Los dos ojos de la humildad
“La verdadera humildad tiene dos ojos. Con uno, reconocemos nuestra propia miseria, para no atribuirnos a nosotros mismos más que nuestra nada; con el otro, reconocemos nuestro deber de trabajar y que Dios lo es todo, refiriéndolo todo a Él: no a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria. Quien es verdaderamente humilde considera que todo lo bueno que hay en su cuerpo y en su alma se asemeja a los arroyos, cuya agua procede del mar y al final volverá al mar. Por eso, siempre está atento a devolver a Dios todo lo que ha recibido de Él y solo pide, ama y desea que su nombre sea glorificado en todo: santificado sea tu nombre”
La humildad del corazón, Fray Cayetano María de Bérgamo
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La soberbia, la desesperanza, la presunción y la pusilanimidad son todas tuertas, feas y malas novias. En cambio, la humildad, como resplandeciente virtud que es, destaca por su belleza y sus dos ojazos como dos soles. Dichoso será quien se despose con ella, porque, como enseña Santo Tomás, es el fundamento de las demás virtudes.
En su maravilloso tratado sobre la humildad, Fray Cayetano de Bérgamo nos explica cuáles son los dos ojos que tiene esta virtud: uno para mirar la grandeza de Dios y otro para mirar la propia pequeñez y los propios pecados. Ambas cosas son necesarias para tener la auténtica humildad y no desviarse hacia sucedáneos que desembocan en vicios de forma casi inmediata.
Si no miramos nuestros pecados y nuestra pequeñez, el demonio de la soberbia, que siempre está acechando, caerá sobre nosotros y nos dominará sin remedio. En vez de amar a los demás y buscar su bien, lo que buscaremos será ser superiores a ellos, juzgándolos y despreciándolos, haciéndonos incapaces de amar a nadie. Por ese camino, poco a poco, nos iremos creyendo dioses, según la antigua tentación de la serpiente: seréis como dioses.
Si no miramos la grandeza de Dios, en su misericordia y en su gloria, caeremos fácilmente en la desesperación y la pusilanimidad al ver únicamente nuestros pecados, nuestra debilidad y nuestra incapacidad. El diablo nos susurrará al oído: “no puedes salir de tus pecados, es imposible cambiar, no tienes solución, no hay salvación para ti”. Y, al no encontrar nada en nuestra naturaleza que pueda rebatir esa tentación, caeremos en ella.
El cura de Ars contaba que pidió una vez a Dios que le mostrara sus pecados y, cuando Dios le concedió lo que pedía, experimentó un horror tan grande por esos pecados que habría caído inmediatamente en la desesperación más absoluta si Dios no le hubiera mostrado al mismo tiempo su infinita misericordia. Las dos cosas eran necesarias.
La humildad es la verdad, como enseñaba santa Teresa. Para tener la verdad completa, sin embargo, necesitamos esos dos ojos, que nos permiten contemplar la verdad sobre Dios y la verdad sobre nosotros mismos. Entonces y solo entonces conoceremos la verdad y la verdad nos hará libres.
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Título: La humildad del corazón
Autor: Fray Cayetano María de Bérgamo
Editorial: Vita Brevis
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Fray Cayetano María de Bérgamo, uno de los grandes predicadores de la historia, escribió este libro para ayudarnos a salir de la rutina y la tibieza, enseñándonos a amar y desear la santa humildad de Cristo.
¿Quieres ir al cielo, convertirte de una vez, agradar a Dios, ser santo, vencer el pecado y derrotar al demonio, amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo, dejar de confesarte siempre de lo mismo y permitir que el Espíritu Santo haga milagros en tu vida? Aprende a ser humilde y lo demás, por gracia de Dios, se te dará por añadidura.
En estas páginas, Fray Cayetano nos enseña a descubrir en nuestra alma la soberbia oculta, con la que intentamos quitarle la gloria a Dios, y a emplear las adversidades para conocer nuestra debilidad y confiar en Dios.
La humildad del corazón es un clásico de espiritualidad católica, para leer, meditar, poner en práctica y volver a leer muchas veces durante toda la vida.
El mundo de hoy es tan escandaloso que solo se consideran pecados aquellos que son muy llamativos (si es que consideran como tales) y los demás son peccata minuta y no necesitan confesión.
