El gran profeta de la admiración

Mis lectores sin duda conocerán bien los libros del genial G.K. Chesterton (y, si no los conocen, no se qué hacen perdiendo el tiempo en este blog en vez de leerle a él). Aparte de esos justamente célebres libros, escribió también muchos poemas, que suelen ser menos conocidos (con excepción del dedicado a la batalla de Lepanto).
Ayer releí una de sus breves poesías juveniles, escrita antes de su conversión al cristianismo, en la que ya se manifiesta una fascinación por la figura de Jesucristo y por la fe católica que duraría toda su vida:
En Oriente vivió un hombre hace siglos
y ahora yo no puedo contemplar una oveja o un gorrión,
un lirio, un trigal, un cuervo o una puesta de sol,
una viña o una montaña, sin pensar en él;
si eso no es ser divino, ¿qué es lo que es?
Son versos muy sencillos, pero que muestran, ante todo, la inmensa influencia de Cristo en todos los siglos posteriores. Un agnóstico victoriano, como era entonces Chesterton, entendía inconscientemente el mundo a través de un cristianismo en el que todavía no creía. Es imposible entender los últimos dos milenios (y, en realidad, también los milenios anteriores) sin conocer la fe católica y su poderosísimo influjo en las mentes y los corazones de los hombres.
Jesucristo no es uno más entre los innumerables personajes históricos, sino que verdaderamente partió la historia en dos, porque es su centro. Cosas tan simples y cotidianas como un gorrión, una oveja o una viña quedaron transformadas para siempre por sus palabras, que les dieron un significado eterno. O, mejor dicho, revelaron la capacidad que tienen todas las criaturas de reflejar la gloria de Dios y servir obedientemente a sus designios.
Las ovejas no existen por casualidades evolutivas, sino para que un día Él pudiera hablarnos de una oveja perdida y cada uno de nosotros descubriera, asombrado, que esa oveja lleva su nombre. Un gorrión insignificante, que vemos pero no miramos porque no llama nuestra atención, es, si abrimos bien los ojos, un himno a la divina Providencia, al amor cariñoso y protector que Dios me tiene a mí en concreto. El trigo con el que la humanidad ha hecho pan durante milenios para alimentarse estaba destinado a saciar, milagrosamente, un hambre mucho más profunda que solo el verdadero Pan del cielo puede satisfacer.
En realidad, no hay nada profano, nada “neutral” con respecto a Dios, nada puramente mundano, nada casual. Todas las cosas nos hablan de Él. Todas. La creación entera nos habla constantemente de Dios Padre, de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo. La belleza de las cosas es reflejo de la Belleza de Cristo, su riqueza es signo de la inagotable generosidad divina, la inmensidad del universo no hace más que balbucear la infinitamente más inmensa inmensidad de Dios, el ser de todo lo que existe está apoyado en el mismo ipsum esse subsistens como la oveja perdida en el Buen Pastor y todas las cosas cantan sin cesar un himno de gloria al que las creó.
Chesterton llegó a la fe abriendo los ojos para ver de verdad lo que todos tenemos delante de nuestras narices, pero ya no lo vemos, sea por rutina, ideologías, preocupaciones mundanas o la ceguera de los vicios. Es el gran profeta de la admiración, que gritó al mundo: abrid los ojos como si fuerais niños de nuevo, admiraos de lo que veis y, para vuestra sorpresa, encontraréis que todo os habla de Él.
63 comentarios
Contra irrealidad, Chesterton
El enemigo de la familia
¿Conservadores o progresistas?
¿Por qué hacer sufrir a la sal?
Si todos tus libros estuvieran en la Biblioteca del Vaticano (y se leyeran) otro gallo nos cantara.
Dios nos regaló la oveja, el gorrión el trigo... y en un arranque de suprema generosidad, nos regaló a G.K. Chesterton.
Es la vacuna contra la insensatez moderna, con alegría, bondad, nobleza y agradecimiento.
