La plegaria más antigua a la Virgen
He leído en el blog del Fr. Hunwicke, un anglocatólico (para variar), algo que me ha parecido interesante recoger en esta bitácora. Especialmente ahora que ya ha llegado el mes de mayo. Se trata de una referencia a un estudioso de la Universidad de Oxford, experto en papirología, Edgar Lobel, que dedicó su vida al estudio de los papiros encontrados en Egipto. Como sabrán los lectores, el clima extremadamente seco de la mayor parte de Egipto ha hecho que se conserven multitud de fragmentos de papiros antiquísimos, con textos de hace milenios, en griego y en copto. Muchos de estos textos se habían perdido, como los poemas de Safo, que han sido reconstruidos en parte gracias a los papiros (y a los estudios del propio Lobel). En otros casos, los papiros sirven para confirmar la antigüedad de textos que sí que se habían conservado a través de sucesivas copias o traducciones.
Pues bien, uno de estos papiros, descubierto en las proximidades de la antigua ciudad egipcia de Oxirrinco, contenía una oración a la Virgen. Y no cualquier oración, sino una plegaria que continuamos rezando hoy en día, la oración Sub tuum praesidium. De hecho, es una de las opciones para la antífona final a la Virgen que se pueden rezar todos los días en Completas. La versión latina es:

De vez en cuando, leo blogs anglicanos… Sí, ya sé que esta confesión hará que muchos lectores se echen las manos a la cabeza, borren este blog de sus favoritos y finjan no conocerme cuando me vean por la calle. En mi descargo debo decir, sin embargo, que son muy interesantes, porque muestran a dónde llevan humanamente las tendencias que podemos ver actuando en la Iglesia Católica. Estas tendencias, en la Iglesia, por obra de la promesa de Cristo, se quedan en simples modas más o menos dañinas, pero en el anglicanismo a menudo tienen éxito, con resultados evidentes: Obispos y obispas gays y lesbianas, curas casados por lo civil, divorcios sucesivos, sincretismo religioso, inclusivismo a ultranza, comunión para no cristianos, bodas gays, politización, doctrinas totalmente opuestas, modas elevadas a la categoría de dogmas, sacramentalización del aborto y un larguísimo etcétera (perdonen que no ponga comillas en los términos que deberían llevarlas; tendría que entrecomillar la mitad de las palabras).
El Domingo de Ramos siempre me ha parecido una solemnidad muy curiosa. Casi parece que “no pega” con el resto de la Semana Santa. Llevamos cinco semanas de cuaresma, de penitencia, ayuno, oración, limosna, ausencia de aleluyas y glorias… y de pronto llega esta fiesta con una entrada triunfal en Jerusalén, con palmas y ramos de olivo, cantando hosannas y bendiciones al Hijo de David, es decir, al Rey y Mesías esperado.
El interesantísimo blog
En el último viaje que hice a Munich, hace un par de semanas, estuve leyendo una serie de lápidas muy antiguas colocadas en la fachada de la catedral. Los alemanes suelen ser muy cuidadosos con las cosas del pasado y generalmente se preocupan por mantener y restaurar las que sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial. Como es lógico, las inscripciones estaban en latín, así que ya imaginarán que no había grandes colas para leerlas y pude hacerlo con tranquilidad.