La molicie, la envidia, las pequeñas mentiras-si no llegan a la categoría de falso testimonio-la pusilanimidad, etc...no se tienen en cuenta, por lo visto. El cura no sabe cómo reaccionar ante la soberbia, como si no la tuviera en consideración o ésta no pudiera ser mensurable. Es decir todo aquello que pueda ir volviendo miserable el alma de una persona progresivamente no parece que sea materia de confesión.
Supongo que están acostumbrados a oír que alguien odia a su suegra, que otra ha abortado, que el de más allá ha hecho un desfalco o algo de mayor entidad.
Pero lo que ellos consideran de baja intensidad hacen que tengas que oír comentarios como éste: "usted, señora, hila demasiado fino", que es lo último que me dijeron.
Desde la más anciana antigüedad hubo solución a tu problema, y no necesita haber krido a Proust o a Chesterton.
Cambia de confesor.
El mío en ocasiones me confiesa pur teléfono.
Hay que tener en cuenta que en algunos entornos se puede caer en una forzada "humildad" al culparse incluso de lo que no es falta leve, y que haya personas escrupulosas que se dejen llevar. Así es fácil que personas que son buenas para estar seguras se auto machaquen sin necesidad, y eso no lo quiere el Señor. Curiosamente, la Iglesia a día de hoy se encuentra muchas veces dividida en ambientes que caen en el extremo de la laxitud, donde nada prácticamente es pecado, y también en otro, en el que es pecado poco menos que respirar. Esto no es cristiano y nuestros antepasados de siglos anteriores, cuando la fe era aún más importante que la vida, no caían con facilidad en este desequilibrio y sabían fácilmente qué es pecado y qué no lo es.
Además, uno tiene que verse ante la mirada de Jesús, lo que supone conocer limpiamente las virtudes y limitaciones propias, y qué pecados se cometen con culpa grave, pero también los males cometidos que están condicionados, mermando la libertad y por tanto la culpa, tal como dice la Doctrina católica. Dios nos exige en proporción a lo que cada uno puede dar.
Por otra parte, es necesario tener clara la jerarquía de mandamientos y no invertir su orden de importancia. Como decía san Juan de la Cruz, "al atardecer de la vida, seremos examinados en el amor". No es lo mismo caer, tomando el ejemplo que usted menciona, en pusilanimidad siendo alguien que ama a Dios y al prójimo como norma de vida, que hacerlo cuando además se está encerrado en sí mismo y se es indiferente a los demás. Puede darse la paradoja de que alguien que tenga por ley el amor a Dios y al prójimo acabe sintiéndose culpable por cosas secundarias, por temor a no ser lo suficientemente serio en el examen de conciencia.
En todo caso, la prueba de que se está bien con Dios es la paz de conciencia, que no es ni la falsa tranquilidad que da la laxitud, ni tampoco la calma tensa de considerarlo todo pecado.
¿Quieres decirme que alguien ha alcanzado tal perfección que no necesita confesarse? o ¿quieres decirme que no distingo los pecados verdaderos y me acuso de pequeñeces?
Porque este artículo, va de soberbia, desesperanza, presunción y pusilanimidad no de crimen, robo, avaricia o lujuria.
Y por cierto, los escrúpulos pueden ser signo de muchas cosas, como una mente sensible, pero también pueden esconder una falsa humildad, que quizá sea, la peor de las soberbias.
Un cordial saludo.
Las personas de confesión frecuente no se confiensan de los mismos pecados que alguien que se confiesa una sola vez en su vida.
Málaga: "esto no se confiesa"
Madrid City: "¿usted sabe que es pecado venial? Se lo digo por si no lo sabe".
Comunidad de Madrid:
Atención:
sacerdote dice a penitente, que soy yo:
"el sacramento de la penitencia no está para esto". "Le voy a dar la absolución de sus pecados anteriores". Flipante... Me da la absolución de los pecados que ya están perdonados y se queda tan a gusto.
La confesión no sólo perdona pecados, también ayuda muchísimo a no cometerlos y a evitar que sean más graves. También se pueden confesar los pecados dudosos. Todo esto está incluido en el Sacramento. También reduce la pena de purgatorio.
Así quemuchas opiniones que lees aquí es porque muchos hermanos saben muy poco de este Sacramento.
Nunca abandones la confesión. Jamás.
Que Dios te bendiga y te premie tu Caridad.
"Parece que algunos buscan morbosamente ser más culpables de lo que son...."