¿Le regalamos al Papa las obras completas de Chesterton?
..con la excusa de la Navidad, por ejemplo...
Ahí lo dejo
Había tomado el tren a las 8 de la mañana para llegar al pueblo, de cuyo nombre me acuerdo perfectamente, e ir a Misa de 9 porque es San Francisco de Asís y quería oír la Misa por mi padre que tiene ese nombre*, y aprovecho el trayecto para rezar laudes. En el momento en que he llegado al Cántico de Zacarías dónde dice: "Por la entrañable misericordia de nuestro Dios nos visitará el sol que nace de lo alto", sale el tren de un túnel y el sol, como una inmensa bola de fuego incandescente, flota sobre el mar. ¿No es precioso? Me he quedado maravillada a pesar de que sabía que, en llegando a ese punto, siempre que digo eso pasa lo mismo. Tenía que haberme acostumbrado, pero sigo maravillándome y llevándome una sorpresa. A veces ocurre que los pintamonas han hecho un trabajito y las ventanas del tren están pintadas y, entonces, levanto lo ojos y solo veo un resplandor divino detrás del torpe trabajo del hombre empeñado en mejorar la Creación. Pero ya les he perdonado porque hoy el sol nos ha visitado por la entrañable misericordia de Dios.
* Mi padre falleció en 1998, pero Dios es Dios de vivos y no de muertos y si a Abraham le llamamos Abraham, a Francisco también debemos llamarle Francisco por toda la etenidad. Papá, te quiero mucho.
A mí en la creación me fascinan muchas cosas, pero lo que más me fascinan son las arañas; arañas tal cual no escorpiones. De las arañas me fascinan esos textiles de telas de araña que hacen ellas con esas figuras geométricas perfectas y con la única herramienta de sus patitas. Pero estás señoras arañas a qué Facultad han ido para saber tanta geometría, si es que saben más geometría que muchos de nosotros. Y Dios ha creado tanta belleza para un segundo porque en cuanto las visualicemos el zapatillazo no se lo va a quitar nadie... Bueno y la mitocondria, es una partícula microscópica y es una impresionante fábrica de energía... Alucinante.
¿Me podrías dar la versión original de esos versos? ¿O el titulo del poema en que aparecen?
Muchas gracias
Oh si María de África es precioso, el Señor te agradece mucho que nos hayas dicho lo que os dijo Fray Nelson (gracias Fray Nelson) "como leer la Biblia en un año", yo todavía no he empezado, espero empezar en breve. Muchas gracias María África, muchas gracias, el Señor es un buen pagador ya lo verás. Y gracias por compartir.
Y es tan grande la variedad y riqueza de la existencia que al perderla, la encuentro sin embargo donde no pensaba antes que hubiera ninguna novedad. Esto me pasa con el abrazo conyugal, con algunos cuadros o películas, con lo que el Poeta llamaba "la delicia sobrehumana de las estaciones" y con algunos momentos de oración de profundo recogimiento.
Sin embargo presiento que todo eso la muerte se lo quiere llevar al fondo de la tierra y solo quedará al final la posibilidad de asombrarme de que Dios se haya hecho hombre y quiera que me alimente de su Cuerpo Santo.
Dios me conceda y nos conceda a todos el asombro creciente por ello.
Para siempre, como decía Santa Teresa niña.
Una vez más le ruego me disculpe pero le reitero que no tengo otra instancia a dónde recurrir aunque más no sea para decirlo. Porque es simplemente verdad.
En este momento la admiración, junto a lo heróico y lo santo, que de alguna manera van juntos, han llegado a ser irritantes. En un mundo nihilista un entusiasta, un admirador de la Creación, un hombre de espíritu, un héroe, se perciben como peligrosos y deben ser interceptados y neutralizados.
