Revolución en la cafetería
Quaestio quodlibetalis XX. El otro día, un lector se proclamaba orgullosamente “católico de cafetería”. Con ello quería decir, aparentemente, que hay diversas cosas de las que enseña la Iglesia que no acepta, pero, aún así, se sigue considerando católico. Lo cierto es que este tipo de postura me llama mucho la atención, así que propongo un experimento interesante: aplicar la lógica a esta postura. Advierto que es un experimento peligroso, porque muchas cosas pueden salir volando por los aires, como siempre que se utiliza la capacidad de razonar que Dios nos ha dado.
Como decíamos, el católico de cafetería es aquel que elige lo que quiere dentro de la Iglesia, considerada como un menú de ideas, creencias y principios morales: me parece bien que Cristo sea Dios o que robar sea malo y acepto estas doctrinas, no me gusta el matrimonio indisoluble o la virginidad de la Madre de Cristo y los rechazo. A primera vista, esto es bastante lógico. Es lo que hacemos con todo en la vida, con las opiniones del vecino, lo que viene en el periódico o lo que oímos por la radio: nos quedamos con lo que nos parece correcto y rechazamos lo demás.
Hay, sin embargo, una conclusión lógica inevitable de esta actitud. Si yo puedo escoger unas cosas y rechazar otras de las que enseña la Iglesia, es falso que la Iglesia pueda enseñar de forma infalible la verdad de Dios. No cabe duda, en ese caso, de que la pretensión de enseñar en nombre de Dios que se arroga la Iglesia es una equivocación o, peor, una mentira maliciosa. Porque, si la Iglesia tuviese autoridad para enseñar en nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, sus enseñanzas serían verdaderas y lo lógico sería aceptarlas en bloque.

No, no voy a hablar de los casos de pederastia. Son algo inexpresablemente horrible pero, al menos, son poquísimos en comparación con el número total de sacerdotes. Voy a hablar de algo mucho más extendido, que me resulta más cercano y cuyas consecuencias he sufrido en multitud de ocasiones.
Por fin, mañana martes, tendremos la Segunda Vigilia Virtual de Oración Espada de Doble Filo (también conocida como SVVOEDF, una palabra lituana que significa literalmente “dejémonos de tonterías y a rezar unos por otros”). Me temo que han pasado seis meses desde la última
He leído, en varios blogs norteamericanos, una noticia que me ha resultado curiosa. Electronic Arts, una marca de juegos de ordenador va a sacar al mercado un videojuego basado en la Divina Comedia. En el juego, Dante, un mercenario italiano, tiene que atravesar los nueve círculos del infierno para salvar a Beatriz. Como se trata de un juego de lucha y destrucción, se entiende que el infierno dantesco constituya un escenario perfecto para el mismo: monstruos, diablos, horrores, pecados personalizados y Lucifer en persona se enfrentan a Dante para evitar que salve a su amada.