Buscar ser más culpables de lo que somos no lo hacemos nunca, al contrario, siempre buscamos ser menos culpables y responsables de lo que somos, mire a Adán y Eva, al final los dos echaron la culpa a la serpiente, pero ninguno de los dos se responsabilizaron de su propio pecado.
Mire, sólo el Primer Mandamiento abarca tanto y es tan grande, que si hiciéramos un examen de conciencia bien hecho, descubriríamos que estamos constantemente pecando contra este Mandamiento y esto ya sería objeto de confesión sacramental.
Primer mandamiento de la Ley de Dios:
"Escucha, Israel: el Señor es nuestro Dios, el Señor es Uno. 5 Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas" (Dt 6, 2-6).
¿Hacemos esto, amamos a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, y con todas nuestras fuerzas?
Vamos a poner ejemplos de este mandamiento:
Amar a Dios de esta manera supone no pensar en la criatura sino es necesario, ¿lo hacemos? ¿o pensamos en Dios solo cuando rezamos, suponiendo que no nos distraigamos?. Estarían en este Mandamiento también el egoísmo; la sensualidad; las faltas de caridad; la holgazanería: la vanidad; los celos; la tibieza; no obedecer lo que me mandan; distraerse en Misa; etc... Estos son algunos ejemplos, por eso los santos se han sentido siempre muy pecadores, porque este Mandamiento si amamos a Dios habría que cumplirlo a la perfección.
Yo no dejo pasa más de una semana. Y si me preocupa algo, acudo cuando haga falta, y me da igual que me pongan verde, pues yo no me voy a la cama tranquilamente si creo que he hecho algo malo de verdad. Y si dudo, también me confieso. Si creo que puede pasar, espero un poco. No te agobies si no puedes confesarte ése mismo día, si es algo que puede esperar un poquito.
Intento suplicar la ayuda al Espíritu Santo de Dios antes de confesarme o reflexionar si debo hacerlo.
Y cuando me confieso, siento mucha paz. Y si ha sido humillante, mejor. Más agradable a Dios por Jesucristo Nuestro Señor.
Hermana mía África, nunca te conformes con poco. Aspira a la perfección cristiana. Si quieres, suplica a Dios un director espiritual. A mí me lo ha concedido. Que sea fiel y serio, pero agradable y comprensivo.
Y nunca lo olvides: confesándote e intentando mejorar con la Gracia de Dios, serás cada día más santa. Por todas estas cosas los Santos se confesaban muy a menudo. Sabían también que cuanto más limpio para Dios por la Sangre de Cristo, La Eucaristía les unía más íntimamente a Él. Pero es que a eso nos llama Nuestro Señor Jesucristo: ellos lo hacían como debe hacerse. Los que se confiesan cada mes, no. Cuanto menos, creo que no debe obviarlo la confesión semanal. Y así lo explica Frsy Antonio Royo Marín, que en paz descanse.
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A hilo de lo que está comentando Juan, yo también me confieso todas las semanas, además de lo que señala este comentarista, si dejó pasar más tiempo, en la siguiente confesión se me puede olvidar algo, y si se me olvida, cuando me acuerde, voy a tener que hacer una confesión general.
La gracia del sacramento, sólo con esto habría que coger una lupa e ir Mandamiento por Mandamiento haciendo un escrutinio buscando a ver si encontramos algo por ahí. De hecho una vez lo dije en la confesión, dije: "lo conozco, lo conozco, pero quiero la Gracia del Sacramento". Y una vez hace poco tiempo confesé con un sacerdote muy muy mayor y no me quería dar la absolución, la tuve que pedir yo, y me dijo: "le doy mi bendición, con la bendición tiene bastante". Pues no me moví del confesionario. Aquí me quedo hasta que me dé la absolución. Me dio la absolución.
Enhorabuena y ánimo con su reto de ir más allá de la santidad.
En primer lugar, no soy un ángel, los ángeles son los que son, ni uno más ni uno menos, el resto somos personas.
Yo también ofendo, a Dios y por eso me confieso sacramentalmente. Pero yo me esfuerzo, sobre todo me esfuerzo desde que un día el Señor me dijo unas palabras tan duras como estas que voy a escribir, dijo:
"Si me amaras, no habría montañas para ti".