A Chesterton lo lee mucha gente en la soledad de su casa como una especie de bálsamo pero, si viviera hoy en día, se lanzarían sobre él como lobos y los que tuviera en frente ya no serían como Bernard Shaw, que era un polemista serio, sino una panda de indocumentados dando opiniones absurdas. Porque la seriedad es también otra de las bestias negras del nihilismo, que es caótico por naturaleza.
Incluso entre los católicos las entradas de asuntos escandalosos provocan muchos más comentarios que las muestras de heroismo, entusiasmo, admiración o martirio. El mínimo común múltiplo de estos cuatro conceptos es el espíritu en alza que se se necesita para ellos y, como no se entienden, saca a la palestra a cualquiera que encarne alguno de ellos y todos los miserables de este mundo estarán dispuestos a buscar lo más mínimo para degradarle y abajarle a su altura por aquello de la igualdad.
La igualdad solo se consigue en el barro de dónde todos salimos, pero ¡ay de aquél que alargue el tallo y se convierta en flor de loto!
Que Chesterton se diga leyendo da la medida de la cantidad de gente que vive en la clandestinidad.
¿Qué van a decir del gordo Chesterton y sus entusiasmos, más gordos aún que su físico? Rien de rien. Empezando porque a Chesterton se le puede llamar gordo sin peligro ninguno de que eso sea un insulto ni gordofobia, lo mismo que a mi se me puede llamar vieja sin que sea un insulto ni gerontofobia, pero, como no se dan cuenta, algún incauto lo dice de dice en cuando esperando causar algún tipo de molestia. Chesterton y yo, salvando las distancias somos realistas entusiastas.
"¿Me podrías dar la versión original de esos versos?"
Aquí está la versión original:
There was a man who dwelt in the east centuries ago,
And now I cannot look at a sheep or a sparrow,
A lily or a cornfield, a raven or a sunset,
A vineyard or a mountain, without thinking of him;
If this be not to be divine, what is it?
"Tú mismo, Bruno, habrás comprobado que si hablas de poesía, por ejemplo, el número de comentaristas disminuirá considerablemente con respecto al de otra entrada que hable sobre los problemas de la Iglesia, incluyendo a los trolls y a los de nick cambiante"
Así es, el cinismo moderno aborrece la poesía, porque es demasiado sofisticado y está demasiado hastiado de todo para sentir admiración.
Yo, en cambio, cantaba mucho, tanto cantaba que una profesora que fue a suplirme durante una hora, para quitarse problemas, les dijo a los niños que cantaran lo que sabían y el timbre sonó antes de que terminaran, así que en el recreo me dijo asombrada que no había visto cosa igual porque le habían cantado desde el "aserrín, aserrán", pasando por la "Tía Melitona" y acabando con un par de romances con solistas y coro. Claro, en español los romances y los villancicos son la base de la música popular. Parecían estar olvidados en la época que daba clases, pero como pertenecen al sustrato español quizás desde la época de Recesvinto, te pones a cantarlos y los niños responden al unísono. Tengo por seguro que ahora pasaría lo mismo si algún profesor bizarro se lanzara a esa batalla cultural.
Porque la gente no canta, variante desconocida desde muchos siglos atrás, y español que no canta algo tiene en la garganta, seguramente un atasco de silencio políticamente correcto.
Dónde esté la Tía Melitona, que no podía amasar el pan porque la levadura la tenía en Pamplona, o su compadre, D. Melitón, que hacía a sus tres gatos bailar en el plato, que se quiten tontainadas progresistas. ¿Son tontos los niños? Pues, no, los tratan como tontos, que es distinto.
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Su memoria está por doquier.
En las paredes de las iglesias y de las escuelas,
en las cimas de los campanarios y de los montes,
en las ermitas de los caminos,
a la cabecera de las camas y sobre las tumbas,
millones de cruces recuerdan la muerte del Crucificado.
César ha dado, en sus tiempos, más ruido que Jesús,
y Platón enseñaba más ciencias que Cristo.
Todavía se habla del primero y del segundo;
pero ¿quién se acalora por César o contra César?
