declaraciones engañosas y que calumniaban a la Iglesia aparecidasen Religión Digital, una lectora me reprochó que ese post era una muestra de falta de humildad y caridad: “[Antes] no eras así; tenías humildad y caridad de verdad […]no eres el mismo. Siento decírtelo, de verdad”. Es totalmente cierto que de humildad no he andado nunca muy sobrado, ni antes ni ahora. Lo que decía esta amable lectora sobre la caridad, sin embargo, me dejó pensativo y estuve dándole vueltas durante varios días.