Y lo dijo así. Textualmente. Para que vea usted que no soy un ángel y todas esas cosas que usted ha dicho. Pecados mortales ni uno. Esto pídalo al Señor. Ni un sólo pecado mortal. Pidamos siempre al Señor, la Gracia de mantenernos en Gracia. Caso contrario le costará mucho pasar por la puerta estrecha con toda esa cargamento de debilidades, miserias... Hay que vaciar el equipaje. A veces no nos damos cuenta que llevamos mucho equipaje, porque el equipaje que llevamos es todo hojarasca, y la hojarasca, como sabe, no pesa.
Todo fuera!!.
Esfuércese. Si se esfuerza, Dios algún día se lo concederá.
A eso se le puede llamar semipelagianismo o directamente pelagianismo,,, Es justo al contrario, si Dios se lo concede lo obtendrá, sin esfuerzo. Por eso se llama Gracia.
Si alguien tiene cualquier sombra sobre su conciencia, hará bien en confesarlo. También hará bien el sacerdote en comprobar que no son escrúpulos - no pasa nada.
Y por supuesto que Dios quiere nuestro esfuerzo y nuestra constancia en la oración, aunque estamos bien seguros que la gracia de Dios va por delante siempre, también en nuestro esfuerzo y en nuestra constancia en la oración.
"Si me amaras, no habría montañas para ti". Anawin.
Pues aplíquese el cuento y deje de marear la perdiz.
Ella es mujer que sabe
guardar en su corazón
la eficaz presencia viva
de Misterios del Creador.
Pregúntale, es tu madre,
y es Madre de tu Señor:
Madre, ¿qué miras?, ¿qué vives?,
¿qué atesora tu interior?
¿acaso tus manos juntas
nos hablan de tu oración?,
¿con tu mirada, apuntas
que estás "en contemplación"?
¿qué contempla la mirada
de tu imagen venerada?...
¿acaso te mira Dios?...
Eres tú, Mujer que sabe
de la mirada Eternal.
Y, pues Dios, sabe mirar
y bajaba en "shekiná"
al Templo de Salomón
viendo su piedad filial,
cuando el Buen Dios te miró
te halló tan llena de gracia
que el Espíritu bajó
en "shekiná" y cubrió
con Santidad Trinitaria
tu seno, donde infundió
tal fecundidad de amor
que hizo divinal estancia
el mismo Hijo de Dios,
que de tu carne tomara
como hijo de tus entrañas
carne y sangre que asumiera
un alma humana creada
y así presentaste a Dios
Divinidad humanada.
¡¡¡Madre del Divino Amor,
Epifanía Trinitaria!!!
Respecto al post del Magisterio, quería decirles que lo he consultado y no se va a cambiar el contenido del Magisterio, como saben una parte del Magisterio no el total. Motivo: el Danzinger no contiene encíclicas, ... por tanto no se quitan textos de Pablo VI y Juan Pablo II.
Es un bulo. No se cambia nada. Cuidado con los golpes a la Barca de Pedro porque terminarán hundiéndola y Dios les pedirá responsabilidades.
Heinrich Denzinger muere en 1883 pir lo que sú Enchiridion Symbolorum et Definitionum ni siquiera debería contener las enseñanzas de León XIII.
¿A quién podría interesar algo tan arcaico?
A menos que te estés refiriendo al Goldwasser Danzinger, aguardiente de hierbas polaco (De Ganks o Danzing, de ahí el nombre) con sabor ligéramente dulzón, con cerca de 50° de etílico.
Se toma seco y a temperatura ambiente.
Yo prefiero este último danzinger. Es menos alienante que el tuyo. ( No María, descansa, no lo he leído. Ni ganas)
Ni políticamente correcto ni correcto a secas.
No es moralmente lícito que el estado se arrogue la "potestas" de acabar con la vida de nadie.
Sólo Dios tiene el "Imperium", la "Auctoritas" y la "Potestas" (Todo a la vez, pero es que Dios mola mazo) para ello.
Ni siquiera uno mismo (El suicidio viene siendo un pecado gordiiiiiiiisimo) tiene "auctoritas" para quitarse la vida (Eso decís cansinamente vosotros con el asunto de la eutanasia y en el del aborto).
El estado si puede determinar penas tan gordas como tu propia soberbia, si lo considera, pero no el asesinato.
Por lo tanto, el amigo Jacques, seguro que tiene multitud de razones para que la Iglesia le considere santo (Incluso a pesar de ser francés), pero esa no.
No obstante, sí puedes afirmar que es salvo, puesto que todos lo somos en la medida del amor que despleguemos.