Y ¿dónde están hoy los platonistas o los antiplatonistas?
Cristo, por el contrario, está siempre vivo entre nosotros.
Hay todavía quien le ama y quien le odia.
Hay una pasión por la Pasión de Cristo y otra por su destrucción.
Y el encarnizamiento de tantos contra Él dice que no está todavía muerto.
Los mismos que se esfuerzan en negar su existencia y su doctrina
se pasan la vida recordando su nombre.
Giovanni Papini
Eso sí, Dios está más vivo que nunca aunque los argumentos en favor y en contra sean cada vez más cutres. Naturalmente Dios es Dios y no solo ha sobrevivido a ilustres ateos sino que flota incólume sobre los cristianos laxos y los ateos cientifistas.
Mí no entender. No entiendo que el que defiende al Dios Vivo Nuestro Señor proponga unos argumentos igual de cutres que el que afirma que Dios no existe. Por la simple naturaleza de defender la existencia de Dios la gracia actúa de facto. No sé..., es que no termino de entender la comparación. Tampoco yo tengo hoy el día muy sobrado de luces.
"En cuántos sentidos he perdido esa admiración primera, virginal de las cosas nuevas o de las cosas percibidas de verdad por vez primera"
Ese es el verdadero envejecimiento, el del alma. Los años son irrelevantes, pero el pecado, el hastío y la rutina nos envejecen el alma. Al menos hasta que, si Dios quiere, lleguemos al cielo y nuestros ojos, como los del ciego de nacimiento, se abran de nuevo para ver de verdad.
"en un arranque de suprema generosidad, nos regaló a G.K. Chesterton"
Y bien agradecidos que deberíamos estar por ello.
Eso me recuerda que, cuando tendría no más de tres años, estaba llorando sentada pegada a la galería de mi casa, lloraba y lloraba sin que nadie me hiciera caso y, de repente, me pregunté a mi misma cuál era la causa de tanto llanto, no pude recordarla porque seguramente sería una tontera de chiquilla, y entonces sentí que mi pecho se ensanchaba y mi alegría fue inmensa ¡no me acordaba de mi pena!
Es sorprendente que jamás haya olvidado ese incidente.
La casa es la Iglesia Católica, el descubrir que se ha olvidado la pena es la intervención del Ángel de la Guarda.
Lo de la sensación de volver a casa que experimentó Chesterton no es sorprendente. Su familia no tenía ninguna religión en concreto ni tampoco prejuicios contra ninguna, pero en Inglaterra se respiraba algo contra la Iglesia Católica que no se concretaba en nada, los ingleses consideraban de mala educación hablar de religión, de manera que entre la leyenda de Bloody Mary, la Conspiración de la Pólvora con el careto siniestro de Guy Fawkes, la idea flotante de que los católicos eran todos traidores, y el ambiente nuboso de la isla él no lograba averiguar qué misterio horroroso había tras el catolicismo, así que tenía que abrir la puerta a ver lo que había detrás de ella esperando ver algún monstruo, de manera que, cuando la abrió, se despejaron las leyendas y se encontró con lo que siempre había estado buscando que era la casa de sus antepasados y dónde todo encajaba.
La poesía es uno de los caminos para llegar a Dios. No es el mío, pero si es uno que transito frecuentemente, porque me es muy grato.
Ciertamente no es Chesterton uno de mis poetas de referencia, pero como a todo buen poeta lo respeto.
Yo soy más de Goria Fuertes:
Vamos a ver si es cierto que le amamos,
vamos a mirarnos por dentro un poco.
Hay cosas colgadas que a Él le lastiman,
freguemos el suelo y abramos las puertas,
que salgan las lagartijas y entren las luces.
Borremos los nombres de la lista negra,
coloquemos a nuestros enemigos encima de la cómoda,
invitémosles a sopa.
Toquemos las flautas de los tontos, de los sencillos,
que Dios se encuentre a gusto si baja.