Como escribió Uta Ranke Heinemann ("No y Amén. Invitación a la duda", Ed. Trotta, 1998. ISBN 9788481642018. Aunque seguro que tienes la certeza de que no lo he leído): "Somos discípulos de un ajusticiado. La pena de muerte debería ser repugnante para nosotros"
Anda a rezar vísperas
En cuanto a San Dimas también se pasó tres pueblos reconociendo su culpabilidad y acentuando la inocencia de Jesús, porque al fin y al cabo ¿qué importa eso?
Por fin Tamayo, al que se le echa, y Hugo, al que no se le echa, se han encontrado. Felicitaciones.
Nadie debería confesarse más de una vez por el mismo pecado, pero mucha gente lo hace y en muchos casos por faltas mucho menos gruesas que asesinato, porque la persona no se siente perdonada ni merecedora de perdón atormentada por el sentimiento de culpa.
Entonces ruego a usted que aconseje a los sacerdotes que reprendan a los confesantes reincidentes por no reconocer el poder de la Misericordia de Dios, Quien perdona por Su Gracia, no por mérito del pecador, aunque no se sienta perdonado al ser absuelto en confesión. Supongo que tal contumacia en desconocer la Misericordia Divina es pecado también y debe confesarse de todos modos.
También sucede que la persona se declara perdonada y salva sin haberse confesado, o manifiesta que no necesita confesión porque no hubo culpa en lo que hizo aunque se le reclame; son actitudes típicas de protagonistas de crisis políticas en que hubo asesinatos, que muy tranquilos afirman que no tienen de qué arrepentirse o que ya están perdonados. No sé si eso es fe o soberbia.
La soberbia y la envidia, por poner dos pecados capitales que nunca han constituido delito, no son competencia del estado, pero el asesinato lo ha sido siempre.
Me imagino la cara que pondría un magistrado al que le presentaran a un reo acusado de soberbia o de envidia con pruebas tan fehacientes como la de un vecino que dice que, cada vez que lo ve, alza la cabeza y mira para otro lado. Ni el juez Freisler tenía competencia para eso. Me pregunto si a Bruno le diviertes tanto como a mi a pesar de tu abstruso discurso o, quizás, a causa de él.
De manera que el modelo diseñado para ser católico no viene de Dios sino del mundo que es el que ha decidido cómo se ha de ser católico y los que no creen en el pecado tienen pecados diseñados exclusivamente para ti.
En el código penal de solo hace unos años, que yo sepa, entraban el robo (con todas sus variantes), el asesinato, el homicidio, la sodomía, el estupro, la violación, el chantaje, el incesto, el aborto y el adulterio. Seguramente algún otro se me ha olvidado, pero todos ellos tienen relación con terceros. Pecados como la gula, la soberbia, la envidia, el odio, la pereza, etc... no forman parte del código penal porque una cosa es la Ley de Dios y otra la Ley de los Hombres. Los hombres juzgan los actos porque hay que presentar evidencias, Dios va mucho más allá porque para Él todo es evidente.
Llamar "delito de odio" a la islamofobia, la homofobia o la misoginia siempre me pareció una exageración.
Eso no quiere decir que no sean o deban ser delito; eso, en democracia, lo decide el Parlamento y si se ha votado así, pues sea.
A fin de cuentas y gracias a Dios, España sigue siendo un país aconfesional, pero en el que todas las religiones, por igual, deben ser protegidas en el marco de la libertad de expresión y de credo.
El imbécil que robo unas hostias consagradas y las colocó en el suelo formando la palabra "Pederastas" fue denunciado por delito de odio (Igual que el cura Custodio) y el bufete "Abogados Cristianos" lleva demandando por delito de odio, a todo el que se menea, bastantes años.
Luego los jueces deciden y de momento el cura Custpdio no ha ido a la cárcel y eso que ha sido demandado varias veces y retirado de su parroquia por su obispo por hacer apología del Franquismo, homofobia y exhibición de banderas preconstitucionales.
Y por cierto que tú en eso de opinar sobre lo que no lees, no puedes dar lecciones, puesto que has dicho que el Código Penal mantiene como delitos en su redacción de solo hace unos años (Sic. ¿Podrías ser algo más precisa, please?) mantiene como delitos el adulterio, el aborto, la sodomía, o el incesto.
Ninguna de esas cuatro "acciones" es delito hoy (Aunque la violación incestuosa la agresión sexual incestuosa sean delitos más graves que si no hubiera incesto), ni aparecen en la última edición del Código Penal de 23 de enero de 2025 (Que no es de "hace unos años"), ni en la de 2015 que es la anterior. Y el cura Custodio va a ser juzgado en España y bajo el Código penal Español (En África tendrán otros)
Y sin embargo, la exaltación de la dictadura franquista, la exhibición de símbolos franquistas en según que actos, la homofobia y la islamofobia o cualquier discriminación a cualquier religión tipificado como delito de odio, efectivamente, sí están tipificados como delito en el Código Penal.
El cura Custodio, puesto que su procesamiento ha sido admitido a trámite, será juzgado por un tribunal de justicia que será quien determine si es culpable o no y tendrá todas las garantías de una Estado de Derecho, incluidos los derechos a apelación, revisión, casación y amparo al Constitucional, si se dan las condiciones, como cualquier otro ciudadano español (Cosa que los que él exaltaba no reconocían a todos los ciudadanos)
Tiene que leer más hermana. Y mejor
Cuando alguien dice que una catedral o el partido del Atleti frente el Madrid de hace unos días son "soberbios" están usando el tercer significado de la palabra en el Diccionario de la RAE:
3.- Magnífico, grandioso
Ciertas filosofías han hecho más daño a la Iglesia que un botarate que diga barbaridades contra la Iglesia Católica, pero no se les puede acusar de delito de odio. Habrá muchas personas que se expresen contra la Iglesia y que digan que todos los curas son pederastas, que la religión es una mentira, etc...pero mientras no hagan algo en concreto no deben de ser detenidas porque el odio como sentimiento, o como manifestación de él, si no va seguido de acción concreta no puede ser evaluado por un tribunal. El juicio del Padre Custodio solo puede ser decidido por pura especulación lo que indica la estupidez que supone meter cosas deletéreas en un código penal.
Las violaciones de los derechos humanos no se juzgan en los tribunales españoles sino en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) y la Corte Penal Internacional (CPI). Y suelen ser por delitos mucho más graves que los que indicas.
En España, como dicta la más elemental de las lógicas jurídicas, se juzgan penalmente las violaciones al articulado del Código Penal Español.
El cura Custodio lo tiene muy fácil.
Le asiste el "Habeas Corpus", la presunción de inocencia y el principio de "In dubio pro reo", es decir que está protegido por las garantías legales de que nos hemos dotado en España a partir de la Constitución (Cosa que no ocurría en los regímenes que él se encarga de exaltar)
Si no ha cometido ningún delito tipificado en el código penal, no tiene que preocuparse más que de tener un abogado competente, y entre sus seguidores hay unos cuantos.
Ahora que si lo ha cometido y ha sido publicado en medios de comunicación, lo tiene bastante crudo; aunque probablemente no sea condenado a mucho, pues el peor de los delitos que le acusan no va más allá de 1 año de cárcel.
Además, delito de odio, será lo que diga el código penal que es el delito de odio (No en lo que diga una monja basada en filosofías anticuadas a su conveniencia) y si un juez instructor afirma que es delito de odio te aseguro que es delito de odio. Otra cosa es que sea culpable o no.
El derecho procesal español es farragoso, muy pesado, pero muy garantista. Por eso se hacen instrucciones tan largas.
Por lo que se ve, en el convento, de derecho estudiáis poco.
Debe ser que sólo leéis a Chesterton
Veo que, además de dotes de adivinación mágica, eres fuente del derecho y ánfora de sabiduría.
Vamos a ver, lo que tu consideres sobre la ley española pinta menos que Perro Sánchez en Madrid.
Te guste o no te guste, la ley es la ley. Será política, mediática o mediopensionista, pero es la ley.
Cuando mi señor padre estudiaba derecho, le decían aquello de "Dura lex sed lex" (Haciendo el albur de los platos de Duralex. Ya tu sabes) y el cura Custodio (Igual que tú si tu convento está en España) está sujeto a la ley, y si él o tú os la saltáis os pueden denunciar y tenéis la suerte de que los tribunales españoles no son como tú, que solo necesitas la ciencia infusa del habito que te adorna, para condenar a alguien, sino que están sujetos a unas reglas que los jueces cumplirán escrupulosamente.