Claro que me importa, María. Los hay más divertidos y más aburridos.
Los hay que os importan mucho (Y a mi me divierte mucho la importancia que les dais) y los hay que son menos importantes para vosotros (Y que para mi son trascendentes).
Pero en eso nos parecemos, ambos tenemos tonterías que decir en cualquier tema del que escriba Bruno.
No parece que te preocupe a ti tampoco el tema de que se hable, y siempre, haces más comentarios que yo... y no siempre brillantes
Claro que lo conozco, lo leí hace muchos años (Ya soy mayor)
Y no me gustó. Me pareció bastante rancio, como C.S. Lewis o Tolkien
Pero es sólo mi opinión
Tu facilidad para juzgar sin datos es tan clarividente que debes ser el único ser mortal a quien no le aplica aquello de no juzguéis no seréis juzgados.
Por supuesto que leí a Chesterton... hasta que dejé de leerlo PORQUE NO ME GUSTÓ, me gustaron mucho más otros libros que tú no has leído ni leerás por la misma razón que a mi no me gusta Chesterton.
Libros como "Clerigos" de Eugen Drewermann o "No y Amén" o "Eunucos por el Reino de los Cielos" de Uta Ranke Heineman o "Jesucristo liberador" de Jon Sobrino o "Los Sacramentos de la Vida" de Leonardo Boff o "¿Existe Dios?" de Hans Küng, o "Jesús, una aproximación histórica" de Pagola o "Herejías del Catolicismo Actual" de González Faus (Este mola de verdad) y otros más de ese pelaje que tu no leerás jamás (Porque no te interesan y tienes todo el derecho) pero que a mi me han parecido mucho más interesantes que los del Sr. Chesterton.
Y mi tiempo de lectura siempre ha sido muy limitado puesto que, además, he tenido que leer y aprender ladrillos, también muy importantes para mi, como la Resistencia de Materiales de Courbon, la "Quimica" de Bábor/Ibarz (Ese sí que era un ladrillo) o el Análisis de Circuitos de Rafael López López, o la "Electrotecnia" de Palacios y sin olvidar aquella maravilla de mis años mozos titulada "5.000 problemas de Análisis Matemático" de B. P. Demidovich que tantos quebraderos de cabeza me dio.
Todos ellos libros que, probablemente (Aunque lo mismo me sorprendes con tus enormes conocimientos de ingeniería industrial), no gozan de tu interés ni de tus preferencias y que yo no solo tuve que leerlos sino que me toco aprenderlos (y algunos como el de López López con verdadero placer).
Es decir, María de África, que tengo mis razones para no soportar los libros de Chesterton. Soy consciente de que no las comparto contigo, pero las tengo.
El día que me hagas un resumen del libro de Jon Sobrino o el de Pagola, te lo hago yo de "La estupidez de la gente culta" o la "Ortodoxia" de Chesterton.
Tuve la desgracia de perder tiempo de mi vida leyendo a todos los autores que ha citado el psicótico: Drewermann, Sobrino; Boff, KÚng, y Conzález Faus. Textos que para una despedida de soltero con muñecha inchable incluida podían tener cabida, pero el día siguiente sería el de la resaca y la vergúenza.
Se le ha olvidado incluir en su lista a Greta Thumberg, a Marilyn Mason y a Belén Esteban como paradigmas de la mayor altura teológica en la historia de la humanidad.
(incluso él mismo se incluye en ese deslumbrante listado)
Nada que a ti te gustara tendría sentido.
Y a fin de cuentas tú sabrás porqué de despedidas de solteros con muñecas inchables y otras herramientas solitarias sabes mucho más que yo.
Me rindo a tu erudición en el tema
Así silenciaríamos a todos los deficientes llenos de rencor y heridas que a falta de familia, de trabajo gratificante, de la necesaria formación, de traicionar su antigua fe, desahogan sus frustraciones vomitando aquí sus patologías mentales.