Por supuesto que el delito de odio es una medida política (Y el de sedición, y el de evasión de impuestos, y casi cualquier delito contemplado en el CP), ¡¡PERO ESTÁ EN EL CÓDIGO PENAL!! y por lo tanto, o lo acatas o corres con las consecuencias.
También puedes juntar las firmas necesarias (Bastan 500) hacer una propuesta de ley popular y cambiar la ley. Como el Código Penal es una ley orgánica solo necesitas la mayoría absoluta, es decir 176 votos.
¿Qué te juegas a que no los consigues? ¿Nos jugamos una lectura pública de un ladrillo de Chesterton?
Y el CP no es nada ambiguo. El delito de odio se define como “CUALQUIER infracción penal, incluyendo infracciones contra las personas o las propiedades, en las que la víctima, el local o el objetivo de la infracción se fundamente por su “conexión, simpatía, filiación, apoyo o pertenencia a un grupo”, ya sea real o percibida."
Y el Sr. Ballester publicó en un medio de comunicación (Agravante de difusión) que: «el islam radical quería destruir la civilización cristiana y arrasar con todo Occidente.»
Y el Sr. Juez decidirá:
1) Si es cierto que lo publicó (Cosa bastante fácil de demostrar)
2) Si es suficiente para condenarlo y en caso positivo con que pena
Al cura Custodio le asiste el bufete "Abogados Cristianos". Es un buen bufete con muy buenos abogados, tendrá la mejor defensa posible.
Y si no le gustan veredicto o sentencia, puede recurrir en casación, apelación, y al final en amparo al Constitucional.
Y en un estado de derecho, eso es mucho mas que lo que tu concedes a quienes juzgas, sor.
Y juzgas mucho y mal
Nota: El derecho británico no es positivo sino consuetudinario y por eso, las garantías procesales son mucho menores y al cura Custodio no le demandaron por "rezar para dentro" sino por publicar en una revista una opinión que puede considerarse odiosa. El juez decidirá. Puedes estar tranquila, nadie te va a demandar por rezar el rosario (O lo que te de la gana. Yo rezo muy a menudo y nadie me ha demandado por eso, y mira que rezo cosas raras) para dentro o para fuera. Ni siquiera yo.
Pero Goebbels, muy a tu pesar y el del cura Custodio, perdió la guerra y así la libertad consiguió que la democracia triunfara.
después derrotamos al comunismo y cayó el muro de Berlín.
La Historia siempre la hicieron los triunfadores.
Ahora nazismo y comunismo tratan de volver pero de momento vamos ganando y el cura Custodio se las verá ante el juez.
¿Has visto "The Man in the High Castle"? Está en Netflix. Te adelanto que yo no la he visto, el primer capítulo me produjo terror. No lo soporté.
Trata de como sería el mundo si hubiera ganado tu amigo Goebbels.
Es decir como a ti te gustaría que fuera.
Doy gracias todos los días a Diosito y su querida Mami de que no sea así y ya no nos queméis en la hoguera.
Reconócelo, querida madre superiora. Te encantaría.
Podía suscribirla pero no la escribí
Es impresionante tener imitadores
Es muy típico, entre quienes no tienen argumentos, recurrir a acusar al contrario de histérico, enojado o cosas similares.
pero en este anciano país, antes llamado España, estamos ya acostumbrados a identificar estas huidas cobardes porque el perro Sánchez la emplea constantemente, aunque el prefiere usar el término "crispación"
Nada hay de histérico en mis comentarios y sí un sólido argumento legal.
Yo no te he insultado, Bruno no lo habría permitido, y me he limitado a poner en evidencia las circunstancias leales que debe afrontar el cura Custodio.
Si yo, que no soy licenciado en derecho (Aunque en mi profesión tenga mucho contacto con normas y tribunales), puedo describir con tanta claridad ese proceso, imagínate lo que harán os abogados del cura en cuestión, que me consta que son muy buenos.
Mientras tanto tú, creo que además de a Chesterton, te convendría una lectura pausada de las Etimologías de San Isidoro. No te van a servir para nada y por su anciano origen, tampoco va a perturbar tu ya suficientemente perturbada condición, pero como es tan largo (20 tomos), así dejamos de leerte un poco y seguro que tus hermanas en el convento lo agradecen.
¿Lo ves, María?
Te dije que el cura Custodio tenía un buen abogado.
Absuelto.
A ver ahora como haces para darle la vuelta a la noticia y pretender que sigues llevando razón.
Hugo 1 Sor María 0
A este paso te cae una manita
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