1) Porque una ha leído a Chesterton y tiene algo que decir asertivo sobre el tema.
2) Porque una ha leído a Chesterton y tiene algo que decir negativo sobre el tema.
Si alguien cree percibir un lado oscuro en Chesterton, por ejemplo, podrá discrepar del bloguero dando sus razones.
Tu infantil "no me gusta" entre adultos carece de valor.
Espera a que alguien meta a algunos de esos que has nombrado y entonces nos das una ponencia.
No me gusta su falso y muy británico sentido del humor, que usa para enmascarar cosas realmente importantes
No me gusta que emplee visiones de la ortodoxia católica (Más en su libro "Herejes" que en su libro "Ortodoxia" curiosamente) completamente anticuadas. Propias de su época pero ya superadas, especialmente tras el CVII
No me gusta su uso de la liturgia para ayudar a consolidar argumentos poco sólidos.
No me gusta su aceptación de los dogmas sin discusión
No me gusta su uso del "Pecado original" para superar el problema del mal o la existencia de humanos malvados, de hecho no me gusta su insistencia en el pecado en vez de en el amor al prójimo y el perdón.
No me gusta su soberbia al ponerse por encima del resto de los humanos que no somos tan inteligentes como él y por eso no aceptamos el "status quo" y sufrimos.
Tampoco me gusta el que afirme que la modernidad es falsa porque en vez de mirar al pasado, mira al futuro. la modernidad tiene tales expectativas que la realidad se le queda pequeña y eso, según el amigo Gilbert Keith nos deja insatisfechos.
Tampoco me gusta su uso del concepto de "pecado" en general. Chesterton afirma que al defender la fe cristiana es inevitable partir del concepto de pecado y yo me pregunto ¿Por qué habría que defender la fe cristiana? Y sin embargo pienso que se puede argumentar la bondad de ser cristiano sin recurrir al pecado, puesto que si recurrimos a ese argumento no nos queda más remedio que recurrir al concepto de expiación y yo no creo que la expiación del pecado sea algo que tenga sentido. No me cuadra en el Dios de Jesús, pero el puritano mundo de D. Gilbert no podía admitirlo (Y el vuestro tampoco). Yo, siguiendo al gran Hermann Häring veo el dogma del pecado, (El original y el mediopensionista) como el principal mal de la Iglesia (No el pecado sino su dogma, es decir , lo que la Iglesia dice de él).
En fin que entre todos los "herejes" señalados por Chesterton falta el más importante: El Rigorista (Del que Francisco habló largo y tendido) y el que más peligroso le parece (El Modernista) es el que a mi me cae más simpático.
Ahora, María de África, me gustaría saber que toenes tú en contra de lo expuesto por Boff, Sobrino, Gutiérrez o Küng.
Ya que eres tan culta seguro que puedes encontrar muchos argumentos, aunque no sean tan malos como los míos.
No me arrepiento de haber leído "Ortodoxia" pues agrada leer a Chesterton, a pesar de sus paradojas típicamente inglesas aunque no tan divertidas como las de Wilde y el mismo Rusell.
No sabía yo que Chesterton escribió también poemas pero ya he comentado que perdí la sensibilidad para la poesía que ahora me aburre tanto que hasta "La Divina Comedia" es impenetrable para mí, me arrepiento de no haberla leído más joven.
De lo que has dicho no se desprende que haya diferencia alguna entre Chesterton, Pieper, Vaugh, Campbell, Tolkien o Spaemann, excepto "el falso y británico sentido del humor" y estamos hablando de novelistas, poetas y filósofos que, por ser católicos, todos defendían el Dogma y, por lo tanto todos eran iguales.
Gracias por la información.
Una vez que te has reunido contigo misma y te has dicho: "Mimisma, Hugo no ha leído a Chesterton", no hay evidencias que valgan.
Lo habéis decidido y eso va a misa (Tridentina of course)
Por tanto no seguiré tratando de convencerte de lo contrario, Para ti y para ti misma, yo no he leído a Chesterton, igual que para Pedro Sánchez su mujer era una catedrática modelo, su hermano un trabajador impecable y Ábalos un feminista de pro.
En cualquier caso, el amigo Gilbert Keith sigue sin gustarme (Y sus novelas del padre Brown aún menos. Prefiero, con mucho, a Conan Doyle y Agatha Christie que, puedes consultar con tu mismidad y sacar vuestras conclusiones, también los leí. Y es que cuando mis ojos eran más jóvenes leía mucho más que ahora) y sus aportaciones a la apologética católica, propias de un converso, me parecen intrascendentes.
Y no pienso dejar de serlo.
Desde luego no pienso vivir con el palo de la escoba metido en el culo como tú.
Hablas como si me conocieras (Has hecho esto o lo otro, puedes hacer aquello o no puedes hacer eso), la típica actitud de la típica vieja del visillo de pueblo que dedica dis esfuerzos a juzgar a los demás.
No me preocupa. Las de mi pueblo son peores que tú y ellas no me conocen. Y dado que necesitas tesis doctorales y méritos académicos, estaría bien conocer cueles son los tuyos, porque salvo puritana de pro y meapilas los domingos, yo no te conozco ningún otro.
Pero en fin, a mi Chesterton me sigue pareciendo un bodrio, que es de lo que iba el tema, tú, salvo criticarme a mi, no has aportado ninguna razón que pudiera hacerlo atractivo (Tampoco te iba a servir de mucho) y hablar contigo empieza a ser más aburrido que una misa tridentina seguida de rosario pontifical en un templo llevado por los acólitos de Lefebvre.
Vamos, casi casi tan aburrido e intrascendente como la Ortodoxia de Chesterton.
Supongo que en el convento tenéis buena biblioteca. Lee otra cosa
Las historias del padre Brown, 3 ó 4 novelas, no más, las leí de niño, cuando mi señora madre estimulaba mi afición lectora retándome a descubrir el culpable en novelas de misterio. Las del padre Brown estimulaban, bien poco. Pronto las sustituimos por las de Sherlock Holmes y Hercules Poirot, aunque a mi las que más me gustaban eran las de Nero Wolfe que además de detective era un gourmet de los buenos. Pero luego las han dado por la tele (P. Brown) y me siguen aburriendo igual)
Mucho más tarde leí "Herejes" y me pareció bastante malo, lleno de tópicos sobre la herejía y tratando solamente algunas herejías concretas sin entrar en la naturaleza e inevitabilidad de la herejía. Yo mismo (Con mi nombre de verdad ;) ) he escrito un par de colaboraciones en revistas de teología, de esas que os dan urticaria a los talibanes, sobre el tema; uno comentando el libro del recientemente fallecido González Faus, "Herejías del Catolicismo actual". (El mismo Faus agradeció el artículo en Religión Digital) muy superior al de Chesterton (El de Faus no mi artículo) y otro sobre la etimología de la palabra "hereje" (Hairetikos. El que elije), más cortito y con mucha mayor carga ideológica.
De la lectura de herejes pasé a Ortodoxia... y ahí paré. No llegué a terminarlo.
Me pareció una ristra de topicazos, propios de un converso, trufada de un sentido del humor muy "british" y por tanto lejano a quien es muy "spanish" (Aunque quizás tu clarividencia prístina te indique que soy danés, o mucho mejor aún marroquí) y dediqué mi tiempo a leer cosas que me interesaban más (Como haces tú).
En cualquier caso, quien no ha debido leerlo eres tú, porque sigues sin presentar sus bondades.
Es el comportamiento habitual del inquisidor aficionado. Juzgar sin aportar nada.
Voy a hablar con el editor de la revista, lo mismo me deja escribir algo sobre los de tu especie.
Que pases buena tarde y tápate bien esta noche que va a hacer frío y los conventos no tienen eso bien resuelto,
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